Comentario de Lucas 4:13 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Cuando el diablo acabó toda tentación, se apartó de él por algún tiempo.
4:13 Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo. — Con textos bíblicos Jesús resistió al diablo y le ganó. Todo cristiano puede hacer lo mismo; no se necesita poder sobrenatural para resistir al diablo. Jesús fue tentado para mostrarnos cómo resistir: simplemente recordar un texto apropiado y pronunciarlo. Si el tentador es un enemigo o un amigo, si es un desconocido o un familiar, aunque sea un hermano o hermana en Cristo, el medio de resistir siempre es lo mismo: citarle un texto apropiado y Satanás le dejará. «Resistid al diablo, y huirá de vosotros» (Stg 4:7). «Tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios» (Efe 6:17). Jesús usó esta espada y el diablo «le dejó». «En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti» (Sal 119:11). Mateo agrega que entonces “vinieron ángeles y le servían” . Hay promesa acerca de la ayuda de los ángeles para nosotros también (Heb 1:14). Jesucristo, siendo Dios, era Santo. Durante su vida aquí en la tierra El poseía y mostraba el atributo divino de la perfecta santidad. Algunos hermanos siguen afirmando que Jesús nunca “usó” ningún atributo divino, pero continuamente El mostraba (exhibía, daba a conocer) que era Dios Santo. Era omnipotente y ejercía su poder repetidas veces.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Mat 4:11; Jua 14:30; Heb 4:15; Stg 4:7.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
por un tiempo: Este fue el primero de varios encuentros que Jesús tuvo con Satanás y sus fuerzas (Luc 11:14-23).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
por un tiempo. Las tentaciones de Satanás para Cristo no terminaron aquí, sino que persistieron a lo largo de su ministerio (cp. Heb 4:15), y culminaron en Getsemaní (Luc 22:39-46).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
4:13 Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo. — Con textos bíblicos Jesús resistió al diablo y le ganó. Todo cristiano puede hacer lo mismo; no se necesita poder sobrenatural para resistir al diablo. Jesús fue tentado para mostrarnos cómo resistir: simplemente recordar un texto apropiado y pronunciarlo. Si el tentador es un enemigo o un amigo, si es un desconocido o un familiar, aunque sea un hermano o hermana en Cristo, el medio de resistir siempre es lo mismo: citarle un texto apropiado y Satanás le dejará. «Resistid al diablo, y huirá de vosotros» (Stg 4:7). «Tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios» (Efe 6:17). Jesús usó esta espada y el diablo «le dejó». «En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti» (Sal 119:11). Mateo agrega que entonces “vinieron ángeles y le servían” . Hay promesa acerca de la ayuda de los ángeles para nosotros también (Heb 1:14).
Jesucristo, siendo Dios, era Santo. Durante su vida aquí en la tierra El poseía y mostraba el atributo divino de la perfecta santidad. Algunos hermanos siguen afirmando que Jesús nunca “usó” ningún atributo divino, pero continuamente El mostraba (exhibía, daba a conocer) que era Dios Santo. Era omnipotente y ejercía su poder repetidas veces.
¿Cómo podía ser la Luz del mundo, el Agua de la vida, el Pan de vida que descendió del cielo, la Puerta, el Buen Pastor, la Resurrección y la Vida, el Camino, la Verdad y la Vida, y la Vid si no era Dios Santo. Todos estos términos describen a Dios. Por ejemplo, ¿quién es el Buen Pastor (Sal 23:1-6)?
Tengamos mucho cuidado, pues, al enseñar sobre las tentaciones de Jesús. Desde luego, Satanás empleó toda arma que tenía para probar a Jesús. Verdaderamente Jesús “fue tentado en todo según nuestra semejanza” (Heb 4:15), pero si algún hermano enseña que en cualquier momento Jesús pudiera haber pecado, tal afirmación niega su santidad y por eso su deidad. Todo comentario sobre la tentación de Jesús debe armonizar con Heb 1:9, “Has amado la justicia, y aborrecido la maldad”.
El problema que existe en la mente de muchos hermanos es que no pueden creer que en realidad (en sentido absoluto) Jesús podía aborrecer el pecado. Los hombres tienen tanto amor por el pecado, el pecado es tan atractivo y deseable para ellos, que les es imposible imaginar que el Santo Hijo de Dios, siendo Dios pero también hombre, podía detestar todo pecado, pero Jesús no era un mero hombre. ¿Qué tanto amor tendríamos por el pecado si entendiéramos que precisamente esto – el pecado – pronto nos clavaría a una cruz romana? ¿Nos sería muy atractivo y deseable? Jesús sostenía una relación totalmente antagónica hacia el pecado. 1Jn 3:8, “Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo”. Para los hombres por lo menos algunos pecados son muy deseables, son amigos cariñosos, pero para Jesús el pecado es y siempre – incluyendo cuando vivió aquí en la tierra — ha sido el enemigo.
Tengamos cuidado de no caer en el error de los testigos de El Atalaya quienes adaptan una sola definición de alguna palabra y se aferran a ella, obstinadamente rechazando otra definición legítima y correcta. Esto lo hacen algunos en la presente controversia sobre la humanidad de Jesús. Insisten en que no hay tentación si el pecado no es atractivo o deseable, pero deben aplicar su teoría a la palabra PEIRAZO (tentar) como aparece en Mat 16:3; Mat 19:3, etc. Los fariseos tentaron a Jesús. ¿Lo que ellos querían que El hiciera era algo deseable para El? Imposible.
Otro problema serio con respecto a este tema es que los hermanos que insisten en la pecabilidad de Jesús profesan su oposición al calvinismo pero al mismo tiempo lo enseñan, porque su enseñanza implica que el hombre, por ser hombre, inherentemente, quiere pecar. Según esto el hombre nace con naturaleza corrupta. La Biblia no enseña tal cosa. Ecl 7:29, “Dios hizo al hombre recto, pero ellos buscaron muchas perversiones”; Gén 8:21, “el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud”. El hombre que desea pecar ha ejercido su libre albedrío que es don de Dios para corromper su corazón. Sin embargo, no nace con corazón corrupto. No es corrupto por ser hombre. No es humano querer pecar. Por lo tanto, Jesús, por ser hombre (humano) no tenía que poseer el deseo de pecar. Los que enseñan esto han caído en los lazos del calvinismo.
Algunos dicen, “Pero Satanás no es un tonto. ¿Por qué tentar a Jesús si El no iba a pecar? Recuérdese que Satanás, por inteligente y astuto que sea, no es infalible. Se equivoca. La prueba de esto se ve en Job 2:4-5. Recuérdese que Satanás tentó o probó a Dios muchas veces a través del pueblo de Israel (1Co 10:9). ¿Creía que Dios era capaz de pecar?
Las Tentaciones o Pruebas de Jesús
Introducción.
A. La palabra PEIRASMOS se traduce tentación o prueba. ¿Cuándo se debe traducir tentación y cuándo prueba? Todo estudiante bíblico debe examinar el uso del término en su contexto para decidir esto. Las varias versiones traducen esta palabra según el criterio de los traductores. Al comparar, por ejemplo, la versión de Valera con La Biblia de las Américas, se ve esta diferencia. Además, en la misma versión los traductores a veces traducen tentación y a veces prueba. Es importante recordar que el Espíritu Santo no traduce la Biblia. El no dice ni tentación ni prueba, sino PEIRASMOS. También es importante recordar que los comentaristas, y aun los lexicógrafos, no son infalibles, sino que son influenciados por su teología (principalmente por el calvinismo). Por eso, uno tiene que examinar todos los textos de la Biblia que tratan del tema bajo consideración. Cada quien tiene que estudiar por sí mismo porque no hay intérpretes infalibles.
B. En este estudio examinaremos varios textos que emplean la palabra PEIRASMOS (sustantivo) o el verbo que corresponde, PEIRAZO (en sus varias formas), para entender cómo se deben entender en el caso de Jesucristo.
C. Aunque los traductores escogen o la palabra tentación o la palabra prueba para traducir el término PEIRASMOS (o PEIRAZO), en este estudio se escribirán las dos palabras (tentación/prueba) porque las dos traducen correctamente la palabra griega.
I. Textos que emplean estos términos con respecto a Jesús.
A. 1Co 10:9, “Ni probemos/tentemos al Señor, como también algunos de ellos le tentaron/probaron, y perecieron por las serpientes”. Este es el primer ejemplo. Al tentar a Dios en esa ocasión los israelitas le provocaron. Le desafiaron o retaron para ver hasta donde podían avanzar en su rebelión sin ser castigados por Dios. Compárese Hch 5:9, “Y Pedro le dijo: ¿Por qué convinisteis en tentar al Espíritu del Señor?”
1. Esta tentación/prueba de Jesús no era ni atractiva ni placentera, sino causa de provocación y disgusto.
2. Heb 3:16, “¿Quiénes fueron los que, habiendo oído, le provocaron? ¿No fueron todos los que salieron de Egipto por mano de Moisés? 17 ¿Y con quiénes estuvo él disgustado cuarenta años?” La conducta rebelde del pueblo provocaba o amargaba a Dios.
B. Mat 4:1-11 (Mar 1:12-13; Luc 4:1-13). Tentación/prueba de Jesús en el desierto. En esta ocasión Satanás tentaba/probaba a Jesús como Hijo de Dios. Muchos suponen que las tentaciones eran atractivas, deseables, estimulantes y que Jesús tenía gran deseo de aceptar lo que Satanás proponía. La Biblia no dice tal cosa y esta interpretación de la palabra PEIRAZO no coincide con los otros ejemplos de la tentación/prueba de Jesús. Luc 4:13, “Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo”. Esto significa que el diablo volvió a tentar/probar a Jesús en otras ocasiones, como se puede ver en los siguientes textos. Lucas no dice que en estas otras ocasiones las tentaciones/pruebas eran diferentes, o de otra clase (pruebas en lugar de tentaciones).
C. A través de los líderes de los judíos el diablo tentaba/probaba a Jesús constantemente. Con toda hostilidad y odio intentaba lograr la caída y ruina de Jesús: Mat 16:1; Mat 19:3; Mat 22:35; Luc 10:25;
D. Luc 20:28, “Pero vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis tentaciones/pruebas”. Obviamente Jesús no veía sus tentaciones/pruebas como placenteras y atractivas, sino como ocasiones de aflicción y sufrimiento. Eran persecución. Heb 2:18; Heb 11:37; Hch 20:19; Gál 5:14; Stg 1:2-3; Stg 1:12; 1Pe 1:6; 2Pe 2:9; Apo 3:10.
II. El alma de Jesús “no era dura como un pedernal o fría como un trozo de hielo”.
A. Esta es cita del comentario del Sr. Guillermo Hendriksen (Lucas, p. 234). Está diciendo que “fue su naturaleza humana la que fue tentada. Jesús no solamente era Dios; él era también hombre. Por otra parte, su alma no era dura como un pedernal o fría como un trozo de hielo. Era un alma totalmente humana, profundamente sensible, afectada y conmovida por los sufrimientos de toda clase”.
B. La Biblia no dice que “fue su naturaleza humana la que fue tentada”. No hay ningún texto que diga esto. Era tentado/probado como Jesucristo, Dios y hombre (Emmanuel). Tampoco dice la Biblia que el alma de Jesús “era un alma totalmente humana”.
1. “Era profundamente sensible, afectada y conmovida por los sufrimientos de toda clase”, eso sí, pero era sensible antes de ser hombre, porque Dios tiene emociones. Somos hechos a la imagen de Dios y las emociones nuestras son como las de Dios.
2. Gén 6:6, “Y se arrepintió (le pesó, LBLA) Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón”; Sal 78:40, “¡Cuántas veces se rebelaron contra El en el desierto, y le entristecieron en las soledades!” Efe 4:30, “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención”.
C. Desde luego, Jesús sintió la fuerza, el impacto, de las tentaciones/pruebas. Eran problemas, molestias, humillantes, y muy ofensivas. Jua 8:48; Mar 3:21.
D. Durante toda la vida los líderes de los judíos le querían atrapar y avergonzar. Le insultaban y retaban continuamente. Esto no era nada placentero. Causaba aflicción.
E. Cuando el diablo dijo (Mat 4:3), “Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan”, hacía burla de Jesús; ¡Imagínate, Hijo de Dios, con todo poder, y muriendo de hambre!). Compárense Mat 27:40; Luc 23:37.
III. Pero ¿no fue tentado Jesús exactamente como somos tentados nosotros?
A. Heb 4:15, “fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado”. Este texto no dice que Jesús fue tentado exactamente como nosotros. ¿Como cuál de nosotros?
B. Heb 2:14-17, explica esta “semejanza”. La “semejanza” es que llegó a ser hombre, un ser humano.
C. Jesús no llegó a ser semejante a los varones solamente, sino también semejante a las mujeres, pues ¿no son “carne y sangre” las mujeres también?
D. “Fue tentado según nuestra semejanza” porque el diablo empleó todo medio, toda táctica, toda maquinación, toda asechanza, toda arma disponible contra Jesús para arruinarlo y destruirlo. No hay arma alguna que Satanás use contra el ser humano que no fue empleada contra Jesús.
E. Sin embargo, el escritor añade una excepción: sin pecado o aparte de pecado; es decir, exceptuando el pecado. Jesús no solamente no pecó, El no tenía experiencia con el pecado. No fue tentado como un pecador. Nunca se había manchado con pecado. Recuérdese que El aborreció el pecado, Heb 1:9.
F. Como dice el Diccionario de W. E. Vine (sobre la palabra PEIRAZO), “en todas las tentaciones que Cristo soportó, no había nada dentro de El que respondiera al pecado. No había en El ninguna debilidad pecaminosa”.
G. Muchos (incluyendo algunos hermanos) creen que Cristo podía haber caído en pecado. Dice G. Kittel (Theological Dictionary of the New Testament, tomo 6, p. 33), enfatizando que la tentación de Jesús era como la nuestra concluye que “llevaba consigo la posibilidad de que pudiera caer”. Esto implica que el pecado era atractivo y deseable para Jesús, o que El no tenía suficiente fuerza espiritual para soportar las pruebas, aunque (1) Heb 1:9 dice que Jesús aborrecía la maldad; (2) aunque sabía cómo el pecado mancha y esclaviza; (3) aunque El vino al mundo para destruir el pecado y su autor (1Jn 3:8; Heb 2:14-17); (4) aunque El era Dios y uno de los atributos de Dios es la perfecta santidad; y (5) aunque sabía que el pecado lo iba a clavar en la cruz.
IV. Si Cristo hubiera caído (cometido pecado), habría fallado como nuestro Salvador.
A. Pero Mat 1:20 dice, “ él salvará a su pueblo de sus pecados”. Jesús nació para salvarnos, porque nació para morir por nosotros, pero su muerte no habría tenido valor alguno si en algún momento Jesús hubiera pecado. Sin embargo, Mateo no dice, “tal vez salvará a su pueblo,” o “salvará a su pueblo si no peca”. De “pasta a pasta” la Biblia da por sentado el hecho de que Cristo infaliblemente llevaría a cabo el plan de salvación.
A. Si Cristo hubiera fallado, entonces Dios habría fallado; es decir, el plan de salvación habría fallado. La Biblia habría fallado.
1. Este plan de Dios que requería el sacrificio de la perfecta vida de Cristo era diseñado por Dios antes de la fundación del mundo. Apo 13:8; 1Pe 1:18-20. ¿Hemos de creer que el plan de Dios que fue formulado antes de la fundación del mundo podría haber fallado?
2. Luc 22:22, “A la verdad el Hijo del Hombre va, según lo que está determinado; pero ¡ay de aquel hombre por quien es entregado!” La muerte de Jesús estaba determinado por Dios desde la fundación del mundo.
3. Hch 2:23, “a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole”.
4. Hch 4:27, “Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, 28 para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera”.
5. ¿Cómo, pues, pueden algunos hermanos enseñar que el plan de Dios estaba “puesto al riesgo” durante la vida de Jesús en la tierra? ¿Dónde enseña tal doctrina la Escritura? Este error se basa en otro concepto erróneo, a saber, de que el hombre es, básicamente, corrupto y por lo tanto, siempre tiene inclinaciones hacia el pecado. Por eso, según esa teoría errónea, Cristo, siendo hombre, por lo menos era capaz de pecar. Pero el hombre no nace corrupto y no tiene inclinaciones hacia el pecado por ser hombre. Por eso, Cristo bien podía ser hombre sin tener inclinaciones hacia el pecado, porque no hay pecado inherente en el hombre. El hombre no peca por ser hombre. El ser hombre no le obliga a pecar. El hombre peca porque elige pecar.
C. Las profecías que hablan de la muerte de Cristo como la expiación por nuestros pecados habrían fallado. Por ejemplo, la muy citada Isa 53:1-12. Jesús dice que “la Escritura no puede ser quebrantada” (Jua 10:35); es decir, tuvo que ser cumplida. Aun desde el principio, cuando Adán y Eva pecaron, Dios dijo a la serpiente, “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar” (Gén 3:15); es decir, Cristo (la simiente de la mujer) daría el golpe mortal a la cabeza de Satanás, pero esto no habría sucedido si Cristo hubiera pecado.
D. El propósito de Dios habría fallado. Efe 3:11, “conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor”.
E. Pablo enseña (1Co 15:12-19) que la esperanza de la resurrección depende de la resurrección de Cristo, pero si Cristo hubiera pecado, entonces El no habría muerto y resucitado para redimirnos de los pecados. (Tuvo que ser sacrificio perfecto, sin mancha, 1Pe 1:18-19).
F. Esta teoría suena como el premilennialismo, la doctrina falsa que enseña que Cristo vino al mundo para establecer su reino pero que no pudo hacerlo porque los judíos lo rechazaron. (Creen que cuando venga la segunda vez de seguro establecerá su reino para reinar 1000 años).
V. Jesucristo es inmutable, lo mismo ayer, hoy y por los siglos. Heb 13:8.
A. Cristo es el Agua de vida (Jua 4:1-54), el Pan de vida (Jua 6:1-71), es la Luz del mundo (Jua 8:1-59), es la Puerta y el Buen Pastor (Jua 10:1-42), es la Resurrección y la Vida (Jua 11:1-57), es el Camino, la Verdad y la Vida (Jua 14:1-31), es la Vid (Jua 15:1-27).
B. No era Luz, Agua, Pan, etc. condicionalmente. No era la Puerta y el Buen Pastor tal vez o con tal que. La Luz no se podía apagar. El Agua no se podía contaminar. El Pan no se podría corromper. El Buen Pastor no podía ser vencido por los lobos de Satanás. Nunca era la Resurrección posiblemente. Es decir, no había posibilidad alguna de que Cristo dejara de ser lo que era.
C. Vino al mundo para dar a conocer al Padre (Jua 1:18). No había peligro de que no lo hiciera.
D. No vino al mundo para pecar (ni para jugar con el pecado), sino para deshacer las obras del diablo. 1Jn 3:8, “Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo”. Heb 2:14, “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, 15 y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre”.
Fuente: Notas Reeves-Partain
Luc 22:3; Jua 13:2; Jua 13:27.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
ñ 256 Heb 4:15
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
se alejó de El esperando un tiempo oportuno. Satanás se aleja de Jesús derrotado, pero volverá a la batalla después (Stg 4:7; 1 P 5:8). En Lucas, el conflicto con Satanás se repite con frecuencia; se nota especialmente en los pasajes de expulsión de demonios.
Fuente: La Biblia de las Américas
13 (1) Indica que el diablo buscaría otro momento y regresaría para tentarle una y otra vez, en cualquier momento que considerase apropiado ( Mat_16:22-23 ; Jua_8:40 ; Luc_22:53 ; Jua_6:70-71).
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
un tiempo oportuno… → Luc 22:53; Jua 14:30; Mat 26:18.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
Lit., hasta
Fuente: La Biblia de las Américas
tiempo oportuno g Luc 22:53; Jua 14:30.
Fuente: La Biblia Textual III Edición
* O, “un momento oportuno.”