Comentario de Lucas 4:43 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Pero él les dijo: “Me es necesario anunciar el evangelio del reino de Dios a otras ciudades también, porque para esto he sido enviado.”
4:43 Pero él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido enviado. — ¿Qué significa anunciar o predicar el reino de Dios?Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios. Mar 1:14, Mar 1:15, Mar 1:38, Mar 1:39; Jua 9:4; Hch 10:38; 2Ti 4:2.
para esto he sido enviado. Isa 42:1-4; Isa 48:16; Isa 61:1-3; Jua 6:38-40; Jua 20:21.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
reino de Dios. Esta expresión tan preponderante en el resto del Evangelio de Lucas, se introduce aquí por primera vez. Vea la nota sobre Mat 3:2.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
4:43 Pero él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido enviado. –
¿Qué significa anunciar o predicar el reino de Dios?
Introducción.
A. Lucas se refiere al reino a través de su libro, comenzando con Luc 1:32-33.
B. Observemos (como aquí en 4:43) que Jesús y sus apóstoles anunciaron el reino de Dios (8:1; 9:1, 11). Luc 9:60, “Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios”. ¿Qué anunciaron? ¿Qué significa predicar el reino de Dios?
C. ¿Qué son los “misterios del reino”? Luc 8:10, “Y él dijo: A vosotros os es dado conocer los misterios del reino de Dios; pero a los otros por parábolas, para que viendo no vean, y oyendo no entiendan”. Eran “misterios” acerca de la naturaleza espiritual del reino. Eran “misterios” porque antes no se habían revelado. Una vez revelados ya no serían misterios.
I. ¿Cuándo se estableció el reino?
A. Juan el bautista y Jesús predicaron que el reino se había acercado (Mat 3:2; Mat 4:17; Luc 10:9; Luc 10:11). Luc 19:11, “Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola, por cuanto estaba cerca de Jerusalén, y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente”. El concepto de ellos era de un reino terrenal, pero entonces Jesús les habló la parábola de las diez minas y otras que ilustran como los judíos iban a rechazar a su Rey. Para ellos no habría reino porque no puede haber reino sin rey.
B. Los discípulos habían de pedir, “Venga tu reino”. Luc 11:2. Cuando los hombres hacen la voluntad de Dios son añadidos al reino (Col 1:13) o añadidos a la iglesia (Hch 2:47).
C. Luc 7:28, “Os digo que entre los nacidos de mujeres, no hay mayor profeta que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de Dios es mayor que él”, porque como Juan mismo, el reino se acercaba pero todavía no se había establecido.
D. Luc 9:27, “Pero os digo en verdad, que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte hasta que vean el reino de Dios”. (Mar 9:1, “hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte hasta que hayan visto el reino de Dios venido con poder”.) 23:51, “Este (José de Arimatea), que también esperaba el reino de Dios”; de esa manera vemos que aun cuando Cristo murió en la cruz no se había establecido el reino.
E. Después de resucitar Jesús dijo a los apóstoles (Luc 24:49), “He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto”. También Hch 1:4-5; Hch 1:8. El poder (el bautismo del Espíritu Santo) llegó a los apóstoles el día de Pentecostés (Hch 2:1-4). Por eso, en ese día el reino fue establecido.
II. ¿Cómo sabemos que el reino es la iglesia?
A. Cristo es el Rey de su reino y es la Cabeza de su cuerpo, la iglesia.
B. El reino se estableció el día de Pentecostés, pero en ese mismo día se estableció la iglesia. Mat 16:18, “edificaré mi iglesia”. Después del día de Pentecostés, se habla de la iglesia como una realidad, que ya existía.
C. La cena del Señor está en el reino. Luc 22:16-18. Y la cena del Señor está en la iglesia, 1Co 10:16; 1Co 10:21; 1Co 11:23-29.
D. Al obedecer al evangelio la gente fue añadida a la iglesia (Hch 2:47) y se trasladaron al reino (Col 1:13).
III. ¿Cuántos reinos estableció Cristo? ¿Cuántas iglesias?
A. Compárense Hch 2:47 (“añadidos a la iglesia” con Col 1:13, “trasladados al reino”; también 1Co 12:13, “bautizados en un cuerpo”). ¿Cuántos cuerpos tiene Jesús? ¿Qué es el cuerpo (o iglesia o reino) de Cristo? ¿Abarca todas las iglesias que los hombres han fundado?
B. No. Más bien, incluye solamente a los que obedecen al evangelio? ¿Qué significa “obedecer al evangelio”? ¿Qué textos hablan de obedecer al evangelio? 2Ts 1:7-8; 1Pe 4:17 (1:22, 23, Jua 3:5, “el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios”.)
C. Entonces, ¿entran en el reino de Dios todas las iglesias? ¿Todos los que dicen que creen en Cristo y que son iglesias cristianas? Mat 7:21-23.
D. La palabra traducida maldad no se refiere a los vicios. Es la palabra ANOMÍA, compuesta de a (prefijo que indica lo negativo de algo) y NOMOS, ley; es decir, los que obran sin ley, o aparte de o fuera de la ley de Cristo. Muchos establecen sus propias leyes, sus propios reglamentos y los predican y practican. Tienen su propio plan de salvación. Tienen sus propios actos de culto (lo que Pablo llama “culto voluntario”, Col 2:23, porque es según la voluntad humana y no la voluntad divina revelada en las Escrituras). Usan instrumentos de música, coros, etc., no porque sean autorizados por Cristo, sino porque le gusta a la gente. Tienen su propio propósito para sus iglesias (énfasis social, o de benevolencia, o para educación secular, y aun con fines políticos). Con razón Jesús dice que son obradores de ANOMÍA, porque totalmente ignoran o pisotean la enseñanza de Cristo y la substituyen por la que les conviene más para atraer y retener más gente.
E. Los hombres y mujeres que han establecido iglesias humanas cometen el mismo error que los fariseos que tenían tantas tradiciones humanas. Cristo condenó estas tradiciones como leyes y mandamientos de hombres. Mat 15:8, “Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí. 9 Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres”.
F. Siempre que expliquemos este asunto no falta quien diga “oh, entonces, ustedes creen que son los únicos que serán salvos y que los demás irán al infierno”. Con esto quieren levantar prejuicio contra las palabras de Cristo. No, de ninguna manera presumimos a decir quiénes irán al infierno. Eso no nos toca, pero sí nos toca enseñar el evangelio puro y exponer el error.
IV. ¿En qué sentido se puede decir que el reino es la iglesia?
A. La palabra iglesia significa los que son llamados fuera del mundo.
B. Los que son trasladados al reino son los que han vencido al mundo. Pablo conecta estos dos conceptos en 1Ts 2:12, “Dios, que os llamó a su reino”; es decir, los hermanos de Tesalónica eran miembros de la iglesia de Cristo de ese lugar, pero ¿qué más? Dios les había “llamado” (idea básica de la palabra iglesia) a su reino. Entonces es obvio que los que son añadidos a la iglesia son, por ese mismo acto, agregados o trasladados al reino de Cristo.
C. El concepto básico de la palabra reino es que alguno reina porque ha vencido a su enemigo. Luc 11:20, “Mas si por el dedo de Dios echo yo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros”, porque en eso Cristo triunfó sobre Satanás. Los reinos se establecen cuando algún líder poderoso conquista a otro líder y toma posesión de su territorio.
D. Por eso, estamos en el reino porque hemos vencido al mundo y ahora somos súbditos de Cristo. El nos ganó con el evangelio, por medio del cual nosotros ganamos una gran victoria sobre Satanás y el mundo. Al oír el evangelio ganamos la victoria sobre la ignorancia, la superstición y la indiferencia. Al creer en Cristo como el Hijo de Dios, ganamos la victoria sobre la incredulidad. Al arrepentirnos de los pecados, ganamos una la victoria sobre el orgullo y la rebelión. Al confesar a Cristo, ganamos la victoria sobre el temor de los hombres. Y al tomar el último paso de la obediencia inicial (al bautizarnos) ganamos la victoria sobre Satanás quien nos culpaba de pecado y nos tenía bajo su dominio. Con este acto salimos del reino de Satanás y fuimos trasladados al reino de Cristo.
D. Luego toda la vida del cristiano es una vida de triunfo y victoria. Rom 8:37; Rom 12:21; 2Co 2:14; 1Jn 2:13; 1Jn 4:4; Apo 2:1-29; Apo 3:1-22 (siete veces habla de los vencedores en Cristo). El cristiano participa con Cristo en su lucha contra Satanás y el mundo y siendo fiel a Cristo siempre somos más que vencedores. Como Cristo venció, así también nosotros vencemos por medio de El. Apo 3:21, “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”.
E. Pero si algún miembro de la iglesia es vencido otra vez por el mundo, no está venciendo el mal. Si el miembro de la iglesia vive mundanamente ¿todavía es cristiano? A veces se oye decir que “fulano es cristiano pero está apartado”. Un cristiano es seguidor de Cristo pero si no le sigue, ¿todavía es cristiano? Ya no se aplica el nombre “cristiano”. Podrá tener todavía su nombre en el directorio de alguna iglesia pero recuérdese que Jesús puede borrar nuestros nombres de su libro (Apo 3:5, “El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles”.)
F. ¿Qué es lo que vencemos? Todo aquello que está opuesto a Dios y condenado por Dios, todo lo que le desagrada. Hay varias listas de tales cosas, por ejemplo, en Rom 1:1-32, 1Co 6:1-20, Gál 5:1-26, Efe 4:1-32, Col 3:1-25, etc. Conviene leer estas listas frecuentemente para preguntarnos si somos culpables de tales cosas porque Pablo dice (Gál 5:21), “acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios”.
G. Luc 9:62, “Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios”.
V. El reino de Cristo es espiritual.
A. Luc 6:20, “Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios”. Mat 5:3, “pobres en espíritu”, los humildes, los que reconocen que están en “bancarrota espiritual” y se arrepientan de sus pecados.
B. Luc 12:11, “Mas buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas”. ¿Cómo “buscamos” el reino de Dios? Obviamente esto se refiere a nuestro servicio espiritual en la iglesia.
C. Luc 12:32, “No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino”; es decir, no fue “dado” a los reyes, príncipes y otros grandes del mundo, sino a los humildes y obedientes.
D. Luc 13:18, “Y dijo: ¿A qué es semejante el reino de Dios, y con qué lo compararé? 19 Es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su huerto; y creció, y se hizo árbol grande, y las aves del cielo anidaron en sus ramas. 20 Y volvió a decir: ¿A qué compararé el reino de Dios? 21 Es semejante a la levadura, que una mujer tomó y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo hubo fermentado”. (Mat 13:1-58, parábolas del sembrador, la cizaña, el tesoro, la perla, la red – para ilustrar varios aspectos del reino).
E. Luc 16:16, “La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en él”, pero muchos no entendían que el reino era espiritual.
F. Luc 17:20, “Preguntado por los fariseos, cuándo había de venir el reino de Dios, les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá con advertencia, 21 ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros”. Es espiritual. Tiene que ver con el corazón del hombre como Jesús enseña en el Sermón de Monte. No sería reino en el sentido mundano.
G. Luc 18:16, “Mas Jesús, llamándolos, dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios”; es decir, el hombre tiene que humillarse y convertirse para que Dios le perdone sus pecados y volverá al estado de inocencia cuando era niño.
H. Luc 18:24, “Al ver Jesús que se había entristecido mucho, dijo: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! 25 Porque es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios”.
Conclusión. Estos textos nos ayudan a entender más del mensaje de Jesús acerca del reino de Dios.
Fuente: Notas Reeves-Partain
Luc 8:1; Mat 4:23; Mat 9:35; Mat 24:14; Mar 1:14.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
d 299 Luc 8:1; Jua 9:4; Hch 10:38; Rom 15:8
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
reino de Dios. El reino de Dios puede referirse a: 1) el reino universal de Dios (Lm 5:19); 2) el acercamiento del reino en Jesús (Mt 4:17); 3) la forma espiritual presente del reino en los creyentes (Col 1:13); y 4) el reino futuro del Mesías (Dn 7:13, 14; Ap 11:15; v. coment. en Mt 3:2).
Fuente: La Biblia de las Américas
43 (1) La palabra griega significa anunciar buenas noticias, declarar (llevar) buenas nuevas, predicar (el evangelio) . Por lo tanto, anunciar el evangelio del reino de Dios es predicar el reino de Dios como evangelio, como buenas noticias.
43 (2) El reino de Dios es el Salvador (véase la nota 21 (1) del cap.17) como la semilla de la vida sembrada dentro de Sus creyentes, el pueblo escogido de Dios ( Mar_4:3 , Mar_4:26), la cual se desarrolla hasta ser un dominio en el cual Dios puede gobernar como reino Suyo en Su vida divina. La entrada al reino es la regeneración ( Jua_3:5), y su desarrollo es el crecimiento de los creyentes en la vida divina ( 2Pe_1:3-11). El reino es la vida de la iglesia hoy, en la cual viven los creyentes fieles ( Rom_14:17), y se desarrollará hasta ser el reino venidero, una recompensa que han de heredar ( Gál_5:21 ; Efe_5:5) los santos vencedores en el milenio ( Rev_20:4 , Rev_20:6). Finalmente, tendrá su consumación en la Nueva Jerusalén como el reino eterno de Dios, un dominio eterno que contiene la bendición eterna de la vida eterna de Dios, la cual todos los redimidos de Dios disfrutarán en el cielo nuevo y la tierra nueva por la eternidad, Rev_21:1-4 ; Rev_22:1-5 , Rev_22:14 (véanse las notas 15 (1) de Mr 1 y 3 (1) , 3 (2) , 26 (1) y 26 (3) de Mr 4). Este reino, el reino de Dios, es lo que el Salvador anunció aquí como evangelio, como buenas nuevas para quienes eran ajenos a la vida de Dios ( Efe_4:18).
43 (3) Véase la nota 38 (2) de Mr 1.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
T197 En el griego clásico ὁ ἕτερος nunca se usa para nada, sino para indicar una división definida en dos partes; pero aquí, ταῖς ἑτέραις πόλεσιν significa: las restantes ciudades.