Comentario de Lucas 5:17 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Y aconteció en uno de esos días que Jesús estaba enseñando, y estaban sentados allí unos fariseos y maestros de la ley que habían venido de todas las aldeas de Galilea, de Judea y Jerusalén. El poder del Señor estaba con él para sanar.

5:17 Aconteció un día, que él estaba enseñando, y estaban sentados los fariseos y doctores de la ley, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, y de Judea y Jerusalén; y el poder del Señor estaba con él para sanar. — Jua 5:19, “todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente”; Jua 14:10, “el Padre que mora en mí, él hace las obras”. Jua 16:15, “Todo lo que tiene el Padre es mío”. Por lo tanto, el poder del Padre y el poder del hijo era el mismo poder. Jua 10:30, “Yo y el Padre uno somos”.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

y estaban sentados los fariseos y doctores de la ley. Luc 5:21, Luc 5:30; Luc 7:30; Luc 11:52-54; Luc 15:2; Jua 3:21.

habían venido de … y Jerusalén. Mat 15:1; Mar 3:22; Mar 7:1.

Y el poder del Señor estaba con él para sanar. Luc 6:19; Luc 8:46; Mat 11:5; Mar 16:18; Hch 4:30; Hch 19:11.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Los líderes religiosos de Israel comenzaron a observar a Jesús con más atención. Los fariseos eran un grupo de cerca de seis mil maestros piadosos e influyentes en las sinagogas. Eran un grupo que guardaba la ley meticulosamente, adhiriéndose a las reglas tradicionales que evitaban que una persona la quebrantara de forma inadvertida. Los doctores de la ley eran oficiales entrenados en la ley de Moisés. También conocidos como escribas eran, en efecto, los abogados religiosos de los fariseos. En el judaísmo del primer siglo, existía una amplia gama de facciones que incluían a los saduceos y a los esenios. Los fariseos, a pesar de su relativamente bajo número, eran muy influyentes.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

fariseos. Vea la nota sobre Mat 3:7. doctores de la ley. Esto es, escribas. Vea la nota sobre Mat 2:4. Estos líderes judíos vinieron desde tan lejos como Jerusalén. La reputación de Jesús se había propagado y tanto escribas como fariseos ya se dedicaban a observarlo con actitud crítica.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

5:17 Aconteció un día, que él estaba enseñando, y estaban sentados los fariseos y doctores de la ley, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, y de Judea y Jerusalén; y el poder del Señor estaba con él para sanar. – Jua 5:19, “todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente”; Jua 14:10, “el Padre que mora en mí, él hace las obras”. Jua 16:15, “Todo lo que tiene el Padre es mío”. Por lo tanto, el poder del Padre y el poder del hijo era el mismo poder. Jua 10:30, “Yo y el Padre uno somos”.

Fuente: Notas Reeves-Partain

Luc 1:35; Luc 6:19; Luc 8:46; Hch 10:38.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

— fariseos: Ver nota a Mat 3:7 y VOCABULARIO BÍBLICO.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Autoridad de Jesús para perdonar pecados (ver Mat. 9:1-8; Mar. 2:1-12). La presencia de los fariseos y los maestros de la ley al comienzo del relato prepara al lector para esperar una reacción hostil hacia Jesús. Los fariseos eran un partido religioso que ponía gran énfasis en la estricta observancia de la ley, y en las detalladas reglas que le habían sido agregadas posteriormente y que eran enseñadas especialmente por los maestros de la ley. Estos eran una clase profesional de abogados y maestros que generalmente pertenecían al partido de los fariseos. Lucas describe el techo plano de la casa como un tejado, o sea hecho de tejas (forma de construcción que era familiar a sus lectores griegos), mientras que Mar. implica que era de barro endurecido y varas. Jesús no sanó de inmediato al paralítico, sino que dijo que sus pecados (en ese entonces) eran perdonados. Posiblemente esto implica que el hombre creía que su enfermedad era un castigo por algún pecado en particular; ciertamente no significa que la enfermedad o el desastre siempre sea un castigo por el pecado (ver 13:1-5). Un profeta o sacerdote podía perdonar pecados en el nombre de Dios. La cuestión era si Jesús tenía la autoridad profética para hacerlo: si no era así, estaba declarando falsamente que actuaba en nombre de Dios. De hecho, Jesús declaraba tener la suprema autoridad del Hijo del Hombre que está asociada con el juicio final de Dios sobre la humanidad (cf. Dan. 7:9-22; Luc. 9:26; 12:8, 9). Su respuesta daba una prueba indirecta de esta autoridad mostrando que también tenía autoridad divina para sanar (17). La realización de un acto visible debería convencer a los espectadores de que él también poseía autoridad para el acto invisible y por lo mismo imposible de comprobar.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

NOTAS

(1) Véase Ap. 1D.

REFERENCIAS CRUZADAS

s 320 Sal 103:3; Mar 2:1

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

fariseos. Véase coment. en Mt 3:7.

de todas las aldeas. El hecho de que los fariseos venían de Galilea, Judea y Jerusalén muestra la gran popularidad de Jesús (vers. 15).

Fuente: La Biblia de las Américas

17 super (1) Otros mss. dicen: estaba allí para sanarlos.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

Sólo Lucas menciona la presencia de líderes religiosos de todas las partes del país, que escuchan con espíritu crítico las demandas de Jesús.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

Tres milagros en uno llaman nuestra atención en estos versículos. Vemos á nuestro Señor á la vez perdonando pecados, leyendo los pensamientos de los hombres, y sanando á un paralítico. Aquel que pudo hacer cosas tales, y hacerlas con tal facilidad, autoridad perfección, debió ser realmente el verdadero Dios. Ningún hombre poseyó jamás poder semejante.
Notemos en primer lugar qué incomodidades se toman los hombres para lograr lo que pretenden, cuando de veras lo desean. Los amigos del paralítico deseaban traerlo á Jesús para que pudiera ser curado. Al principio no pudieron lograr su intento por causa del gentío que rodeaba á Jesús. ¿Qué hicieron entonces? Subieron al terrado, y haciendo una abertura en el techo, le descolgaron con su camilla por entre el tejado, y lo pusieron en medio, delante de Jesús.
De este modo los amigos del paciente consiguieron llamar la atención de nuestro Señor hacia él, y la curación se efectuó. Con incomodidades, trabajo y perseverancia, sus amigos salieron bien de la empresa.
Cuánto se consigue por medio de incomodidades y trabajos es cosa que vemos á cualquier lado que tornemos la vista. En cada profesión, en cada carrera, en cada oficio, vemos que el trabajo es el gran secreto del buen éxito. No es por la suerte ó por casualidad que los hombres prosperan, sino porque trabajan con ahínco. Los banqueros y comerciantes no adquieren grandes fortunas sin incomodidad y consagración. Los abogados y médicos no consiguen clientela sin aplicación y estudio. Este es un principio que los hijos de este mundo entienden bien. Una de sus máximas favoritas es, «El que algo quiere, algo le cuesta..
Y estemos persuadidos que el trabajo y la aplicación son exactamente tan esenciales al bienestar y prosperidad de nuestras almas, como lo son al de nuestros cuerpos. En todos nuestros esfuerzos para acercarnos á Dios, para allegarnos á Cristo, debemos tener una resolución tan firme como la que desplegaron los amigos del paralítico. Debemos evitar que dificultad alguna nos detenga ó que algún obstáculo nos impida hacer algo que sea realmente para nuestro bien espiritual. Es preciso, especialmente, que tengamos esto presente relativamente al deber de leer la Biblia con regularidad, oír el Evangelio, guardar el domingo, y orar en secreto. En todos estos puntos es preciso nos precavamos de la indolencia y del ánimo de los que inventan disculpas. La necesidad es madre de la industria. Si no podemos conservar estos hábitos de un modo, busquemos otro. Pero es preciso fijar en nuestras mentes, que de una manera ú otra tenemos que cumplir nuestro deber. La salud de nuestras almas está en peligro. Sean cuales fueren las dificultades, es preciso abrirnos paso por en medio de ellas. Si los hijos de este mundo se afanan tanto por una corona corruptible, ¿cuanto más debemos afanarnos nosotros por una que es incorruptible? ¿Por qué es que tanta gente se afana tan poco por la religión? ¿Cómo es que nunca tienen tiempo para orar, leer la Biblia y oír el Evangelio? ¿Cuál es el secreto de su continua serie de disculpas para descuidar los medios de gracia? ¿Cómo es que los mismos hombres que están llenos de celo en lo tocante á dinero, negocios, placeres ó política, no se inquietan acerca de sus almas? La respuesta á estas preguntas es breve y á la vez sencilla. Estos hombres no piensan seriamente en la salvación; no sienten la enfermedad espiritual; no experimentan interiormente la necesidad del Médico Espiritual; no saben que sus almas están en peligro de perecer eternamente; y juzgan que no hay para que inquietarse acerca de la religión. En tal ignorancia millares viven y mueren.
¡Felices son, en verdad, los que han descubierto su peligro, y estiman todas cosas por perdidas, si pueden ganar á Cristo, y ser hallados con él! Notemos en segundo lugar cuan grande es la bondad y compasión Señor Jesucristo. Dos veces en este pasaje se nos dice habló cariñosamente al pobre paciente que trajeron delante de El. La primera vez le dirigió estas admirables y consoladoras «Hombre, tus pecados te son perdonados.» Después añadió otras palabras, que en punto á consuelo solo ceden el primer á la precedente concesión de perdón. «Levántate,» dice, tu cama, y vete á tu casa.» Primero le anuncia la salud del alma después la del cuerpo, y lo llena de júbilo, No perdamos jamás de vista este rasgo del carácter de nuestro Señor. La bondad de Cristo para con sus elegidos jamás cambia ni decae. Es un manantial perenne de agua vivificante. Comenzó toda desde la eternidad, antes que el hombre fuese creado. Los escogió, llamó, y vivificó cuando estaban muertos en sus culpas y pecados. Los llevó hacia Dios, y cambió su naturaleza, y renovó sus afectos y deseos, puso un nuevo cántico en sus labios. Ha sobrellevado todas sus faltas y todos sus extravíos. Nunca los dejará separarse de Dios. El amor y la misericordia de Cristo: he aquí su única defensa cuando el río de la muerte, y entre en la patria celestial. Procuremos conocer este amor por experiencia interna, y démosle mayor estimación. Que cada día nos sintamos más dispuestos á vivir, no para nosotros mismos, sino para Aquel que murió y resucitó por nosotros.
Notemos en conclusión cuan plenamente nuestro Señor Jesucristo podía penetrar los pensamientos de los hombres. Leemos que cuando los Escribas y los Fariseos comenzaron á discurrir secretamente entre sí, é imputaron en privado á nuestro Señor el pecado de blasfemia, El conoció sus pensamientos é intenciones, y los avergonzó en público. Escrito está: «El conoció sus pensamientos.» Deberíamos meditar diariamente sobre la gran verdad de que no podemos tener nada secreto para Jesús. Á él se refieren las palabras de S. Pablo, «todas las cosas están desnudas y abiertas á los ojos de aquel, á quien tenemos que dar cuenta.» Heb. 4.13. A El se refieren también las palabras solemnes del Salmo 139–salmo que todo Cristiano debe estudiar frecuentemente. No hay una sola palabra en nuestros labios, ni un solo deseo en nuestro corazones, que no sea conocido de Jesús. Psa 139:4.
¡Cuánto examen de conciencia no debe despertar en nuestro interior esta gran verdad! ¡Cristo nos está viendo siempre! ¡Cristo nos conoce! ¡Cristo lee y observa diariamente nuestras acciones, palabras, y pensamientos! El recuerdo de esto debiera alarmar á los malvados, y alejarlos de sus pecados. Su maldad no puede estar oculta, y algún día será descubierta, á menos que se arrepientan. Esto deberá también atemorizar á los hipócritas. Ellos pueden engañar al hombre, más no pueden engañar á Cristo. Esto deberá dar vida y animación á todos los sinceros creyentes; si tuvieran siempre presente que su compasivo Maestro los está mirando, y si procedieran en todo como si estuvieran ante Su vista; y sabiendo que aunque mofados y denigrados por el mundo, son recta y justamente juzgados por la sabiduría infinita de su Salvador. Ellos pueden decir: Señor, tú sabes todas las cosas, tú sabes que te amo. Joh 21:17.

Fuente: Los Evangelios Explicados

T143 Εἰς τό con el infinitivo ἰᾶθαι presenta un sentido de propósito.

H433 Μιᾷ equivale a τινί (comp. el v. 12).

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

Lit., Y sucedió que

Lit., en uno de los días

Fuente: La Biblia de las Américas

Lit. y.

Fuente: La Biblia Textual III Edición