Comentario de Lucas 5:20 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo: —Hombre, tus pecados te son perdonados.

5:20 Al ver él la fe de ellos, — Desde luego, el paralítico tenía fe, porque de otro modo Jesús no le habría perdonado, pero Lucas no dice que Jesús vio la fe del paralítico, sino la fe “de ellos”, los que lo traían. Los que profesan sanar enfermos en la actualidad insisten mucho en que los enfermos tengan fe, y cuando no pueden sanar dicen que fue por la falta de fe en los que querían sanar, pero en este caso Jesús observó la fe de los que bajaron al enfermo desde el techo. La fe de éstos se podía “ver” en sus acciones. Véase Stg 2:14-26.

— le dijo: Hombre, tus pecados te son perdonados. — El paralítico tuvo dos enfermedades: su cuerpo estaba enfermo, pero también su alma estaba enferma. El pecado es la causa de muchas enfermedades, pero no es la causa de todo pecado (Jua 9:1-3) ni de toda calamidad (Luc 13:1-5).

La ley de Moisés todavía estaba en vigor y, por eso, los requisitos prescritos para obtener el perdón por la ley todavía estuvieron de vigencia. Por eso lo que Jesús dice aquí es una expresión sorprendente de su autoridad (JWM).

Al decir, “tus pecados te son perdonados”, Jesús decía, “yo te perdono”. El podía decir esto porque era Dios, uno con el Padre (Jua 10:30). También perdonó a la mujer pecadora en la casa de Simón el fariseo (Luc 7:48) y dijo al ladrón en la cruz, “hoy estarás conmigo en el paraíso” (Luc 23:43). Esta es la proclamación más importante del mundo entero: “tus pecados te son perdonados”.

Cristo es el único hombre que podría decir esto. Ningún hombre, antes o después de Cristo, debía o debería pronunciar estas palabras, porque pertenecen exclusivamente a Dios. Los sacerdotes de la Iglesia Católica Romana que dicen “yo te absuelvo” blasfeman contra Dios porque reclaman para sí mismos el poder que pertenece exclusivamente a Dios.

Muchos enseñan que aquí en la tierra nuestro Señor Jesucristo actuaba y obraba como un mero hombre, y que el poder que tenía era poder delegado; es decir, que en cuanto al poder que ejercía, El era igual a los apóstoles que hacían milagros por el poder delegado por Dios (Padre, Hijo o Espíritu Santo), pero ningún apóstol jamás dijo, “tus pecados te son perdonados”. Compárese Hch 8:21, Pedro dijo a Simón el mago, “No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios. 22 Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizás te sea perdonado el pensamiento de tu corazón”. Aunque Pedro tenía poder delegado para hacer milagros, no tenía poder delegado para perdonar pecados, simplemente porque tal poder no se puede delegar. Solamente Dios puede perdonar pecados. Pedro dijo (Hch 3:6), “en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda”, pero nunca dijo “en el nombre de Jesucristo tus pecados te son perdonados”. Tampoco podían ser adorados los apóstoles. Es muy cierto que Jesús (Mat 10:1) y el Espíritu Santo (Hch 2:1-4, etc.) dieron grandes poderes a los apóstoles. Además, éstos podían impartir los dones espirituales a otros (Hch 8:18; Rom 1:11). Sin embargo, es necesario hacer una distinción clara entre Cristo y los apóstoles. Los hermanos que borran esta distinción enseñando que aquí en la tierra Jesús, al igual que los apóstoles, usaba solamente poder delegado, niegan la Deidad de Cristo.

Cristo perdonaba pecados porque siempre El era y es Dios. El no dijo, “Hombre, en el nombre del Padre tus pecados te son perdonados”, porque lo que Jesús hizo el Padre hizo. Los atributos, poderes y obras de ambos son idénticos.

Lo que ocurrió en esa ocasión era en extremo impresionante para los judíos. Jesús de Nazaret, el que era conocido como el “carpintero”, el hijo de José, ¡perdonaba pecados! Sin lugar a dudas, el poder o la autoridad para perdonar pecados es atributo divino, atributo de Dios, porque solamente Dios puede perdonar pecados (Isa 43:25, “Yo, yo soy el que borro tus rebeliones”). En esta ocasión Cristo hizo lo que solamente Dios puede hacer. De esta manera, mostraba otra vez que El era Emanuel, Dios con nosotros. Lamentablemente algunos, con el propósito de enfatizar la humanidad de Cristo, enseñan que Jesús nunca usó ningún atributo divino, sino que solamente usó atributos humanos, obrando exclusivamente al nivel humano como lo hicieron los apóstoles.

Estos aun van al extremo de enseñar que El “perdonó” pecados como un mero hombre, como lo hicieron los apóstoles, y citan Jua 20:20, “Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. 23 A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos” (véase también Mat 16:19).¿En qué sentido remitieron los apóstoles los pecados de la gente? ¿Hablaron como Jesús, diciendo “tus pecados te son perdonados”? Claro que no. Los apóstoles nunca dijeron a nadie, “Tus pecados te son perdonados”. Sólo Dios habla así y Cristo era Emanuel, Dios con nosotros (1:23). Dijo la misma cosa a una mujer cuando estuvieron en la casa de Simón el fariseo (Luc 7:48), y lo que dijo al ladrón en la cruz equivalía la misma cosa (Luc 23:43).

¿Creían los apóstoles que ellos tenían la misma autoridad de Dios que Jesús poseía? ¿Por qué no dijeron, “nosotros, al igual que nuestro Señor Jesucristo tenemos potestad en la tierra para perdonar pecados”? ¿Cómo, pues, remitieron y retuvieron pecados? Como embajadores de Cristo lo hicieron al anunciar lo que Dios requiere del hombre para que le perdone (Hch 2:38). Sin embargo, Jesús siendo Dios el Hijo, perdonó pecados por su propia autoridad (y con su propia boca), porque “el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados” (Mat 9:6), la misma potestad o autoridad que el Padre tiene para perdonar pecados.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

viendo la fe de ellos. Gén 22:12; Jua 2:25; Hch 11:23; Hch 14:9; Stg 2:18.

Hombre, tus pecados te son perdonados. Luc 7:48; Sal 90:7, Sal 90:8; Sal 107:17, Sal 107:18; Isa 38:17; Mat 9:2; Mar 2:5; Jua 5:14; 2Co 2:10; Col 3:13; Stg 5:14, Stg 5:15.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Lucas une directamente aquí a la fe con el perdón. Según el AT. sólo Dios podía perdonar los pecados (Sal 103:12). En lugar de anunciar que Dios perdonaría el pecado del hombre, Jesús proclama que los pecados del hombre son perdonados. Este hecho fue considerado como blasfemia a los oídos teológicamente sensibles de su audiencia.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

tus pecados te son perdonados. Cristo ignoró la parálisis y atendió primero la necesidad más grande del hombre. Vea la nota sobre Mat 9:2. Al hacerlo, ejerció sin vacilaciones una prerrogativa exclusiva de Dios (v. Luc 5:21; cp. Luc 7:49). Su sanidad subsiguiente de la parálisis del hombre fue la prueba contundente de que Él también tenía la autoridad para perdonar los pecados.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

5:20 Al ver él la fe de ellos, — Desde luego, el paralítico tenía fe, porque de otro modo Jesús no le habría perdonado, pero Lucas no dice que Jesús vio la fe del paralítico, sino la fe “de ellos”, los que lo traían. Los que profesan sanar enfermos en la actualidad insisten mucho en que los enfermos tengan fe, y cuando no pueden sanar dicen que fue por la falta de fe en los que querían sanar, pero en este caso Jesús observó la fe de los que bajaron al enfermo desde el techo. La fe de éstos se podía “ver” en sus acciones. Véase Stg 2:14-26.
— le dijo: Hombre, tus pecados te son perdonados. – El paralítico tuvo dos enfermedades: su cuerpo estaba enfermo, pero también su alma estaba enferma. El pecado es la causa de muchas enfermedades, pero no es la causa de todo pecado (Jua 9:1-3) ni de toda calamidad (Luc 13:1-5).
La ley de Moisés todavía estaba en vigor y, por eso, los requisitos prescritos para obtener el perdón por la ley todavía estuvieron de vigencia. Por eso lo que Jesús dice aquí es una expresión sorprendente de su autoridad (JWM).
Al decir, “tus pecados te son perdonados”, Jesús decía, “yo te perdono”. El podía decir esto porque era Dios, uno con el Padre (Jua 10:30). También perdonó a la mujer pecadora en la casa de Simón el fariseo (Luc 7:48) y dijo al ladrón en la cruz, “hoy estarás conmigo en el paraíso” (Luc 23:43). Esta es la proclamación más importante del mundo entero: “tus pecados te son perdonados”.
Cristo es el único hombre que podría decir esto. Ningún hombre, antes o después de Cristo, debía o debería pronunciar estas palabras, porque pertenecen exclusivamente a Dios. Los sacerdotes de la Iglesia Católica Romana que dicen “yo te absuelvo” blasfeman contra Dios porque reclaman para sí mismos el poder que pertenece exclusivamente a Dios.
Muchos enseñan que aquí en la tierra nuestro Señor Jesucristo actuaba y obraba como un mero hombre, y que el poder que tenía era poder delegado; es decir, que en cuanto al poder que ejercía, El era igual a los apóstoles que hacían milagros por el poder delegado por Dios (Padre, Hijo o Espíritu Santo), pero ningún apóstol jamás dijo, “tus pecados te son perdonados”. Compárese Hch 8:21, Pedro dijo a Simón el mago, “No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios. 22 Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizás te sea perdonado el pensamiento de tu corazón”. Aunque Pedro tenía poder delegado para hacer milagros, no tenía poder delegado para perdonar pecados, simplemente porque tal poder no se puede delegar. Solamente Dios puede perdonar pecados. Pedro dijo (Hch 3:6), “en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda”, pero nunca dijo “en el nombre de Jesucristo tus pecados te son perdonados”. Tampoco podían ser adorados los apóstoles. Es muy cierto que Jesús (Mat 10:1) y el Espíritu Santo (Hch 2:1-4, etc.) dieron grandes poderes a los apóstoles. Además, éstos podían impartir los dones espirituales a otros (Hch 8:18; Rom 1:11). Sin embargo, es necesario hacer una distinción clara entre Cristo y los apóstoles. Los hermanos que borran esta distinción enseñando que aquí en la tierra Jesús, al igual que los apóstoles, usaba solamente poder delegado, niegan la Deidad de Cristo.
Cristo perdonaba pecados porque siempre El era y es Dios. El no dijo, “Hombre, en el nombre del Padre tus pecados te son perdonados”, porque lo que Jesús hizo el Padre hizo. Los atributos, poderes y obras de ambos son idénticos.
Lo que ocurrió en esa ocasión era en extremo impresionante para los judíos. Jesús de Nazaret, el que era conocido como el “carpintero”, el hijo de José, ¡perdonaba pecados! Sin lugar a dudas, el poder o la autoridad para perdonar pecados es atributo divino, atributo de Dios, porque solamente Dios puede perdonar pecados (Isa 43:25, “Yo, yo soy el que borro tus rebeliones”). En esta ocasión Cristo hizo lo que solamente Dios puede hacer. De esta manera, mostraba otra vez que El era Emanuel, Dios con nosotros. Lamentablemente algunos, con el propósito de enfatizar la humanidad de Cristo, enseñan que Jesús nunca usó ningún atributo divino, sino que solamente usó atributos humanos, obrando exclusivamente al nivel humano como lo hicieron los apóstoles.
Estos aun van al extremo de enseñar que El “perdonó” pecados como un mero hombre, como lo hicieron los apóstoles, y citan Jua 20:20, “Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. 23 A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos” (véase también Mat 16:19).¿En qué sentido remitieron los apóstoles los pecados de la gente? ¿Hablaron como Jesús, diciendo “tus pecados te son perdonados”? Claro que no. Los apóstoles nunca dijeron a nadie, “Tus pecados te son perdonados”. Sólo Dios habla así y Cristo era Emanuel, Dios con nosotros (1:23). Dijo la misma cosa a una mujer cuando estuvieron en la casa de Simón el fariseo (Luc 7:48), y lo que dijo al ladrón en la cruz equivalía la misma cosa (Luc 23:43).
¿Creían los apóstoles que ellos tenían la misma autoridad de Dios que Jesús poseía? ¿Por qué no dijeron, “nosotros, al igual que nuestro Señor Jesucristo tenemos potestad en la tierra para perdonar pecados”? ¿Cómo, pues, remitieron y retuvieron pecados? Como embajadores de Cristo lo hicieron al anunciar lo que Dios requiere del hombre para que le perdone (Hch 2:38). Sin embargo, Jesús siendo Dios el Hijo, perdonó pecados por su propia autoridad (y con su propia boca), porque “el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados” (Mat 9:6), la misma potestad o autoridad que el Padre tiene para perdonar pecados.

Fuente: Notas Reeves-Partain

Luc 7:48; (ver Luc 1:77; Luc 3:3; Luc 24:47; Mat 26:28; Mar 1:4; Hch 2:38; Hch 5:31; Hch 10:43; Efe 1:7; Col 1:14; Heb 10:18).

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

v 323 Mar 2:5

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

tus pecados te son perdonados. Véase coment. en Mt 9:2.

Fuente: La Biblia de las Américas

Hombre, tus pecados te son perdonados. El Señor comenzó por el mayor problema de este hombre (y de todos los hombres), su necesidad espiritual, más bien que por el físico. La afirmación de Jesús fue considerada como blasfemia, ya que claramente entendieron que aseguraba ser igual a Dios. Véanse notas en Mat 9:2 y Mat 9:5.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie