Biblia

Comentario de Lucas 5:31 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Lucas 5:31 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Respondiendo Jesús les dijo: —Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos.

5:31 Respondiendo Jesús, les dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. — Lo que Jesús dice es una verdad evidente (axiomática). El basa su argumento, pues, sobre una premisa innegable. Los escribas y fariseos no podían negar que los publicanos estaban “enfermos”; precisamente por eso no querían asociarse con ellos. Profesaban ser los “médicos” del pueblo, pero no querían acercarse a los que ellos mismos consideraban muy enfermos. Muchos evitan la compañía de tales personas para no manchar su reputación. Generalmente se supone que a los del mismo carácter o naturaleza les gusta juntarse. “Dime con quién andas y te diré quién eres” (GH; RCHL), pero este refrán no se puede aplicar a Jesús, ni tampoco a sus discípulos que siguen su ejemplo, porque su asociación con pecadores es la del médico con enfermos. ¿Cómo puede el médico sanar al enfermo sin estar cerca de él? Sería en extremo absurdo que el médico rehusara estar cerca de los enfermos. Eso es su trabajo. De la misma manera, el trabajo de Jesús era sanar a los que estaban enfermos espiritualmente. Éxo 15:26, “Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador”.

Mat 5:13, “Vosotros sois la sal de la tierra”. La sal no solamente da sabor, sino que también preserva de la corrupción, pero para hacerlo tiene que ser aplicada. Por eso, recordemos Jua 7:24, “No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio”. Hay que evitar juicios superficiales.

Jesús y sus discípulos no eran socios o compañeros de pecadores para participar con ellos en sus prácticas malas, sino para salvar su alma.

Hay mucha diferencia entre lo que Jesús hizo y el asociarse con pecadores sin enseñarles. A veces hermanos mundanos dicen que no es malo asistir a un baile, pero ¿qué hace el cristiano en ese lugar? ¿Enseña y exhorta a los que están bailando a arrepentirse? ¿Les enseñan el plan de salvación y les invita a los servicios? Si están presentes, y callados, se identifican con los demás aunque no estén bailando ellos mismos. ¿Por qué ir a la cantina para tomar una limonada?

Los discípulos de Jesús son santos (santificados), separados del mundo, pero ¿en qué sentido?

Heb 7:26, “Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielo”. Aunque Jesús comía con los pecadores, estaba “apartado de los pecadores”, porque no compartía ni su carácter ni su conducta. No compartía sus pensamientos, propósitos, sentimientos y placeres. Estaba con ellos físicamente, pero nada más.

1Co 5:9, “Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios; 10 no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del mundo. 11 Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis”. La Biblia no prohíbe que los cristianos coman con los del mundo. El comer con ellos no es como la comunión que tenemos con Dios y los fieles. Los cristianos deben imitar a Cristo, comiendo con pecadores, para ganarles a la verdad. Mat 5:13, “Vosotros sois la sal de la tierra”, y la sal tiene que ser aplicada para preservar de la corrupción.

En la oración intercesora Jesús dice lo siguiente acerca de sus discípulos: “Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 15 No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del Malachi 16 No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 17 Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. 18 Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. 19 Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad” (Jua 17:14-19). Los cristianos están en el mundo para ser la luz del mundo (Mat 5:14-16). Obviamente, pues, es necesario que haya contacto entre los discípulos de Cristo y los del mundo.

Entonces, ¿qué quiere decir Pablo en 2Co 6:17? “Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor”. ¿Cómo pueden los discípulos salir de en medio de los del mundo y al mismo tiempo comer con ellos? ¿Puede uno hacer las dos cosas? Pueden y deben hacer las dos cosas. ¿Cómo? Obviamente el cristiano no puede estar con los del mundo cuando éstos hacen mal. Por ejemplo, no puede estar con ellos cuando están tomando y bailando. Lo que Pablo dice en 2Co 6:17 se refiere en parte a lo que dice en 1Co 8:10 acerca del hermano “sentado a la mesa en un lugar de ídolos”. ¿Puede el cristiano hacer obra personal “sentado a la mesa en un lugar de ídolos”? ¿Puede el cristiano hacer “obra personal” en el baile? Si el cristiano asiste a un baile y le invita a su amigo mundano a acompañarle a los servicios de la iglesia, ¿qué dirá el mundano? “Si tú eres cristiano, qué estás haciendo aquí en el baile?” Lo mismo en una cantina o en una docena de otros lugares o actividades. En ese caso el hijo de Dios debe decir a los mundanos, “Apartaos de mí, malignos, Pues yo guardaré los mandamientos de mi Dios” (Sal 119:115).

Luc 22:55, “Y habiendo ellos encendido fuego en medio del patio, se sentaron alrededor; y Pedro se sentó también entre ellos”. En ese momento tan difícil para Pedro, no le convenía sentarse con esas personas. En lugar de predicarles dejó que le provocaran a negar a Cristo. Esta es precisamente la prueba que el cristiano confronta cuando se asocia con los del mundo: ¿les enseñará o será tentado por esos compañeros a negar a Cristo? No es posible ser neutral. Luc 11:23, “El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama”.

Entonces, ¿cuál es la conclusión del tema de asociarse con pecadores? Sal 1:1, “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado”. Obviamente este varón bienaventurado no está en camino de pecadores en el sentido de participar de esos caminos.

Por último, ¿qué diremos del refrán, “Dime con quien andas y te diré quién eres”? Depende de lo que hagan cuando andan juntos. 1Co 15:33, “Las malas compañías corrompen las buenas costumbres”. ¿Por qué? Porque los que tenían buenas costumbres las abandonaron y comenzaron a practicar malas costumbres. Sin embargo, si los discípulos imitan al Maestro, hay esperanza de que cambien las malas costumbres de sus amigos mundanos. Pero lamentablemente algunos que profesan ser cristianos no enseñan a los amigos mundanos, sino que son llevados otra vez al mundo por sus amigos, “siguiendo la corriente de este mundo” (Efe 2:2).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Los que están sanos no necesitan médico, sino los que están enfermos. Jer 8:22; Mat 9:12, Mat 9:13; Mar 2:17.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

no tienen necesidad de médico: Jesús no estaba diciendo que los fariseos y los escribas no necesitaran sanidad espiritual. Más bien señala que sólo se puede tratar a los que reconocen su necesidad espiritual. Por lo tanto, los fariseos no acudirán por ayuda ya que se consideraban a sí mismos personas justas. Ante su propia percepción, no necesitaban un médico.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Los que están sanos. Esto es, quienes piensan que están saludables y no buscan la sanidad. Vea la nota sobre Mat 9:12.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

5:31 Respondiendo Jesús, les dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. – Lo que Jesús dice es una verdad evidente (axiomática). El basa su argumento, pues, sobre una premisa innegable. Los escribas y fariseos no podían negar que los publicanos estaban “enfermos”; precisamente por eso no querían asociarse con ellos. Profesaban ser los “médicos” del pueblo, pero no querían acercarse a los que ellos mismos consideraban muy enfermos. Muchos evitan la compañía de tales personas para no manchar su reputación. Generalmente se supone que a los del mismo carácter o naturaleza les gusta juntarse. “Dime con quién andas y te diré quién eres” (GH; RCHL), pero este refrán no se puede aplicar a Jesús, ni tampoco a sus discípulos que siguen su ejemplo, porque su asociación con pecadores es la del médico con enfermos. ¿Cómo puede el médico sanar al enfermo sin estar cerca de él? Sería en extremo absurdo que el médico rehusara estar cerca de los enfermos. Eso es su trabajo. De la misma manera, el trabajo de Jesús era sanar a los que estaban enfermos espiritualmente. Éxo 15:26, “Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador”.
Mat 5:13, “Vosotros sois la sal de la tierra”. La sal no solamente da sabor, sino que también preserva de la corrupción, pero para hacerlo tiene que ser aplicada. Por eso, recordemos Jua 7:24, “No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio”. Hay que evitar juicios superficiales.
Jesús y sus discípulos no eran socios o compañeros de pecadores para participar con ellos en sus prácticas malas, sino para salvar su alma.
Hay mucha diferencia entre lo que Jesús hizo y el asociarse con pecadores sin enseñarles. A veces hermanos mundanos dicen que no es malo asistir a un baile, pero ¿qué hace el cristiano en ese lugar? ¿Enseña y exhorta a los que están bailando a arrepentirse? ¿Les enseñan el plan de salvación y les invita a los servicios? Si están presentes, y callados, se identifican con los demás aunque no estén bailando ellos mismos. ¿Por qué ir a la cantina para tomar una limonada?
Los discípulos de Jesús son santos (santificados), separados del mundo, pero ¿en qué sentido?
Heb 7:26, “Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielo”. Aunque Jesús comía con los pecadores, estaba “apartado de los pecadores”, porque no compartía ni su carácter ni su conducta. No compartía sus pensamientos, propósitos, sentimientos y placeres. Estaba con ellos físicamente, pero nada más.
1Co 5:9, “Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios; 10 no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del mundo. 11 Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis”. La Biblia no prohíbe que los cristianos coman con los del mundo. El comer con ellos no es como la comunión que tenemos con Dios y los fieles. Los cristianos deben imitar a Cristo, comiendo con pecadores, para ganarles a la verdad. Mat 5:13, “Vosotros sois la sal de la tierra”, y la sal tiene que ser aplicada para preservar de la corrupción.
En la oración intercesora Jesús dice lo siguiente acerca de sus discípulos: “Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 15 No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del Malachi 16 No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 17 Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. 18 Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. 19 Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad” (Jua 17:14-19). Los cristianos están en el mundo para ser la luz del mundo (Mat 5:14-16). Obviamente, pues, es necesario que haya contacto entre los discípulos de Cristo y los del mundo.
Entonces, ¿qué quiere decir Pablo en 2Co 6:17? “Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor”. ¿Cómo pueden los discípulos salir de en medio de los del mundo y al mismo tiempo comer con ellos? ¿Puede uno hacer las dos cosas? Pueden y deben hacer las dos cosas. ¿Cómo? Obviamente el cristiano no puede estar con los del mundo cuando éstos hacen mal. Por ejemplo, no puede estar con ellos cuando están tomando y bailando. Lo que Pablo dice en 2Co 6:17 se refiere en parte a lo que dice en 1Co 8:10 acerca del hermano “sentado a la mesa en un lugar de ídolos”. ¿Puede el cristiano hacer obra personal “sentado a la mesa en un lugar de ídolos”? ¿Puede el cristiano hacer “obra personal” en el baile? Si el cristiano asiste a un baile y le invita a su amigo mundano a acompañarle a los servicios de la iglesia, ¿qué dirá el mundano? “Si tú eres cristiano, qué estás haciendo aquí en el baile?” Lo mismo en una cantina o en una docena de otros lugares o actividades. En ese caso el hijo de Dios debe decir a los mundanos, “Apartaos de mí, malignos, Pues yo guardaré los mandamientos de mi Dios” (Sal 119:115).
Luc 22:55, “Y habiendo ellos encendido fuego en medio del patio, se sentaron alrededor; y Pedro se sentó también entre ellos”. En ese momento tan difícil para Pedro, no le convenía sentarse con esas personas. En lugar de predicarles dejó que le provocaran a negar a Cristo. Esta es precisamente la prueba que el cristiano confronta cuando se asocia con los del mundo: ¿les enseñará o será tentado por esos compañeros a negar a Cristo? No es posible ser neutral. Luc 11:23, “El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama”.
Entonces, ¿cuál es la conclusión del tema de asociarse con pecadores? Sal 1:1, “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado”. Obviamente este varón bienaventurado no está en camino de pecadores en el sentido de participar de esos caminos.
Por último, ¿qué diremos del refrán, “Dime con quien andas y te diré quién eres”? Depende de lo que hagan cuando andan juntos. 1Co 15:33, “Las malas compañías corrompen las buenas costumbres”. ¿Por qué? Porque los que tenían buenas costumbres las abandonaron y comenzaron a practicar malas costumbres. Sin embargo, si los discípulos imitan al Maestro, hay esperanza de que cambien las malas costumbres de sus amigos mundanos. Pero lamentablemente algunos que profesan ser cristianos no enseñan a los amigos mundanos, sino que son llevados otra vez al mundo por sus amigos, “siguiendo la corriente de este mundo” (Efe 2:2).

Fuente: Notas Reeves-Partain

REFERENCIAS CRUZADAS

i 336 Isa 53:4

j 337 Mat 9:12; Mar 2:17

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo