Biblia

Comentario de Lucas 5:32 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Lucas 5:32 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.

5:32 No he venido a llamar a justos, — Jesús trata con estos escribas y fariseos según la opinión que ellos tenían de sí mismos. Desde luego, Jesús no está clasificando a los escribas y fariseos como “justos”. No había en toda la tierra hombres más enfermos espiritualmente que estos líderes de los judíos. En otro texto (Luc 16:15) Jesús les dice, “Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres; mas Dios conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación”. ¿Cómo podían ser justos ante los ojos de Dios cuando no tenían misericordia alguna para los pecadores?

Sin embargo, en esta ocasión (Luc 5:30-32), Jesús empleó la misma premisa que ellos aceptaban para exponer la falsedad e hipocresía de sus quejas contra El. Al mismo tiempo las palabras de Jesús son una acusación contra los escribas y fariseos; es decir, les tocaba a ellos asociarse con los perdidos para tratar de sanarlos en lugar de evitarlos.

— sino a pecadores al arrepentimiento. — Desde luego, el “arrepentimiento” abarca la conversión completa. Primero todos deben creer en Cristo como el Hijo de Dios, luego arrepentirse (tener cambio de corazón, estando resuelto a dejar el pecado y error para ser un fiel hijo de Dios), entonces deben confesar su fe en Cristo (Hch 8:37) y ser bautizados en agua para perdón de pecados (Hch 2:38). Habiendo hecho esto son añadidos a la iglesia de Cristo, la que El estableció el día de Pentecostés (Hch 2:41; Hch 2:47).

Hay muchos religiosos que trabajan entre los que sufren por causa de sus pecados, sin llamarlos al arrepentimiento. Para ellos el evangelio es un ministerio al sufrimiento físico de los borrachos, drogadictos y prostitutas. Reparten alimentos, proveen dormitorios y les dan la atención médica, pero deben predicarles el evangelio del arrepentimiento para salvar su alma.

Desde luego, tales pecadores sufren física y mentalmente y es necesario ayudarles, pero el evangelio se dirige a su necesidad espiritual. La mayoría de tales personas no quieren la ayuda verdadera, sino solamente limosnas. Cristo se asociaba con los pecadores más menospreciados, pero lo hizo para salvar su alma. No hay gracia sin arrepentimiento. ¿Qué dijo el rey al hombre que vino a la fiesta no vestido de boda? (Mat 22:11) En esta parábola Jesús nos enseña la necesidad de dejar el pecado y vestir la ropa de justicia. Todos los pecadores, de toda clase, pueden venir a Cristo. El homosexual puede venir a Cristo, pero tiene que arrepentirse de su pecado y dejar de practicarlo. Todos los fornicarios pueden venir a Cristo, pero tienen que arrepentirse y dejar de practicar la fornicación. Todos los pecadores — los mentirosos, los ladrones, los asesinos y todos los demás — tienen que hacer lo mismo. Así también los que cometen adulterio por haberse divorciado de sus esposas no por causa de fornicación y se han vuelto a casar pueden venir a Cristo, pero tienen que dejar de cometer adulterio (abandonar la unión que es adulterio).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Luc 4:18, Luc 4:19; Luc 15:7, Luc 15:10; Luc 18:10-14; Luc 19:10; Luc 24:47; Isa 55:6, Isa 55:7; Isa 57:15; Mat 18:11; Mar 15:7, Mar 15:10; Hch 2:38; Hch 3:19, Hch 3:26; Hch 5:31; Hch 17:30; Hch 20:21; Hch 26:18-20; 1Co 6:9-11; 1Ti 1:15, 1Ti 1:16; 2Ti 2:25, 2Ti 2:26; 2Pe 3:9.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

La misión de Jesús era llamar a los pecadores al arrepentimiento. En el momento de su ascensión, Jesús comisionó la misma tarea a los discípulos (Luc 24:47; véanse también Luc 3:3, Luc 3:8; Luc 13:1-5; Luc 15:7-10; Luc 16:30; Luc 17:3, Luc 17:4; Hch 26:20). En este pasaje se representa el arrepentimiento como un enfermo que reconoce la presencia de su enfermedad y que reconoce que sólo Jesús, el Gran Médico, lo puede sanar. La esencia del arrepentimiento está en un acercamiento humilde a Dios para recibir su sanidad espiritual.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

5:32 No he venido a llamar a justos, — Jesús trata con estos escribas y fariseos según la opinión que ellos tenían de sí mismos. Desde luego, Jesús no está clasificando a los escribas y fariseos como “justos”. No había en toda la tierra hombres más enfermos espiritualmente que estos líderes de los judíos. En otro texto (Luc 16:15) Jesús les dice, “Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres; mas Dios conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación”. ¿Cómo podían ser justos ante los ojos de Dios cuando no tenían misericordia alguna para los pecadores?
Sin embargo, en esta ocasión (Luc 5:30-32), Jesús empleó la misma premisa que ellos aceptaban para exponer la falsedad e hipocresía de sus quejas contra El. Al mismo tiempo las palabras de Jesús son una acusación contra los escribas y fariseos; es decir, les tocaba a ellos asociarse con los perdidos para tratar de sanarlos en lugar de evitarlos.
— sino a pecadores al arrepentimiento. – Desde luego, el “arrepentimiento” abarca la conversión completa. Primero todos deben creer en Cristo como el Hijo de Dios, luego arrepentirse (tener cambio de corazón, estando resuelto a dejar el pecado y error para ser un fiel hijo de Dios), entonces deben confesar su fe en Cristo (Hch 8:37) y ser bautizados en agua para perdón de pecados (Hch 2:38). Habiendo hecho esto son añadidos a la iglesia de Cristo, la que El estableció el día de Pentecostés (Hch 2:41; Hch 2:47).
Hay muchos religiosos que trabajan entre los que sufren por causa de sus pecados, sin llamarlos al arrepentimiento. Para ellos el evangelio es un ministerio al sufrimiento físico de los borrachos, drogadictos y prostitutas. Reparten alimentos, proveen dormitorios y les dan la atención médica, pero deben predicarles el evangelio del arrepentimiento para salvar su alma.
Desde luego, tales pecadores sufren física y mentalmente y es necesario ayudarles, pero el evangelio se dirige a su necesidad espiritual. La mayoría de tales personas no quieren la ayuda verdadera, sino solamente limosnas. Cristo se asociaba con los pecadores más menospreciados, pero lo hizo para salvar su alma. No hay gracia sin arrepentimiento. ¿Qué dijo el rey al hombre que vino a la fiesta no vestido de boda? (Mat 22:11) En esta parábola Jesús nos enseña la necesidad de dejar el pecado y vestir la ropa de justicia. Todos los pecadores, de toda clase, pueden venir a Cristo. El homosexual puede venir a Cristo, pero tiene que arrepentirse de su pecado y dejar de practicarlo. Todos los fornicarios pueden venir a Cristo, pero tienen que arrepentirse y dejar de practicar la fornicación. Todos los pecadores – los mentirosos, los ladrones, los asesinos y todos los demás – tienen que hacer lo mismo. Así también los que cometen adulterio por haberse divorciado de sus esposas no por causa de fornicación y se han vuelto a casar pueden venir a Cristo, pero tienen que dejar de cometer adulterio (abandonar la unión que es adulterio).

Fuente: Notas Reeves-Partain

Luc 13:1-5; Luc 15:1-32; Luc 24:47; Mat 3:2.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

k 338 Mat 9:13; 1Ti 1:15

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo