Comentario de Lucas 6:12 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Aconteció en aquellos días que Jesús salió al monte para orar, y pasó toda la noche en oración a Dios.
6:12 En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios. — Esto indica lo serio de seleccionar a doce hombres para ser apóstoles. En esto Jesús es nuestro ejemplo de orar antes de eventos importantes de la vida (Mar 6:46; Luc 22:41-44; Jua 11:41-42; Jua 17:1). Toda decisión importante debe ser precedida por ferviente oración. Lucas nos dice que Jesús oraba frecuentemente: 3:21; 5:16; 9:18; 11:1, etc.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
que fué al monte a orar. Sal 55:15-17; Sal 109:3, Sal 109:4; Dan 6:10; Mat 6:6; Mar 1:35; Mar 14:34-36; Heb 5:7.
y pasó la noche orando a Dios. Gén 32:24-26; Sal 22:2; Mat 14:23-25; Mar 6:46; Col 4:2.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Orando: Vemos aquí otro ejemplo en el que Jesús pasa tiempo con Dios antes de un acontecimiento importante en su vida (Luc 3:21; Luc 22:41-44).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
PASÓ LA NOCHE ORANDO. Una y otra vez Jesús procuraba estar a solas con su Padre en oración, sobre todo en los momentos de decisiones trascendentales (véase Luc 5:16, nota).
(1) Una noche entera dedicada a la oración dio resultados formidables (véase Stg 5:16, nota). Después de esa noche de oración, Cristo escogió a los doce para que fueran sus apóstoles (vv. Luc 6:13-16), sanó a muchos enfermos (vv. Luc 6:17-19) y predicó su sermón más citado (vv. Luc 6:20-49).
(2) Si Jesucristo, el perfecto Hijo de Dios, pasó toda una noche en oración al Padre a fin de tomar una decisión importante, cuánto más el creyente, con todas sus debilidades y fracasos, necesita pasar noches en oración y en íntima comunión con el Padre celestial.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
pasó la noche orando. Lucas muestra con frecuencia a Jesús en oración, y de manera especial con anticipación a ciertos acontecimientos definitivos en su ministerio. Cp. Luc 3:21; Luc 5:16; Luc 9:18; Luc 9:28-29; Luc 11:1; Luc 22:32; Luc 22:40-46.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
6:12 En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios. – Esto indica lo serio de seleccionar a doce hombres para ser apóstoles. En esto Jesús es nuestro ejemplo de orar antes de eventos importantes de la vida (Mar 6:46; Luc 22:41-44; Jua 11:41-42; Jua 17:1). Toda decisión importante debe ser precedida por ferviente oración. Lucas nos dice que Jesús oraba frecuentemente: 3:21; 5:16; 9:18; 11:1, etc.
Fuente: Notas Reeves-Partain
JESÚS ELIGE SUS HOMBRES
Lucas 6:12-19
Por aquellos días, Jesús se retiró al monte a orar, y pasó toda la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, reunió a sus discípulos, y escogió a doce de entre ellos, a los que dio el nombre de apóstoles. Eran: Simón, al que también llamaba Pedro; el hermano de éste, Andrés; Santiago y Juan; Felipe y Bartolomé; Mateo y Tomás; Santiago hijo de Alfeo; Simón, conocido como el Celota; Judas, el hermano de Santiago, y Judas Iscariote, que acabó siendo traidor.
Luego bajó con ellos del monte, y se paró en una llanura donde había una gran multitud de discípulos suyos, y un gentío inmenso de gente de toda Judasa, y de Jerusalén, y de la costa de Tiro y de Sidón, que se habían reunido allí para escuchar su mensaje y para que los curara de sus enfermedades. También sanó a los que sufrían de espíritus inmundos.
Toda la gente estaba intentando tocarle, porque de Él emanaba un poder que los ponía buenos a todos.
Aquí vemos a Jesús eligiendo a sus hombres. Es interesante y provechoso entender por qué los escogió, porque Él sigue queriendo y necesitando hombres.
(i) Mr 3:14 nos dice que los escogió para que estuvieran con Él. Esto quiere decir dos cosas.
(a) Los escogió para que fueran sus amigos. Es maravilloso que Jesús necesitara amistad humana. Pertenece a la esencia misma de la fe cristiana el que podamos decir con toda reverencia y humildad que Dios no puede ser feliz sin los hombres. Precisamente porque es Padre, tiene un lugar vacío en el corazón hasta que el último hombre haya vuelto a casa.
(b) Jesús sabía que se acercaba el fin de su vida en la Tierra. Si hubiera vivido en otro tiempo, tal vez habría escrito un libro que hubiera llevado su enseñanza por todo el mundo. Pero, cuando Él vivió, escogió a esos hombres para escribir en ellos su mensaje. Serían sus libros vivos. Estarían en su compañía para poder llevar su mensaje a todos los hombres algún día.
(ii) Jesús los escogió entre sus discípulos. Discípulo quiere decir aprendiz. Tenían que ser de los que siempre estaban aprendiendo más y más de Él. Un cristiano es una persona que se pasa toda la vida aprendiendo del Señor al que verá cara a cara algún día, y entonces le conocerá como ahora el Señor le conoce a él.
(iii) Jesús escogió a sus hombres para que fueran sus apóstoles. La palabra griega apóstolos quiere decir alguien a quien se envía. Se puede referir a un mensajero o embajador. Los apóstoles iban a ser los embajadores de Jesús al mundo. El embajador es alguien que representa a su país en el extranjero. El cristiano es enviado como embajador de Cristo, no sólo con sus palabras, sino con sus obras y con toda su vida.
De los Doce mismos tenemos que decir dos cosas.
(i) Eran simplemente hombres corrientes. Ninguno era rico, ni famoso, ni influyente; no habían recibido unos estudios especiales. Eran sencillamente gente corriente. Es como si Jesús hubiera dicho: «Dadme doce personas corrientes, y cambiaré el mundo.» La obra de Jesús no está en las manos de los que el mundo llama grandes hombres, sino en las de gente corriente, como nosotros.
(ii) Eran una mezcla extraña. Fijémonos en dos de ellos: Mateo era recaudador de impuestos, es decir, un traidor y renegado; Simón era un celota, y los celota eran nacionalistas fanáticos que habían jurado asesinar a todos los traidores y Romanos que pudieran. Es uno de los milagros del poder de Cristo que el publicano Mateo y el celota Simón pudieron vivir en paz en la compañía del grupo apostólico. Cuando se es cristiano de veras, las personas más diferentes y divergentes pueden vivir en paz. Se decía de Gilbert Chesterton y de su hermano Cecil, que «siempre estaban discutiendo, pero no se peleaban nunca». Solamente en Cristo podemos resolver el problema de vivir juntos; porque hasta los caracteres más opuestos pueden estar unidos en su amor. Si de veras le amamos, nos amaremos unos a otros.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Luc 5:16.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Llamamiento de los doce (ver Mat. 10:1-4; Mar. 3:13-19). Sólo Luc. pone atención a la forma en que Jesús pasó toda la noche en oración antes de hacer la trascendental elección de los doce. De entre aquella gran compañía de los que respondieron a su enseñanza, escogió a doce apóstoles. Esta palabra nos recuerda al grupo que mantuvo posiciones de liderazgo en la iglesia después de la resurrección de Jesús, pero aquí expresa la forma en que Jesús habló de enviar (gr. apostello) a sus compañeros en una misión. Luc. no nos dice cuándo Simón recibió su nuevo nombre de “roca” (cf. Mat. 16:18; Juan 1:42). Bartolomé probablemente es la misma persona que Natanael (Juan 1:45-51). Mateo y Leví (5:27) son la misma persona, pues no era extraño que los judíos tuvieran dos nombres. Un Zelote era un judío nacionalista extremo. Judas (cf. Juan 14:22) es el “Tadeo” de la lista de Marcos. Iscariote significa “hombre de Queriot” o “asesino” o “falso”, más probablemente lo primero.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
REFERENCIAS CRUZADAS
s 367 Mat 6:6; Mar 3:13
t 368 Isa 26:9; Mat 14:23
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
a orar. La vida de oración de Jesús muestra que antes de cualquier evento importante El dedicaba tiempo a la comunión con el Padre Celestial (v. coment. en 3:21).
Fuente: La Biblia de las Américas
12 super (1) Véase la nota 35 super (1) de Mr 1.
12 super (2) Lit., en la oración de Dios.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
Estos versículos refieren la elección de los doce apóstoles. Esta elección dio principio al ministerio ó clero cristiano. Fue la primera ordenación, y fue una ordenación celebrada por la Gran Cabeza de la iglesia. Después del día en que acaecieron los acontecimientos aquí apuntados, ha habido millares de ordenaciones: mies de obispos, presbíteros, y diáconos han recibido las órdenes sagradas, y á menudo con mucha más pompa y magnificencia que la que se describen en los versículos citados. Más nunca ha habido otra ordenación tan solemne como esta. Nunca se han ordenado ministros que hayan hecho tanto por la iglesia y por el mundo como estos doce apóstoles.
Observemos, en primer lugar, en estos versículos, que cuando nuestro Señor ordenó sus primeros ministros, lo hizo después de haber orado largo tiempo: «Fue á orar en un monte, y pasó la noche orando á Dios. Y como fue de día, llamó á Sus discípulos, y escogió doce de ellos, los cuales también llamó apóstoles.»Es bien seguro que la mención que se hizo de la oración de nuestro Señor tiene su profunda significación. Se hizo con el objeto de que sirviese de lección perpetua á la iglesia de Cristo. Se tuvo ánimo de enseñarnos la gran importancia de interceder y ofrecer oraciones en favor de los ministros, y particularmente al tiempo de ordenarse éstos. Aquellos á quienes se confía la responsable misión de ordenar deben rogar por que «ligeramente no impongan las manos á nadie.» Los que se presentan para recibir las órdenes deben orar á fin de que no vayan á hacerse cargo de una obra para la cual sean ineptos, y á fin de que no vayan á emprender una carrera para la cual no tengan vocación. Los miembros seglares de la iglesia deben también orar por que no reciban las órdenes sino los que hayan sido movidos interiormente por el Espíritu Santo. ¡Felices aquellas ordenaciones, en las cuales todos los interesados á semejanza de Cristo se juntan con ánimo deprecatorio! ¿Deseamos contribuir, en el mundo, al adelanto de la religión pura y perfecta? En tal caso no olvidemos jamás orar por los ministros, y especialmente por los jóvenes que estén al ordenarse. El progreso del Evangelio, mediante la bendición de Dios, dependerá en mucho del carácter y conducta de los que profesen predicarlo. No es de esperarse que un ministro no convertido haga bien alguno á las almas. Imposible es que enseñe con buen éxito lo que el mismo no experimenta interiormente. Oremos cada día por que la iglesia se deshaga de tales ministros. Los ministros convertidos son don especial de Dios; al hombre no es dado crearlos. Si deseamos tener buenos ministros, es menester que sigamos el ejemplo de nuestro Señor y los pidamos á Dios. Sus tareas son arduas; su responsabilidad enorme; su fortaleza escasa. Cuidemos de fortalecerlos, y sostenerlos con nuestras oraciones. En este, y en muchísimos otros casos las palabras de Santiago son con frecuencia de dolorosa aplicación: » No tenéis lo que deseáis, porque no pedís.» Jam 4:2. No pedimos á Dios que provea jóvenes convertidos para que ocupen nuestros púlpitos, y acaso castiga nuestro descuido con falta de buenos ministros.
Observemos en segundo lugar cuan poco se nos informa de la posesión y ocupación secular de los primeros ministros de la iglesia cristiana. Sabemos que cuatro de ellos eran pescadores. Que uno, á lo menos, era publicano. Que la mayor parte, probablemente, eran galileos. Ninguno de ellos, según lo que leemos en el Nuevo Testamento, era grande, ó noble. Ninguno era Fariseo, ó escriba, ó Sacerdote, ó Príncipe, ó Anciano. Todos eran, al parecer, «sin letras é ignorantes.» Act 4:13.
Hay algo sumamente instructivo en el hecho de que nos ocupamos. Nos enseña que el reino de nuestro Señor Jesucristo existió una absoluta independencia de ayuda alguna de este mundo. Su iglesia no fue erigida con ejércitos, ni por medio de la fuerza, sino con Espíritu del Dios vivo. Zacar. 4:6. Esto nos suministra una prueba incontestable del origen divino del Cristianismo. Una religión que transformó el mundo, siendo como fueron pobres los primeros que la predicaron, necesariamente debió haber descendido del cielo. Si los apóstoles hubieran tenido dinero que dar á sus oyentes, ó llevado consigo ejércitos que los intimidasen, los infieles podrían con razón negar que hubiera algo de maravilloso en el buen éxito. Más la pobreza de los discípulos de nuestro Señor por destruye por su base cualesquiera argumentos en que el infiel apoyarse. Con la doctrina más ingrata al corazón mundano; sin poseer nada para sobornar ó para compeler á la obediencia un puñado de humildes galileos conmovieron el mundo, y cambiaron la faz del imperio Romano. Este resultado asombroso puede atribuirse solamente á una causa: el Evangelio de Cristo, que proclamaron esos hombres, era la verdad divina.
Tengamos esto presente cuando pensemos en hacer algo por la causa de Cristo, y guardémonos de buscar apoyo en brazos humanos. Velemos contra la inclinación oculta, que á todos nos es natural, de considerar el dinero, ó el saber, ó la protección ó el sostén de los grandes de la tierra, como los medios necesarios para llevar nuestros planes. Si queremos hacer bien á las almas, no debemos dirigirnos primero á los potentados de este mundo: debemos comenzar por donde la iglesia de Cristo comenzó, buscando predicadores llenos del Espíritu Santo.
Finalmente, observemos en estos versículos que uno de aquellos que nuestro Señor eligió para apóstoles, resultó falso y traidor, ese fue Judas Iscariote.
No podemos dudar por un momento, que al elegir á Judas Iscariote nuestro Señor sabia bien lo que hacia. Quien podía leer los corazones, sabía con toda certeza desde el principio que, no obstante sus protestas de piedad, Judas era un malvado, y que algún día lo entregaría alevosamente. Entonces ¿por qué lo eligió apóstol? Es esta una pregunta que á muchos ha confundido. Sin embargo, puede dársele una respuesta satisfactoria. Cómo todo lo que hacia, nuestro Señor eligió con prudencia, deliberación, y sabiduría. En esta elección hay lecciones de alta importancia para toda la iglesia de Cristo.
La elección de Judas fue hecha con el designio de enseñar á los ministros da culto á ser humildes. Estos no han de suponer que la ordenación comunica necesariamente la gracia divina, ó que una vez que estén ordenados no pueden errar. Al contrario, han de acordarse, que uno que fue ordenado por el mismo Cristo fue un in hipócrita. Esté pues alerta el ministro que cree hallarse firme, no sea que caiga.
Además, la elección de Judas fue hecha con el designio de enseñar á los feligreses á no hacer ídolos á los ministros. Es de su deber estimarlos y amarlos en alto grado, por causa de su misión, mas no deben reverenciarlos como si fuesen infalibles, ni honrarlos de una manera contraria á la Escritura. Es menester no olviden quo los ministros tanto pueden ser sucesores de Judas Iscariote, como de Pedro y Pablo. El nombre de Judas debe servirnos de admonición perpetua para no tener confianza del hombre. «No glorío nadie en los hombres.» 1Co 3:21.
Finalmente, la elección que nuestro Señor hizo de Judas fue con el objeto de enseñar á toda la iglesia, que en el actual estado de cosas no debía esperar ver una comunidad de fe pura y perfecta. El trigo y la cizaña–el pescado bueno y el malo–se encontrarán siempre mezclados, hasta la segunda venida del Señor. Es inútil querer hallar perfección en las iglesias visibles. Nunca la encontraremos. Aun entre los apóstoles hubo un Judas. Convertidos y no convertidos se hallarán siempre mezclados en todas las congregaciones.
Fuente: Los Evangelios Explicados
R500 El genitivo τοῦ θεοῦ se usa como un genitivo objetivo: oración a Dios.
R1058 El infinitivo ἐξελθεῖν se usa como el sujeto de ἐγένετο (comp. el v. 6).
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
Lit., Y sucedió que en
Fuente: La Biblia de las Américas
Lit. pasando la noche en la oración de Dios.