Comentario de Lucas 6:45 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón, presenta lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón, presenta lo malo. Porque de la abundancia del corazón habla la boca.
6:45 El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca. Véase Mat 12:35. Compárese Mar 7:30-31. Esta es otra figura que enseña la misma lección. El hombre bueno saca cosas buenas del buen tesoro del corazón, y el hombre malo saca cosas malas del suyo. El «tesoro» de cada quien es la acumulación de todos sus pensamientos, deseos, planes, intentos, ambiciones, etc. De este «tesoro» (malo o bueno) saca buenas o malas palabras. Los fariseos sacaron de su «tesoro» malo (malicioso) la blasfemia contra el Espíritu Santo. Al escuchar por muy poco tiempo las palabras de cualquier individuo sabemos mucho acerca de ellas. La boca revela el corazón. Las palabras revelan el carácter, corresponden al carácter. Lo que los fariseos dijeron reveló lo que eran: la clase de árbol que eran, la clase de tesoro que tenían. Pro 26:18-19, «Como el que enloquece, y echa llamas y saetas y muerte, tal es el hombre que engaña a su amigo, y dice: Ciertamente lo hice por broma». A veces alguien se enoja y pronuncia palabras malas que hieren y ofenden. Luego pide perdón diciendo, «Perdóneme, yo no quise decir eso». La verdad es que lo que decimos espontáneamente, es decir, cuando no estamos en guardia, cuando no cuidamos las palabras y no nos preocupamos por lo que decimos es cuando revelamos la verdadera condición del corazón.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
El buen hombre. Sal 37:30, Sal 37:31; Sal 40:8-10; Sal 71:15-18; Pro 10:20, Pro 10:21; Pro 12:18; Pro 15:23; Pro 22:17, Pro 22:18; Mat 12:35; Jua 7:38; Efe 4:29; Efe 5:3, Efe 5:4, Efe 5:19; Col 4:6.
del buen tesoro de su corazón. 2Co 4:6, 2Co 4:7; Efe 3:8; Col 3:16; Heb 8:10.
el mal hombre del mal tesoro. Sal 12:2-4; Sal 41:6, Sal 41:7; Sal 52:2-4; Sal 59:7, Sal 59:12; Sal 64:3-8; Sal 140:5; Jer 9:2-5; Hch 5:3; Hch 8:19-23; Rom 3:13, Rom 3:14; Stg 3:5-8; Jud 1:15.
porque de la abundancia del corazón habla su boca. Mat 12:34-37.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
SU CORAZÓN. Como centro del ser humano, el corazón determina su conducta y debe ser cambiado o convertido (véanse Mar 7:20-23, nota, y los ARTÍCULOs EL CORAZÓN, P. 842. [Pro 4:23], y LA REGENERACIÓN, P. 1455. [Jua 3:3]). Sin ese cambio interior nadie puede hacer la voluntad de Dios (cf. Jer 24:7; Jer 31:33; Jer 32:39; Eze 36:23; Eze 36:27; Mat 7:16-20; Mat 12:33-35; Mat 15:18-19; Mat 21:43; Luc 1:17; Rom 6:17).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
6:45 El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca. Véase Mat 12:35. Compárese Mar 7:30-31. Esta es otra figura que enseña la misma lección. El hombre bueno saca cosas buenas del buen tesoro del corazón, y el hombre malo saca cosas malas del suyo. El «tesoro» de cada quien es la acumulación de todos sus pensamientos, deseos, planes, intentos, ambiciones, etc. De este «tesoro» (malo o bueno) saca buenas o malas palabras. Los fariseos sacaron de su «tesoro» malo (malicioso) la blasfemia contra el Espíritu Santo. Al escuchar por muy poco tiempo las palabras de cualquier individuo sabemos mucho acerca de ellas. La boca revela el corazón.
Las palabras revelan el carácter, corresponden al carácter. Lo que los fariseos dijeron reveló lo que eran: la clase de árbol que eran, la clase de tesoro que tenían. Pro 26:18-19, «Como el que enloquece, y echa llamas y saetas y muerte, tal es el hombre que engaña a su amigo, y dice: Ciertamente lo hice por broma». A veces alguien se enoja y pronuncia palabras malas que hieren y ofenden. Luego pide perdón diciendo, «Perdóneme, yo no quise decir eso». La verdad es que lo que decimos espontáneamente, es decir, cuando no estamos en guardia, cuando no cuidamos las palabras y no nos preocupamos por lo que decimos es cuando revelamos la verdadera condición del corazón.
Algunos quieren justificar el pecado diciendo, «pero su corazón es puro»; es decir, se cree que Dios no condena nuestra mala conducta o nuestras palabras malas si nuestro corazón es recto. Pero aquí precisamente está el problema. La mala conducta y las malas palabras demuestran que el corazón no es puro ni recto.
Fuente: Notas Reeves-Partain
REFERENCIAS CRUZADAS
s 421 Mat 12:35
t 422 Mat 12:34
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
tesoro de su corazón. El corazón es presentado como un almacén que contiene lo bueno o lo malo (vers. 43– 44).
habla su boca. La boca sólo revela lo que hay en el corazón.
Fuente: La Biblia de las Américas
→ Mat 12:34.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
g Mat 12:34.