Biblia

Comentario de Lucas 8:25 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Lucas 8:25 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Entonces les dijo: —¿Dónde está vuestra fe? Atemorizados, se maravillaron diciéndose los unos a los otros: —¿Quién es éste, que manda aun a los vientos y al agua, y le obedecen?

8:25 Y les dijo: ¿Dónde está vuestra fe? Y atemorizados, se maravillaban, y se decían unos a otros: ¿Quién es éste, que aun a los vientos y a las aguas manda, y le obedecen? — “El les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza” (Mat 8:26). Tenían fe, pero era “poca” fe (Mat 6:30; Mat 14:31; Mat 16:8). Eso fue el problema que Jesús quería solucionar. Es el mismo problema que tenemos nosotros. Muchos tienen fe pero es “poca fe” y es “débil fe”. Por eso cuando se desencadenan las tormentas de la vida, nos dejan desesperados.

El temor es necesario. Es un instinto que Dios nos da para nuestra propia protección, pero el temor excesivo indica poca fe en Dios, y aun la cobardía. Mar 4:40, “¿Por qué estáis así amedrentados?’ Esta palabra (DEILOS) significa “cobarde, amedrentado”. La Versión Moderna traduce Mat 8:26, ‘¿Por qué sois cobardes?” La cobardía es causada por la falta de fe.

¿No valía la presencia de Jesús? El estuvo con ellos en la barca. ¿Creían que Jesús también iba a desaparecer en la tormenta? La duda no razona. Ya sabían que Jesús tenía grandes poderes: sobre la lepra y sobre toda clase de enfermedad, que aun podía sanar de lejos, y que tenía poder sobre los demonios. ¿No eran suficientes estas señales para convencerles? Sí, pero este caso es diferente. Ahora ellos mismos estaban en peligro. Habían visto los milagros que ayudaban a otros, pero los apóstoles no eran leprosos, ni endemoniados, ni aun enfermos, sino que estaban en gran peligro de perder su vida en una tempestad. Creían que Jesús tenía poder sobre la lepra y los vientos y el mar.

Jesús habló al mar como si fuera algún monstruo violento. “Enmudece”, literalmente, cerrar la boca con bozal, callarse, enmudecer.

Mat 8:27 Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen? “Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen?” (Mar 4:41). ‘Temieron’, pero aquí se usa otra palabra. Ya no es el temor de cobardía, sino temor reverencial. Ya se calmó la tempestad y se acabó el peligro. El temor que ahora sienten es aquel temor de reconocer el gran poder de Dios. Reconocían que estaban en ese momento en la presencia de Dios. (Compárese Luc 5:8, ‘Apártate de mi, Señor, porque soy hombre pecador”; así dijo Pedro cuando encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía”).

Los hombres hacen grandes cosas, efectúan grandes cambios, pero ¿quién ha controlado algún huracán o tornado? ¿Qué hombre famoso ha podido controlar’ los elementos? Jesús calmó la tempestad, caminó sobre el agua, multiplicó panes y peces, y convirtió el agua en vino. ¿Hasta cuándo harán tales cosas los hombres grandes de la tierra?

Nunca habían visto esta clase de milagro y quedaron maravillados. Estaban atemorizados también porque peligraban sus propias vidas. Siempre es más impresionante lo que nos afecta a nosotros personalmente.

Según Mat 14:33, cuando Jesús anduvo sobre el agua, ‘Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: En verdad eres Hijo de Dios”. Estas experiencias lograron el propósito importante de fortalecer la fe de los discípulos.

Jesús está con nosotros. Mat 28:20, prometió estar siempre con los apóstoles. Compárese Mar 16:20. Siempre estaba con ellos durante su ministerio, y aun ahora está con ellos en la palabra escrita por ellos, pero también está con nosotros durante todas las tormentas de la vida (enfermedades y otras aflicciones, persecución y tribulación, problemas, dificultades, en fin, siempre que seamos sacudidos y azotados por las fuerzas enemigas del alma).

“¿No tienes cuidado que perecemos?” Que nunca hagamos esta pregunta, porque Jesús demostró su cuidado por nosotros cuando fue al Calvario. Heb 2:18; Heb 4:15-16 nos asegura que El tiene cuidado de nosotros.

Mar 6:45-52 registra un evento semejante. El viento les era contrario y Jesús fue a ellos andando sobre el mar. Cuando “se asombraron en gran manera y se maravillaban” Marcos da la siguiente explicación: v. 52, “Porque aún no habían entendido lo de los panes”, refiriéndose al milagro de multiplicar los panes y peces; es decir, si hubieran captado el verdadero significado de ese milagro, de que Cristo era Dios el Creador y Director de todas las cosas (incluyendo los panes y peces), no se habrían asombrado y maravillado cuando El vino andando sobre el agua y calmó los vientos.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

¿dónde está vuestra fe? Luc 12:28; Mat 6:30; Mat 8:26; Mat 14:31; Mat 17:20; Mar 4:40, Mar 4:41; Jua 11:40.

y atemorizados, se maravillaban. Gén 1:9, Gén 1:10; Jos 10:12-14; Job 38:8-10; Pro 8:29; Pro 30:4.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Dónde está vuestra fe: La pregunta de Jesús era un reproche a los discípulos. Debido a que Dios estaba consciente de esta situación, podían confiar en su protección pues Él era lo suficientemente poderoso para controlar al viento y a las imponentes olas.

¿Quién es este?: Esta es la verdadera cuestión de todo el ministerio de Jesús en Galilea, cuyo comienzo se registra en Luc 4:14. Todas las manifestaciones de la autoridad de Jesús durante su ministerio tenían por finalidad el incentivar esta interrogante.

le obedecen: Esta reflexión da indicios de la respuesta, puesto que Jesús controla la naturaleza. El precedente más cercano a tal poder está en Elías (1Re 17:1-24), pero los milagros se dan con tal frecuencia y variedad que esa categoría es demasiado limitante. Los discípulos ya sentían que entre ellos estaba alguien más grande que un profeta. Lucas es honesto al señalar cómo fue creciendo el entendimiento de los discípulos respecto a Jesús. Aprendieron paulatinamente. Sus perspectivas crecieron desde «la tierra hasta el cielo». Mientras mayor conocimiento tengamos de Dios, mayor será nuestra fe. Cada pecado que cometemos alguna vez es el resultado de una concepción errada e inadecuada de Dios.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

8:25 Y les dijo: ¿Dónde está vuestra fe? Y atemorizados, se maravillaban, y se decían unos a otros: ¿Quién es éste, que aun a los vientos y a las aguas manda, y le obedecen? — “El les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza” (Mat 8:26). Tenían fe, pero era “poca” fe (Mat 6:30; Mat 14:31; Mat 16:8). Eso fue el problema que Jesús quería solucionar. Es el mismo problema que tenemos nosotros. Muchos tienen fe pero es “poca fe” y es “débil fe”. Por eso cuando se desencadenan las tormentas de la vida, nos dejan desesperados.
El temor es necesario. Es un instinto que Dios nos da para nuestra propia protección, pero el temor excesivo indica poca fe en Dios, y aun la cobardía. Mar 4:40, “¿Por qué estáis así amedrentados?’ Esta palabra (DEILOS) significa “cobarde, amedrentado”. La Versión Moderna traduce Mat 8:26, ‘¿Por qué sois cobardes?” La cobardía es causada por la falta de fe.
¿No valía la presencia de Jesús? El estuvo con ellos en la barca. ¿Creían que Jesús también iba a desaparecer en la tormenta? La duda no razona. Ya sabían que Jesús tenía grandes poderes: sobre la lepra y sobre toda clase de enfermedad, que aun podía sanar de lejos, y que tenía poder sobre los demonios. ¿No eran suficientes estas señales para convencerles? Sí, pero este caso es diferente. Ahora ellos mismos estaban en peligro. Habían visto los milagros que ayudaban a otros, pero los apóstoles no eran leprosos, ni endemoniados, ni aun enfermos, sino que estaban en gran peligro de perder su vida en una tempestad. Creían que Jesús tenía poder sobre la lepra y los vientos y el mar.
Jesús habló al mar como si fuera algún monstruo violento. “Enmudece”, literalmente, cerrar la boca con bozal, callarse, enmudecer.
Mat 8:27 Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen? “Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen?” (Mar 4:41). ‘Temieron’, pero aquí se usa otra palabra. Ya no es el temor de cobardía, sino temor reverencial. Ya se calmó la tempestad y se acabó el peligro. El temor que ahora sienten es aquel temor de reconocer el gran poder de Dios. Reconocían que estaban en ese momento en la presencia de Dios. (Compárese Luc 5:8, ‘Apártate de mi, Señor, porque soy hombre pecador”; así dijo Pedro cuando encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía”).
Los hombres hacen grandes cosas, efectúan grandes cambios, pero ¿quién ha controlado algún huracán o tornado? ¿Qué hombre famoso ha podido controlar’ los elementos? Jesús calmó la tempestad, caminó sobre el agua, multiplicó panes y peces, y convirtió el agua en vino. ¿Hasta cuándo harán tales cosas los hombres grandes de la tierra?
Nunca habían visto esta clase de milagro y quedaron maravillados. Estaban atemorizados también porque peligraban sus propias vidas. Siempre es más impresionante lo que nos afecta a nosotros personalmente.
Según Mat 14:33, cuando Jesús anduvo sobre el agua, ‘Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: En verdad eres Hijo de Dios”. Estas experiencias lograron el propósito importante de fortalecer la fe de los discípulos.
Jesús está con nosotros. Mat 28:20, prometió estar siempre con los apóstoles. Compárese Mar 16:20. Siempre estaba con ellos durante su ministerio, y aun ahora está con ellos en la palabra escrita por ellos, pero también está con nosotros durante todas las tormentas de la vida (enfermedades y otras aflicciones, persecución y tribulación, problemas, dificultades, en fin, siempre que seamos sacudidos y azotados por las fuerzas enemigas del alma).
“¿No tienes cuidado que perecemos?” Que nunca hagamos esta pregunta, porque Jesús demostró su cuidado por nosotros cuando fue al Calvario. Heb 2:18; Heb 4:15-16 nos asegura que El tiene cuidado de nosotros.
Mar 6:45-52 registra un evento semejante. El viento les era contrario y Jesús fue a ellos andando sobre el mar. Cuando “se asombraron en gran manera y se maravillaban” Marcos da la siguiente explicación: v. 52, “Porque aún no habían entendido lo de los panes”, refiriéndose al milagro de multiplicar los panes y peces; es decir, si hubieran captado el verdadero significado de ese milagro, de que Cristo era Dios el Creador y Director de todas las cosas (incluyendo los panes y peces), no se habrían asombrado y maravillado cuando El vino andando sobre el agua y calmó los vientos.

Fuente: Notas Reeves-Partain

REFERENCIAS CRUZADAS

j 522 Mat 8:27; Mar 4:41

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

¿Quién, pues, es éste. Véase coment. en Mt 8:27. La pregunta de los discípulos es similar a la de la multitud después que el Señor echó fuera los demonios (4:36).

Fuente: La Biblia de las Américas

T318 Ὅτι se usa en este versículo con un sentido consecutivo: así que (comp. BD456 [2] y Luc 4:36).

BD444(3) El uso de καὶ … καί en la última parte de este versículo significa: aun … y.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego