Biblia

Comentario de Lucas 9:2 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Lucas 9:2 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Los envió a predicar el reino de Dios y a sanar a los enfermos.

9:2 Y los envió a predicar el reino de Dios, — El reino de Dios es el reinado de Dios en el corazón de los que le obedecen. Los que están “en el reino” son los que son descritos por Jesús en las bienaventuranzas de Mat 5:3-12 y en todo el Sermón del Monte (Mat 5:1-48; Mat 6:1-34; Mat 7:1-29). Por eso, en cuanto a lo que se puede ver, el reino es la iglesia, porque está compuesta de personas que obedecen al evangelio de Cristo (quien es Dios) y permiten que su enseñanza gobierne sus vidas. Los que están “en el reino” han sido crucificados con Cristo y Cristo vive en ellos (Gál 2:20).

V. 6, dice que “saliendo… anunciando el evangelio”. Por eso, el primer mandamiento fue “arrepentirse” (Mat 4:17); es decir, tener cambio de corazón, cambio de carácter. Este cambio se puede ver en tales textos como Gál 5:15-21; Efe 4:17-32; Col 3:5-15, etc. No habían de predicar un mensaje de palabras florecientes para que la gente “se sintiera bien acerca de sí mismos” (como es el objetivo de mucha predicación moderna, aun entre algunos en la iglesia de Cristo), sino un mensaje que exige un cambio radical de vida, comenzando con el cambio del intelecto, la voluntad y las emociones. Los que rehúsan cambiar no están “en el reino de Dios” aunque sean miembros de alguna iglesia de Cristo. ¿Cuántos miembros de la iglesia siguen con su genio malo (corajes, odio, envidia, etc.) aunque siempre estén presentes para participar de la cena cada domingo? Nos urge predicar más sobre lo que significa estar verdaderamente “en el reino” (bajo el reinado de Cristo).

Mat 10:7, “Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado”, lo mismo que predicaban Juan y Jesús (Mat 3:2; Mat 4:17). Se estableció el reino de Cristo el primer Pentecostés después de su resurrección (véase 3:2, notas). En efecto, habían de predicar el reino espiritual de Dios que es su iglesia.

No les envió para predicar el llamado “evangelio social”, el “evangelio” cuyo propósito es corregir los males e inequidades sociales y políticas. Las iglesias que promueven el “evangelio social” proveen toda clase de actividad social para miembros y visitantes (y especialmente para los jóvenes), escuelas de toda clase (incluyendo escuelas para predicadores), clínicas, asilos para niños y ancianos, etc.

Mar 6:12, “Y saliendo, predicaban que los hombres se arrepintiesen”. No predicaron el “evangelio” de “sentirse bien acerca de sí mismo” aunque sigan viviendo en pecado. Más bien, predicaron que todos deberían sentirse culpables del pecado y arrepentirse. Al leer estos textos que dicen que Juan, Jesús, los doce y los setenta predicaron el arrepentimiento porque el reino se acercaba, me pregunto “¿Y qué tendría el arrepentirse con al venida de un reino como el de David?” ¿Para qué arrepentirse si el reino que llegaba sería para decapitar a los romanos? ¿Por qué arrepentirnos si el reino sería como en los días de Salomón? (“Y Judá e Israel vivían seguros, cada uno debajo de su parra y debajo de su higuera, desde Dan hasta Beerseba, todos los días de Salomón”, 1Re 4:25).

Mar 6:7 dice que Jesús los envió “de dos en dos”. También viajaron juntos Pablo y Bernabé, Pablo y Silas, Bernabé y Marcos. Hay mucha ventaja en este arreglo con el propósito de darse ayuda, fortaleza y consuelo recíprocos. Ecl 4:9-12.

Mat 10:5, “y les dio instrucciones, diciendo: Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis, 6 sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel” (Mat 9:35-36; Mat 15:24; Jer 50:6). “No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel” (Mat 15:24); durante el tiempo que Jesús estaba en la tierra su misión fue para los judíos y así también envió a sus apóstoles (y a los setenta, Luc 10:1) solamente a los judíos. Debido a esta restricción de no ir a los gentiles ni a los samaritanos hablamos de la “Comisión Limitada” en contraste con la “Gran Comisión” (Mat 28:19; Mar 16:15) de ir y predicar a todas las naciones.

Jesús es el “Buen Pastor” (Jua 10:1-16; compárese Eze 34:1-31 que describe a los pastores infieles de Israel).

¿Por qué no entrar “en ciudad de samaritanos”? Cuando se dividió el reino de Israel, el reino del norte cayó en apostasía y muchos de ellos fueron llevados cautivos por los asirios. Entonces (2Re 17:24), “trajo el rey de Asiria gente de Babilonia, de Cuta, de Ava, de Hamat y de Sefarvaim, y los puso en las ciudades de Samaria, en lugar de los hijos de Israel; y poseyeron a Samaria, y habitaron en sus ciudades”. Los israelitas, pues, se casaban con los de otras naciones (Neh 13:23) y ya no eran “israelitas” sino “samaritanos”, una raza mixta. No eran “ovejas perdidas de la casa de Israel” sino “extranjeros” (Luc 17:18).

— y a sanar a los enfermos. — Mat 10:8, “Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos”. No hay ejemplos de esto en Mateo, Marcos, Lucas o Juan, pero Hch 9:40-41 dice que Pedro resucitó a Dorcas y Hch 20:9-12 dice que Pablo resucitó a Eutico). Mateo agrega también lo siguiente: “echad fuera demonios; de gracia (gratuitamente, LBLA, margen) recibisteis, dad de gracia”.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Luc 10:1, Luc 10:9, Luc 10:11; Luc 16:16; Mat 3:2; Mat 10:7, Mat 10:8; Mat 13:19; Mat 24:14; Mar 1:14, Mar 1:15; Mar 6:12; Mar 16:15; Heb 2:3, Heb 2:4.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

predicar … sanar: Toda la nación de Israel necesitaba ver una prueba del Reino de Dios y tomar una decisión sobre su Rey y su Reino. Jesús comisionó a sus discípulos para propagar la Palabra del Reino de Dios mediante la predicación y la sanidad.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

PREDICAR EL REINO… SANAR A LOS ENFERMOS.

(1) Esta es la primera vez que Jesús envió a los doce discípulos a representarlo mediante la palabra y los hechos. La instrucción que recibieron los doce, según el pasaje paralelo de Mateo, era ir «a las ovejas perdidas de la casa de Israel» (Mat 10:6). Sin embargo, después de su resurrección Jesús amplió el alcance para abarcar a todas las naciones, en una comisión que va a continuar «hasta el fin del mundo» (Mat 28:18-20; Mar 16:15-20).

(2) Los autores de los evangelios ponen muy en claro que el mandamiento de Jesús a predicar el reino de Dios (véase el ARTÍCULO EL REINO DE DIOS, P. 1302. [Mat 12:28]) casi nunca se dio aparte del mandamiento a sanar a los enfermos y expulsar a los demonios (Mat 9:35-38; Mat 10:7-8; Mar 3:14-15; Mar 6:7-13; Mar 16:15; Mar 16:17; Luc 9:2; Luc 9:6; Luc 10:1; Luc 10:9; cf. Luc 4:17-19). La presentación del evangelio hoy día debe ir acompañada de la misma demostración del Espíritu y de poder (Mat 10:1, nota; Mar 16:15-18; Hch 1:8; Rom 15:18-19; 1Co 2:4-5; 1Co 4:20; véase el ARTÍCULO SEÑALES DE LOS CREYENTES, P. 1380. [Mar 16:17-18]) a fin de confrontar el desafío de Satanás en estos últimos días (1Ti 4:1; 2Ti 3:1-5).

(3) Las iglesias de hoy no deben compararse con otras iglesias, sino con este mensaje y esta norma del NT. ¿Están viendo y experimentando el reino de Dios como lo vieron y experimentaron los primeros creyentes? ¿Está el reino de Dios entre las iglesias actuales? Si no es así, ¿por qué no?

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

9:2 Y los envió a predicar el reino de Dios, — El reino de Dios es el reinado de Dios en el corazón de los que le obedecen. Los que están “en el reino” son los que son descritos por Jesús en las bienaventuranzas de Mat 5:3-12 y en todo el Sermón del Monte (Mat 5:1-48; Mat 6:1-34; Mat 7:1-29). Por eso, en cuanto a lo que se puede ver, el reino es la iglesia, porque está compuesta de personas que obedecen al evangelio de Cristo (quien es Dios) y permiten que su enseñanza gobierne sus vidas. Los que están “en el reino” han sido crucificados con Cristo y Cristo vive en ellos (Gál 2:20).
V. 6, dice que “saliendo… anunciando el evangelio”. Por eso, el primer mandamiento fue “arrepentirse” (Mat 4:17); es decir, tener cambio de corazón, cambio de carácter. Este cambio se puede ver en tales textos como Gál 5:15-21; Efe 4:17-32; Col 3:5-15, etc. No habían de predicar un mensaje de palabras florecientes para que la gente “se sintiera bien acerca de sí mismos” (como es el objetivo de mucha predicación moderna, aun entre algunos en la iglesia de Cristo), sino un mensaje que exige un cambio radical de vida, comenzando con el cambio del intelecto, la voluntad y las emociones. Los que rehúsan cambiar no están “en el reino de Dios” aunque sean miembros de alguna iglesia de Cristo. ¿Cuántos miembros de la iglesia siguen con su genio malo (corajes, odio, envidia, etc.) aunque siempre estén presentes para participar de la cena cada domingo? Nos urge predicar más sobre lo que significa estar verdaderamente “en el reino” (bajo el reinado de Cristo).
Mat 10:7, “Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado”, lo mismo que predicaban Juan y Jesús (Mat 3:2; Mat 4:17). Se estableció el reino de Cristo el primer Pentecostés después de su resurrección (véase 3:2, notas). En efecto, habían de predicar el reino espiritual de Dios que es su iglesia.
No les envió para predicar el llamado “evangelio social”, el “evangelio” cuyo propósito es corregir los males e inequidades sociales y políticas. Las iglesias que promueven el “evangelio social” proveen toda clase de actividad social para miembros y visitantes (y especialmente para los jóvenes), escuelas de toda clase (incluyendo escuelas para predicadores), clínicas, asilos para niños y ancianos, etc.
Mar 6:12, “Y saliendo, predicaban que los hombres se arrepintiesen”. No predicaron el “evangelio” de “sentirse bien acerca de sí mismo” aunque sigan viviendo en pecado. Más bien, predicaron que todos deberían sentirse culpables del pecado y arrepentirse. Al leer estos textos que dicen que Juan, Jesús, los doce y los setenta predicaron el arrepentimiento porque el reino se acercaba, me pregunto “¿Y qué tendría el arrepentirse con al venida de un reino como el de David?” ¿Para qué arrepentirse si el reino que llegaba sería para decapitar a los romanos? ¿Por qué arrepentirnos si el reino sería como en los días de Salomón? (“Y Judá e Israel vivían seguros, cada uno debajo de su parra y debajo de su higuera, desde Dan hasta Beerseba, todos los días de Salomón”, 1Re 4:25).
Mar 6:7 dice que Jesús los envió “de dos en dos”. También viajaron juntos Pablo y Bernabé, Pablo y Silas, Bernabé y Marcos. Hay mucha ventaja en este arreglo con el propósito de darse ayuda, fortaleza y consuelo recíprocos. Ecl 4:9-12.
Mat 10:5, “y les dio instrucciones, diciendo: Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis, 6 sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel” (Mat 9:35-36; Mat 15:24; Jer 50:6). “No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel” (Mat 15:24); durante el tiempo que Jesús estaba en la tierra su misión fue para los judíos y así también envió a sus apóstoles (y a los setenta, Luc 10:1) solamente a los judíos. Debido a esta restricción de no ir a los gentiles ni a los samaritanos hablamos de la “Comisión Limitada” en contraste con la “Gran Comisión” (Mat 28:19; Mar 16:15) de ir y predicar a todas las naciones.
Jesús es el “Buen Pastor” (Jua 10:1-16; compárese Eze 34:1-31 que describe a los pastores infieles de Israel).
¿Por qué no entrar “en ciudad de samaritanos”? Cuando se dividió el reino de Israel, el reino del norte cayó en apostasía y muchos de ellos fueron llevados cautivos por los asirios. Entonces (2Re 17:24), “trajo el rey de Asiria gente de Babilonia, de Cuta, de Ava, de Hamat y de Sefarvaim, y los puso en las ciudades de Samaria, en lugar de los hijos de Israel; y poseyeron a Samaria, y habitaron en sus ciudades”. Los israelitas, pues, se casaban con los de otras naciones (Neh 13:23) y ya no eran “israelitas” sino “samaritanos”, una raza mixta. No eran “ovejas perdidas de la casa de Israel” sino “extranjeros” (Luc 17:18).
— y a sanar a los enfermos. – Mat 10:8, “Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos”. No hay ejemplos de esto en Mateo, Marcos, Lucas o Juan, pero Hch 9:40-41 dice que Pedro resucitó a Dorcas y Hch 20:9-12 dice que Pablo resucitó a Eutico). Mateo agrega también lo siguiente: “echad fuera demonios; de gracia (gratuitamente, LBLA, margen) recibisteis, dad de gracia”.

Fuente: Notas Reeves-Partain

Luc 10:7.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

2 super (1) Véase la nota 43 super (2) del cap. 4.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro