Entonces también dijo otro: —Te seguiré, Señor, pero primero permite que me despida de los que están en mi casa.
9:61 Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa. — Seguramente todos dirían, “Fue muy razonable la petición de este hombre”. No es malo en sí despedirse de los seres amados. Hch 18:18, “Mas Pablo, habiéndose detenido aún muchos días allí, después se despidió de los hermanos y navegó a Siria”. Sin embargo, Jesús conoció los pensamientos de este hombre y la petición que hacía significaba “mirar hacia atrás”. No era cuestión de simplemente decir “adiós” a la familia. El despedirse de los que estaban en su casa y el poner en orden los asuntos relacionados con su familia, dándoles instrucciones finales, etc., le sujetaría a un gran peligro espiritual. ¿Cómo puede el abrazo de los familiares amados ser peligroso? No es solamente peligroso, para muchos es el abrazo fatal (mortal). Padres, madres, hermanos, abuelos, etc. han causado la ruina espiritual de muchas personas que se animan a seguir a Cristo, a predicar el evangelio y aun a viajar en tierras lejanas para anunciar la palabra. Les hacen pensar que si obedecen y siguen a Cristo, poniéndole primero en su vida, esto significa que ya no aman a sus padres, que no son leales a su familia, que son ingratos. Es verdad que debemos mucho a los padres y posiblemente a otros seres queridos, pero debemos mucho más a Cristo. Siempre recordemos quién murió por nosotros y quién nos juzgará en el día final.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
mas déjame que me despida primero de los que están en mi casa. Luc 14:18-20, Luc 14:26; Deu 33:9; 1Re 19:20; Ecl 9:10; Mat 10:37, Mat 10:38.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
déjame que me despida: Esta petición es como la que hizo Eliseo a Elías (1Re 19:19, 1Re 19:20) la que fue concedida. El tiempo de Jesús es más urgente, por lo que esta solicitud es rechazada.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
9:61 Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa. – Seguramente todos dirían, “Fue muy razonable la petición de este hombre”. No es malo en sí despedirse de los seres amados. Hch 18:18, “Mas Pablo, habiéndose detenido aún muchos días allí, después se despidió de los hermanos y navegó a Siria”.
Sin embargo, Jesús conoció los pensamientos de este hombre y la petición que hacía significaba “mirar hacia atrás”. No era cuestión de simplemente decir “adiós” a la familia. El despedirse de los que estaban en su casa y el poner en orden los asuntos relacionados con su familia, dándoles instrucciones finales, etc., le sujetaría a un gran peligro espiritual. ¿Cómo puede el abrazo de los familiares amados ser peligroso? No es solamente peligroso, para muchos es el abrazo fatal (mortal). Padres, madres, hermanos, abuelos, etc. han causado la ruina espiritual de muchas personas que se animan a seguir a Cristo, a predicar el evangelio y aun a viajar en tierras lejanas para anunciar la palabra. Les hacen pensar que si obedecen y siguen a Cristo, poniéndole primero en su vida, esto significa que ya no aman a sus padres, que no son leales a su familia, que son ingratos. Es verdad que debemos mucho a los padres y posiblemente a otros seres queridos, pero debemos mucho más a Cristo. Siempre recordemos quién murió por nosotros y quién nos juzgará en el día final.
Conviene recordar los textos que nos enseñan sobre la relación entre el discípulo de Cristo y sus familiares. Primero, ¿qué pensaba Jesús de la relación con su propia familia? Mat 12:48, “Y le dijo uno: He aquí tu madre y tus hermanos están afuera, y te quieren hablar. 48 Respondiendo él al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos? 49 Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. 50 Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre”. Luego, ¿qué nos enseña a nosotros al respecto? Luc 14:26, “Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo. 27 Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo”.
Aquí otra vez la palabra clave es “primero”. El hombre dice, “Te seguiré… pero… primero”. Esta es la ruina espiritual de muchas almas. Quieren servir a Cristo. Les gusta la idea. Creen que es importante, pero no lo más importante. Jesús habla de la necesidad de exaltarlo por encima de los seres más queridos.
Fuente: Notas Reeves-Partain
REFERENCIAS CRUZADAS
v 644 1Re 19:20; Luc 14:33
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
61 super (1) Esta tercera persona se ofreció voluntariamente para seguir al Salvador, pero no quiso hacerlo antes de despedirse de su familia. Por eso, el Salvador le advirtió que no dejase que nada le impidiese participar del reino de Dios.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
despedir… → 1Re 19:20.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
Lit. despedir.
9.61 g 1Re 19:20.