Comentario de Malaquías 3:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
“He aquí yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí. Y luego, repentinamente, vendrá a su templo el Señor a quien buscáis, el ángel del pacto a quien vosotros deseáis. ¡He aquí que viene!, ha dicho Jehovah de los Ejércitos.
yo envío mi mensajero. Mal 2:7; Mal 4:5; Mat 11:10, Mat 11:11; Mar 1:2, Mar 1:3; Luc 1:76; Luc 7:26-28; Jua 1:6, Jua 1:7.
el cual preparará el camino. Isa 40:3-5; Mat 3:1-3; Mat 17:10-13; Luc 1:16, Luc 1:17; Luc 3:3-6; Jua 1:15-23, Jua 1:33, Jua 1:34; Jua 3:28-30; Hch 13:24, Hch 13:25; Hch 19:4.
y luego vendrá a su templo. Sal 110:1; Isa 7:14; Isa 9:6; Hag 2:7-9; Luc 2:11, Luc 2:21-32, Luc 2:38, Luc 2:46; Luc 7:19, Luc 7:20; Luc 19:47; Jua 2:14-16.
y el ángel del pacto. Gén 48:15, Gén 48:16; Éxo 23:20; Isa 63:9; Ose 12:3-5; Hch 7:38.
He aquí viene. Hag 2:7.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Profecía del mensajero, majestad, y gracia del Mesías, Mal 3:1-6.
de la rebelión, Mal 3:7,
el sacrilegio, Mal 3:8-12,
e infidelidad del pueblo, Mal 3:13-15.
La promesa de bendecir a los que temen a Dios, Mal 3:16-18.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
preparará el camino: He aquí una de las grandes y explícitas profecías relacionadas con la era mesiánica. En su detalle específico, este versículo se parece a la profecía de Miq 5:2, referente al lugar de nacimiento del Mesías. Mateo y Marcos identifican al mensajero de este versículo como Juan el Bautista (Mal 4:5; Mat 11:10; Mar 1:2, Mar 1:3). El Señor se refiere aquí a Jesucristo (como es el caso de Sal 110:1). Se aprecia la existencia de tres personas en este versículo: el Padre (Jehová) que habla acerca de enviar un mensajero (Juan el Bautista), quien preparará el camino para la venida del Señor (Jesús).
súbitamente … su templo: Tanto los justos como los malvados se sorprenderán cuando el Mesías venga.
ángel del pacto: Este es un título mesiánico, refiriéndose al único que iniciará el nuevo pacto (Jer 31:33, Jer 31:34; Mat 26:28; Heb 12:24).
he aquí viene: Al igual que en el Sal 96:13, este estilo dramático indica algo que está a punto de suceder. Sin embargo, pasarían cuatrocientos años antes que estas palabras se cumplieran.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
YO ENVÍO MI MENSAJERO. En respuesta al escepticismo del pueblo, Malaquías hace hincapié en la certeza de la venida del Mesías. Antes que viniera el Mesías, Él enviaría un mensajero que preparara el camino. Se cumplió esa profecía cuando Juan el Bautista vino como el precursor de Jesucristo (véanse Mat 11:10; Mar 1:2; Luc 1:76; Luc 7:27).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
EL ÁNGEL DEL PACTO. Este «ángel» es Jesucristo el Mesías. En este pasaje se unen la primera y la segunda venida de Cristo.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
3. El ángel Precursor.
El día de Yahvé (1-5).
1 He aquí que voy a enviar a mi mensajero, que preparará el camino delante de mí, y luego enseguida vendrá a su templo el Señor a quien buscáis, y el ángel de la alianza que deseáis. He aquí que llega, dice Yahvé de los ejércitos, 2 y ¿quién podrá soportar el día de su venida? ¿Quién podrá mantenerse firme cuando aparezca? Porque será como fuego de fundidor y como lejía de batanero, 3 y se pondrá a fundir y depurar la plata i y a purgar a los hijos de Leví, y los acriso Jará corno al oro y la plata, para que ofrezcan a Yahvé oblaciones en justicia,4 Entonces agradará a Yahvé la oblación de Judá y de Jerusalén, como en los días antiguos, los años pasados,5 Y vendré con vosotros a juicio y seré testigo pronto contra los hechiceros, contra los adúlteros y los perjuros y contra los que oprimen al jornalero,a la viuda y al huérfano, y agravan al extranjero sin temor de mí, dice Yahvé de los ejércitos.
A la pregunta de por qué los impíos prosperan, el profeta contesta que se acerca el día de la justicia divina. La manifestación del Señor será precedida de su mensajero o ángel, que en 4:23 es identificado con Elías. El ángel de la alianza es el mismo Señor o Yahvé, que realizará el juicio discriminador sobre los pecadores. El título de ángel de la alianza hay que relacionarlo con las expresiones del A.T., donde aparece un ángel como instrumento de la alianza del Sinaí. Por otra parte, la expresión es paralela a la de ángel de Yahvé, que muchas veces equivale a Yahvé mismo, manifestándose en la historia 1. En nuestro texto de Mal 3:1, la expresión ángel de la alianza es paralela al Señor, y ha de entenderse como un epíteto explicativo aplicado a Yahvé, que va a hacer una nueva alianza con su pueblo.
El profeta anuncia la llegada de Dios, que viene a purificar a su pueblo para entrar de nuevo en relaciones más íntimas con él (v.2). Su obra depuradora se ejercerá, sobre todo, en la clase sacerdotal, los hijos de Leví (v.3), contra los que había lanzado los mayores reproches por su infidelidad. Yahvé va a actuar como fuego y como lejía para lavar y acrisolar los valores de la clase sacerdotal, de forma que subsistan sólo los que son dignos y fieles a su ministerio. Sólo así podrán presentar sus oblaciones en justicia, e.d., con las debidas disposiciones morales en consonancia con su misión. La purificación de la clase sacerdotal será seguida de la purificación de toda la sociedad judía, que estaba llena de hechiceros, adúlteros y perjuros y de opresores de los débiles y desvalidos. Es la contestación a las impaciencias de los fieles que se quejaban del triunfo de los pecadores e impíos.
Los diezmos y primicias para el templo (6-12).
6 Porque yo, Yahvé, no me he mudado, y vosotros, hijos de Jacob, no habéis fenecido, 7 Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis preceptos, no los habéis guardado. Volveos vosotros a mí y yo me volveré a vosotros, dice Yahvé de los ejércitos. Pero vosotros decís: ¿En qué hemos de volvernos? 8 ¿Puede el hombre robar a Dios? Pues vosotros me estáis robando y decís: ¿En qué te robamos? En los diezmos y en las primicias. 9 Malditos seréis de maldición, porque me estáis robando la nación toda entera, 10Traed íntegramente los diezmos al alfolí para que haya alimentos en mi casa, y probadme en esto, dice Yahvé de los ejércitos, a ver si no abro yo las esclusas del cielo y no derramo sobre vosotros la bendición sin medida. 11 Ε impediré que la langosta os aflija, devorando los frutos de la tierra; y las viñas de los campos no os serán estériles, dice Yahvé de los ejércitos. 12 Todas las gentes os llamarán dichosos, porque seréis una tierra de delicias, dice Yahvé de los ejércitos.
El profeta pone en boca de Dios su carácter inmutable respecto de su pueblo en cuanto a mantener las promesas y a castigar a los culpables. Yahvé es el mismo de las promesas antiguas, pero también el controlador de su justicia (Yo no he mudado); y prueba de que Yahvé no abandona sus promesas es que los israelitas, como nación, a pesar de las muchas prevaricaciones, no han fenecido (v.6). Toda su historia ha sido una historia de prevaricación; sin embargo, Yahvé los invita a la penitencia (v.7). Pero es necesario que cambien de conducta y no defrauden a su Dios, negándole los diezmos y primicias del templo. Las contribuciones obligatorias para el culto constituían la parte de Yahvé 2, y, por tanto, al no entregarlas, era defraudarle en sus derechos (v.8).
Es necesario que enmienden su conducta si aspiran a participar de las bendiciones de su Dios. Si de veras cumplen sus obligaciones cultuales, la tierra se verá favorecida con la lluvia y libre de las plagas de langostas, y todos los habitantes serán llamados dichosos por las gentes, ya que habitarán en una tierra de delicias (v. 10). En la nueva alianza en tiempos de Nehemías, la comunidad se comprometió a cumplir sus obligaciones de aportar los diezmos y primicias 3.
Dios retribuirá á los que le son fieles (13-18).
13 Vuestras palabras contra mí son insoportables, dice Yahvé. Decís: ¿Qué hemos hablado contra ti?14 Dijisteis: Por demás es servir a Dios. ¿Qué aprovecha guardar sus preceptos y caminar en duelo en presencia de Yahvé de los ejércitos? 15 Ahora llamáis dichosos a los soberbios y prosperan los malhechores, y los que provocan a Dios quedan impunes! 16 He aquí lo que unos a otros se dicen los que temen a Yahvé. Y Yahvé ha prestado atención y ha oído, y ha sido presentado ante El un memorial en favor de los que temen a Yahvé y reverencian su nombre. 17 Será para mí, dice Yahvé de los ejércitos, el día en que yo me ponga a hacer posesión propia, y me llenaré de indulgencia hacia ellos, como indulgente es uno para el hijo que le sirve. 18 Entonces mudaréis de parecer, y echaréis de ver la diferencia entre el justo y el malvado, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve.
De nuevo el profeta sale al paso de las consideraciones insultantes de los que se quejaban de la providencia de Dios al permitir la prosperidad de los impíos. Llegará pronto el día en que se hará justicia al bueno y justo, que será tratado por Dios como un hijo predilecto. La prosperidad actual de los pecadores es engañosa, porque no conocen lo que les espera. La situación actual tendrá pronto fin, y Dios retribuirá a cada uno según sus obras. Entonces los buenos mudarán de parecer sobre las permisiones de la providencia de Yahvé.
1 Sobre el sentido de ángel de Yahvé en el A.T. véase F. ceuppens, Theologia Bibli~ ca: II. De Sanctissima Trinitate (Roma 1949) p.105. El P. Lagrange cree que la expresión ángel de Yahvé aplicada a Dios es una redundancia, debida a retoques eruditos teológicos posteriores para salvar la trascendencia de Yahvé. Véase su artículo L’ange de Yahvé: RB
2 Cf. Num 18:83.20; Deu 18:1s.
3 Cf. Neh 10:383.
Fuente: Biblia Comentada
mi mensajero. Los reyes del Cercano Oriente tenían la costumbre de enviar mensajeros antes de ellos para quitar obstáculos de cualquier tipo para su visita. El Señor mismo empleó un juego de palabras con el nombre de Malaquías («el mensajero del Señor»), para anunciar que enviaba a uno que iba a preparar «el camino delante de» Él. Esta es la «voz que clama en el desierto» (Isa 40:3), así como el Elías de Mal 4:5 quien viene delante del Señor. El NT le identifica con claridad como Juan el Bautista (cp. Mat 3:3; Mat 11:10; Mat 11:14; Mat 17:12 ss; Mar 1:2; Luc 1:17; Luc 7:26-27; Jua 1:23). vendrá súbitamente. Esto no significa que vendrá de inmediato, sino de forma instantánea y sin ser anunciado. Por lo general se refiere a un acontecimiento lleno de calamidad (cp. Isa 47:11; Isa 48:3; Jer 4:20, etc.). Al terminar todos los preparativos, el Señor vendrá pero no al templo de Zorobabel ni en cumplimiento parcial al templo de Herodes (vea las notas sobre Jua 2:13-25), sino de manera definitiva a aquel templo milenario que Ezequiel describe en Eze 40:1-49; Eze 41:1-26; Eze 42:1-20; Eze 43:1-27; Eze 44:1-31; Eze 45:1-25; Eze 46:1-24; Eze 47:1-23; Eze 48:1-35. La llegada inesperada de Cristo que se cumplió en parte con su primera venida, se hará por completo realidad en su segunda venida (cp. Mat 24:40-42). el ángel del pacto. No se trata del mensajero que acaba de ser mencionado. Más bien, debido a que este mensajero «vendrá súbitamente a su templo» [cursivas añadidas], lo más probable es que sea una referencia al Señor mismo, aquel quien tiene la autoridad para recompensar o juzgar a su pueblo con base en la fidelidad a su pacto con ellos. El título puede reflejar referencias antiguas del AT a su «ángel» como mensajero divino (cp. Éxo 23:20-23; Éxo 32:34; Isa 63:9). a quien deseáis vosotros. Esta frase puede estar cargada de sarcasmo, porque el pueblo pecador no se deleitaba en Dios en aquel tiempo y tampoco lo harían cuando Él viniera a juzgar su culto hipócrita y a purificar el templo (cp. Jua 2:13-24). Todos los impíos serán destruidos en su regreso (cp. Apo 19:11 ss).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
La denuncia de los pecados de Israel va seguida por una declaración del juicio sobre los que no se arrepienten, y la bendición subsiguiente sobre el remanente fiel. El versículo Mal 2:17 es la introducción al resto del libro. Estos sacerdotes y personas infieles y desobedientes habían agotado la paciencia de Dios con su escepticismo y su intención de justificarse a sí mismos, por esa razón el juicio divino viene en camino.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Isa 40:3; Mat 11:10; Mar 1:2; Luc 1:17; Luc 1:76; Luc 7:27.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
3.1 Hay dos mensajeros en este versículo. El primero por lo general se entiende que es Juan el Bautista (Mat 11:10; Luk 7:27). El segundo mensajero es Jesús, el Mesías, para quien tanto Malaquías como Juan el Bautista prepararon el camino.3.2, 3 En el proceso de refinar los metales, éste es calentado con fuego hasta que se funde. Las impurezas se separan y suben a la superficie. Luego son retiradas, para dejar el metal puro. Sin calentamiento ni fundición, no habría purificación. Cuando las impurezas son retiradas de la superficie, la imagen del metalúrgico aparece en una superficie lisa y pura. Cuando somos purificados por Dios, su reflejo en nuestra vida será cada vez más claro para los que nos rodean. Dios dice que los líderes (aquí los levitas) deben estar especialmente dispuestos a pasar por el proceso de purificación de sus vidas.3.6-12 Malaquías instó al pueblo a que entregara sus diezmos, y que dejara de quedarse con lo que pertenece a Dios. El sistema del diezmo comenzó durante el tiempo de Moisés (Lev 27:30-34; Deu 14:22). Los levitas recibían una parte del diezmo debido a que no podían tener posesiones de tierra (Num 18:20-21). Durante los días de Malaquías, los diezmos no eran utilizados para mantener a los obreros de Dios, así que los levitas iban a trabajar para ganarse el sustento. Todo lo que tenemos proviene de Dios; así que cuando no queremos regresarle a El parte de lo que nos ha dado, le robamos. ¿Quiere quedarse egoístamente con el ciento por ciento de lo que se le ha dado, o está dispuesto a entregar la décima parte para el progreso del Reino de Dios?3.7 ¡La paciencia de Dios parece inagotable! A lo largo de la historia, su pueblo ha desobedecido, e incluso se ha burlado de sus leyes; pero siempre El ha estado dispuesto a aceptarlos, si se arrepienten. Sin embargo, aquí todavía se atreven a decir que ¡nunca lo han desobedecido! (¿En que hemos de volvernos?) Muchos le han dado la espalda al perdón y a la restauración porque no han querido reconocer que han pecado. No siga el ejemplo de ellos. Dios está listo para perdonar a todo el que vuelve a El.3.8-12 El pueblo en los días de Malaquías desobedeció el mandamiento de Dios de dar el diezmo de sus ingresos al templo. Quizá pudieron haber tenido miedo de perder todo por lo que habían trabajado tanto, pero juzgaron mal a Dios en esto. «¡Dad y se os dará!», dice El (Luk 6:38). Cuando damos, debemos recordar que las bendiciones que Dios promete no siempre son materiales y quizá no las experimentemos aquí en la tierra, pero con seguridad las recibiremos en nuestra vida futura con El.3.10 El alfolí (granero) era un lugar en el templo donde se guardaban granos y otros alimentos donados como diezmos. Los sacerdotes vivían de estas donaciones.3.13-15 Estos versículos confrontan la actitud arrogante del pueblo hacia Dios. Cuando decimos: «¿Qué aprovecha que guardemos su Ley?», estamos diciendo: «¿Qué provecho obtengo yo?» Nuestro enfoque es egoísta. Nuestra pregunta debiera ser: «¿Qué provecho obtiene Dios?» Debemos adorar a Dios solo por el hecho de que El es Dios y es digno de ser adorado.3.16 El punto es que Dios recordará a todos aquellos que permanecen fieles a El, lo aman, temen, honran y respetan.3.17 Al pueblo de Dios se le llama «especial tesoro», joya. Una joya está hecha de materia bruta que se expone al tiempo, calor y presión para convertirla en una piedra preciosa. La piedra entonces debe ser cortada para que su belleza real pueda ser vista. Un artesano toma la piedra y la taja con cincel para retirar un extremo, reduce la falla, la pule y la coloca en el entorno adecuado para que pueda mostrar su belleza. Esté dispuesto a permitir que Dios haga de usted una joya; pídale que lo cincele y lo pula en dónde lo necesite; y sea paciente mientras El trabaja. Asegúrese de estar listo para el cambio, debido a que cuando Dios comienza a hacer una joya, no se detiene hasta que es perfecta.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
NOTAS
(1) “Mi mensajero.” Heb.: mal·’a·kjí; lat.: án·ge·lum. Véase la n del título.
(2) “Su templo.” Heb.: heh·kja·lóh; gr.: na·ón; lat.: tém·plum. Véase Mat 23:16, n.
(3) “El Señor [verdadero].” Heb.: ha·’A·dhóhn; gr.: Ký·ri·os; lat.: Do·mi·ná·tor. Véase Ap. 1H.
(4) “Y el mensajero (ángel).” Heb.: u·mal·’ákj; gr.: ág·gue·los; lat.: án·ge·lus.
REFERENCIAS CRUZADAS
a 83 Mat 11:10; Luc 1:76; Jua 1:6
b 84 Mat 3:3; Mar 1:3; Jua 1:23; Jua 3:28; Hch 13:24; Hch 19:4
c 85 Mat 21:12
d 86 Efe 4:5
e 87 Isa 63:9; Mat 15:24; Luc 1:69
f 88 Éxo 2:24; Luc 1:72
g 89 Jua 12:19
h 90 Isa 44:26
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
He aquí, yo envío. En contraste con el momento de silencio que el pueblo experimentaba, vendría el día cuando Dios se demostraría visiblemente en medio de su pueblo.
mi mensajero. Malaquías predice la venida de Juan el Bautista en el espíritu de Elías (cp. 4:5; Mt 11:7– 10), ministerio asociado con la primera venida de Cristo.
vendrá de repente a su templo el Señor. El pueblo quería que el Señor viniera con bendición. A causa de su incredulidad, El vendrá con juicio en su segunda venida.
el mensajero del pacto. Lo más probable es que este mensajero sea el Señor mismo.
Fuente: La Biblia de las Américas
mensajero. Juan el Bautista (Mat 11:10). El Señor y el mensajero del (nuevo) pacto (Mat 26:28) es Jesucristo.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
Ángel… → Jua 1:13-17.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
O, ángel
O, allanará
Fuente: La Biblia de las Américas
g Jua 2:13-17.
Fuente: La Biblia Textual III Edición
[1] Mat 11, 10; Mar 1, 2; Luc 1, 17; 7, 27.[7] Zac 1, 3.[14] Job 21, 11; Tob 2, 22.[16] Horrorizados de oír a los impíos blasfemar, se animan unos a otros a perseverar en la ley de Dios.[18] La distancia entre el justo y el pecador se verá claramente en el último juicio. En la situación terrena no se ve la diferencia. 1 Cor 3, 13.