Comentario de Malaquías 3:10 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
“Traed todo el diezmo al tesoro, y haya alimento en mi casa. Probadme en esto, ha dicho Jehovah de los Ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos y vaciaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.
Traed todos los diezmos. 2Cr 31:4-10; Neh 10:33-39; Pro 3:9, Pro 3:10.
al alfolí. 1Cr 26:20; 2Cr 31:11-19; Neh 10:38; Neh 12:44, Neh 12:47; Neh 13:5, Neh 13:10-13.
y probadme ahora en esto. 1Re 17:13-16; Sal 37:3; Hag 2:19; Mat 6:33; 2Co 9:6-8.
si no os abriré las ventanas. Gén 7:11; Deu 28:12; 2Re 7:2, 2Re 7:19.
y derramaré sobre. Ecl 11:3.
hasta que sobreabunde. Lev 26:10; 2Cr 31:10; Luc 5:6, Luc 5:7; Luc 12:16, Luc 12:17; Jua 21:6-11.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
DERRAMARÉ SOBRE VOSOTROS BENDICIÓN. Si el pueblo se arrepentía, volvía a Dios y, como indicio de su arrepentimiento, comenzaba a respaldar la obra y a los ministros de Dios con sus diezmos y ofrendas, Dios los bendeciría abundantemente. Dios espera que su pueblo muestre su amor y devoción a Él y a su obra al dar los diezmos y las ofrendas para fomentar su reino (véase el ARTÍCULO DIEZMOS Y OFRENDAS, P. 1264. [Mal 3:10]). Las bendiciones que acompañan a la fidelidad en dar de los recursos económicos se recibirán tanto en esta vida como en el más allá.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
ARTÍCULO
Diezmos y ofrendas
Mal 3:10 Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.
DEFINICIÓN DE DIEZMOS Y OFRENDAS. La palabra hebrea para «diezmo» (ma’aser) literalmente significa «una décima parte».
(1) En la ley de Dios, a los israelitas se les exigía que dieran una décima parte del producto de la tierra, del ganado y de sus ingresos como un reconocimiento de que Dios los había bendecido (véanse Lev 27:30-32; Núm 18:21; Núm 18:26; Deu 14:22-29; véase Lev 27:30, nota); el diezmo se usaba primordialmente para los gastos de la adoración del Señor y para el sostenimiento de los sacerdotes. Dios le dio a su pueblo la responsabilidad de administrar los recursos que les había dado en la tierra prometida (cf. Mat 25:15, nota; Luc 19:13, nota).
(2) En el fondo del diezmo estaba el concepto de que Dios es el dueño de todo (Éxo 19:5; Sal 24:1; Sal 50:10-12; Hag 2:8). Los seres humanos son creados por El, y ellos le deben todo el aire que respiran (Gén 1:26-27; Hch 17:28). De modo que nadie tiene nada que primero no haya recibido del Señor (Job 1:21; Jua 3:27; 1Co 4:7). En las leyes sobre el diezmo, Dios estaba sencillamente ordenándoles que le devolvieran lo que Él les había dado primero.
(3) Además de los diezmos, a los israelitas se les exigían numerosas ofrendas a Jehová, principalmente en la forma de sacrificios. El libro de Levítico describe diversas ofrendas ceremoniales: el holocausto (Lev 1:1-17; Lev 6:8-13), la oblación (Lev 2:1-16; Lev 6:14-23), la ofrenda de paz (Lev 3:1-17; Lev 7:11-21), la ofrenda por el pecado (Lev 4:1-35; Lev 5:1-13; Lev 6:24-30), y las ofrendas expiatorias (Lev 5:14-19; Lev 6:1-7; Lev 7:1-10).
(4) Además de esas ofrendas prescritas, los israelitas podían ofrecer ofrendas voluntarias al Señor. Algunas de ellas eran continuas (véanse Lev 22:18-23; Núm 15:3; Deu 12:6; Deu 12:17), mientras que otras eran exclusivas para alguna ocasión. Por ejemplo, cuando los israelitas emprendieron la construcción del tabernáculo en el monte de Sinaí, el pueblo dio generosamente para esa tienda y sus utensilios (véase Éxo 35:20-29); estaban tan entusiasmados con ese proyecto que Moisés tuvo que decirles que dejaran de ofrecer más (Éxo 36:3-7). En la época de Joás, el sumo sacerdote Joiada hizo un arca en la que el pueblo podía poner ofrendas voluntarias para financiar las reparaciones necesarias del templo, y dieron generosamente (2Re 12:9-10). Asimismo, en la época de Ezequías, la gente dio generosamente para la obra de reconstrucción requerida en el templo (2Cr 31:5-19).
(5) También hubo numerosas ocasiones en la historia del AT en que el egoísta pueblo de Dios se aferró a su dinero en vez de dárselo al Señor en diezmos y ofrendas regulares. Durante la construcción del segundo templo, los judíos parecían estar más interesados en ocuparse de su propiedad, mientras que dejaban la casa de Dios en ruinas. Como resultado, dijo Hageo, muchos de ellos estaban sufriendo reveses económicos (Hag 1:3-6). Algo similar estaba sucediendo en la época del profeta Malaquías, y una vez más Dios estaba juzgando a su pueblo por negarse a dar el diezmo (Mal 3:9-12).
MAYORDOMLA DEL DINERO. Estos ejemplos del AT de los diezmos y las ofrendas contienen importantes principios sobre la mayordomía del dinero que son válidos para los creyentes del NT.
(1) Todas las personas deben tener en cuenta que todo lo que tienen le pertenece al Señor, de modo que lo que poseen no es de ellas sino que Dios se lo ha confiado; no tienen derecho de propiedad de sus posesiones.
(2) El creyente debe decidir en su corazón servir a Dios y no al dinero (Mat 6:19-24; 2Co 8:5). La Biblia pone en claro que cualquier avaricia es una forma de idolatría (Col 3:5).
(3) Lo que el creyente da debe ser para fomentar el reino de Dios, sobre todo la obra de la iglesia local y de la difusión del evangelio por todo el mundo (1Co 9:4-14; Flp 4:15-18; 1Ti 5:17-18), para ayudar a los necesitados (Pro 19:17; Gál 2:10; 2Co 8:14; 2Co 9:2; véase el ARTÍCULO EL CUIDADO DE LOS POBRES Y NECESITADOS, P. 1196. [Amó 5:12-14]), para hacerse tesoros en el cielo (Mat 6:20; Luc 6:32-35) y para aprender a temer a Dios (Deu 14:22-23).
(4) Siempre lo que se da debe estar en proporción con los ingresos. En el AT el diezmo llegaba a un décimo. Dar menos que eso era desobediencia a la ley de Dios y era en efecto robarle a Dios (Mal 3:8-10). Asimismo, el NT exige que lo que se dé esté en proporción con lo que Dios haya dado (1Co 16:2; 2Co 8:3; 2Co 8:12; véase 2Co 8:2, nota).
(5) Lo que se da debe ser voluntario y generoso; esto se enseña tanto en el AT (véanse Éxo 25:1-2; 1Cr 26:6-9; 2Cr 24:8-11) como en el NT (véase 2Co 8:1-5; 2Co 8:11-12). No se debe vacilar en dar como sacrificio (2Co 8:3), porque ese es el espíritu en que el Señor Jesús se entregó a sí mismo por todos (véase 2Co 8:9, nota). Mucho más importante para Dios que el valor monetario de lo que se da es el sacrificio implicado (véase Luc 21:1-4, nota).
(6) Se debe dar con alegría (2Co 9:7). Tanto el ejemplo de los israelitas en el AT (Éxo 35:21-29; 2Cr 24:10) como el de los cristianos macedonios en el NT (2Co 8:1-5) sirven de modelos para los creyentes.
(7) Dios ha prometido recompensar a los creyentes conforme a cómo le hayan dado a Él (véanse Deu 15:4; Mal 3:10-12; Mat 19:21; 1Ti 6:19; 2Co 9:6, nota).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
todos los diezmos. Vea la nota sobre los vv.Mal 3:8-12. Si los diezmos no eran pagados, los sacerdotes se veían obligados a abandonar su ministerio y convertirse en agricultores. La vida religiosa de la nación se paralizaba y los pobres y extranjeros sufrían (cp. Neh 13:10-11), pero la iniquidad real era la desobediencia y el robo a Dios, quien era el Rey verdadero de la teocracia en Israel. al alfolí. Un cuarto en el templo donde se almacenaban los diezmos de las cosechas y los animales que el pueblo traía (cp. 2Cr 31:11; Neh 10:38-39; Neh 12:44; Neh 13:12). Este era el tesoro del templo, y una de las tareas de Nehemías consistió en asegurar que las provisiones necesarias para el sustento del ministerio en el templo no faltaran como sucedió durante su ausencia (cp. Neh 13:10-13).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
probadme. Contrario al patrón bíblico normal, el pueblo recibió la invitación de poner a Dios a prueba (cp. Isa 7:11-12; 1Re 18:20-46). Si ellos lo honraban, dejaban de robar y traían lo que Él requería en una demostración de arrepentimiento verdadero, Él haría llover sobre ellos abundancia excesiva (cp. Pro 11:24-25), los protegería de las langostas («el devorador») y ellos serían bienaventurados y deseables entre las naciones del mundo (cp. Isa 62:4). Vea las notas sobre Luc 6:38; 2Co 9:6-10.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Lev 27:30; Núm 18:21-24; Deu 12:6; Deu 14:22-29; Neh 10:38-38.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
h 117 Lev 27:30; Deu 14:28
i 118 2Cr 31:11; Neh 12:44; Neh 13:10
j 119 2Co 9:8
k 120 Deu 28:12; 2Re 7:19
l 121 Lev 26:10; 2Cr 31:10; Pro 3:10; Pro 10:22
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
todo el diezmo al alfolí. La adoración en Israel se centraba en el sacerdocio levítico y en el templo en Jerusalén. Con este fin Ezequías preparó cámaras en el templo y nombró a levitas especiales para que supervisaran la colecta y el depósito de los diezmos (cp. 2 Cr 31:11– 21). En parte, Israel experimentaba el juicio de Dios por la desobediencia a la ley de Dios sobre el diezmo.
Fuente: La Biblia de las Américas
Desde los tiempos del rey Ezequías en adelante (2Cr 31:11), alfolíes especiales almacenaban los granos que eran traídos como pago del diezmo. Estos podrían haber sido cámaras especiales en el Templo o algún espacio adyacente al Templo.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
rebusque… Esto es, alimento para las viudas, los pobres, los levitas, los huérfanos y los extranjeros → Rut 2:2; Rut 2:7.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
Lit., a la casa del tesoro
Lit., presa
O, no haya suficiente lugar
Fuente: La Biblia de las Américas
Lit. presa.