Biblia

Comentario de Malaquías 3:6 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Malaquías 3:6 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

“¡Porque yo, Jehovah, no cambio; por eso vosotros, oh hijos de Jacob, no habéis sido consumidos!

Porque yo Jehová. Gén 15:7, Gén 15:18; Gén 22:16; Éxo 3:14, Éxo 3:15; Neh 9:7, Neh 9:8; Isa 41:13; Isa 42:5-8; Isa 43:11, Isa 43:12; Isa 44:6; Isa 45:5-8; Jer 32:27; Ose 11:9.

no cambio. Núm 23:19; 1Sa 15:29; Sal 102:26; Heb 6:18; Heb 13:8; Stg 1:17; Apo 1:8; Apo 22:13.

por esto … no habéis sido consumidos. Sal 78:38, Sal 78:57; Sal 103:17; Sal 105:7-10; Isa 40:28-31; Lam 3:22, Lam 3:23; Rom 5:10; Rom 8:28-32; Rom 11:28, Rom 11:29; Flp 1:6; 2Ts 2:13, 2Ts 2:14.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

no cambio: Podríamos esperar que estas palabras fueran la introducción que asegurara la ruina de la nación; en cambio, otorgan la certidumbre de la continua misericordia de Dios.

 EN FOCO

«Día»

(Heb. yom) (Mal 4:5; Gén 7:11; Pro 25:13; Amó 5:8, Amó 5:18) # en Strong H3117: El sustantivo hebreo yom tiene diversos usos en el AT. Puede referirse a las horas con luz de día, en contraste con la noche (Amó 5:8), a un día de veinticuatro horas, así como a cualquier día del mes (Gén 7:11). También puede referirse a un período de tiempo, tal como el «tiempo» de la cosecha (Pro 25:13), o incluso a un año (2Sa 13:23). La palabra es usada en la notable frase «el día de Jehová» (Isa 2:12; Eze 13:5; Joe 1:15; Sof 1:14). Para los profetas, el día de Jehová significaba el día futuro en el que Dios triunfaría decididamente sobre todos sus adversarios. Aquel día será de gran gozo y bendición para los siervos fieles de Dios (Isa 2:1-22); mientras que para los enemigos de Dios será un día de «tinieblas» (Amó 5:18).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Dios no se había vuelto injusto ni había actuado en contra de Israel, porque su existencia misma a pesar de su larga historia de rebelión se debía de forma exclusiva al carácter inmutable del Señor y su compromiso indefectible para cumplir la promesa de su pacto con los patriarcas (cp. Núm 23:19; 1Sa 15:29; Stg 1:17 en general; Jer 31:35-37; Jer 33:14-22 en particular). Ellos pueden experimentar de nuevo la bondad de Dios y ser bendecidos, si se arrepienten. En vista de la venida del Señor para refinar y purificar, Malaquías presenta un reto formidable al arrepentimiento (cp. Zac 1:3). No obstante, parece que no estuvieron dispuestos a admitir pecados de los que necesitaban arrepentirse (también cp. v. Mal 3:8 b), y la invitación de volver al Señor fue respondida con otra pregunta cínica acerca de cómo es posible que vuelvan si nunca han salido, y Dios es quien los abandonó. La verdad es que Dios no ha cambiado y ellos tampoco. Él seguía siendo tan justo como siempre, y ellos tan injustos como de costumbre.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Estos versículos forman un paréntesis entre dos mensajes relacionados con la justicia y el juicio de Dios. Lo que los judíos habían calificado como injusticias de Dios, no se debía a que Dios fuera injusto o arbitrario, sino a su gran paciencia y misericordia. Aquí se hace un llamado genuino al arrepentimiento (v. Mal 3:7) y una descripción de sus frutos (v. Mal 3:10).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Las Ofrendas de Israel, Dadas de Mala Gana, Son Condenadas

El profeta vuelve al tema de las ofrendas de Israel dadas de mala gana (cf. 1:6-2:9). Allí, sin embargo, el enfoque era sobre el fracaso de los sacerdotes en este asunto; el interés de Malaquías se amplía para incluir a vosotros, la nación entera (9).

Aunque la traducción del v. 6 es incierta, Malaquías habrá citado el ejemplo de Jacob como para hacer resaltar el pecado del pueblo. Después del exilio de Jacob en Padan-aram, “volvió” tanto a la tierra prometida como al Señor, construyó un altar en Betel y ofreció el diezmo al Señor según su juramento en Gén. 28:20-22 (cf. también Gén. 35:1-7). Cuando los descendientes de Jacob, en forma simi lar, volvieron de su exilio, reedificaron el altar en Jerusalén, pero fueron muy negligentes en presentar sus diezmos y ofrendas (cf. también Neh. 13:10-13). Esta negligencia puede haber parecido justificable dados los fracasos de las cosechas, las sequías y las pestilencias (10, 11), que hubiera sido razón suficiente para desanimar a tales adoradores complacientes. El Señor revela, sin embargo, que tales desastres naturales fueron el resultado, y no la causa, de la desobediencia de la nación (8; cf. Hag. 1:6, 9-11; 2:16-19).

Sin omitir la necesidad de la santidad (cf. 2:13; 3:3, 4), Dios promete en los vv. 10-12 que tan pronto como su pueblo llegue a ser fiel en la presentación de sus diezmos completos, la lluvia desesperadamente requerida llegaría (10), las pestilencias y el fracaso de las cosechas cesarían (11), y la promesa abrahámica por medio de la cual todas las naciones os dirán: “Bienaventurados” (12; Gén. 12:2, 3; cf. también Sal. 72:17; Isa. 61:9; Zac. 8:13) será cumplida. En breve, Dios prometió satisfacer todas sus necesidades, pero no necesariamente todas sus avaricias. Una traducción más lit. del v. 10 podría ser “ … y derramar para vosotros una bendición hasta que no haya más necesidad.”

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

REFERENCIAS CRUZADAS

c 112 Isa 43:10; Isa 46:4; Stg 1:17

d 113 Sal 105:8; Lam 3:22; Rom 11:29

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

O, Yo soy el

O, acabados

Fuente: La Biblia de las Américas