Comentario de Marcos 10:12 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Y si la mujer se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio.
10:12 — y si la mujer repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio — Aunque la Ley de Moisés no autorizó que la mujer iniciara el divorcio, Jesús sí reconoce esta acción de parte de ella. La ley romana permitía que la mujer se divorciara de su marido. Marcos, que escribió principalmente para lectores romanos (véase Introducción), registra estas palabras de Jesús referentes a la mujer. Según Jesús, sea el hombre, o sea la mujer, el que se divorcia (no por causa de fornicación) de su esposo y se casa con otro, entra en una relación continua de adulterio.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
En la sociedad judía, no era posible para una mujer divorciarse de su marido, pero Marcos está presentando las palabras de Jesús de modo que su público romano pueda entender.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
10:12 — y si la mujer repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio — Aunque la Ley de Moisés no autorizó que la mujer iniciara el divorcio, Jesús sí reconoce esta acción de parte de ella. La ley romana permitía que la mujer se divorciara de su marido. Marcos, que escribió principalmente para lectores romanos (véase Introducción), registra estas palabras de Jesús referentes a la mujer. Según Jesús, sea el hombre, o sea la mujer, el que se divorcia (no por causa de fornicación) de su esposo y se casa con otro, entra en una relación continua de adulterio.
Mateo (19:9) registra lo que Jesús dijo a los fariseos, y por eso no incluye esto de iniciar la mujer el divorcio; Marcos (10:12) registra lo que Jesús dijo a los discípulos aparte e importa porque pronto los discípulos estarían yendo por toda el mundo a predicar el evangelio.
Fuente: Notas Reeves-Partain
Y si la mujer [ ] comete adulterio: Este versículo confirmaría que Jesús pensaba que una mujer también podía llegar a divorciarse de su marido, algo que, como ya hemos dicho, no era permitido en el judaísmo de la época, pero sí bajo la ley romana. Jesús no lo aprueba, por supuesto, pero sí afirma que tanto el hombre como la esposa pueden llegar a quebrar la unión sagrada del matrimonio y casarse con otra persona. Cuando eso sucede, ambos son igualmente culpables del pecado de adulterio.
Reflexión bíblica y pastoral
Actualmente, el divorcio es uno de los temas más controvertidos entre los cristianos. A veces, uno quisiera que otros problemas sociales —como la violencia familiar, el desempleo, la pobreza, la represión policial y militar, la guerra, etcétera—se trataran con el mismo celo con que se trata este asunto. Sin embargo, parece que cuando llega el momento de definir la moralidad, la mayoría queda trabada en el ámbito sexual, como si éste constituyera el único problema moral.
Jesús se pronuncia aquí por la vida y la fidelidad, y en contra de la muerte emocional y espiritual que, generalmente, acarrea un divorcio. Haciendo uso de la narración del Génesis, Jesús confronta a su audiencia con el ideal divino, a la vez que reconoce la realidad de la condición humana. En su presentación, pone a la mujer y al varón en el mismo plano y hace responsables a ambos por la destrucción de su matrimonio. Afirma que divorciarse y casarse de nuevo es adulterio, aunque no legisla sobre esto. No hace una nueva ley; simplemente define la nueva situación como pecado.
El divorcio es un fracaso personal y social, y como tal es, en términos religiosos o teológicos, un pecado. Sin embargo, la enseñanza constante de las Escrituras es que, cuando media el verdadero arrepentimiento, Dios perdona el pecado y nos da la posibilidad de comenzar de nuevo. No creo que la función de la iglesia sea disciplinar a las parejas que se divorcian. Ya bastante sufrimiento conlleva esta ruptura de la propia carne (y los dos serán una sola carne). La tarea de la iglesia debe ser, más bien, ofrecer un acompañamiento pastoral a la pareja durante este momento crítico, actuando como canal de reconciliación y de esperanza. La iglesia siempre deberá afirmar, sin dudas, la santidad del matrimonio y la unión permanente de los cónyuges como la intención original de Dios. Sin embargo, hacer de este fracaso humano el paradigma de lo pecaminoso, y tratar a los cónyuges en proceso de separación como si fueran seres humanos inferiores y, prácticamente, no cristianos, es algo que ni siquiera Jesús mismo hizo. Es un error erigirse en jueces del fracaso ajeno, como si se tratara de algo que nosotros nunca podríamos llegar a experimentar. Pues, con toda honestidad, nadie sabe lo que sucederá el día de mañana. Es preferible sostener el ideal divino del matrimonio y crear las estructuras sociales para que el mismo se desarrolle de manera saludable, pero siempre estar dispuestos a ofrecer el perdón de Dios cuando un matrimonio fracasa.
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
Mat 5:32; Luc 16:18; 1Co 7:10-11.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
— también comete adulterio: El caso contemplado en este versículo sólo era posible entre paganos, pues la ley judía, a diferencia de la romana, no permitía el divorcio a la mujer. Tal vez por esta razón este versículo no figura en Mt, que tiene como destinatarios a lectores de procedencia principalmente judía.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
j 467 Rom 7:3; 1Co 7:13
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
O, repudia a