Comentario de Marcos 14:12 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, cuando sacrificaban el cordero de la Pascua, sus discípulos le dijeron: —¿Dónde quieres que vayamos y hagamos los preparativos para que comas la Pascua?
14:12 — El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, cuando sacrificaban el cordero de la pascua, sus discípulos le dijeron: ¿Dónde quieres que vayamos a preparar para que comas la pascua? Sobre esta sección (versículos 12-25), consúltense Mat 26:17-29; Luc 22:7-20; Jua 13:1-30. En la tarde del día 14 del primer mes del año, Nisán (corresponde a marzo-abril) el cordero fue matado. A la puesta del sol comenzaba el día 15, y en la noche del 15 se comía el cordero con pan sin levadura y con hierbas amargas (Éxodo cap. 12).Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
el primer día de la fiesta. Éxo 12:6, Éxo 12:8, Éxo 12:18; Éxo 13:3; Lev 23:5, Lev 23:6; Núm 28:16-18; Deu 16:1-4; Mat 26:17; Luc 22:7.
cuando sacrificaban el cordero. 1Co 5:7, 1Co 5:8.
¿Dónde quieres … que comas la pascua? Mat 3:15; Luc 22:8, Luc 22:9; Gál 4:4.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
El primer día de la fiesta de los panes sin levadura era el día 15 de Nisán (Lev 23:6). Sin embargo, debido a que las fiestas de la Pascua y de los panes sin levadura estaban tan cercanamente asociadas en las mentes de muchos judíos, Marcos clarificó el tiempo preciso para sus lectores añadiendo cuando sacrificaban el cordero de la pascua. Al cordero lo mataban en la noche del día 14 de Nisán (marzo-abril). Aquí, Marcos esta hablando de los eventos del jueves. La palabra pascua (Gr. pascha) puede significar tres cosas diferentes.
(1) En Mar 14:12, sacrificar la pascua quiere decir el cordero de la pascua, mientras que
(2) en el mismo texto, comer la pascua (y en Mar 14:16 preparar la pascua) se refiere al alimento de la pascua.
(3) El término puede referirse a la celebración completa como en Luc 2:41, la Fiesta de la Pascua. Como la cena de la pascua se comía en Jerusalén (Deu 16:16, «en el lugar que él escogiere»), los discípulos preguntaron a Jesús Dónde deseaba Él que se hiciera.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
panes sin levadura. La Pascua y la fiesta de los panes sin levadura estaban tan relacionadas entre sí que ambos términos eran usados indiferentemente para referirse al período de celebración de ocho días que comenzaba con la Pascua. Aunque Marcos habla de la fiesta de los panes sin levadura, claramente se refiere a la preparación de la Pascua (vea las notas sobre los vv.Mar 14:1; Mat 26:17). sacrificaban el cordero de la pascua. Los corderos eran sacrificados al crepúsculo del día 14 Nisán (Éxo 12:6), es decir, entre las tres y las cinco de la tarde. Luego que el cordero era sacrificado y parte de su sangre esparcida en el altar, el cordero era llevado a casa, asado por completo y comido durante la cena con pan sin levadura, hierbas amargas, charoset (una pasta hecha de manzanas trituradas, dátiles, granadas y nueces, en la cual mojaban pan) y vino.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
14:12 — El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, cuando sacrificaban el cordero de la pascua, sus discípulos le dijeron: ¿Dónde quieres que vayamos a preparar para que comas la pascua? Sobre esta sección (versículos 12-25), consúltense Mat 26:17-29; Luc 22:7-20; Jua 13:1-30. En la tarde del día 14 del primer mes del año, Nisán (corresponde a marzo-abril) el cordero fue matado. A la puesta del sol comenzaba el día 15, y en la noche del 15 se comía el cordero con pan sin levadura y con hierbas amargas (Éxodo cap. 12).
Fuente: Notas Reeves-Partain
PREPARANDO LA FIESTA
Marcos 14:12-16
El primer día de la fiesta de los Panes sin Levadura, cuando se sacrificaban los corderos pascuales, Le dijeron a Jesús Sus discípulos:
-¿Dónde quieres que vayamos a hacer los preparativos para comer la pascua?
Jesús envió a dos de Sus discípulos, y les dijo:
-Entrad en la ciudad, y os encontraréis con un hombre que lleva un cántaro de agua. Seguidle, y donde entre, decidle al dueño de la casa:
-El Maestro dice: » ¿Dónde está la habitación donde puedo comer la pascua con Mis discípulos?» Os mostrará una habitación amplia en el piso de arriba, amueblada y preparada. Preparad allí las cosas para nosotros.
Así es que los discípulos se marcharon, y entraron en la ciudad, y lo encontraron todo exactamente como les había dicho Jesús. Y prepararon todas las cosas para la fiesta de la Pascua.
Puede que parezca una expresión extraña si se Le aplica a Jesús; pero, cuando leemos el relato de la última semana de Su vida, no podemos evitar sorprendernos ante Su capacidad de organización. Una y otra vez vemos que Jesús no dejaba las cosas para el último momento. Tiempo atrás había hecho los preparativos para que el asnillo estuviera listo para Su entrada en Jerusalén; y aquí vemos de nuevo que todos Sus preparativos se habían planificado con amplia antelación.
Sus discípulos querían saber dónde iban a comer la pascua. Jesús los envió a Jerusalén con instrucciones de buscar a un hombre que llevaría un cántaro de agua. Esa era una señal convenida de antemano. La tarea de acarrear el agua con un cántaro a la cabeza o a la cadera era propia de mujeres, algo que nunca hacían los hombres. Un hombre llevando un cántaro de agua sería tan extraño en cualquier comunidad oriental entonces como, digamos, hoy en día en Inglaterra un hombre con un paraguas de mujer abierto en un día soleado. Jesús no dejaba las cosas para el último minuto. Tiempo atrás había hecho los preparativos para tener un último lugar de encuentro para Él y Sus discípulos, y cómo se podría reconocer.
Las casa judías más grandes tenían dos pisos. Parecían como dos cajas, una más pequeña colocada encima de otra más grande. La caja más pequeña era el aposento alto, al que se tenía acceso por una escalera exterior, lo que hacía innecesario el pasar por la habitación principal del piso de abajo. La habitación de arriba tenía muchos usos: era un almacén, o un lugar para descansar y meditar, o una habitación para las visitas. Pero era especialmente el lugar donde un rabino enseñaba al grupo escogido de sus discípulos íntimos. Jesús estaba siguiendo las costumbres de los rabinos judíos.
Debemos recordar la manera judía de contar los días. El nuevo día empezaba a las 6 de la tarde. Hasta esa hora, aquel día era el 13 de Nisán, el día de la preparación para la Pascua. Pero el 14 de Nisán, el día de la Pascua, empezaba a las 6 de la tarde. Para expresarlo en nuestra lengua, diríamos que el viernes día 14 empezaba a las 6 de la tarde del jueves día 13.
¿Cuáles eran los preparativos que hacían los judíos para la Pascua?
Primero estaba la búsqueda ceremonial de los restos de levadura. Antes de la Pascua había que limpiar la casa de todas las partículas de pan leudado que hubiera en ella. Eso era porque la primera Pascua, en Egipto (Éxodo 12), se había comido con pan sin levadura. (El pan sin levadura no se parece en nada al pan corriente. Es algo así como una galleta dura). Se había usado en Egipto porque se podía cocer mucho más deprisa que el pan con levadura, y la primera Pascua, la de la salida de Egipto, se había tomado precipitadamente, con todo ya dispuesto para la marcha. Además, la levadura era el símbolo de la corrupción. No es otra cosa que masa de pan fermentada, y los judíos identificaban la fermentación con la putrefacción, así es que la levadura representaba la pudrición. El día antes de la Pascua, el dueño de la casa encendía un candil y recoma toda la casa buscando ceremoniosamente toda la levadura que pudiera haber por los rincones. Antes de la búsqueda oraba:
¡Bendito seas, Señor nuestro Dios, Rey del universo, que nos has santificado por tus mandamientos, y nos has mandado limpiar la casa de levadura!
Al final de la búsqueda, el dueño de la casa decía:
Toda la levadura que haya en mi posesión, la que he visto y la que no he visto, quede anulada, y sea considerada como el polvo de la tierra.
Después, por la tarde, antes de que empezara el día de la Pascua, tenía lugar el sacrificio del cordero pascual. Toda la gente iba al templo. El adorador tenía que matar su propio cordero, haciendo así su propio sacrificio. Para los judíos, toda la sangre había de consagrarse a Dios, porque identificaban la sangre con la vida. Era muy natural, porque, si una persona o un animal se desangraba, se moría. Así que, en el Templo, el adorador mataba su propio cordero. Entre los adoradores y el altar había dos largas hileras de sacerdotes, cada uno con una vasija de oro o de plata. Cuando se hacía la incisión en el cuello del cordero, se ponía la sangre en una de esas vasijas, que se pasaba por toda la línea hasta que el sacerdote que estaba al final la echaba sobre el altar. El cadáver se depellejaba, se le extraían las entrañas y la grasa, porque era parte necesaria del sacrificio, y se le devolvía el cuerpo al adorador. Si las cifras de Josefo son verídicas, y se mataba más de un cuarto de millón de corderos, la escena en los atrios del Templo y la condición ensangrentada del altar casi uno no se los puede imaginar. El cordero se llevaba a la casa para asarlo. No se podía cocer. Nada lo debía tocar, ni siquiera los lados del cacharro en que se asaba. Había que asarlo en un fuego abierto de madera de granado. El asador atravesaba el cordero desde la boca al vientre, y el cordero tenía que asarse entero, sin quitarle ni la cabeza ni las patas ni el rabo.
La mesa misma tenía la forma de un cuadrado con un lado abierto. Era baja, y los comensales se reclinaban en sofás, apoyándose en el brazo izquierdo para dejarse libre el derecho para comer.
Se necesitaban ciertas cosas, que eran las que los discípulos tenían que preparar.
(i) Estaba el cordero, para recordarles cómo sus casas habían sido protegidas por la señal de la sangre cuando el ángel de la muerte pasó por todo Egipto.
(ii) Estaba el pan sin levadura, que recordaba el que habían comido apresuradamente cuando salieron de la esclavitud.
(iii) Estaba el tazón de agua salada, para recordarles las lágrimas que habían derramado en Egipto y las aguas del mar Rojo por las que habían salido milagrosamente a la libertad.
(iv) Estaba una variedad de hierbas amargas -rábano, achicoria, endibia, lechuga, marrubio- para recordarles la amargura de la esclavitud de Egipto.
(v) Estaba una pasta llamada jaróshet, que era una mezcla de manzanas, dátiles, granadas y almendras, que les recordaba la arcilla de la que tenían que hacer los ladrillos en Egipto. Le ponían unos palitos de canela para recordarles la paja que contenían los ladrillos.
(vi) Había cuatro copas de vino. Las copas contenían un poco más de cuarto de litro de vino, pero se mezclaban tres partes de vino con dos de agua. Las cuatro copas, que se bebían en momentos determinados de la cena, eran para recordarles las cuatro promesas de Ex 6:6 s:
Yo os sacaré de debajo de las pesadas tareas de Egipto. Os libraré de su servidumbre.
Os redimiré con brazo extendido y con gran justicia.
Os tomaré como Mi pueblo y seré vuestro Dios.
Tales eran los preparativos que había que hacer para la Pascua. Cada detalle hablaba de aquel gran día de la liberación, cuando Dios sacó a Su pueblo de la esclavitud de Egipto. En esa fiesta, el Que redimió al mundo del pecado había de tomar Su última Cena con Sus discípulos.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
La Última Cena de Jesús (Mar 14:12-26)
Análisis de discurso
En este pasaje Marcos narra la tradición de la última cena como reinterpretación de la Pascua judía. La sección consta de dos subsecciones: la preparación de la Pascua (vv. Mar 14:12-16) y la celebración de la Pascua (vv. Mar 14:17-26); esta última se divide, a su vez, en dos partes: el anuncio de la traición (vv. Mar 14:17-21) y la reinterpretación de la Pascua (vv. Mar 14:22-26).
En la subsección que describe la preparación de la Pascua (vv. Mar 14:12-16), que está encerrada entre dos menciones de dicha preparación (etoimazō to pasja, en vv. Mar 14:12 y Mar 14:16), encontramos una situación similar a aquella en que Jesús estaba a punto de entrar en Jerusalén, en Mar 11:1-6. En ambos casos, Jesús envía a dos de sus discípulos a la ciudad con órdenes precisas: en el primer caso, con la orden de encontrar un pollino atado, y en el segundo caso, con la de seguir a un hombre que les saldría al encuentro llevando un cántaro de agua. En ambas oportunidades, todo se cumple como Jesús lo había anticipado. El lector se da cuenta de que Jesús puede predecir lo que va a ocurrir, lo cual es muy significativo, especialmente cuando llegamos a la segunda subsección, que trata de la celebración de la Pascua.
En efecto, en la subsección que describe la celebración de la Pascua (vv. Mar 14:17-26), Jesús hace una segunda predicción, que se cumplirá en el transcurso de su vida (uno de vosotros, que come conmigo, me va a entregar), y una tercera, que quedará pendiente hasta el fin de la historia (no beberé más del fruto de la vid). Esta subsección está comprendida entre dos verbos muy parecidos, “venir” (erjomai), en el versículo Mar 14:17, y “salir” (exerjomai), en el versículo Mar 14:26. En los versículos Mar 14:17-21, que constituyen una subdivisión comprendida entre dos instancias de la palabra doce (vv. Mar 14:17 y Mar 14:20), tenemos el anuncio de la traición. Queda claro que el traidor saldrá del círculo de discípulos, de los doce, de entre aquellos a quienes Jesús había elegido personalmente. En los versículos Mar 14:22-26 hay otra subdivisión en la que Jesús reinterpreta la Pascua judía, hace una relectura teológica en función de los eventos que están a punto de desencadenarse. Se encuentra comprendida entre dos referencias temporales: Mientras comían, en el versículo Mar 14:22, y después de haber cantado el himno, en el versículo Mar 14:26.
Un análisis esquemático de Mar 14:12-26 sería entonces:
A. Preparación de la Pascua, comprendida entre preparar [ ] la Pascua (v. Mar 14:12) y prepararon la Pascua (v. Mar 14:16)
B. Celebración de la Pascua, comprendida entre vino (v. Mar 14:17) y salieron (v. Mar 14:26)
1. Anuncio de la traición, comprendida entre los doce (v. Mar 14:17) y uno de los doce (vv. Mar 14:20-21)
2. Reinterpretación de la Pascua, comprendida entre mientras comían (v. Mar 14:22) y después de haber cantado el himno (v. Mar 14:26)
TÍTULO: Varias versiones cometen el error de titular este pasaje Institución de la Cena del Señor. En realidad, aquí está ausente el mandamiento de celebrar la cena “en memoria de mí”, a diferencia de Luc 22:19 y 1Co 11:23-26. Por esta razón, sería mejor poner a esta sección títulos como «La Cena del Señor» (NVI), «La Última Cena de Jesús» (BL), o, simplemente, “La Última Cena”, o “La Nueva Pascua”.
Análisis textual y morfosintáctico
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
El primer día [ ] cuando sacrificaban el cordero de la Pascua: Este sacrificio se hacía el 14 de Nisán, y esa misma noche —el 15 de Nisán, cuando comenzaba la Pascua—se comía el cordero. De manera que, técnicamente, el cordero no se sacrificaba el primer día de la fiesta, sino la tarde del día anterior. Nida sugiere que aquí se utiliza “día” en un sentido general, queriendo significar que el primer día de la Pascua comenzaba la misma noche del día en que se sacrificaban los corderos (Bratcher y Nida, 433).
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
— los Panes sin levadura: Ver nota a Mat 26:17.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Éxo 12:6; Éxo 12:14-20.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
La última cena (ver Mat. 26:17-35; Luc 22:7-34). Temprano al día siguiente, Jesús envió a dos discípulos a la ciudad para preparar la habitación para la comida pascual. Esta debía, por ley judía, ser comida dentro de los límites de la ciudad, cosa que no permitió que se tuviera en Betania. Parece que, como en el caso del borriquillo, Jesús había arreglado de antemano con una amistad o seguidor el préstamo de un aposento. Aquí no hubo nada sobrenatural, como no hubo nada sobrenatural en lo del barco de Pedro, ni en la tumba de José, ambas cosas prestadas a Jesús. Sin embargo, el conocimiento de que habría un hombre con un cántaro de agua que lo encontraría puede haber sido un vistazo sobrenatural del tipo que, con frecuencia, tenían los profetas del AT, a menos de que eso también fuera una señal arreglada previamente por Jesús. Esta clase de percepción, por lo general, no es algo que se promete a los cristianos en el NT, aunque personas como Pedro y Pablo parecen haberlo usado en ocasiones. Por lo tanto, no debemos procurar y esperar tal don y, además, debemos tener cuidado con las personas que dicen tenerlo.
Marcos parece decir que esta cena sería la Pascua, mientras que Juan parece decir que la Pascua misma sería al día siguiente (y que, por lo tanto, Jesús murió cuando los corderos pascuales estaban siendo muertos). Si Juan tiene razón, entonces esta cena de Jesús hubiera sido preparatoria. Esto explicaría el hecho de que no se menciona ningún cordero, sino solamente pan y el fruto de la vid, ya que Jesús mismo era el Cordero. Hay varias explicaciones posibles para esta situación. Algunos han sugerido que había dos calendarios religiosos diferentes en uso en Jerusalén en esa época, con fechas diferentes para la Pascua. Otros han sugerido que Marcos estaba usando la forma romana de calcular los “días” de una mañana a la otra mañana, mientras que Juan usó la manera hebrea de calcular el tiempo: de una tarde a la otra tarde. No importa qué día fuera, esta era la tarde cuando Jesús instituyó la primera “cena del Señor” en celebración de su muerte.
Este relato de la cena está dado entre dos avisos de nuestra debilidad humana. Jesús advirtió a sus discípulos que uno de ellos lo iba a entregar (18). No tenían la menor idea de quién pudiera ser, pero tuvieron tanta confianza propia que cada uno rehusó pensar que pudiera ser él. Pedro no fue el único que estaba confiado de sí mismo aunque, por lo general, él era el principal ejemplo. En verdad, aun esta traición trágica halla su lugar en el plan de Dios, pero no hace que el traidor sea menos culpable (21). Judas tampoco fue una víctima indefensa, predestinado a traicionar a Jesús (este punto de vista es el peligro que corren algunas religiones fatalistas como Islam), sino que escogió su propia senda deliberadamente, aunque Dios era conocedor de todo de antemano.
La descripción de la cena misma es muy sencilla. Los oidores de Mar. no estarían familiarizados con las costumbres judías, ni les interesarían. Por costumbre, el jefe de la casa daba gracias a Dios por el pan (lo “bendecía”), igual que lo haríamos nosotros antes de alguna comida hoy; partió el pan y dio los pedazos a los demás. Esto fue igual a lo que hizo cuando dio de comer milagrosamente a las multitudes en dos ocasiones (¿serían éstos también cuadros de la cena del Señor?). Lo que era muy nuevo fue que Jesús les dijo, al darles el pan, que representaba y tomaba el lugar de su cuerpo que de inmediato sería dado y quebrantado en la cruz por ellos. En arameo, el idioma que hablaba Jesús, no existe palabra para “es”. Lo que Jesús habría dicho lit. fue: “Esto-mi cuerpo”. Por lo tanto, nosotros no debiéramos traducir libremente sus palabras. Eso, a la vez, nos protege de usos supersticiosos del pan, como el de llevar fragmentos a casa para darlo a algún niño enfermo con la esperanza de que sea sanado. La cena del Señor es un misterio, pero no es magia. Puede ser que Jesús quiso decir, además, que así como nuestra vida corporal depende de pan o arroz, así también nuestra vida espiritual debe ser alimentada por una dependencia completa de él por fe.
El pan era la comida judía corriente, el vino (usualmente diluido con agua) era la bebida de costumbre; la vida dependía de ambas. Como en toda comida judía, a Dios se le daba gracias por todo. Lo que era nuevo fue que Jesús dijo a sus discípulos que el vino tinto de la copa representaba su sangre, la sangre que sellaría su pacto, sangre que sería derramada a favor de muchos. Si se lee o no la palabra “nuevo” ante la palabra pacto del v. 24 no causa diferencia. Jesús hacía alusión al nuevo pacto del que hablaba Jer. 31:31, por medio del cual nuestra naturaleza completa sería cambiada, y la ley de Dios sería escrita sobre nuestros corazones. Cuando Jesús dijo que su sangre sería derramada a favor de muchos se estaba adelantando ya que ésta era la referencia al Siervo Sufriente de Dios en Isa. 53:12 quien llevaría el pecado de muchos. Con esto podemos ver que la muerte de Jesús sería el precio de rescate, el sacrificio del pacto y una ofrenda por el pecado; las tres cosas tienen impacto al acercarnos a la mesa del Señor. Pero, si la copa de vino con sus gotas amargas al fondo es un cuadro del sufrimiento, también es un cuadro del gozo (25). Esta cena, antes de la crucifixión, es un cuadro del “banquete del Mesías” triunfante en los cielos, donde todos compartiremos con Cristo en la gloria.
De manera que el rey, como todos los reyes de Judá, había tenido su banquete real. Siguió una segunda advertencia de la debilidad de los discípulos. Fue hecho más fácil de aguantar sabiendo que todo ya había sido previsto por Dios (quien nunca espera que seamos más fuertes de lo que somos) y que sería seguido por una reunión de regocijo en un lugar bien conocido como Galilea (28). Marcos escribe mucho acerca de Galilea y el ministerio de Jesús allí, parcialmente porque allí fue donde inició su ministerio, y porque Galilea, con su población semi gentil, señalaba la misión próxima a los gentiles. Galilea, más tarde, fue un gran centro del cristianismo primitivo, como lo ha revelado la arqueología. La promesa de Jesús se liga con la promesa del ángel (16:7) que aquí, en Galilea, sería donde se encontrarían con el Cristo resucitado. Para este cumplimiento véase Mat. 28:16, aunque Mar. no lo escribe.
No sólo fue predicho que Pedro negaría al Señor, sino cuándo sucedería (30), a pesar de que Pedro, en una actitud de autoconfianza, afirmó que no sucedería tal cosa. (La referencia al canto del gallo podría tener en mente el ave misma, o el toque fuerte de las trompetas romanas que señalaban esa hora de la noche.) A Pedro se le apunta con el dedo como el que negó a Cristo, pero debemos recordar que todos los discípulos insistieron en que nunca negarían a Jesús a pesar de que ninguno cumplió sus promesas.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
NOTAS
(1) Véase Mat 26:17, n.
REFERENCIAS CRUZADAS
r 702 Éxo 12:15; Éxo 12:18; Éxo 23:15; Lev 23:6; Luc 22:7
s 703 Luc 22:8
t 704 Núm 9:2; Mat 26:17; Luc 22:9
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Véase coment. en Mt 26:17.
Fuente: La Biblia de las Américas
12 (1) Véase la nota 17 (1) de Mt 26.
12 (2) En el calendario judío, que concordaba con las Escrituras que tenían hasta entonces, un día comenzaba en la tarde ( Gén_1:5). En el anochecer del último día de la Pascua, el Salvador- Esclavo primero comió la pascua con Sus discípulos e instituyó Su cena para ellos (vs.12-25). Luego fue con los discípulos al huerto de Getsemaní en el monte de los Olivos (vs.26-42). Allí fue arrestado y llevado al sumo sacerdote, donde fue, juzgado por el sanedrín bien avanzada la noche (vs.43-72). En la mañana del mismo día, fue entregado a Pilato para ser juzgado por él, y fue condenado a muerte (15:1-15). Luego fue llevado al Gólgota y allí fue crucificado a las nueve de la mañana, y permaneció en la cruz hasta las tres de la tarde (15:16-41), para que se cumpliera el tipo de la Pascua (Éxo_12:6-11 ; véase la nota 37 (1) de Mr 12).
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
antes… Gr. te próte como dativo de causa = del anterior. La construcción gramatical de los sinópticos (Mat 26:17; Mar 14:12) equivale a la construcción de Jua 13:1 → §300.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
O, de los Azimos
Fuente: La Biblia de las Américas
Lit. habiendo ido.