Comentario de Marcos 14:32 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Llegaron al lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: —Sentaos aquí, mientras yo oro.
14:32 — Vinieron, pues, a un lugar que se llama Getsemaní — De Lucas (22:39,40) y de Juan (18:1) aprendemos que ese lugar era un huerto que se encontraba en el monte de los Olivos, al otro lado del torrente de Cedrón. Getsemaní significa prensa de aceite. Jesús tenía la costumbre de irse allí con sus discípulos y por eso Judas conocía el lugar (Jua 18:2; Luc 22:39).Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
vinieron a un lugar que se llama Getsemaní. Mat 26:36; Luc 22:39; Jua 18:1.
entre tanto que yo oro. Mar 14:36, Mar 14:39; Sal 18:5, Sal 18:6; Sal 22:1, Sal 22:2; Sal 88:1-3; Sal 109:4.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Sentaos aquí, entre tanto que yo oro: La oración consumió mucho tiempo y energía en la obra terrenal de Jesús. Esto coronó tanto el comienzo (Luc 3:21) como el final (Luc 24:50, Luc 24:51) de su ministerio público. Él tomaría medidas extraordinarias para asegurar la privacidad para orar (Mar 6:46; Mat 14:22, Mat 14:23; Jua 6:14, Jua 6:15). Aun cuando el Señor Jesús alabó a Dios (Luc 10:21) y dio gracias al Padre (Mar 8:6, Mar 8:7) en sus oraciones, la mayoría de las oraciones registradas de Jesús eran peticiones e intercesiones.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Getsemaní, aunque famoso hoy, se menciona por nombre solamente dos veces en la Biblia (aquí y en Mateo). Juan, sin embargo, nos informa que Jesús y sus discípulos a menudo se reunían allí y que era un jardín (Jua 18:1, Jua 18:2). La amonestación para sentarse ahí fue dirigida a todos, excepto a Pedro, Juan y Jacobo (Mar 14:33).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
GETSEMANÍ… YO ORO. Jesús dio ejemplo de lo que los creyentes deben hacer en tiempos de gran aflicción o angustia:
(1) buscar a Dios en oración (vv. Mar 14:32; Mar 14:35-36, Mar 14:39);
(2) buscar el apoyo de los amigos (vv. Mar 14:33-34; Mar 14:42);
(3) confirmar en el corazón que Dios es el Padre celestial que cuida de ellos (v. Mar 14:36);
(4) confiar en Dios y encomendarse a su voluntad (v. Mar 14:36). Véanse Mat 26:37 ss, notas sobre las diez fases del sufrimiento de Cristo.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
Getsemaní. Este nombre significa «prensa de aceite» y se refiere a un jardín lleno de olivos en las faldas del Monte de los Olivos. Jesús frecuentaba este lugar con sus discípulos cuando deseaba apartarse de la multitud para orar (cp. Jua 18:12; vea la nota sobre Mat 26:36).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
14:32 — Vinieron, pues, a un lugar que se llama Getsemaní — De Lucas (22:39,40) y de Juan (18:1) aprendemos que ese lugar era un huerto que se encontraba en el monte de los Olivos, al otro lado del torrente de Cedrón. Getsemaní significa prensa de aceite. Jesús tenía la costumbre de irse allí con sus discípulos y por eso Judas conocía el lugar (Jua 18:2; Luc 22:39).
— y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí – Aparte de la orden de sentarse, les ordena orar (Luc 22:40, ”Orad que no entréis en tentación”). La tentación, o prueba, está a mano para ellos cuando lleguen los enemigos de Jesús. Tienen que estar preparados para no negar y abandonar a Jesús (versículos 27;38,50,68-72).
— entre tanto que yo oro — Para orar a solas (Mat 26:36), Jesús se aparta de ellos “a distancia como de un tiro de piedra” (Luc 22:41). Es la noche de crisis. Judas ya se ha ido a traer a la turba (Luc 22:47) para prender a Jesús. Al día siguiente le van a crucificar después de un juicio de burla. Jesús quiere ocuparse a solas en oración al Padre para comunicarse con él sobre este tiempo de extremidad de dolor.
Fuente: Notas Reeves-Partain
HÁGASE TU VOLUNTAD
Marcos 14:32-42
Llegaron a un lugar que se llamaba Getsemaní. Jesús les dijo a Sus discípulos:
-Sentaos aquí mientras Yo hago oración.
Llevó consigo a Pedro y Santiago y Juan, y empezó a deprimirse y angustiarse y les dijo:
-Estoy a punto de morir de pura angustia. Quedaos aquí y manteneos bien despiertos.
Se apartó un poco más adelante, y Se postró en tierra pidiendo que, si era posible, esa hora pasara de Él. Y decía:
-¡Abbá, Padre! Todo Te es posible a Ti. Retira de Mí este cáliz; pero no sea lo que Yo quiero, sino lo que quieras Tú.
Volvió al poco tiempo, y Se los encontró dormidos. Y le dijo a Pedro:
-Simón, ¿estás dormido? ¿Nos has podido mantenerte despierto ni una hora? Manteneos despiertos y en oración, no sea que os sorprenda la prueba. El espíritu está dispuesto, pero la carne es débil.
Y de nuevo se apartó a orar con las mismas palabras. Y volvió otra vez, y Se los encontró dormidos, porque tenían los ojos cargados de sueño. Y no sabían qué decirle. Y Él vino aún la tercera vez, y les dijo:
-Ya podéis dormir. Ahora descansad. Ya basta. Ha llegado el momento. ¡Mirad! El Hijo del Hombre es entregado a manos de pecadores. ¡Levantaos! ¡Vámonos! Ha llegado el que Me ha traicionado.
Este es un pasaje que casi nos da miedo leer, porque nos introduce en la agonía privada de Jesús.
Haberse quedado en el aposento alto habría sido peligroso. Con las autoridades en Su búsqueda, y con Judas decidido a traicionarle, el aposento alto podía haber sido una encerrona. Pero Jesús tenía otro lugar al que retirarse. El hecho de que Judas supiera que podía encontrarle en Getsemaní muestra que Jesús tenía costumbre de ir allí. En la misma Jerusalén no había jardines. La ciudad estaba demasiado abarrotada; y había una curiosa ley que prohibía que el suelo santo de la ciudad se contaminara con el estiércol de los jardines. Pero algunos de los ricos tenían jardines privados en el monte de los Olivos, adonde se retiraban a descansar. Jesús tiene que haber tenido algún amigo suficientemente acomodado que Le permitía usar su jardín por la noche.
Cuando Jesús fue a Getsemaní había dos cosas que necesitaba perentoriamente. Necesitaba la compañía humana, y necesitaba la compañía de Dios. «No es bueno que el hombre esté solo,» había dicho Dios en el principio Ge 2:18 ). En momentos de angustia queremos tener a alguien con nosotros. No es que queramos que haga nada en particular, ni que queramos decirle nada ni que nos hable. Simplemente que esté con nosotros. Así Le pasaba a Jesús. Es extraño que los hombres que hacía poco habían asegurado que estaban dispuestos a morir por El no pudieran- mantenerse despiertos con Él ni siquiera una hora. Pero no podemos culparlos, porque la emoción y la tensión los habían drenado de fuerza y de resistencia.
Algunas cosas de Jesús aparecen claras en este pasaje.
(i) No quería morir. Tenía treinta y tres años, y nadie quiere morir cuando se encuentra en los mejores años de su vida. Había hecho tan poco, y había un mundo que esperaba salvarse. Sabía lo que era la crucifixión, y no podía por menos de sobrecogerle. Tenía que obligarse a seguir adelante -como nos sucede a veces a todos los seres humanos; aunque en Su caso la lucha y la perspectiva eran incalculablemente más terribles.
(ii) No entendía totalmente por qué tenía que morir. Sólo sabía sin ningún lugar a dudas que era la voluntad de Dios, y que Él tenía que seguir adelante. Jesús, también, tuvo que emprender la gran aventura de la fe, aceptando -como nos corresponde muchas veces a los seres humanos- lo que no podía comprender.
(iii) Se sometió a la voluntad de Dios. Abbá es la palabra aramea para Papá. Esa era la palabra clave que lo aclaraba todo. Thomas Hardy termina su novela Tess, después de contarnos su trágica vida, con la terrible frase: «El presidente de los inmortales había acabado de jugar con Tess.» Jesús no se estaba sometiendo a un Dios tiránico o dictatorial.
Como con piezas de ajedrez Él juega en tablero de días y de noches moviéndolas, les da jaque y las mata y las mete en la caja sin reproches.
Esto decía `Umar Jayyám; pero Dios no es así. Aun en esa hora terrible, cuando estaba exigiéndole aquel terrible sacrificio, Dios era para Jesús Su Papá. Cuando mataron al reformador escocés Richard Cameron, uno de los Murray le cortó la cabeza y las manos y las llevaron a Edimburgo. Su padre estaba preso por la misma causa. El enemigo se las llevó para añadirle más aflicción a su ya terrible angustia, y le preguntó si las reconocía.
Tomando la cabeza y las manos de su hijo, que eran muy hermosas (porque era hombre de complexión fina como él), las besó y dijo: «Las reconozco, las conozco. Son las de mi hijo, mi propio hijo querido. Es el Señor. Buena es la voluntad del Señor que no puede hacernos mal ni a mí ni a los míos, sino que ha hecho que el bien y la misericordia nos sigan todos los días de nuestra vida.» Si podemos llamar a Dios Padre, todo resulta soportable. Una y otra vez no comprenderemos, pero siempre tendremos la certeza de que «la mano del Padre no causará nunca a sus hijos una lágrima innecesaria.» Eso era lo que sabía Jesús. Por eso podía seguir adelante -y nosotros también.
Debemos fijarnos en cómo termina este pasaje. El traidor y su pandilla habían llegado. ¿Cómo reaccionó Jesús? No huyendo, aunque todavía, en la noche, Le habría sido fácil escapar. Reaccionó enfrentándose con ellos. Hasta el fin, Jesús Se negó a desviarse o a volver atrás.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Jesús ora en Getsemaní (Mar 14:32-42)
Análisis de discurso
La construcción retórica de esta sección es sumamente interesante. Todo el pasaje se encuentra encerrado entre dos imperativos: sentaos (v. Mar 14:32) y levantaos (v. Mar 14:42). Podríamos visualizar a Jesús y los discípulos en Getsemaní en tres grupos: Jesús, el grupo íntimo integrado por Pedro, Jacobo y Juan, y el resto de los discípulos. La acción se desarrolla de la siguiente manera:
A. Una vez llegados a Getsemaní, Jesús ordena a los discípulos que se sienten mientras él ora (v. Mar 14:32)
B. Se lleva consigo a Pedro, Jacobo y Juan y les ordena que se queden allí y velen (vv. Mar 14:33-34)
C. Yéndose un poco más adelante, se postra en tierra y ora:
a. que pase de él esa hora
b. pues todas las cosas son posibles para Dios
a’. que aparte de él esa copa
b’. pero que no se haga su voluntad, sino la de Dios (vv. Mar 14:35-36)
B’. Vuelve y halla durmiendo al grupo de los tres; le pide a Pedro que vele y ore para no caer en tentación, pues, aunque el espíritu está dispuesto, la carne es débil (vv. Mar 14:37-38)
C’. Otra vez se aparta a orar de la misma manera (v. Mar 14:39)
B». Vuelve al grupo de los tres y los halla durmiendo; ellos no saben qué responderle (v. Mar 14:40)
C». [Otra vez se aparta a orar de la misma manera]
B»‘. Vuelve por tercera vez al grupo de los tres y les dice que ahora pueden dormir y descansar, porque la hora ha llegado y el Hijo del hombre está a punto de ser entregado (v. Mar 14:41)
A’. Jesús ordena a [todos] los discípulos que se levanten, pues se acerca el traidor (v. Mar 14:42)
En esta estructura, las letras C, C’ y C» representan la oración de Jesús. Nadie escucha a Jesús orar, excepto los lectores del Evangelio, entre los cuales nos encontramos nosotros, los lectores contemporáneos (Jennings, 259). La C» se infiere de los versículos Mar 14:40-41. Las letras B, B’, B» y B»‘ representan el diálogo de Jesús con su grupo íntimo. En A y A’ Jesús se dirige a todo el grupo de discípulos, exceptuado Judas, quien, evidentemente, se separó del grupo después de la cena, puesto que Jesús anuncia su llegada en A’.
TÍTULO: El título propuesto por RV95, compartido por varias versiones, resulta adecuado: Jesús ora en Getsemaní.
Análisis textual y morfosintáctico
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
Un lugar: También «una propiedad» (BJ, BL), o, simplemente, “un terreno con árboles”.
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
— Getsemaní: Ver nota a Mat 26:36.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
El huerto de Getsemaní (ver Mat. 26:36-46; Luc. 22:40-46). Muchos peregrinos acampaban cerca de Jerusalén en la época de la Pascua y es posible que la intención de Jesús era pasar la noche en Getsemaní (que significa “prensa de aceite”) en vez de volver a Betania. Pero no iba a haber descanso para él allí. Con su “círculo íntimo” de tres discípulos, él oró bajo un tremendo estrés espiritual. Nunca debemos pensar que el Calvario le fue fácil; esta oración demuestra lo difícil que le fue (ver Luc. 12:50). Los discípulos somnolientos, y en especial Pedro, tienen que haber oído sus palabras (36) y habérselas contado a Marcos, ya que no había otra persona presente. Recordaron que Jesús usó la palabra aramea íntima “Abba” (la que Marcos traduce) para llamar a Dios su Padre (algo que se usó más adelante por la iglesia primitiva, Rom. 8:15). “Abba” es el nombre que cada niño o niña judío todavía usa dentro del hogar para hablar con su padre.
La oración de Jesús fue muy simple; él no quería enfrentarse a la cruz, pero si era la senda de Dios, él la encararía. De esta manera venció al enemigo. Pero mientras él agonizaba en oración, los discípulos dormían, a pesar de las advertencias de Jesús. Con razón más tarde cedieron a la tentación, cuando aquí también habían cedido a la tentación. Ninguna caída es en verdad inesperada o repentina, como se dio cuenta Pedro.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
REFERENCIAS CRUZADAS
t 731 Mat 26:36; Luc 22:39; Jua 18:1
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Getsemaní. Véase coment. en Mt 26:36.
Fuente: La Biblia de las Américas
32 (1) Con respecto a los vs.32-42, véanse las notas de Mat_26:36-46 .
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
Getsemani. Véase nota en Mat 26:36.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
La historia de la agonía de nuestro Señor en el jardín, de Getsemaní es uno de los pasajes profundos y misteriosos de las Escrituras. Contiene cosas que los más sabios teólogos no pueden explicar satisfactoriamente. Sin embargo se descubren en ella verdades obvias y sencillas que son de la mayor importancia.
Observemos, en primer lugar, cuan agudamente sintió el Señor la carga de los pecados del mundo. Está escrita que » comenzó á atemorizarse, y á angustiarse en gran manera; y les dice: Mi alma está muy triste hasta la muerte,» y que «se postró en tierra, y oró que si fuese posible, pasase de él aquella hora..
Una sola es la explicación razonable que puede darse de esas expresiones. No las arrancó de los labios de nuestro Señor el miedo á los sufrimientos físicos de la muerte; fue la convicción de la humana maldad, cuyo peso empezó en aquel momento á agobiarlo de una manera especial; fue la conciencia del peso indecible de nuestros pecados, que entonces comenzó á oprimirlo. Fue «hecho maldición en lugar nuestro.» Se cargó con nuestros dolores y se echó sobre sus hombros nuestros pesares para cumplir la promesa que lo trajo a la tierra. Iba «á ser pecado por nosotros cuando El no conoció el pecado.» Su santa naturaleza sentía de una manera exquisita la carga asquerosa que se había echado encima. Estas eran las razones de su angustia extraordinaria.
Debemos ver en la agonía de nuestro Señor en Getsemaní la horrible criminalidad del pecado. Punto es este en que las apreciaciones de los que se llaman cristianos se quedan muy lejos de lo que debieran. La manera ligera é indiferente con que se habla de pecados tales como jurar, violar el día del Señor, mentir, y otros semejantes, es una prueba muy triste de la pobre condición en que se encuentran los sentimientos morales de los hombres. Que el recuerdo de Getsemaní produzca en nosotros un afecto santificante. Hagan otros lo que les plazca, pero no nos permitamos nosotros hablar del pecado en tono de chanza.
Notemos, en segundo lugar, el ejemplo que el Señor nos da de la importancia de la oración en época de angustia. En la hora de sus agonías lo vemos emplear este gran remedio. Dos veces se nos. dice que cuando sentía su alma muy triste, «oraba..
Nunca hallaremos una prescripción mejor para el paciente que la aflicción abruma. A Dios debemos dirigirnos ante todo en nuestras angustias. La primera queja debe ser en forma de plegaria. Posible es que no recibamos una respuesta inmediata; que no se nos conceda de momento el alivio que necesitamos; que el dolor que nos pone á prueba no se remueva ni desaparezca; pero el acto tan solo de desahogar nuestro corazón, y abrir nuestro pecho ante el trono de la gracia, nos hará un gran bien. Muy sabio y muy profundo es el consejo de Santiago: » ¿Está alguien afligido? Que ore.» Jam 6:13.
Notemos, en tercer lugar, el ejemplo tan notable que el Señor nos da del sometimiento de la voluntad á la voluntad de Dios. Aunque su humana naturaleza sentía profundamente la presión de los crímenes del mundo, ora, sin embargo, y, pide que «si fuera posible» pasase de El aquella hora. «Aparta de mí este cáliz: empero no lo que yo quiero, sino lo que tú..
No podemos imaginar un grado de perfección más alto que el que aquí se nos presenta. Aceptar pacientemente lo que Dios nos envía, no agradarnos sino lo que á Dios agrada, no desear otra cosa que lo que Dios aprueba, preferir el dolor, si á Dios le place enviarlo, al placer, si Dios no cree conveniente concederlo, someterse sufrido á lo que Dios ordena, y no conocer otra voluntad sino la Suya, este es el grado más elevado á que podemos aspirar, y la conducta de nuestro Señor en Getsemaní es el modelo más perfecto de esa elevación moral.
Luchemos y trabajemos por tener «la idea que Cristo tenia» respecto á este particular. Procuremos adquirir el poder de mortificar nuestra voluntad independiente, y pidámoslo así diariamente en nuestras oraciones. Seremos felices si así lo hacemos; que nada produce en el mundo más disgustos que dar rienda suelta á nuestros deseos. Pedir esa facultad en nuestras oraciones es la prueba mejor de tener gracia. Ciencia, dones, convicciones, sentimientos y deseos, son evidencias inciertas, que suelen á menudo hallarse en personas no convertidas. Pero el aumento progresivo de esa disposición á someter nuestras voluntades á la voluntad de Dios, es un signo muy saludable; muestra que estamos verdaderamente «creciendo en gracia, y en el conocimiento de Jesucristo..
Notemos, finalmente, en estos versículos, cuanta debilidad puede encontrarse aun en los mejores cristianos. Tenemos una comprobación lamentable de este aserto en la conducta de Pedro, de Santiago y de Juan. Se durmieron cuando debían haber estado velando y orando; se durmieron aunque nuestro Señor los invitó á que velasen con El; se durmieron aunque poco tiempo antes se les habla apercibido del peligro que se acercaba, y de que su fe iba a flaquear; se durmieron, aunque acababan de salir de la mesa del Señor, en que habían tenido lugar escenas tan tiernas y tan solemnes. Nunca se habían tenido antes pruebas más convincentes de que los mejores de los hombres no son más que hombres, y que, mientras que los santos viven en la tierra, están sujetos á muchas flaquezas.
Estas cosas se han escrito para nuestra enseñanza; en nuestra mano está que no se hayan escrito en vano. Estemos siempre en guardia contra una disposición indolente, perezosa, inerte en religión, que nos es muy natural á todos, especialmente en todo le que so refiere á oraciones privadas. Cuando sintamos que ese espíritu se va apoderando de nosotros, recordemos á Pedro, á Santiago, á Juan en el jardín, y tengamos cuidado.
El consejo que con tanta solemnidad dirige nuestro Señor á sus discípulos debería estar resonando siempre en nuestros oídos, «Velad, y orad, no sea que caigáis en tentación. El espíritu está en verdad pronto, pero la carne es débil.» Este es el lema que debería adoptar el cristiano desde el momento de su conversión hasta la hora de la muerte.
¿Somos verdaderos cristianos? ¿Deseamos mantener nuestras almas despiertas? No olvidemos que tenemos una doble naturaleza interna; un «espíritu» pronto y una «carne» débil, una naturaleza carnal inclinada al mal, y una naturaleza espiritual inclinada al bien. Estas dos son contrarias. Gal 5:17. El pecado y el diablo encontrarán siempre cómplices en nuestros corazones; y si no crucificamos y dominamos la carne, ella nos gobernará á menudo y nos cubrirá de vergüenza.
¿Somos verdaderos cristianos y queremos mantener nuestras almas despiertas? Pues no olvidemos nunca «velar y orar.» Velemos como soldados, que estamos en país enemigo, y tenemos que estar siempre en guardia. Tenemos que combatir diariamente y diariamente guerrear. El reposo del cristiano es aún futuro. Oremos, pues, sin cesar, de una manera regular, habitual y cuidadosa, y en períodos marcados. Debemos orar y vigilar, y vigilar lo mismo que orar. Velar sin orar es presunción y confianza necia. Orar sin velar es fanatismo y entusiasmo. Aquel que conoce su debilidad, y conociéndola vela y ora, ese es el que será sostenido y no se le permitirá caer.
Fuente: Los Evangelios Explicados
Getsemaní… Esto es, prensa del olivar.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
B325 Ἕως con el aoristo de subjuntivo denota un evento simple. Así que, la última parte de este versículo significa: siéntense aquí hasta que yo ore, o haya orado (comp. MT169).
4342 Χωρίον en este versículo significa: un pedazo de tierra cercado.
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
Esto es, prensa del olivar.
Fuente: La Biblia Textual III Edición
§ Que significa, “lagar de olivos.”