Biblia

Comentario de Marcos 14:54 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Marcos 14:54 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Y Pedro le siguió de lejos hasta dentro del patio del sumo sacerdote, y estaba sentado con los guardias y se calentaba ante el fuego.

14:54 — Y Pedro le siguió de lejos hasta dentro del patio del sumo sacerdote y estaba sentado con los alguaciles, calentándose al fuego — Véanse más detalles dados en Jua 18:15-18. Pedro inicialmente huyó de la turba en Getsemaní, pero luego siguió de lejos hasta la casa de Caifás. El otro discípulo (¿sería Juan?) le introdujo al patio, y ahora Pedro se encuentra con los oficiales, o siervos, del Sanedrín, calentándose al fuego. En esto Pedro muestra hipocresía, dándose como uno del grupo.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Pedro le siguió de lejos. Mar 14:29-31, Mar 14:38; 1Sa 13:7; Mat 26:58.

hasta dentro del patio. Jua 18:15, Jua 18:16.

y estaba sentado con los alguaciles. 1Re 19:9, 1Re 19:13; Luc 22:55, Luc 22:56; Jua 18:18, Jua 18:25.

calentándose al fuego. Luc 22:44.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Aunque nosotros a menudo criticamos a Pedro, por lo menos él fue lo suficientemente valiente para volver a ver que le pasaría a Jesús. Juan también volvió y «entró con Jesús al patio del sumo sacerdote» (Jua 18:15). La nota de Marcos de que Pedro siguió de lejos a Jesús debe haber venido de Pedro mismo.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

patio del sumo sacerdote. Una plaza cuadrangular en el centro de la casa del sumo sacerdote.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

14:54 — Y Pedro le siguió de lejos hasta dentro del patio del sumo sacerdote y estaba sentado con los alguaciles, calentándose al fuego — Véanse más detalles dados en Jua 18:15-18. Pedro inicialmente huyó de la turba en Getsemaní, pero luego siguió de lejos hasta la casa de Caifás. El otro discípulo (¿sería Juan?) le introdujo al patio, y ahora Pedro se encuentra con los oficiales, o siervos, del Sanedrín, calentándose al fuego. En esto Pedro muestra hipocresía, dándose como uno del grupo.

Fuente: Notas Reeves-Partain

CORAJE Y COBARDÍA

Marcos 14:54, 66-72

Y Pedro siguió a Jesús a cierta distancia hasta dentro del patio de la casa del sumo sacerdote, y se sentó allí con los criados calentándose al fuego…
Cuando Pedro estaba abajo en el patio, una de las criadas del sumo sacerdote se acercó y, cuando vio a Pedro calentándose, se le quedó mirando y le dijo:

-Tú también estabas con el Nazareno, con Jesús.
Pedro lo negó, diciendo:
Ni sé ni entiendo lo que estás diciendo.

Salió al porche, y cantó el gallo. La criada le vio, y se puso a decirles a los presentes otra vez:

-¡Este hombre era uno de ellos!

Pero él lo negó otra vez. Poco después, los que estaban allí le dijeron a Pedro:

Es verdad que tú eres uno de ellos, porque eres galileo.
Pedro se puso a maldecir y a jurar:
-¡Ni siquiera sé de Quién estáis hablando!

E inmediatamente resonó el canto del gallo, y Pedro se acordó de lo que le había dicho Jesús: «Antes que cante el gallo dos veces me habrás negado tres veces.» Y se ocultó la cabeza con la capa, y lloró.

Algunas veces se cuenta esta historia de una manera que no le hace justicia a Pedro. Lo que a menudo dejamos de reconocerle es que hasta el mismo final la carrera de Pedro aquella noche mostró un coraje temerario. El desenvainar la espada en el huerto con el coraje temerario de un hombre preparado a enfrentarse él solo con toda aquella chusma. En aquella intervención había herido al siervo del sumo sacerdote. La prudencia más elemental le habría aconsejado a Pedro no dejarse ver. El último lugar al que uno habría soñado que pudiera dirigirse Pedro sería el patio de la casa del sumo sacerdote -y fue precisamente allí adonde se dirigió. Eso es ya en sí una audacia desmedida. Puede que los otros huyeran; pero Pedro seguía cumpliendo su palabra. Aunque los demás se hubieran ido, él seguía lo más de cerca posible a Jesús.
Y entonces surgió la extraña mezcla de la naturaleza humana. Se quedó calentándose al fuego, porque la noche era fría. Sin duda estaba arrebujado en el embozo de su capa. Puede que alguno atizara el fuego o echara otro leño, y a la luz de la llama reconocieron a Pedro. Él negó inmediatamente toda relación con Jesús. Pero -y esto es lo que se suele olvidar-,cualquier persona prudente se habría marchado entonces del patio tan rápido como le pudieran llevan sus piernas -pero no Pedro. Y lo mismo le sucedió otra vez. De nuevo Pedro negó a Jesús, y de nuevo se negó a marcharse. Sucedió una vez más; Pedro negó a Jesús otra vez, jurando que no conocía a Jesús, e invocando maldiciones sobre sí mismo si no estaba diciendo la verdad. Todavía parece que no tenía intención de marcharse; pero entonces sucedió otra cosa.

Muy probablemente fue lo siguiente. Los Romanos dividían la noche en cuatro vigilias desde las 6 de la tarde hasta las 6 de la mañana. Al final de la tercera vigilia, a las 3 de la madrugada, cambiaba la guardia, cosa que se anunciaba con un toque de cornetín que se llamaba en latín gallicinium, que quiere decir canto del gallo. Lo más probable es que lo que sucedió fue que cuando Pedro negó por tercera vez conocer a Jesús, se oyó la clara nota del cornetín en el silencio de la ciudad, y Pedro se acordó, y se le partió el corazón.

No nos confundamos: Pedro cayó en una tentación que le asaltó por ser hombre de coraje extraordinario. No tienen derecho las personas prudentes y discretas a criticar a Pedro por sucumbir a una tentación que nunca les sobrevendrá a ellos en parecidas circunstancias. Todos tenemos nuestro límite. Pedro llegó al suyo aquí, pero 999 de cada 1,000 habrían llegado al suyo mucho antes. Haríamos bien en admirar el coraje de Pedro más bien que en escandalizarnos por su fallo.
Pero aún hay otra cosa. No puede haber habido nada más que una fuente de información para que se sepa esta historia -y tuvo que ser el mismo Pedro. Ya vimos en la Introducción que el Evangelio de Marcos contiene los materiales de la predicación de Pedro. Es decir: que una y otra vez Pedro tiene que haber contado la historia de su negación. » Eso fue lo que yo hice -tiene que haber dicho-, y el maravilloso Jesús nunca dejó de amarme.»

Hubo un evangelista llamado Brownlow North. Era un hombre de Dios, pero en su juventud había vivido a lo loco. Un domingo, cuando tenía que predicar en Aberdeen, le entregaron una carta antes de subir al púlpito, que relataba un incidente vergonzoso de la vida de Brownlow North antes de su conversión, y anunciaba que, si se atrevía a predicar, el autor de la carta se levantaría en la iglesia y proclamaría públicamente lo que había hecho el predicador. Brownlow North se llevó la carta al púlpito, y se la leyó a la congregación. Les dijo que era perfectamente cierto; y a continuación les dijo cómo Cristo le había perdonado y permitido vencerse a sí mismo y dejar atrás su pasado y hacerle una nueva criatura. Usó su propia vergüenza como un imán para atraer a otros a Cristo. Eso era lo que hacía Pedro. Le decía a la gente: » Yo Le hice daño y Le fallé de esta manera, pero Él siguió amándome y me perdonó -y puede hacer lo mismo por ti.»
Cuando leemos este pasaje con comprensión, la historia de la cobardía de Pedro se convierte en una épica de coraje, y la historia de su vergüenza se convierte en un testimonio de gloria.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

Estaba sentado con los guardias: Algunas versiones traducen «criados» (BJ) o «alguaciles» (BA). El griego permite todas estas posibilidades.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

REFERENCIAS CRUZADAS

w 761 Mat 26:58; Jua 18:15

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

R807 En el participio θερμαινόμενος se usa la voz media con sentido directo: calentándose.

M85 En este versículo εἰς τὴν αὐλήν puede ser una explicación de ἔσω y ἔσω puede equivaler virtualmente a un sustantivo: tan lejos como hasta adentro, esto es, hasta el patio.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

O, sirvientes

Lit., a la luz

Fuente: La Biblia de las Américas