Comentario de Marcos 2:15 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Sucedió que, estando Jesús sentado a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores estaban también sentados a la mesa con Jesús y sus discípulos, porque eran muchos y le habían seguido.
2:15 — Aconteció que estando Jesús a la mesa en casa de él, muchos publicanos y pecadores estaban también a la mesa juntamente con Jesús y sus discípulos — Leví (Mateo) le hizo a Jesús un gran banquete en su casa e invitó a muchos publicanos y a “otros” (Luc 5:29) considerados como pecadores por los líderes judíos (ver. 16). (Era un hombre rico y con casa grande. Compárese Luc 19:2). El (tal vez Leví; el texto griego no dice “Jesús”), está sentado en la mesa en su casa. Dice la Ver. ASV, “él estuvo reclinado a la mesa en su casa”. LAC dice, literalmente, “estando reclinado a la mesa él en la casa de él”.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Mat 9:10, Mat 9:11; Mat 21:31, Mat 21:32; Luc 5:29, Luc 5:30; Luc 6:17; Luc 15:1.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Dado que los publicanos trabajaban para los romanos o sus representantes, tales como Herodes Antipas, los judíos los odiaban y los consideraban grandes pecadores. Al comer con aquella gente, Jesús demuestra que el perdón de Dios se extiende aun a los más malos. Los creyentes deben ir a los perdidos, ya que ellos raramente vienen buscando por cuenta propia a Jesús.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
a la mesa. Esto puede ser traducido como «reclinado a la mesa», una postura común para comer cuando había invitados presentes. De acuerdo con Luc 5:29, este fue un banquete que Mateo ofreció en honor a Jesús. publicanos. Había dos categorías de recolectores de impuestos: 1) los gabbai, quienes recolectaban impuestos generales sobre la tierra y propiedades, y sobre ingresos referidos como impuestos de contribución o registro; 2) los mokhes quienes recolectaban una amplia variedad de impuestos similares a nuestros impuestos a las importaciones, licencias de negocios y peajes. Había también dos categorías de mokhes: los grandes mokhes que empleaban a otros para recolectar los impuestos para ellos; y los pequeños mokhes, quienes realizaban todo el trabajo por ellos mismos. Es probable que ambos grupos de recolectores de impuestos asistieran al banquete de Mateo. Todos ellos eran considerados tanto proscritos religiosos como sociales. pecadores. Un término que los judíos usaban para describir a las personas que no guardaban respeto alguno por la ley mosaica o las tradiciones rabínicas, y por lo tanto, las personas más viles y despreciables. estaban también a la mesa. Lit. «estaban reclinados con». La buena disposición de Jesús de asociarse con los recolectores de impuestos y los pecadores al compartir con ellos en el festín ofendió profundamente a los escribas y fariseos.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
2:15 — Aconteció que estando Jesús a la mesa en casa de él, muchos publicanos y pecadores estaban también a la mesa juntamente con Jesús y sus discípulos — Leví (Mateo) le hizo a Jesús un gran banquete en su casa e invitó a muchos publicanos y a “otros” (Luc 5:29) considerados como pecadores por los líderes judíos (ver. 16). (Era un hombre rico y con casa grande. Compárese Luc 19:2).
El (tal vez Leví; el texto griego no dice “Jesús”), está sentado en la mesa en su casa. Dice la Ver. ASV, “él estuvo reclinado a la mesa en su casa”. LAC dice, literalmente, “estando reclinado a la mesa él en la casa de él”.
— porque había muchos que le habían seguido — (Literalmente, que le estaban siguiendo; o, le seguían–Lacueva) . La enseñanza de Jesús había movido a muchos pecadores de diferentes categorías sociales.
Fuente: Notas Reeves-Partain
DONDE ES MAYOR LA NECESIDAD
Marcos 2:15-17
Jesús era uno de los comensales en casa de Leví; muchos cobradores de impuestos y pecadores estaban sentados con Jesús y Sus discípulos, porque eran muchos los que buscaban Su compañía.
Cuando los maestros de la Ley, que pertenecían a escuela de los fariseos, vieron que Jesús estaba conlií do en compañía de pecadores y cobradores de impue tos, empezaron a decirles a Sus,discípulos:
-¡Es con cobradores de impuestos y pecadores c los que está comiendo y bebiendo vuestro Maestro!
Jesús los oyó, y dijo:
Los que necesitan un médico no son los que dis frutan de buena salud, sino los que están enfermos. Y no he venido a invitar a los que creen que no tiene defectos, sino a los que saben que son pecadores.
Una vez más Jesús está lanzando el guante del desafío a los escribas y los fariseos.
Cuando Mateo se entregó a Jesús, Le invitó a su casa. Le parecía lo más natural, una vez que había descubierto a Jesús por sí mismo, el compartir su gran descubrimiento con sus amigos -y sus amigos eran como él. No podían ser de otra= manera. Mateo había escogido un trabajo que le excluía de la sociedad de todas las personas ortodoxas y respetables, y había tenido que buscar sus amigos entre los marginados como él. Jesús aceptó encantado aquella invitación; y aquellos marginados de la sociedad decente buscaron Su compañía.
No hay nada que pueda mostrar mejor la diferencia que había entre Jesús, y los escribas y los fariseos y las buenas personas ortodoxas de Su tiempo. Estos no eran la clase de gente cuya compañía habría buscado un pecador. Le habrían mirado ¿In una actitud de condenación y de superioridad erogante. Se le habrían helado hasta los huesos en tal compañía aun antes de ser admitido en ella.
Había una clara diferencia entre los que guardaban la Ley y los que aquellos llamaban la gente de la tierra, que eran las personas corrientes que no cumplían todas las reglas y normas de los escribas. Los primeros tenían prohibida toda relación con los segundos en absoluto. No debían hablar con ellos, ni hacer un viaje con ellos. El casar a una hija con uno de ellos les parecía tan horrible como entregársela a una fiera. No debían aceptar hospitalidad de ninguno de ellos ni ofrecérsela. Por el hecho de ir a la casa de Mateo y sentarse a la mesa en compañía de aquella gente, Jesús estaba desafiando los convencionalismos ortodoxos de Su tiempo.
No tenemos que suponer ni por un momento que todas esos fueran pecadores en el sentido moral de la palabra. La palabra pecador (hamartólós) tenía dos significados. Quería decir una persona que quebrantaba la Ley moral; pero también querían decir una persona que no cumplía la ley de los escribas. El hombre que cometía adulterio y el que comía cerdo eran pecadores los dos; el que era culpable de robo o asesinato y el que no se lavaba las manos todas las veces que requería el ritual eran ambos pecadores. Entre los invitados de Mateo probablemente habría muchos que habían quebrantado la Ley moral y que iban por libres en la vida; pero sin duda se incluían muchos cuyo único pecado era que no observaban las reglas y normas de los escribas.
Cuando acusaron a Jesús de conducta escandalosa, Su respuesta fue muy sencilla: » Un médico -dijo- va donde se le necesita. La gente que goza de buena salud no le necesita, y sí los enfermos. Eso es lo que hago Yo: voy a los que están enfermos del alma y más Me necesitan.»
El versículo 17 está muy concentrado. A primera vista parece como si Jesús no tuviera interés en las buenas personas; pero el detalle es que la única persona por la que Jesús no puede hacer nada es la que se considera tan buena que no necesita nada de Él; y la única persona por la que Jesús puede hacerlo todo es la persona que es y se sabe pecadora, y anhela de corazón la cura. No tener ningún sentido de necesidad es haber erigido una barrera entre nosotros y Jesús; tener un sentimiento de necesidad es poseer el pasaporte a Su presencia.
La actitud de los judíos ortodoxos para con los pecado se componía realmente de dos cosas.
(i) Se componía de desprecio. «El hombre ignorante de Ley -decían los rabinos- no puede nunca ser piadoso.» El filósofo griego Heráclito era un aristócrata arrogante. Escitino se propuso poner en verso los discursos de Heráclito para que la gente menos intelectual pudiera leerlos y entenderlos. La reacción de Heráclito se plasmó en un epigrama: «Heráclito soy. ¿Por qué me arrastráis arriba y abajo, vosotros ignorantes? No fue para vosotros para los que yo trabajé, sino para los que me entienden. Uno de ellos a mis ojos vale treinta mil, mientras que las hordas innumerables no valen mas que uno de ellos.» La masa no le inspiraba más que desprecio. Los escribas y los fariseos despreciaban a las personas corrientes; Jesús las amaba. Los escribas y los fariseos se colocaban en sus pequeños pedestales de piedad ritualista, y miraban por encima del hombro al pecador; Jesús se acercaba a él, y sentarse a su lado le elevaba.
(ii) Se componía de miedo. Los judíos ortodoxos le tenía un miedo terrible al contagio del pecado; tenían miedo de que se les pegara algo malo del pecador. Eran como un médico que se negara a tratar un caso de enfermedad infecciosa no fuera que la contrajera. Jesús era Uno que se olvidaba de Sí mismo en Su gran deseo de salvar a otros. C. T. Studd, el gran misionero de Cristo, tenía un epigrama de cuatro versos que le encantaba citar:
Hay quienes quieren vivir en el radio
que alcanzan las campanas de su iglesia;
yo tengo mi servicio de rescate
a un palmo del infierno.
El que tiene desprecio y miedo en el corazón no puede ser nunca pescador de hombres.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Estando Jesús a la mesa en casa de él es una traducción literal del texto griego, la cual permite suponer que la casa era de Leví, ya que Jesús, aparentemente, no tenía casa. Si el traductor quisiera eliminar esta ambigüedad, deberá hacer lo que hace la mayoría de las versiones, es decir, especificar de quién era la casa. Por ejemplo, «en la casa de Mateo» (TLA), «a casa de Leví» (BL), «en casa de Leví» (BJ, NVI, DHH). La otra ambigüedad es planteada por el verbo katakeiszai, que significa “estar reclinados a la mesa”. En el mundo grecorromano, las personas de muy buena posición económica se reclinaban por lo general sobre sillones o almohadones delante de mesas bajas, de tal modo que comían con la mano derecha mientras se apoyaban en su brazo izquierdo. Pero la gente pobre se sentaba a la mesa para las comidas regulares. Es difícil decidir qué es lo que Marcos está describiendo aquí. Por eso, quizás la mejor traducción sea la que incluya ambas posibilidades, como la que ofrecen RV95 y BJ: a la mesa.
Los publicanos eran «los que cobraban impuestos» (TLA). Leví era uno de ellos. Quizás sea mejor no utilizar la expresión publicanos, ya que éstos eran personas a las cuales se les remitía los impuestos, mientras que los recaudadores eran personas contratadas simplemente para cobrarlos. Preferimos, entonces, la traducción de TLA.
Los pecadores eran, como lo indica TLA, «personas de mala fama», quienes llevaban una vida que contradecía no solamente la ley de Moisés sino todos los parámetros de la decencia. Una descripción de este tipo de persona se encuentra en Mar 7:21-22. A pesar de que la mayoría de las versiones consultadas se ajustan literalmente al texto griego y traducen amartoloi como «pecadores», preferimos la sugerencia de TLA y DHH. Se trata de gente de «mala fama» que, al igual que Leví, vivía al margen de lo que se consideraba decente. No hablamos aquí de gente que simplemente no cumplía la ley, debido a su situación social o económica, sino de gente que trataba de sacar provecho, a propósito, de cualquier situación, para oprimir y agredir a su prójimo.
Esta es la primera de unas 43 veces que aparece en Marcos la palabra mazetais, discípulos (Bratcher y Nida, 86). Absolutamente todas las versiones de referencia coinciden con esta traducción. Se debe evitar traducirla como apóstoles, ya que para estos existe una palabra griega bien específica. Si en algunas regiones “discípulo” no es una palabra muy común, se la podrá sustituir por “seguidores” o “imitadores”.
Eran muchos los que lo habían seguido puede referirse a los discípulos o a los recaudadores de impuestos y pecadores. El texto es ambiguo y no hay forma de decidir qué es lo que Marcos tenía en mente. La única razón por la que consideramos que podría referirse a los discípulos es que en los pasajes previos el verbo “seguir” se utiliza siempre en un contexto de discipulado (ver Mar 1:18, Mar 1:20; Mar 2:14, Mar 2:15). Sin embargo, TLA opta por una traducción que utiliza el verbo “seguir” para denotar, simplemente, que a Jesús lo seguía mucha gente, sin por eso afirmar que se trata de discípulos.
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
— recaudadores de impuestos y gente de mala reputación: Ver segunda y tercera nota a Mat 9:10, además de la nota anterior.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Mat 5:46; Mat 11:19; Luc 7:34; Luc 15:1; Luc 19:7; (ver Jua 9:16; Jua 9:24).
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
q 76 Luc 15:1
r 77 Mat 9:10; Luc 5:29
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
pecadores. Este término se aplica aquí a aquellos que no hacían caso a las rígidas interpretaciones farisaicas de la ley.
Fuente: La Biblia de las Américas
publícanos. i.e., recaudadores de impuestos.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
reclinado… Esto es, Jesús; su casa… Es decir, la casa de Leví (Mateo).
Fuente: Biblia Textual IV Edición
R1190 Γάρ introduce una explicación a manera de apéndice al hilo del pensamiento: porque había muchos.
T348 En los vv. 15 y sigs., la puntuación debe ser como sigue: Pues había muchos. Lo siguieron algunos escribas de los fariseos. Ellos notaron que El comía …
BD471(4) Note la concordancia de los dos verbos conjugados en modo personal ἦσαν … ἠκολούθουν en lugar de un participio.
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
Lit., Y sucede
Lit., El
Lit., recostado
O, publicanos; i.e., los que explotaban la recaudación de los impuestos romanos, y así en el vers. 16
Lit., reclinados
Fuente: La Biblia de las Américas
Esto es, Jesu250?s.
2.15 Es decir, la casa de Leví (Mateo).
Fuente: La Biblia Textual III Edición
* “Pecadores” se refería a quienes no se les veía que fueran estrictos en el cumplimiento de las leyes religiosas tanto como sí lo hacían los maestros religiosos y los Fariseos.