Comentario de Marcos 2:7 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
—¿Por qué habla éste así? ¡Blasfema! ¿Quién puede perdonar pecados, sino uno solo, Dios?
2:7 — ¿Por qué habla éste así? — Ellos se refieren a las palabras de Jesús en el ver. 5, al perdonar al paralítico.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Blasfemias dice. Mar 14:64; Mat 9:3; Mat 26:65; Jua 10:33, Jua 10:36.
¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios? Job 14:4; Sal 130:4; Isa 43:25; Dan 9:9; Miq 7:18; Luc 5:21; Luc 7:49; Jua 20:20-23.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
éste … Blasfemias dice. Los escribas estaban en lo correcto al decir que solo Dios puede perdonar los pecados (cp. Isa 43:25), pero estaban equivocados al decir que Jesús blasfemaba. Ellos se negaron a reconocer que el poder de Jesús provenía de Dios, mucho menos que Él mismo fuera Dios.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
2:7 — ¿Por qué habla éste así? — Ellos se refieren a las palabras de Jesús en el ver. 5, al perdonar al paralítico.
— Blasfemias dice — Idearon en sus corazones la acusación de blasfemia, la cual siguió a Jesús hasta la cruz (14:63,64).
Considérense 14:61-64; Jua 10:33-39.
— ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios? — Es cierto que sólo Dios puede perdonar, pero ¡Jesucristo es Dios! Jesús en la tierra ejercía su deidad al perdonar pecados. Nunca reclamaba ser sencillamente un hombre. Ahora que dice, “tus pecados te son perdonados” (ver. 5), comienza a declarar su deidad de manera que no podría nadie entenderlo mal. La cuestión se plantea claramente: o Jesús dice blasfemias, o es Dios.
Fuente: Notas Reeves-Partain
LA PRUEBA IRREFUTABLE
Marcos 2:7-12
Algunos de los maestros de la Ley estaban allí sentados, y se pusieron a cavilar para sus adentros:
-¿Cómo puede hablar así este tipo? ¡Está blasfemando! ¿Es que hay alguien que pueda perdonar l pecados más que Dios?
Jesús Se dio cuenta inmediatamente en Su interior lo que se les estaba pasando a ellos por la mente, así e, que les dijo:
-¿Por qué estáis cavilando en vuestro interior? ¿Que es más fácil, decirle a un paralítico: «Tus pecados está perdonados», o decirle: «Lvántate, carga con tu camilla, y ponte a andar»? Pues para que veáis que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la Tierra para perdonar lose pecados -entonces le dijo al paralítico-, esto te lo digo a ti: ¡Levántate, carga con tu camilla y vete a casa!
Y el paralítico se levantó, e inmediatamente cargó con su cama y salió delante de todos ellos. Todos reaccionaron quedándose alucinados, y no dejaban de alabar a Dios ni de repetir:
-¡Esto es algo que no se había visto nunca en la vida!
Jesús, como ya hemos visto, ya había atraído a las multitudes. En consecuencia, también había suscitado la atención de, los responsables oficiales de los judíos. El Sanedrín era su: tribunal supremo, y una de sus funciones era ser guardián de la ortodoxia. Por ejemplo: uno de los deberes del Sanedrín era descubrirla los falsos profetas. Aquí parece que el Sanedrín había mandado un comando teológico para comprobar quién era Jesús; y allí estaban en Cafarnaum. Sin duda se habían reservado unos puestos honorables en primera fila, y estaban sentados observando críticamente todo lo que sucedía. .
Cuando oyeron a Jesús decirle al paralítico que sus pecados estaban perdonados, aquello los escandalizó en extremo. Era una parte esencial de la fe judía que sólo Dios podía perdonar los pecados. El que una persona pretendiera perdonar pecados era por tanto una blasfemia, y el castigo del blasfemo era morir apedreado (Lv 24:16 ). Inmediatamente se dispusieron a lanzarse al ataque en público, pero no le era difícil a Jesús ver lo que se les estaba pasando por la mente. Así es que Él decidió lanzarles un desafío y encontrarse con ellos en su propio terreno.
Era la firme creencia de ellos que el pecado y la enfermedad eran inseparables. Una persona enferma era una persona que había pecado; así es que Jesús les preguntó: » ¿Qué es más fácil, decirle a este hombre: «Tus pecados están perdonados,» o decirle: «Levántate y anda»?» Cualquier charlatán podría decir: «Tus pecados están perdonados.» No habría posibilidad de demostrar si sus palabras eran verdad o no. Esa afirmación no se podía comprobar de ninguna manera. Pero el decir: «Levántate y anda,» era algo que se podía comprobar inmediatamente si era un farol o una manifestación de un poder más que humano. Así es que Jesús dijo: «¿Vosotros decís que Yo no tengo derecho a perdonar pecados? ¿Vosotros mantenéis como un artículo de fe que si este hombre está enfermo es porque es un pecador, y no se puede curar hasta que se le perdone? Pues bien, entonces, ¡fijaos en esto!» Entonces Jesús dio la orden, y el hombre fue curado.
A los maestros de la Ley les salió el tiro por la culata. Según sus propias creencias oficiales, el hombre no podía curarse a menos que se le perdonaran los pecados. Fue curado, Y por tanto, había sido perdonado. Por tanto, el derecho de Jesús de perdonar pecados tenía que ser auténtico. Jesús tiene que haberlos dejado totalmente boquiabiertos a aquellos maestros de la Ley; y, peor: tiene que haberlos dejado con rabia tanto mayor cuanto impotente. Ahí tenían un problema que tenían que resolver; si la cosa continuaba, toda su religión ortodoxa se colapsaría y destruiría. En este incidente Jesús firmó Su propia sentencia de muerte a sabiendas.
Por todo lo cual este es un incidente sumamente difícil ¿Qué quiere decir que Jesús puede perdonar el pecado? Hay tres posibles maneras de considerar esto.
(i) Podemos tomarlo en el sentido de que Jesús estaba comunicando a los hombres el perdón de Dios. Después de t reprensión de Natán, David reconoció su pecado con temor;: el profeta le dijo: «El Señor ha perdonado tu pecado; morirás» (2S 12:1-13 ). Natán no le perdonó su pecad a David, sino le comunicó el perdón de Dios, y le dio como señal de la seguridad del perdón el hecho de que no moriría Así podemos decir que lo que Jesús hizo fue asegurarle al hombre el perdón de Dios, comunicándole algo que Dios y le había concedido. Esto es indudablemente cierto; pero no parece agotar toda la verdad.
(ii) Podríamos tomarlo como que Jesús estaba actuando como representante de Dios. Juan dice: «El Padre no juzga nadie, sino que ha dejado todo el juicio al Hijo» Jn 5:22 ). Si se Le ha encargado del juicio a Jesús, también se Le tiene que haber encargado del perdón. Tomemos una analogía humana. Las comparaciones son siempre imperfectas, pero no podemos prescindir de ellas. Una persona puede darle a otra unos poderes notariales. Eso quiere decir que le ha confiado sus bienes y propiedades. Está conforme con lo que su representante haga en su nombre, y que las acciones de su representante se consideren tan vinculantes como si fueran realizadas por él mismo. Podemos tomarlo como que eso es lo que Dios hizo con Jesús: delegar en Él Sus poderes y privilegios de tal manera que la palabra de Jesús no fuera menos que la palabra de Dios mismo.
(iii) Podemos tomarlo todavía en otro sentido. Toda la esencia de la vida de Jesús es que en Él se nos muestra claramente la actitud de Dios para con los hombres. Ahora bien, esa actitud era todo lo contrario de lo que la gente había pensado antes que era la actitud de Dios. No era una actitud de justicia hosca, severa, austera, ni una actitud de constante demanda. Era una actitud de perfecto amor de un corazón anhelante de perdonar.
Veamos de nuevo una analogía humana. Lewis Hind nos cuenta en uno de sus ensayos cómo descubrió realmente el amor de su padre. Él siempre había respetado y admirado a su padre; pero siempre le había tenido un poco de miedo. Un domingo estaba en la iglesia con su padre. Hacía un calor pegajoso. Él empezó a sentir cada vez más sueño, hasta el punto de que no podía mantener los ojos abiertos, y se le caía la cabeza hacia adelante. Las olas del sueño amenazaban anegarle totalmente. Vio levantarse el brazo de su padre hacia él, y creyó que le iba a zarandear o a golpear; y entonces vio a su padre sonreírle cariñosamente y rodearle con su brazo. Le estrechó con ternura para que pudiera descansar sin caerse de lado o hacia adelante, y le mantuvo así abrazado cariñosamente. Aquel día descubrió Lewis Hind que su padre no era como él había pensado, y que su padre le amaba. Eso es lo que Jesús hizo por nosotros y por Dios. Literalmente trajo a la humanidad el perdón de Dios. Sin Él, no habríamos tenido nunca ni la más remota idea acerca de Dios. «Yo os digo -nos dijo-, y os lo digo aquí y ahora en la Tierra, que estáis perdonados.» Jesús mostró perfectamente la actitud de Dios hacia la humanidad. Él podía decir: «Yo perdono,» porque en Él Dios estaba diciendo: «Yo perdono.»
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Blasfemias dice: Varias de las versiones consultadas se esfuerzan por aclarar esta palabra. Por ejemplo, TLA traduce: «¡Lo que dice es una ofensa contra Dios!» En concreto, la palabra “Dios” no figura en los manuscritos griegos, pero es necesario incluirla para completar la idea de ofensa. BL, por su parte, sugiere: «Este se burla de Dios». El traductor deberá hacer una elección. Si la palabra blasfemia es fácilmente entendible por su audiencia como algo cuyo objeto es siempre Dios (no se puede blasfemar contra otro ser humano), quizás sea mejor incorporarla en la traducción. De lo contrario, será mejor explicitarlo como lo hacen BL y TLA.
¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios? También se podría decir: “¿Quién es capaz?” o “¿Quién tiene el poder?” Esta última posibilidad se ajusta muy bien al verbo dunamai, ya que su raíz implica precisamente eso: poder. Es la misma raíz que se encuentra en la palabra dinamita. Sino sólo Dios enfatiza el hecho de que Dios es el único que puede perdonar pecados. Los escribas malinterpretan las palabras de Jesús y piensan que él se atribuye a sí mismo el poder que sólo reside en Dios. Sin embargo, Jesús nunca dice en Marcos que él puede perdonar pecados (ver, no obstante, el v. Mar 2:10). BL resalta la sorpresa de los escribas, al traducir: «¿Quién puede quitar el pecado sino Dios y solamente él?»
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
Lev 24:16; Mat 9:3; Isa 43:25; Sal 103:3; 1Jn 1:9.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
h 66 Sal 130:4; Isa 43:25
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
¿quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios? Los escribas tenían razón en su posición de que únicamente Dios podía perdonar los pecados, pero no en que Jesús no lo podía hacer, pues no reconocían su divinidad (vers. 10; v. Lc 5:14– 21).
Fuente: La Biblia de las Américas
7 (1) Los analíticos escribas, quienes pensaban que vivían conforme a las Escrituras y la teología, sólo reconocieron al Salvador-Esclavo como un simple hombre, y eso como un nazareno menospreciado ( Jua_1:45-46), sin darse cuenta de que Aquel que perdonó los pecados del paralítico era el propio Dios perdonador, encarnado en la forma de un hombre humilde (véase la nota 3 (2) de Mt 9), quien vino como esclavo para servirles Su salvación.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
liberar… Gr. afíemi → §262.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
R697 Οὗτος se usa para expresar la idea de reproche (por parte de los fariseos y con respecto a Jesús; comp. Luc 15:2).
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
Lit., sino uno, Dios