Comentario de Marcos 3:7 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Jesús se apartó con sus discípulos al mar, y le siguió una gran multitud de gente procedente de Galilea. Y de Judea,
3:7 — Mas Jesús se retiró al mar con sus discípulos, y le siguió gran multitud de Galilea. Y de Judea — Mateo nos informa (12:15) que Jesús percibió el complot de ellos, y por eso se retiró de allí. Siendo Dios omnipotente, hace este milagro, y siendo omnisciente conoce los pensamientos de los hombres. Su retiro no se debió a miedo sino a prudencia. Quiso prolongar su ministerio más tiempo.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
mas Jesús se apartó. Mat 10:23; Mat 12:15; Luc 6:12; Jua 10:39-41; Jua 11:53, Jua 11:54; Hch 14:5, Hch 14:6; Hch 17:10, Hch 17:14.
le siguió gran multitud. Mat 4:25; Luc 6:17.
de Galilea. Mar 1:39; Jos 20:7; Jos 21:32; Luc 23:5; Jua 7:41, Jua 7:52.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Debido a la conspiración contra su vida, Jesús se retiró de la región con los discípulos. Todavía las multitudes se unían a Él desde el norte (Galilea), del sur (Judea) y de lugares más distantes.
PERSPECTIVA
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Los doce apóstoles
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Estos doce hombres eran llamados «apóstoles» (Gr. apostolos, «mensajero») porque habían sido enviados para llevar el mensaje de Cristo a otros. Mar 6:30 usa la palabra apóstoles para describir a los doce que habían sido enviados (Mar 6:7) a predicar, echar fuera demonios y sanar enfermos. Esta misma palabra se encuentra en el pasaje paralelo en Mat 10:2 y Luc 6:13. El Evangelio de Lucas usa la palabra cinco veces más (Luc 9:10; Luc 11:49; Luc 17:5; Luc 22:14; Luc 24:10).
Muchos de los seguidores de Jesús podrían justamente llamarse discípulos o aprendices porque ellos escuchaban y aceptaban las enseñanzas de Jesús. Sin embargo, Cristo escogió solamente un grupo selecto para encomendarles la tarea de llevar el evangelio alrededor del mundo. Estos doce formaron el círculo íntimo de Cristo (la expresión de Mat 19:28 sugiere que los doce podrían representar las doce tribus de Israel. Dada la audiencia principalmente judía para quienes Mateo escribía, el simbolismo podía tener mucha fuerza). Estos doce vivían con Jesús, comían con Él y, más importante, lo escuchaban a Él. Ellos eran testigos de su ministerio y se sentían tocados por su reprensión. Se reunían con Jesús para proclamar las buenas nuevas y servir a otros. De los doce, Pedro, Jacobo y Juan eran tal vez los más fieles seguidores de Jesús, porque solamente ellos fueron testigos de la resurrección de la hija de Jairo, de la transfiguración y de la oración de Jesús en Getsemaní. Trágicamente, aun en la intimidad del grupo de los doce hombres, Satanás encontró oportunidad para sembrar el descontento, que finalmente dio como resultado que Judas entregara a Jesús. En tres cortos años, Jesús moldeó a estos hombres para ser líderes de la fe. Entonces, después de su resurrección, les dio el poder del Espíritu Santo y los envió para ser sus testigos hasta lo último de la tierra (Mar 16:15, Mar 16:16; Hch 1:4, Hch 1:5; Hch 2:1-21).
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Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
3:7 — Mas Jesús se retiró al mar con sus discípulos, y le siguió gran multitud de Galilea. Y de Judea — Mateo nos informa (12:15) que Jesús percibió el complot de ellos, y por eso se retiró de allí. Siendo Dios omnipotente, hace este milagro, y siendo omnisciente conoce los pensamientos de los hombres.
Su retiro no se debió a miedo sino a prudencia. Quiso prolongar su ministerio más tiempo.
La gente en general no buscaba la muerte de Jesús, sino su poder milagroso de sanar, y salían de muchas partes diferentes para seguir a Jesús y beneficiarse de su benevolencia en la sanidad.
En Galilea Jesús desde el principio gozaba de popularidad entre la gente, pero vemos que ahora judíos aun de Judea vienen a él, habiendo oído de su fama.
Fuente: Notas Reeves-Partain
EN MEDIO DE LAS MULTITUDES
Marcos 3:7-12
Así que Jesús se retiró con Sus discípulos a la orilla del lago, y le siguió una gran multitud de Galilea, y de Judasa y de Jerusalén; y de Idumea y la región de Transjordania; y del territorio alrededor de Tiro y de Sidón; venía a El gran cantidad de gente, porque se enteraban de las cosas maravillosas que hacía.
Jesús les dijo a Sus discípulos que tuvieran preparada una barca esperándole a causa de la multitud, para que no Le aplastaran; porque Él sanó a muchos, y el resultado fue que todos los que sufrían los azotes de la enfermedad se lanzaban hacia Él para tocarle. Y tan pronto como Le veían los espíritus inmundos se postraban en tierra ante Él gritando:
-¡Tú eres el Hijo de Dios!
Muchas veces Jesús les prohibía terminantemente que Le dieran a conocer.
A menos que Jesús quisiera verse involucrado en una colisión frontal con las autoridades, tenía que dejar de utilizar las sinagogas. No es que se retirara por temor a las consecuencias; sino que Su hora no había sonado todavía. Le quedaba todavía mucho por hacer y por decir antes que llegara el conflicto mal.
Así que se retiró de las sinagogas y salió a la orilla del lago y al aire libre. Hasta allí Le siguieron en tromba las multitudes viniendo desde lejos. Procedían de toda Galilea; muchos habían recorrido más de ciento cincuenta kilómetros desde Jerusalén y otros lugares de Judasa para verle y escucharle. ldumea era el antiguo reino de Edom, en el extremo Sur, entre la frontera de Palestina y Arabia. También venían del Este del Jordán; y hasta de territorio extranjero, de las ciudades fenicias de Tiro y de Sidón en la costa del Mediterráneo al Noroeste de Galilea.
Tan numerosas eran las multitudes que la cosa se puso peligrosa, y había que tener una barca dispuesta cerca de la orilla en caso de que el gentío estuviera a punto de aplastarle. Las curaciones Le atraían aún más número; aún más peligro, porque los enfermos ni siquiera esperaban a que los tocara, sino se lanzaban a tocarle ellos.
Para entonces tenía que enfrentarse con un problema especial: el de los que estaban poseídos por demonios. Recordemos que, sea cual sea nuestra opinión acerca de ese asunto, aquellas personas estaban convencidas de que estaban poseídas por un poder malo ajeno a sí mismos. Aquellos llamaban a Jesús Hijo de Dios. ¿Qué querían decir con eso? Seguramente no usaban la expresión en lo que podríamos llamar un sentido teológico. En el mundo antiguo, hijo de Dios no era un título infrecuente. Los reyes de Egipto se autoproclamaban hijos de Ra, su dios. Desde Augusto en adelante, muchos de los emperadores Romanos se describen en las inscripciones como hijos de Dios. El Antiguo Testamento tiene cuatro maneras de usar esta expresión.
(i) Los ángeles son los hijos de Dios. La antigua historia de Ge 6:2 dice que los hijos de Dios vieron a las hijas de los hombres y se sintieron fatalmente atraídos por ellas. Job 1:6 nos habla del día cuando los hijos de Dios vinieron a presentarse delante del Señor. Era un título corriente para los ángeles.
(ii) El pueblo de Israel era el hijo de Dios. Dios llamó a Su hijo para que saliera de Egipto Os 11:1 ). En Ex 4:22 Dios dice de la nación: «Israel es mi primogénito.»
(iii) El rey de Israel era el hijo de Dios. Samuel 7:14, la promesa que se le hace al rey es: «Yo seré su Padre, y él será Mi hijo.»
(iv) En los libros posteriores, que escribieron entre los dos Testamentos, un hombre bueno es’ hijo de Dios. Para Sirá, la promesa que se le hace al que bueno con los huérfanos es:
Así llegarás a ser un hijo del Altísimo, y ÉL te amará más que tu propia madre. (Eclesiástico 4:10)
En todos estos casos el término hijo describe a alguien q` está especialmente cerca de Dios. Tenemos paralelos de e en el Nuevo Testamento que nos muestran algo de su significado. Pablo llama a Timoteo su hijo (1 Timoteo 1:2 ; 1 Timoteo 1:1 Ti no era ni siquiera pariente de Pablo; pero no ha otro, como Pablo les dice a los Filipenses (2:19-22), que conociera y estuviera de acuerdo con él tanto como Tiimoteo. Pedro llama a Marcos su hijo (1Pe 5:13 ), porque no ha otro que pudiera interpretar su pensamiento tan bien co Marcos. Cuando nos encontramos este título en la sencillez la historia evangélica no tenemos que pensar en términos teología o en la doctrina de la Trinidad; tenemos que verl como una manera de expresar el hecho de que la relación d Jesús con Dios era tan íntima que ninguna otra palabra podría describirla nada más que Hijo. Ahora bien, aquellos poseído por demonios sentían que había en ellos un espíritu malo independiente; y se daban cuenta de alguna manera de que Jesús estaba cerca y muy próximo a Dios; se daban cuenta dé j que en la presencia de esa proximidad a Dios los demonios no podían vivir, y por tanto tenían miedo.
Debemos preguntarnos: «¿Por qué les ordenaba Jesús tan seriamente que guardaransilencio? La razón era muy sencilla y necesaria. Jesús era el Mesías, el Rey Ungido por Dios; pero Su idea del mesiazgo era totalmente diferente de la idea popular. Él veía en el mesiazgo un camino de servicio, de sacrificio y de amor, con una Cruz al final de él. La idea popular del Mesías era como un Rey conquistador que barrería a los Romanos y conduciría a los judíos a un dominio universal con sus poderosos ejércitos. Por tanto, si se difundía el rumor de que el Mesías había llegado, la consecuencia inevitable serían rebeliones y levantamientos, especialmente en Galilea, donde la gente estaba dispuesta a seguir a cualquier líder nacionalista.
Jesús pensaba en el mesiazgo en términos de amor; el pueblo, en términos de nacionalismo judío. Por tanto, antes de que pudiera haber ninguna proclamación de Su mesiazgo, Jesús tenía que enseñarle al pueblo el verdadero sentido que tenía para El. En aquella etapa, sólo daño y problemas y desastres serían la consecuencia de la proclamación de que el Mesías había llegado. Sólo habría desembocado en una guerra inútil y en un baño de sangre. Lo primero que todos tenían que aprender era la verdadera idea de la misión y el carácter del Mesías; un anuncio prematuro podría haber sido la ruina de toda la misión de Jesús.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Una multitud sigue a Jesús hasta la orilla del mar (Mar 3:7-12)
Análisis de discurso
Esta sección es una especie de resumen del ministerio de Jesús, muy similar al de Mar 1:32-34. Sin embargo, aquí la diferencia es que Jesús se ha transformado ya en alguien muy famoso, y las personas —que en un primer momento se congregaban ordenadamente a la puerta de la casa de Simón, esperando que Jesús las sanara—ahora directamente se echaban sobre él para tocarlo. Jesús necesita, entonces, subirse a una barca y mantener una distancia prudencial, para evitar ser literalmente aplastado. No se trata aquí solamente de la gente del pueblo de Capernaúm, sino de una gran multitud que había venido de los cuatro puntos cardinales del país.
La otra semejanza de este pasaje con Mar 1:32-34 es la presencia de endemoniados. En Mar 1:34, Jesús no permite que los espíritus impuros hablen y revelen su identidad. En Mar 3:11-12, Jesús no puede evitar que los espíritus malignos griten su identidad a los cuatro vientos. Jesús, entonces, debe callarlos enérgicamente, pues no quiere que su identidad sea descubierta todavía.
TÍTULO: El título de TLA, «Jesús enseña y sana», es confuso, pues el texto no nos dice que Jesús esté enseñando. El de RV95, «La multitud a la orilla del mar», carece del ingrediente del seguimiento, que aparece en el versículo Mar 3:7. Proponemos, entonces: “Una multitud sigue a Jesús hasta la orilla del mar”.
Análisis textual y morfosintáctico
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
Jesús se retiró al mar: La palabra que corresponde a retiró, que aparece en Marcos solamente aquí, podría traducirse como “se refugió”, lo cual indicaría que Jesús estaba escapando del peligro presentado por la conspiración de los fariseos y los herodianos. Así se la utiliza en Jua 6:15.
Gran multitud de Galilea. También de Judea: La mención de todos estos lugares geográficos pretende simplemente afirmar que las multitudes venían a ver a Jesús desde los cuatro puntos cardinales. Una simple mirada a un mapa de la Palestina del siglo 1 confirma esto.
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
— la orilla del lago: Lit. la orilla del mar. Ver notas a Mar 1:16; Mat 4:18.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Mar 1:34; Mar 1:45; Mar 4:1; Mar 5:21; Mar 5:28; Mar 6:55-56; Mat 12:15; Mat 14:13-14.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Llegan las multitudes (cf. Mat. 12:15-21; Luc. 6:17-19). A pesar de que los maestros religiosos lo habían rechazado, las multitudes no; a veces las personas comunes pueden ver las cosas espirituales antes que los teólogos “ciegos” que no ven. Las multitudes siguieron acudiendo a Jesús, probablemente buscando sanidad en la mayoría de los casos. En esta oportunidad, había tantos que Jesús tuvo que sentarse en una barca para poder enseñar a las gentes que estaban en la orilla. También sanó a los enfermos y echó fuera demonios, y no les permitía hablar. Los espíritus malignos reconocieron a Jesús como el Hijo de Dios. Dios había di cho en su bautismo (1:11) que Jesús era su “Hijo”, y el oficial romano le daría el mismo título ante la cruz (15:39). Jesús mismo lo aceptó ante el sumo sacerdote en la hora de su juicio, no habiendo necesidad de esconderlo más. El secreto mesiánico pronto sería revelado para que todos lo conocieran (14:62).
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
REFERENCIAS CRUZADAS
h 106 Mat 12:15; Luc 6:17
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
R1183 En este versículo, el segundo καί casi toma el lugar del pronombre relativo ὅ, porque las cinco veces que aparece la palabra καί en el versículo siguiente concuerdan las unas con las otras, pero est án subordinadas al καί del v. 7.
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
* De Galilea.