Comentario de Marcos 5:43 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
El les mandó estrictamente que nadie lo supiese y ordenó que le diesen a ella de comer.
5:43 — Pero él les mandó mucho que nadie lo supiese — Debido a la ira de los líderes judíos (véase 5:19, comentarios), no con venía a la obra de Jesús que se publicara este gran evento milagroso. Por eso Jesús mandó con insistencia que los padres no lo publicaran. Pero fue imposible evitar por completo que el público supiera de él, porque ya se sabía que Jesús iba a la casa de Jairo para sanar a su hija. Considérese Mat 9:31. Pero los padres no habían de servir de heraldos de este evento milagroso. De esta manera se limitaría algo la publicación de este milagro a esa tierra de Galilea.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
mas él les mandó. Mar 1:43; Mar 3:12; Mar 7:36; Mat 8:4; Mat 9:30; Mat 12:16-18; Mat 17:9; Luc 5:14; Luc 8:56; Jua 5:41.
y dijo que se le diese de comer. Luc 24:30, Luc 24:42, Luc 24:43; Hch 10:41.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
La orden de mantener el milagro en secreto fue una medida temporera, porque ciertamente la reaparición de la niña no podía ser escondida por mucho tiempo. Tal orden, sin embargo, permitió a Jesús salir tranquilamente. Jesús no deseaba ser conocido principalmente como un hacedor de milagros para que la gente no lo buscara por los motivos erróneos.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
que nadie lo supiese. El conocimiento del milagro no habría podido ser detenido por completo, pero Jesús no deseaba que se supiera de él hasta que hubiera dejado el área, porque sabía que un suceso como este le ganaría más enemigos entre los líderes judíos de Galilea los cuales tratarían de matarlo prematuramente. Además, también deseaba ser conocido por traer el evangelio y no simplemente como un hacedor de milagros. Jesús sabía muy bien que la niña y sus padres serían hechos centro indebido de curiosidad y sensacionalismo.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
5:43 — Pero él les mandó mucho que nadie lo supiese — Debido a la ira de los líderes judíos (véase 5:19, comentarios), no con venía a la obra de Jesús que se publicara este gran evento milagroso. Por eso Jesús mandó con insistencia que los padres no lo publicaran. Pero fue imposible evitar por completo que el público supiera de él, porque ya se sabía que Jesús iba a la casa de Jairo para sanar a su hija. Considérese Mat 9:31. Pero los padres no habían de servir de heraldos de este evento milagroso. De esta manera se limitaría algo la publicación de este milagro a esa tierra de Galilea.
— y dijo que se le diese de comer — En presencia de tanto regocijo y asombro de parte de los demás presentes, solamente Jesús tiene la calma para atender a las necesidades físicas de la niña. Manda que se le dé de comer. Jesús hizo por la niña lo que los padres y otros no podían hacer. Ahora se les manda que hagan por ella lo que sí pueden hacer. Compárese Jua 11:39; Jua 11:44.
El hecho de que Jesús levantara a personas de la muerte demuestra que puede resucitar de los muertos a quienquiera. La verdad del evangelio depende de la veracidad de la resurrección. Para Dios no hay nada imposible (Mat 19:26; Mar 10:27).
Fuente: Notas Reeves-Partain
Pero él les insistió: Es mejor traducir «ordenó» (DHH), o «dio órdenes estrictas» (NVI).
Reflexión bíblica y pastoral
Jesús se presenta aquí como aquel que tiene poder sobre la enfermedad y la muerte. En ambos casos se dice que la fe del individuo fue un factor determinante en el milagro. Así como en el próximo pasaje se dirá que Jesús no pudo obrar muchos milagros, debido a la incredulidad de la gente de su pueblo, aquí, por contraste, se puntualiza el papel decisivo que juega la fe. La fe de la mujer (v. Mar 5:35) es destacada como un ejemplo a seguir, ya que Jesús le dice a Jairo que debe manifestar esta misma fe (v. Mar 5:36).
El tema de la sanidad a través de la fe ha sido y sigue siendo objeto de muchos malentendidos. Hay personas que se culpan a sí mismas por no haber sido sanadas de alguna dolencia, y afirman que todo se debe a que no tuvieron la fe suficiente. Estas personas miden la fe en cantidades: “Cuanta más fe uno tiene, más beneficios puede obtener de Dios”. Piensan que Dios es como un banquero que premia con altos dividendos a quien deposita suficiente fe en el banco celestial. Nada podría estar más lejos de la verdad. Si fuera así, Dios premiaría sólo a los capitalistas de la fe, es decir, a quienes tienen más fe. Sin embargo, no debemos olvidar que tanto la salvación como la sanidad son acciones divinas que se reciben por gracia, no por obras, ni siquiera por la “obra” de tener más fe que los demás. La fe provee el marco dentro del cual Dios puede actuar, pero, en última instancia, sólo Dios sabe qué es mejor para nosotros. Cuando una persona ora y no recibe la sanidad deseada, no debe pensar que se debe a que no tuvo la fe suficiente; esto sólo la conduciría a sentimientos amargos de culpa y de fracaso que la enfermarían aún más. En realidad, no hay ninguna explicación humana convincente para la falta de respuesta divina ante la enfermedad. Debemos confiar, tener fe en el hecho inconmovible de que Dios nos ama y desea lo mejor para nosotros. En ese espíritu, uno debe siempre recurrir a la medicina y, a la vez, orar por su sanidad, ya que ambas cosas son canales complementarios a través de los cuales Dios puede sanar.
Sin embargo, existe otro peligro al confrontar el tema de la sanidad divina, o su carencia. Hay personas que se apresuran a afirmar que era la voluntad de Dios que sucediera tal o cual cosa. Muchas veces, esta actitud muestra a Dios como una divinidad cruel y caprichosa, que se digna sanar a unos mientras deja morir a otros; o que permite que nazca un bebé sano mientras otro nace con serias deficiencias físicas o mentales. ¿Cómo puede ser esto la voluntad de un Dios de amor? De nuevo, humanamente hablando, no hay explicación convincente para esto. Intentar explicarlo sería pretender penetrar en el misterio de Dios. Aunque ciertas enfermedades sean la consecuencia directa de haber elegido un cierto estilo de vida, en la mayoría de los casos el sufrimiento humano no se debe a algo malo que la persona o sus antepasados hayan hecho (ver Jua 9:2-3). Tampoco se debe a que Dios lo haya querido así, esto es, a la “voluntad” de Dios, lo cual haría de Dios una divinidad sádica. El sufrimiento y la muerte son parte de la vida, y debemos aceptarlos como cosas naturales, no como castigos por nuestros pecados o por nuestra falta de fe. Y cuando estas cosas sucedan antes de tiempo —cuando la persona menos se lo espera—, no alcemos ojos acusadores hacia Dios, sino busquemos en Dios las fuerzas necesarias para transitar ese camino que, tarde o temprano, todos debemos transitar.
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
— no hicieran saber esto a nadie: Ver nota a Mar 1:34.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
r 232 Mar 1:44; Mar 7:36
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
que le dieran de comer. El Señor no sólo le devolvió la vida a esta niña; también se ocupó de sus necesidades físicas.
Fuente: La Biblia de las Américas
43 (1) Véase la nota 44 (1) del cap. 1.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
diera… Lit. dar.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
H446 Πολλά tiene un sentido adverbial: estrictamente (comp. el v. 10).
H450 El infinitivo δοθῆναι aparece después de εἶπεν y denota el contenido de una petición: denle de comer (sentido imperativo).
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
Lit., ella
Fuente: La Biblia de las Américas
Lit. dar.