Biblia

Comentario de Marcos 6:16 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Marcos 6:16 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Pero cuando Herodes oyó esto, dijo: “¡Juan, a quien yo decapité, ha resucitado!”

6:16 — Al oir esto Herodes, dijo: Este es Juan el que yo decapité, que ha resucitado de los muertos — Herodes habla de las varias conclusiones de la gente en común, pero él tenía otra deducción (inferencia, conclusión) definitiva: Juan, a quien él había decapitado, había resucitado (la frase, «de los muertos» no está en el texto griego, pero se implica; aparece en Mat 14:2). Herodes rechaza las demás conclusiones.

Al decir, «el que yo decapité», Herodes confiesa su culpa. Su conciencia no le permite escape del hecho.

Según todos estos judíos equivocados, Jesús tenía que ser otra persona, porque su concepto equivocado del Mesías no correspondía a las reclamaciones y obras del humilde nazareno.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Este es Juan. Gén 40:10, Gén 40:11; Sal 53:5; Mat 14:2; Mat 27:4; Luc 9:9; Apo 11:10-13.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

La cárcel donde tenían a Juan estaba en las colinas que miraban hacia el Mar Muerto. Un palacio y una fortaleza ocupaban el lugar.

Herodías era una nieta de Herodes el Grande y la hermana de Herodes Agripa I (Hch 12:1-23). Ella estaba casada con Felipe, un medio hermano de Herodes Antipas, pero no el Felipe de Luc 3:1. El primer esposo de Herodías no fue nunca un gobernador. Ella se divorció de este Felipe para casarse con Herodes Antipas. Herodes, asimismo se divorció de su primera esposa, la hija de Aretas IV, rey de Arabia (2Co 11:32).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Juan … ha resucitado de los muertos. Por medio de esta confesión exaltada y llena de culpa, Herodes mostró que no había olvidado el mal que había hecho al decapitar a Juan el Bautista y que en su conciencia temía que Juan regresara de la muerte (cp. Mat 14:1-2; Luc 9:7-9).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

6:16 — Al oir esto Herodes, dijo: Este es Juan el que yo decapité, que ha resucitado de los muertos — Herodes habla de las varias conclusiones de la gente en común, pero él tenía otra deducción (inferencia, conclusión) definitiva: Juan, a quien él había decapitado, había resucitado (la frase, «de los muertos» no está en el texto griego, pero se implica; aparece en Mat 14:2). Herodes rechaza las demás conclusiones.
Al decir, «el que yo decapité», Herodes confiesa su culpa. Su conciencia no le permite escape del hecho.

Según todos estos judíos equivocados, Jesús tenía que ser otra persona, porque su concepto equivocado del Mesías no correspondía a las reclamaciones y obras del humilde nazareno.

Fuente: Notas Reeves-Partain

LA VENGANZA DE UNA MALVADA

Marcos 6:16-29

Pero cuando Herodes lo oyó, se dijo: «Este es Juan, el que yo decapité, que ha resucitado.» Porque había sido Herodes el que había enviado a su gente a detener a Juan y le había encarcelado por el asunto de Herodías, la mujer de su hermano Felipe porque Herodes se había casado con ella. Y es que Juan le había dicho a Herodes:

No tienes derecho a estar casado con la mujer de tu hermano.
Herodías se había puesto en contra de Juan, y quería matarle; pero no lo podía conseguir porque Herodes le tenía miedo a Juan, porque sabía muy bien que era un hombre justo y santo; así es que le mantuvo a salvo. Cuando Herodes escuchaba a Juan, no sabía qué hacer; porque encontraba un cierto placer en escucharle.
Pero un día se presentó la ocasión cuando, en el cumpleaños de Herodes, estaba dándoles un banquete a sus cortesanos y capitanes y hombres importantes de Galilea. La hija de la misma Herodías entró a bailar delante de todos, y a Herodes y a los que estaban a la mesa con él les agradó mucho.

El rey le dijo a la joven:

-Pídeme lo que te dé la gana, que yo te lo daré. -Y se lo juró-: Me pidas lo que me pidas, te lo daré; hasta la mitad de mi reino.

La joven salió a decirle a su madre:
-¿Qué le puedo pedir para mí?

La cabeza de Juan el Bautista -le contestó su madre.

Inmediatamente ella se dirigió corriendo al rey, y le hizo su petición:
-Quiero que aquí y ahora me des la cabeza de Juan el Bautista en una bandeja.

El rey se afligió mucho; pero, como se lo había jurado, y además delante de todos sus huéspedes, no quería faltar a su palabra. Así es que el rey mandó inmediatamente a un verdugo a que le trajera la cabeza de Juan. El verdugo fue, y le cortó la cabeza a Juan en la cárcel, y la trajo en una fuente, y se la dio a la joven, y la joven se la dio a su madre.

Cuando los discípulos de Juan se enteraron, vinieron a llevarse su cuerpo, y lo enterraron.

Esta historia tiene toda la sencillez de las grandes tragedias. Primero, veamos la escena. Fue en el castillo de Maqueronte, que se elevaba en un acantilado solitario, entre torrentes terribles, mirando al lado oriental del Mar Muerto. Era una de las fortalezas más solitarias, hoscas e inexpugnables. Hasta este día se conservan las mazmorras, y los viajeros pueden ver todavía los grillos y los ganchos de hierro en las paredes donde Juan estuvo encarcelado. Fue en aquella fortaleza inhóspita y desolada donde tuvo lugar el último acto de la vida de Juan.

Segundo, veamos los caracteres. Los líos matrimoniales de la familia de Herodes son realmente increíbles, y sus entrecruces son tan complicados que casi no se pueden desenredar. Cuando nació Jesús, el rey era Herodes el Grande. Fue el que mandó matar a los niños de Belén (Mt 2:16-18 ). Herodes el Grande se casó muchas veces. Hacia el final de su vida se volvió locamente suspicaz, y asesinó a miembro tras miembro de su propia familia hasta que llegó a decirse: » Está más a salvo un cerdo en casa de Herodes que un hijo de Herodes.»

Primero se casó con Doris, de la que le nació su hijo Antípatro, al que más tarde asesinó. También se casó con’ Mariamne la Asmonea, de la que tuvo dos hijos, Alejandro y Aristóbulo, a los que también asesinó. Herodías, la villana de este drama, era la hija de Aristóbulo. Herodes el Grande se casó también con otra Mariamne llamada la Betusiana. De ella tuvo un hijo, Herodes Felipe, que se casó con Herodías, la hija de su hermanastro Aristóbulo, que era, por tanto, su sobrina. De Herodías, Herodes Felipe tuvo una hija llamada Salomé, que es la joven que bailó ante Herodes de Galilea en nuestro pasaje. Herodes el Grande se casó también con Maltake, de la que tuvo dos hijos: Arquelao, y Herodes Antipas, que es el de nuestro pasaje, el gobernador de Galilea. El Herodes Felipe que fue el primer marido de Herodías y el padre de Salomé, no heredó ninguno de los dominios de Herodes el Grande. Vivió como un ciudadano privado rico en Roma. Herodes Antipas le visitó allí. Allí sedujo a Herodías, y la persuadió para que abandonara a su marido y se casara con él.

Fijémonos en quién era Herodías: (a) Era la hija de Aristóbulo, hermanastro de Herodes, y por tanto sobrina de este; y (b) había sido la mujer de Herodes Felipe, hermanastro de Herodes, y por tanto cuñada de este. Anteriormente, Herodes Antipas había estado casado con la hija del rey de los nabateos, un país árabe. Ella se volvió huyendo con su padre, que invadió el territorio de Herodes para vengar el honor de su hija, y derrotó duramente a Herodes. Para completar este cuadro sorprendente, Herodes el Grande se había casado por último con Cleopatra de Jerusalén, de la que había tenido un hijo que se llamó el tetrarca Felipe. Este Felipe se casó con Salomé, que era al mismo tiempo (a) la hija de Herodes Felipe, su hermanastro, y (b) la hija de Herodías, que era hija de Aristóbulo, otro de sus hermanastros. Salomé era por tanto al mismo tiempo la sobrina y la sobrina nieta de su marido. Si colocamos toda esta información en una tabla nos será más fácil de comprender. Véase la página siguiente.

Al casarse con Herodías, la mujer de su hermano, Herodes había quebrantado la ley judía (Lv 18:16 ; Lv 20:21 ) y había ofendido las leyes de la decencia y de la moralidad.

Por este matrimonio adulterino y por la deliberada seducción de su cuñada, Juan reprendió a Herodes públicamente. Requería valor el reprender públicamente a un déspota oriental que tenía poder de vida y muerte sobre sus súbditos, y el valor de Juan al hacerlo se conmemora en la colecta del día de san Juan Bautista en algunas liturgias:

Dios todopoderoso, por Cuya providencia Tu siervo Juan el Bautista nació milagrosamente y le enviaste para preparar el camino de Tu Hijo nuestro Salvador mediante la predicación del arrepentimiento: Concédenos que sigamos sus doctrina y vida santa de tal manera que nos arrepintamos de veras conforme a su predicación; y, siguiendo su ejemplo, hablemos siempre la verdad, reprendamos valerosamente el vicio, y suframos pacientemente por causa de la verdad.

A pesar de que Juan le había reprendido, Herodes todavía le temía y respetaba, porque Juan era indudablemente un hombre sincero y bueno; pero la actitud de Herodías eran diferente. Era implacablemente hostil a Juan, y estaba decidida a eliminarle. Se le presentó la oportunidad en la fiesta del cumpleaños de Herodes, que este celebraba con sus cortesanos y jefes del ejército. En aquella fiesta salió a bailar su hija Salomé. Los bailes de una sola bailarina en aquellos días y sociedad eran pantomimas vulgares y licenciosas. El que una princesa de sangre real se expusiera y degradara de esa manera es increíble, porque tales bailes estaban a cargo de prostitutas profesionales. El mismo hecho de que lo hiciera es un comentario sombrío sobre el carácter de Salomé, y de su propia madre, que la animó a hacerlo. Pero Herodes se mostró muy complacido, y le ofreció la recompensa que pidiera; así es que Herodías aprovechó la oportunidad que esperaba desde hacía tiempo; y Juan fue ejecutado para satisfacer el rencor de una mala mujer.
Podemos aprender aquí algo acerca de cada uno de los personajes de esta historia.

(i) Se nos revela Herodes.

(a) Era una curiosa mezcla. Temía y respetaba a Juan al mismo tiempo. Temía la lengua de Juan, y sin embargo encontraba placer en escucharle. No hay nada en este mundo tan extraño como la mezcla que se da en algunos seres humanos. Les es característico el ser tales mezclas. Boswell, en su Diario de Londres, nos dice que asistía a la iglesia y participaba del culto al mismo tiempo que hacía sus planes para encontrarse con una prostituta en las calles de Londres aquella misma tarde. Lo raro de algunas personas es que están igualmente atraídas por el pecado y por la bondad. Robert Louis Stevenson habla de personas » aferrándose a los restos de la virtud en el burdel o en el patíbulo.» Sir Norman Birkett, el famoso consejero de la Reina y juez, dice de los criminales que había juzgado: «Puede que intenten evadirse, pero no pueden; están condenados a una cierta nobleza; a lo largo de toda su vida los sigue a los talones el deseo del bien, el implacable cazador.» Herodes era capaz de temer y amar a Juan al mismo tiempo; podía aborrecer su mensaje, y sin embargo no podía sustraerse a su atractivo. Herodes no era más que un ser humano. ¿Somos nosotros tan distintos de él?

(b) Herodes era una persona que actuaba por impulso. Le hizo aquella promesa insensata a Salomé sin pensar en las consecuencias. Puede que la hiciera cuando estaba ya más que medio bebido. Que cada uno tenga cuidado. Que piense antes de hablar. Que nunca se encuentre por autoindulgencia en un estado en que pierda sus poderes de juicio y sea capaz de hacer cosas que luego le van a pesar.

(c) Herodes tenía miedo al qué dirán. Le cumplió su promesa a Salomé porque se la había hecho delante de su pandilla, y no quería quedar mal. Le tenía miedo a su risa y burla y chistes. Le tenía miedo a que le tuvieran por débil. Muchas personas han hecho cosas que después han lamentado amargamente porque no tuvieron el coraje moral de hacer lo que debían. Muchas personas se han hecho a sí mismas aparecer peores de lo que son porque le tenían miedo a las risas de sus supuestos amigos.
(ii) Salomé y Herodías se nos revelan aquí totalmente. Herodías tenía una cierta grandeza. Unos años después de esto, su Herodes procuró conseguir el título de rey. Se fue a Roma a solicitarlo. En vez de dárselo, el emperador le desterró a la Galia por tener la insolencia y la insubordinación de pedir tal título. Se le dijo a Herodías que no tenía necesidad de compartir el destierro de Herodes, que podía ser libre; pero ella contestó con orgullo que iría donde fuera su marido.
Herodías nos muestra lo que es capaz de hacer una mujer amargada. No hay nada mejor en el mundo que una buena mujer, ni nada peor que una mala. Los rabinos judíos tenían un dicho pintoresco. Decían que una buena mujer podía casarse con un mal hombre, y hacerle tan bueno como ella. Pero también decían que un buen hombre nunca debía casarse con una mala mujer, porque ella le arrastraría inevitablemente a su propio nivel. Lo malo de Herodías era que quería eliminar, y eliminó, al único hombre que tuvo el coraje de enfrentarla consigo misma. Ella quería vivir su vida sin que nadie le recordara sus fallos. Ella asesinó a Juan para poder vivir a su aire en paz. Se olvidó de que, aunque ya no tuviera que enfrentarse con Juan, todavía tenía que enfrentarse con Dios.

(iii) Juan el Bautista se nos revela totalmente como un hombre de coraje. Era un hijo del desierto y de los amplios espacios abiertos, y el encerrarle en las mazmorras oscuras de Maqueronte tiene que haber sido el colmo de la tortura más refinada. Pero Juan prefería la muerte a la falsedad. Vivía para la verdad, y murió por la verdad. La persona que les trae a sus semejantes la voz de Dios hace el papel de su conciencia. Muchos acallarían su conciencia si pudieran; así es que el que habla de parte de Dios siempre tiene que arriesgarse a sí mismo y su vida.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

El que yo decapité: Algunas versiones, como NVI, por ejemplo, prefieren traducir «al que yo mandé que le cortaran la cabeza». De esta manera, se aclara que Herodes no decapitó a Juan, pero sí dio la orden. También es mejor aclarar el significado de “decapitar” para audiencias que podrían no entender esta palabra.

Resucitado de los muertos: Nuevamente RV95, basándose en el TR, agrega de los muertos. Puesto que esas palabras no aparecen en el GNT, preferimos obviarlas, como hacen todas las otras versiones consultadas.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

REFERENCIAS CRUZADAS

y 258 Luc 9:9

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Juan, a quien yo decapité, ha resucitado. Sin duda, Herodes dice esto movido por el remordimiento que él sentía por haber ordenado la muerte de Juan el Bautista (vers. 27).

Fuente: La Biblia de las Américas

resucitado… M↓ añaden de los muertos.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

M i añaden de los muertos.

Fuente: La Biblia Textual III Edición