Biblia

Comentario de Marcos 6:56 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Marcos 6:56 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Dondequiera que entraba, ya sea en aldeas o ciudades o campos, ponían en las plazas a los que estaban enfermos, y le rogaban que sólo pudiesen tocar el borde de su manto. Y todos los que le tocaban quedaban sanos.

6:56 — Y dondequiera que entraba, en aldeas, ciudades o campos, ponían en las calles a los que estaban enfermos, y le rogaban que les dejase tocar siquiera el borde de su manto (compárese 5:24-28) ; y todos los que le tocaban quedaban sanos — Sobre “sanos”, véase 5:23,28, comentarios.

Marcos y Mateo registran este evento excepcional de sanidades, sin mencionar nada acerca de predicaciones de parte de Jesús. El punto es que la gente estaba recibiendo múltiples evidencias de la mesianidad de Jesús.

Prácticamente hablando, en este evento el ministerio de sanar a enfermos llegó a su clímax y llegaba a su fin, como también llegaron a su clímax las altas expectaciones de muchas personas de tener en Jesús un gran libertador del dominio romano.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

ponían … los que estaban enfermos. Hch 5:15.

les dejase tocar. Mar 3:10; Mar 5:27, Mar 5:28; 2Re 13:21; Luc 6:19; Luc 22:51; Hch 4:9, Hch 4:12.

el borde de su manto. Núm 15:38, Núm 15:39; Deu 22:12; Mat 9:20; Luc 8:44.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

en las calles. Antiguamente existían espacios abiertos, usualmente dentro de las paredes de al ciudad o cerca de los centros de la ciudad, donde las personas se congregaban para diversos propósitos sociales y comerciales. Aquí el término puede indicar el significado original de cualquier sitio donde las personas se reunían. Las personas traían a sus enfermos a estos lugares porque era más probable que Jesús pasara por ellos. su manto. Vea la nota sobre Mar 5:28.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

6:56 — Y dondequiera que entraba, en aldeas, ciudades o campos, ponían en las calles a los que estaban enfermos, y le rogaban que les dejase tocar siquiera el borde de su manto (compárese 5:24-28) ; y todos los que le tocaban quedaban sanos — Sobre “sanos”, véase 5:23,28, comentarios.
Marcos y Mateo registran este evento excepcional de sanidades, sin mencionar nada acerca de predicaciones de parte de Jesús. El punto es que la gente estaba recibiendo múltiples evidencias de la mesianidad de Jesús.
Prácticamente hablando, en este evento el ministerio de sanar a enfermos llegó a su clímax y llegaba a su fin, como también llegaron a su clímax las altas expectaciones de muchas personas de tener en Jesús un gran libertador del dominio romano.

Fuente: Notas Reeves-Partain

En las calles: El término griego agorais significa, más bien, “mercados” o “plazas”, por lo cual es preferible traducir «plazas» (BL, BJ, BA, NVI) antes que «calles» (DHH, TLA). Le rogaban que los dejara tocar: ¿Quiénes le rogaban? ¿Los familiares y amigos de los enfermos, o los enfermos mismos? Quizás esto no sea tan importante, pero, puesto que el griego no especifica el sujeto del verbo “rogar”, el traductor tendrá que elegir entre una traducción ambigua o más general, y una más concreta. Nida sugiere que posiblemente se trata de los enfermos mismos, opción que prefiere si acaso fuera necesario especificar quiénes son los que ruegan a Jesús. Sugerimos, entonces, la siguiente versión: “Ponían en las plazas a los enfermos, quienes le rogaban que los dejara tocar siquiera el borde de su manto”.

Reflexión bíblica y pastoral

El barco con sus tripulantes, los discípulos que reman contra el viento, es una metáfora de la iglesia, que, como institución humana, lucha por entender cómo actúa Dios hoy. Muchas veces la iglesia está confundida respecto de cuál debe ser su misión, o se encuentra incapacitada —a pesar de los éxitos del pasado—para enfrentar un nuevo desafío que Dios le pone por delante. Es como si el Espíritu se hubiera retirado, dejando a todos sumidos en el fracaso y el desconcierto. Precisamente en esos momentos aparece Cristo, el Resucitado, caminando sobre las tormentas de la vida, para decirnos: “Soy yo, no temáis”. Este pasaje nos enseña que la iglesia no puede dormirse en sus laureles, mientras sueña que el triunfo de hoy le garantiza el gran suceso de mañana. Vivimos en un mundo que está cambiando rápidamente; surgen nuevos problemas, nuevas preguntas, nuevos desafíos que hacen necesario discernir la voz de Dios.

Para los discípulos, la imposibilidad de alimentar a la multitud como Jesús se los había pedido fue un fracaso que les sirvió para replantearse la misión. Jesús les pidió que se encargasen de las necesidades materiales de la gente, así como se habían encargado de las espirituales. Sin embargo, fracasaron, y en la barca, luchando contra el viento, ellos estaban luchando contra sus propias dudas. Todavía no habían entendido lo de los panes, pues sus corazones estaban endurecidos. ¿Qué era lo que no habían entendido? ¿Por qué no habían podido hacerlo? ¿Por qué no se les ocurrió pensar que la situación requería una solución extraordinaria? Después de todo, Jesús los había enviado como sus representantes, con autoridad para hacer todo lo que él hacía. Y ahora les pide que alimenten a la multitud. ¿Acaso estaba Jesús jugando con ellos o realmente creía que tenían los recursos para ministrar a esta multitud? Ellos tenían un recurso fundamental, pero no lo supieron aprovechar: Jesús mismo, enviado por Dios para poner en marcha el reino mesiánico. En efecto, Jesús estaba allí, el reinado de Dios había comenzado, pero ellos sólo atinaron a sugerir que la gente fuera a comprar comida a los pueblos de la región. En otras palabras, sugirieron volver para participar del sistema socio económico del Imperio Romano, un sistema opresivo, cuyo fin Jesús había venido a anunciar. Ese era el problema de los discípulos. Rodeados de evidencias de la presencia liberadora de Dios, decidieron volver a esclavizarse con las viejas soluciones. Conviene preguntarse: ¿no será este el problema de la iglesia actual? La pregunta da que pensar.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

NOTAS

(1) O: “eran salvos; se salvaban”.

REFERENCIAS CRUZADAS

r 305 Mat 14:35

s 306 Mat 9:20; Mar 5:27; Luc 8:44; Hch 19:12

t 307 Núm 15:38

u 308 Mat 14:36

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

tocar siquiera el borde de su manto. Véase coment. en Mt. 9:20.

Fuente: La Biblia de las Américas

56 (1) Véanse las notas 20 (4) de Mt 9 y 30 (1) del cap.5.

56 (2) O, restaurados. Véase la nota 28 (1) del cap.5.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

agarrar… Lit. que se agarraran.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

R969 En ὅπου ἃν εἰσεπορεύετο, ἄν destaca la idea de repetición en el tiempo imperfecto: dondequiera que entraba.

M138 Ἵνα κἂν τοῦ κρασπέδου tiene el sentido de aunque no fuera más que el borde (aunque fuera -T100; comp. Hch 5:15).

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

Lit., salvados

Fuente: La Biblia de las Américas

Lit. se agarraran.

Fuente: La Biblia Textual III Edición