Comentario de Marcos 7:31 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Al salir de nuevo de los territorios de Tiro, fue por Sidón al mar de Galilea, atravesando el territorio de Decápolis.
7:31 — Volviendo a salir de la región de Tiro, vino por Sidón al mar de Galilea, pasando por la región de Decápolis — Parece que Jesús no halló descanso en el norte, y ahora vuelve a su tierra y pasa más allá de ella, entrando en Decápolis (“diez ciudades”). Ahora se encuentra en el lado oriental del Mar de Galilea, entre gente que sabría de su fama. Véase 5:20, comentarios.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
volviendo a salir. Mar 7:24; Mat 15:29.
región de Decápolis. Mar 5:20; Mat 4:25.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
La ruta de Jesús hacia Israel se desviaba de Galilea. Sin embargo, Jesús fue al este a la región de Decápolis y luego se volvió al sur pasando por el Monte de Hermón hasta que alcanzó el mar de Galilea.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Volviendo a salir de la región de Tiro, vino por Sidón al mar de Galilea. Jesús viajó 32 km hacia el N desde Tiro pasando por Sidón, en plena región gentil. Desde aquí se dirigió al E, cruzando el Jordán y viajó al S bordeando la costa oriental del Mar de Galilea. Decápolis. Vea la nota sobre Mar 5:20.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
7:31 — Volviendo a salir de la región de Tiro, vino por Sidón al mar de Galilea, pasando por la región de Decápolis — Parece que Jesús no halló descanso en el norte, y ahora vuelve a su tierra y pasa más allá de ella, entrando en Decápolis (“diez ciudades”). Ahora se encuentra en el lado oriental del Mar de Galilea, entre gente que sabría de su fama. Véase 5:20, comentarios.
Fuente: Notas Reeves-Partain
HACIENDO BIEN TODAS LAS COSAS
Marcos 7:31-37
Jesús Se marchó después de la región de Tiro y se dirigió pasando por Sidón al mar de Galilea a través de la Decápolis.
Le trajeron a un hombre que era sordo y que tenía un impedimento en el habla, y Le pidieron que le impusiera las manos. Jesús le tomó aparte de la multitud, a solas; le metió los dedos en los oídos, y escupió y le tocó la lengua. Entonces elevó la mirada al cielo, y gimió, y le dijo al sordo:
-¡Effatha! -que quiere decir » ¡Ábrete!»
Y se le abrieron los oídos, y se le soltó la ligadura de la lengua, y pudo hablar correctamente.
Jesús les encargó que no se lo dijeran a nadie; pero cuanto más se lo decía, más lo divulgaban por ahí.
Todos estaban alucinados a tope, y decían:
-¡Jesús ha hecho todas las cosas bien! ¡Ha hecho oír a los sordos y hablar a los mudos!
Esta historia empieza describiéndonos lo que tuvo que ser un viaje alucinante. Jesús fue de Tiro al territorio del mar de Galilea, de Tiro, al Norte, a Galilea, al Sur; y empezó por ir a Sidón. Es decir: ¡se dirigió hacia el Sur pasando por el Norte! Algo así como si hubiera ido de Zaragoza a Valencia pasando por Barcelona.
Ante este hecho aparentemente extraño, algunos han pensado que el texto está equivocado, y que Sidón no debería aparecer en él. Pero es bastante cierto que el texto es correcto tal como está. Otros han pensado que este viaje tuvo que prolongarse durante no menos de ocho meses, lo cual es perfectamente probable.
Puede ser que este largo viaje fuera la paz antes de la tormenta; un largo período de comunión con Sus discípulos antes de que se desencadenara la tempestad final. En el capítulo siguiente, Pedro hace el gran descubrimiento de que Jesús es el Mesías (Mr 8:27-29 ), y bien puede ser que fuera en este largo viaje en que estuvieron los discípulos a solas con Jesús cuando se le hizo la luz en el corazón a Pedro. Jesús necesitaba este período extenso con Sus hombres antes del estrés y la tensión del próximo final.
Cuando Jesús llegó otra vez a la región de Galilea, pasó por el distrito de la Decápolis, y fue allí donde Le trajeron a un hombre que era sordo y tenía un impedimento en el habla. Lo más probable es que las dos cosas estuvieran relacionadas; sería su incapacidad para oír lo que hiciera su habla tan imperfecta. No hay milagro que nos muestre más hermosamente la manera que tenía Jesús de tratar con las personas.
(i) Jesús apartó al hombre de la multitud. Aquí tenemos una consideración de lo más tierna. Los sordos siempre tienen un sentido del ridículo muy agudo. En algunos sentidos es más vergonzoso ser sordo que ser ciego. Un sordo sabe que no puede oír; y cuando alguien de la multitud le grita y trata de hacerlo comprender algo, por su nerviosismo se coloca en una situación aún más desesperada. Jesús mostró la consideración más sensible hacia los sentimientos de un hombre para quien la vida era muy difícil.
(ii) En todo este episodio Jesús representa lo que está haciendo con gestos, como en una escena muda. Puso las manos en los oídos del hombre y le tocó la lengua con saliva. En aquel tiempo se creía que la saliva tenía una cualidad curativa. El historiador romano Suetonio cuenta un incidente de la vida del emperador Vespasiano. » Sucedió que un cierto plebeyo totalmente ciego y otro hombre que tenía una pierna coja y débil se llegaron juntos a él cuando estaba sentado en el tribunal, suplicándole la ayuda y el remedio para sus dolencias que les había revelado Serapis en sueños: que el Emperador habría de restaurarle al uno la vista con solo escupirle en los ojos, y fortalecerle la pierna al otro simplemente consintiendo tocársela con su talón. Ahora bien: aunque Vespasiano no podía creer en la eficacia de esos gestos, y por tanto no se atrevía ni a hacer la prueba, por último, ante la insistencia de sus amigos, probó los dos medios en presencia de la asamblea, y resultaron efectivos» (Suetonio, Vida de Vespasiano 7). Jesús elevó la mirada al cielo para mostrar que la ayuda había de venir de Dios. Entonces dijo la palabra, y el hombre fue sanado.
Todo el relató nos muestra claramente que Jesús no consideraba a aquel hombre meramente como un caso clínico; le consideraba una persona individual. Aquel hombre tenía una necesidad y un problema especiales, y con la consideración más tierna, Jesús le trató de una manera que respetaba sus sentimientos y que él podía entender.
Cuando concluyó la curación, la gente declaró que Jesús había hecho todas las cosas bien. Ese había sido el veredicto de Dios cuando completó Su propia creación en el principio
(Ge 1:31 ). Cuando vino Jesús trayendo sanidad a los cuerpos y salvación a las almas, empezó una nueva creación. En el principio, todo había sido bueno; el pecado humano lo había echado todo a perder; y ahora Jesús estaba devolviéndole la belleza de Dios al mundo afeado por el pecado humano.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Jesús san a un hombre sordo y tartamudo (Mar 7:31-37)
Análisis de discurso
Esta historia narra otro milagro en territorio gentil. Jesús realiza una travesía circular desde Tiro hasta Sidón, que queda al norte, y desde allí hacia el sudoeste, hacia el Lago de Galilea y la región de Decápolis, las ciudades griegas. El incidente no agrega nada nuevo al ministerio de Jesús, excepto el hecho que por primera vez usa saliva para curar a un enfermo. Al igual que en la sanidad de la hija de Jairo, Marcos conserva aquí las palabras de Jesús en arameo. Se ha sugerido que la enfermedad del hombre se debía a una posesión demoníaca, pues se utiliza la palabra “desatar”, generalmente usada en contextos de exorcismo. Si es así, este sería el tercer exorcismo realizado en tierra gentil: primero, el del endemoniado geraseno; luego, el de la hija de la mujer sirofenicia; y tercero, el de este sordomudo. No obstante, se trata de una conjetura que se apoya solamente en un vocablo. El texto no da ningún otro indicio de que este hombre estuviera endemoniado.
Posiblemente Marcos utilizó esta historia (nótese que Mateo y Lucas la omiten) para continuar destacando cómo la gente insistía en divulgar la fama de Jesús, a pesar de que éste quería mantener su ministerio en secreto. Quizás también la utilizó para demostrar cómo Jesús cumplía la profecía de Isa 35:5-6.
TÍTULO: Nos parece adecuado el título de TLA: «Jesús sana a un hombre sordo y tartamudo». El título de RV95, Jesús sana a un sordomudo, tiene el encanto de lo simple y breve, pero no es adecuado, ya que el texto no dice que el hombre fuera mudo, sino que hablaba con dificultad.
Análisis textual y morfosintáctico
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
«Jesús volvió a salir de la región de Tiro» (TLA): Esta traducción provee un referente al verbo “salir”. Es Jesús el que sale de la región de Tiro. Aunque esto normalmente se da por sentado, es conveniente puntualizarlo. En general, las traducciones más literales —que siguen el texto griego, cuya última mención de Jesús es en Mar 6:30—omiten especificar quién es el sujeto del verbo. Sin embargo, casi todas las versiones consultadas ven la necesidad de hacerlo.
Decápolis: Ver Mar 5:20.
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
— Tiro… Sidón: Ver segunda nota a Mat 11:21.
— lago de Galilea: Lit. mar de Galilea. Ver nota a Mat 4:18.
— Decápolis: Ver nota a Mat 4:25.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
El sordo y tartamudo. Este relato de una sanidad física ilustra el hecho de que aunque las personas sean sordas ante Dios (como lo estaban los fariseos) Jesús las puede sanar. Las acciones que empleó Jesús tenían la intención de hacer que ese hombre comprendiera que esta sanidad no sería mágica, sino que sería una sanidad por Dios en contestación a la oración. Jesús quería crear fe en el hombre antes de que fuera sanado. Así que la sordera fue imitada tapando los oídos de ese hombre, y su condición de mudo fue imitada tocando la lengua y escupiendo. La mirada hacia el cielo y el suspiro eran cuadros visibles de oración que un sordomudo podría comprender. La palabra dada se habló en el arameo nativo del hombre, que Marcos traduce para el bien de la iglesia no palestina.
Como era su costumbre, Jesús le ordenó que no lo dijera a nadie y, como ocurría usualmente, se le desobedeció. Las gentes que lo vieron estaban emocionadas y dijeron: ¡Todo lo ha hecho bien!, y quedaron asombrados, pero ¿acaso creyeron? Dentro de poco tiempo, Pedro daría el salto de fe del asombro al reconocimiento de la verdadera naturaleza de Jesús: el sordo Pedro oiría, y el Pedro mudo hablaría.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
NOTAS
(1) O: “Diez Ciudades”. Gr.: De·ka·pó·le·os.
REFERENCIAS CRUZADAS
n 349 Mat 15:29; Mar 5:20
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
de Tiro, pasó por Sidón y llegó al mar de Galilea, atravesando la región de Decápolis. El Señor anduvo unos 35 km de Tiro a Sidón, y después descendió a Decápolis (v. coment. en 5:20) bordeando por el este el Mar de Galilea. El Señor no entró en la región de Galilea porque deseaba evitar las multitudes y la oposición de los líderes religiosos (v. 7:24, 36), pues quería estar con sus discípulos y tener tiempo para enseñarles e instruirles.
Fuente: La Biblia de las Américas
31 super (1) Véase la nota 29 super (1) de Mt 15.
31 super (2) Un distrito de diez ciudades.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
Lo primero que en estos versículos debe fijar nuestra atención es el milagro extraordinario que aquí se relata. Leemos que le llevaron á nuestro Señor «á uno que estaba sordo y que tenia un impedimento para hablar,» y le suplicaron «que le impusiese las manos.» Les concedió al punto lo que pedían y queda curado.
Una palabra y un toque dan instantáneamente á aquel hombre oído y palabra. «Y luego fueron abiertos sus oídos, y fue desatada la ligadura de su lengua, y hablaba bien..
Si nos fijamos tan solo en la manifestación del poder divino de nuestro Señor, no comprendemos sino la mitad de la enseñanza que encierra este pasaje; no hay duda que hay algo más que eso en este ejemplo. Profundicemos más allá de la superficie y descubriremos en este pasaje preciosas verdades espirituales.
Debemos ver en este milagro el poder del Señor para curar á los que están sordos espiritualmente; puede dar al pecador más endurecido oído que pueda oír; puede hacer que sea su deleite escuchar ese mismo Evangelio que antes ridiculizó y despreció.
Debemos ver también en él el poder del Señor para curar á los que están mudos espiritualmente. Puede enseñar al más empedernido de los transgresores á clamar á Dios. Puede hacer en tonar canciones nuevas á labios que nunca se ocuparon sino de hablar del mundo. Puede hacer que los más viles de los hombres hablen de cosas espirituales, y sean testigos del Evangelio de gracia.
Cuando Jesús difunde su Espíritu, nada es imposible. No debemos desesperar nunca de nadie, ni considerar nuestros corazones demasiado perversos para que puedan cambiarse. Vive todavía Aquel que curó al sordo y al mudo. Casos que la filosofía moral declara incurables, no lo son si los pacientes son llevados á Cristo.
Lo que en segundo lugar debe fijar en estos versículos nuestra atención, es la manera especial con que nuestro Señor tuvo por bien hacer el milagro que aquí se relata. Se nos dice que cuando el sordomudo fue llevado á Jesús, «lo separó de la multitud, le metió los dedos en las orejas, y escupiendo tocó su lengua; y mirando al cielo gimió,» y entonces, y solo entonces se oyeron las palabras de mando, «Ephphatha; es decir, Sé abierto..
No hay duda que hay mucho de misterioso en estos actos; no sabemos porque los ejercitó. Tan fácil hubiera sido para el Señor restaurar con solo su palabra la salud al enfermo como haciendo lo que hizo. No se nos dicen las razones que tuvo para adoptar ese procedimiento; solo sabemos que el resultado fue el mismo que en otras ocasiones, el hombre quedó curado.
Pero algo podemos aprender de la conducta de nuestro Señor en esta circunstancia; que Cristo no se ceñía al empleo de unos medios especiales tan solo para realizar sus obras entre los hombres. Algunas veces consideraba conveniente trabajar de un modo, y otras de otra manera; sus enemigos nunca pudieron decir, que no podía conseguir ningún resultado sino empleando ciertos me-dios que eran siempre los mismos.
Vemos que lo mismo acontece todavía en la iglesia de Cristo. Tenemos pruebas repetidas que el Señor no se sujeta á usar exclusivamente los mismos medios para transmitir su gracia á las almas. Es su placer influir algunas veces por medio de la Palabra predicada en público, otras por medio de la Palabra leída en privado. Despierta algunas veces á los dormidos por medio de las enfermedades y aflicciones, otras por las reconvenciones y los consejos de los amigos.
Emplea á veces medios de gracia para desviar á los hombres de la senda del pecado, y á veces atrae su atención con algún hecho providencial, sin usar ningún medio de gracia. No quiere que ninguno de estos se exalte y convierta en una especie de ídolo con menosprecio de los demás, pues es su voluntad que ninguno se desprecie como inútil, ni se considere como desprovisto de todo valor. Todos son buenos y valiosos, y pueden emplearse alternadamente para lograr el mismo gran fin, que es la conversión de las almas. Todos están en la mano del que «no da cuenta de sus actos,» y sabe mejor cual debe usar para curar en cada caso especial.
Lo que demanda, por último, nuestra atención en estos versículos, es el notable testimonio que dieron los que vieron el milagro qué aquí se relata. Dijeron hablando de nuestro Señor, «Ha hecho todas las cosas bien..
Es más que probable que los que pronunciaron esas palabras estaban muy lejos de comprender todo su significado aplicadas á Cristo. Como Caifas, «no hablaban por sí mismos.» Joh 11:61. Pero la verdad que expresaban es un tesoro de consuelo profundo é indecible, y deben recordarla diariamente todos los verdaderos cristianos.
Recordémosla al repasar en nuestra memoria los días pasados de nuestra existencia desde el momento de nuestra conversión. «Nuestro Señor ha hecho todas las cosas bien.» Al sacarnos primero de las tinieblas á la luz, al humillarnos y mostrarnos nuestra debilidad, nuestras culpas y nuestra locura, al despojarnos de nuestros ídolos, y escoger por nosotros nuestra condición, al colocarnos en el puesto en que estamos, y al darnos lo que poseemos, ¡Que bien lo ha hecho todo! ¡Que gran misericordia que no hayamos realizado nuestros deseos! Recordémosla cuando fijemos nuestra vista en los días del porvenir. No sabemos si serán brillantes ú oscuros, muchos ó escasos; pero sabemos que están en mano de Aquel «que hace todas las cosas bien.» No se equivocará cuando se trate de nosotros. Quitará y dará, afligirá y consolará, moverá y fijará, con perfecta sabiduría, en el tiempo preciso y de la manera apropiada. El gran Pastor de las ovejas no se equivoca; guía á todos los corderos de su rebaño por el camino recto á la ciudad en que habita.
No comprenderemos toda la belleza de estas palabras hasta el día de la resurrección final. Al recordar entonces nuestras vidas veremos la explicación de todos sus eventos desde el principio hasta el fin. Recordaremos todos los caminos por que fuimos conducidos, y confesaremos que todo fue «bien hecho.» La explicación, las causas, y las razones de todo lo que ahora nos deja perplejos, aparecerán claras y sencillas como el sol al mediodía. Nos admiraremos de nuestra ceguedad pasada, y nos asombraremos de haber podido dudar del amor de nuestro Señor. «Porque ahora vemos al través de un espejo oscuramente, más entonces cara á cara. Ahora conozco en parte; mas entonces conoceré como soy conocido.» 1Co 13:12.
Fuente: Los Evangelios Explicados
volviendo a salir… Lit. habiendo salido.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
M67 Generalmente la frase ἀνὰ μέσον significa: entre, o en el medio; pero este versículo es problemático: ¿Significa: a través de? [Editor. En este contexto, la frase significa: a través de la región.]
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
Lit. habiendo salido.