Comentario de Marcos 8:18 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Teniendo ojos, ¿no veis? Teniendo oídos, ¿no oís? ¿No os acordáis?
8:18 — ¿Teniendo ojos no veis, y teniendo oídos no oís? — Véase 4:12, comentarios. Por medio de sus ojos y oídos habían sido testigos del poder sobrenatural de Jesús, pero sin comprender lo que esos milagros implicaban. Su corazón endurecido les impedía, pero, ¿no es el hombre dueño de su corazón?Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
¿teniendo ojos no veis? Mar 4:12; Deu 29:4; Sal 69:23; Sal 115:5-8; Isa 6:9, Isa 6:10; Isa 42:18-20; Isa 44:18; Jer 5:21; Mat 13:14, Mat 13:15; Jua 12:40; Hch 28:26, Hch 28:27; Rom 11:8.
¿y no recordáis? 2Pe 1:12.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Las siguientes cinco preguntas de Jesús son un reproche a los discípulos por su dureza de corazón y les recuerda también su habilidad para proveerles de todo cuanto necesiten.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
8:18 — ¿Teniendo ojos no veis, y teniendo oídos no oís?– Véase 4:12, comentarios. Por medio de sus ojos y oídos habían sido testigos del poder sobrenatural de Jesús, pero sin comprender lo que esos milagros implicaban. Su corazón endurecido les impedía, pero, ¿no es el hombre dueño de su corazón?
— Y no recordáis? — Seguramente su memoria les servía para recordar las dos ocasiones en que Jesús multiplicó el pan para alimentar a miles de personas. No obstante, todavía no sabían quién era Jesús; no reconocen su verdadera identidad. Su corazón estaba engrosado como él de los incrédulos de los cuales habló Isaías (Mat 13:14-15). Jesús sigue reprochándoles, pues los discípulos no usaban sus facultades para los fines diseñados por Dios. Reconociendo los discípulos que Jesús es Dios, y que por eso él no estaría hablando de que faltara pan para el viaje, habrían pensado más bien en que la “levadura” bajo consideración fuera cosa relacionada con la obra de los fariseos y de los saduceos.
Fuente: Notas Reeves-Partain
«¿No se acuerdan de aquella vez, cuando repartí cinco panes [ ]?» TLA, al igual que la mayoría de las versiones consultadas, formula una sola pregunta que abarca el final del versículo Mar 8:18 y la primera mitad del Mar 8:19. De esta manera, sigue de cerca el texto griego del GNT. Sin embargo, RSV, NRSV, NVI, DHH, y otras versiones, prefieren traducir las tres últimas palabras del versículo Mar 8:18 como una pregunta independiente: ¿No recordáis? En realidad, el sentido del texto no cambia demasiado, así que el traductor podrá aquí hacer una elección entre TLA o RV95. Nuestra preferencia es seguir el texto griego lo más cercanamente posible, por lo cual nos inclinamos por TLA.
Reflexión bíblica y pastoral
A menudo los seres humanos justificamos nuestra falta de fe. Decimos que creeríamos en Dios, o haríamos lo que Dios quiere, si tan solo Dios nos diera una señal, una clara señal de que él existe, o de que esto o aquello es su voluntad. Y pensamos que cuanto más espectacular sea la señal, mayor será nuestra fe y nuestra obediencia. Sin embargo, Jesús dice esto bien claro: demandar señales es una señal de falta de fe, y Dios no lo aprueba. La única señal que Dios ha dado es Jesús en toda su humanidad, alguien capaz de conmoverse con el sufrimiento ajeno hasta el punto de hacer algo por ello; alguien que, ante el hambre y el cansancio de una multitud que había dejado todo para escucharlo, provee suficiente comida para alimentar a todos y aún para que queden sobras. Esta es la señal del cielo: el humano Hijo de Dios, Jesús de Nazaret, quien da su tiempo, sus recursos y sus dones para el beneficio de los demás.
Muchos cristianos, en nuestros países latinoamericanos, y alrededor del mundo, se pasan el tiempo buscando señales espectaculares y milagros que les garanticen que Dios está presente en la historia. Sin embargo, el mayor milagro y la mayor señal se presentan cuando el pueblo de Dios se une en solidaridad y muestra compasión ante el sufrimiento ajeno; cuando se le da al pobre y al oprimido una razón para creer que habrá una solución para su situación; cuando se conforta al desvalido y se lo reestablece a una vida de propósito en la sociedad; cuando los niños y las mujeres ven que por fin termina su vida de servidumbre al sistema patriarcal, que los viene esclavizando desde siempre; en fin, el mayor milagro ocurre cuando el evangelio se encarna en esperanza concreta para esta vida: entonces la iglesia se transforma en la señal del cielo que la gente necesita. Quiera Dios que entendamos esta vocación para llevarla a cabo en nuestra sociedad.
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
Jer 5:21; Eze 12:2; (ver Mar 4:12 y Hch 28:26).
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
r 377 Isa 44:18; Jer 5:21; Eze 12:2; Mat 13:13
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
→ Isa 6:9-10; Jer 5:21; Eze 12:2.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
g Isa 6:9-10; Jer 5:21; Eze 12:2.