Biblia

Comentario de Marcos 8:22 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Marcos 8:22 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Jesús fue a Betsaida, y le trajeron un ciego y le rogaban que lo tocase.

8:22

— Vino luego a Betsaida — Véase ver. 13, comentarios. Dejando la costa, viajan a Betsaida que quedaba cerca por donde el Río Jordán desemboca en el Mar de Galilea.

— y le trajeron un ciego, y le rogaron que le tocase — Solamente Marcos registra el milagro de sanar a este ciego. La petición de sanidad es hecha por los amigos del ciego, que para ahora, juntamente con mucha gente de Galilea, saben que el toque de la mano de Jesús puede lograr grandes obras beneficiosas.

Véase 7:32, comentarios.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

vino a Betsaida. Mar 6:45; Mat 11:21; Luc 9:10; Luc 10:13; Jua 1:44; Jua 12:21.

le traen un ciego. Mar 2:3; Mar 6:55, Mar 6:56.

le rogaron que le tocase. Mar 5:27-29; Mat 8:3, Mat 8:15; Mat 9:29.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

La sanidad del hombre ciego es un escenario paralelo a la percepción imperfecta que tenían los discípulos de Jesús. Así como el hombre, ellos ya no eran ciegos, pero no podían ver claramente. Solamente el Espíritu Santo podía aclarar su visión.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Betsaida. Vea la nota sobre Mar 6:45 para la otra Bet-saida. Esta es Bet-saida Julia varios km. al N del Mar de Galilea y al E del Río Jordán.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

El segundo de los dos milagros registrados solamente en Marcos (cp. Mar 7:31-37). Es también la primera de dos curaciones de hombres ciegos registradas en Marcos (cp. Mar 10:46-52).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

8:22 — Vino luego a Betsaida — Véase ver. 13, comentarios. Dejando la costa, viajan a Betsaida que quedaba cerca por donde el Río Jordán desemboca en el Mar de Galilea.
— y le trajeron un ciego, y le rogaron que le tocase — Solamente Marcos registra el milagro de sanar a este ciego. La petición de sanidad es hecha por los amigos del ciego, que para ahora, juntamente con mucha gente de Galilea, saben que el toque de la mano de Jesús puede lograr grandes obras beneficiosas.
Véase 7:32, comentarios.

Fuente: Notas Reeves-Partain

UN CIEGO APRENDE A VER

Marcos 8:22-26

Fueron a Betsaida; y Le trajeron a Jesús a un ciego, y Le pidieron que le tocara. Jesús le tomó de la mano, y le sacó del pueblo. Le puso saliva en los ojos, y le impuso las manos, y le preguntó:

-¿Ves algo?
El ciego levantó la vista, y dijo:

-Veo hombres, pero los veo que andan como si fueran árboles.
Jesús le puso las manos en los ojos. Él miró fijamente, y se le restauró la vista y vio todo claramente. Jesús le despidió para que se fuera a su casa, y le dijo:

No entres ni siquiera en el pueblo.

La ceguera era, y es todavía, una de las grandes desgracias en Oriente. La causa en parte la oftalmia, y en parte el deslumbramiento despiadado que produce el sol. Lo agravaba seriamente el hecho de que no se sabía lo suficiente de higiene y de limpieza. Era corriente ver personas con los ojos legañosos y llenos de moscas. Naturalmente, esto hacía que se extendiera la infección fácilmente, y la ceguera era una verdadera plaga.

Solamente Marcos nos cuenta esta historia; y sin embargo hay en ella ciertas cosas tremendamente interesantes.
De nuevo descubrimos lo maravillosamente considerado que era Jesús. Se llevó al ciego de entre la multitud y fuera del pueblo para poder estar a solas con él. ¿Por qué? Piénsalo. Este hombre era ciego, y probablemente había nacido ciego. Si hubiera recibido la vista de pronto, en medio de toda la gente, habrían invadido sus ojos inmediatamente después de abrírsele toda clase de figuras y de colores chillones que le habrían producido un estado de total aturdimiento. Jesús sabía que sería mucho mejor si se le podía llevar a un lugar en el que la sorpresa y la emoción de ver se le presentaran menos repentinamente. Cualquier gran médico y cualquier gran maestro tiene una característica sobresaliente. Un gran médico es capaz de introducirse en lo íntimo de la mente y el corazón de su paciente; comprende sus temores y sus esperanzas; literalmente simpatiza -sufre con- él. Un gran maestro penetra en la mentalidad de su alumno. Ve sus problemas, sus dificultades, sus tropezaderos. Por eso Jesús era tan supremamente grande. Podía entrar en la mente y en el corazón de las personas a las que trataba de ayudar. Tenía el don de la consideración porque podía pensar con los pensamientos de ellos y sentir con sus sentimientos. Que Dios nos conceda esa cualidad de Cristo.

(ii) Jesús usaba métodos que el paciente pudiera entender. El mundo antiguo creía en el poder sanador de la saliva. Esa creencia no es tan extraña si tenemos presente que nuestro primer instinto es meternos en la boca o chupar un corte o una quemadura para aliviar el dolor. Por supuesto, el ciego sabría eso, y Jesús usó un método para curarle que él podría entender. Jesús era sabio. No empezaba con palabras y métodos que no estuvieran al alcance de la mentalidad de la gente sencilla. Les hablaba y actuaba con ellos de manera que sus mentes sencillas pudieran captar y comprender lo que les hacía. Ha habido veces cuando se ha considerado una virtud y una señal de grandeza la ininteligibilidad. Jesús tenía una grandeza superior: la de hacerse comprender por una mente sencilla.
(iii) En una cosa es único este milagro: es el único que se puede decir que se produjo gradualmente. Por lo general, los milagros de Jesús se producían repentina y totalmente. En este milagro, se le dio la vista a un ciego por etapas.
Aquí hay una verdad simbólica. No hay nadie que perciba toda la verdad de Dios de una vez. Uno de los peligros de cierto tipo de evangelismo es que hace suponer que cuando una persona acepta a Cristo ya es cristiana madura. Uno de los peligros de entrar en la membresía de una iglesia es que se puede pensar que cuando una persona se compromete como miembro de iglesia ha llegado al final de su carrera. Lejos de ser ese el caso, la decisión por Cristo y la incorporación como miembro de iglesia son el principio de la carrera cristiana. Son el descubrimiento de las riquezas de Cristo, que son inagotables; y si uno viviera cien años, o mil, o un millón de años, todavía tendría que seguir creciendo en la gracia, y aprendiendo más y más acerca de la maravilla y la belleza infinita de Jesucristo.
Es gloriosamente cierto que una conversión repentina es una posibilidad de la gracia; pero es igualmente cierto que nos tenemos que convertir de nuevo todos los días. Con toda la gracia y la gloria de Dios por delante, uno puede seguir aprendiendo toda la vida, y necesitará la eternidad para conocer como Dios le conoce a él.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

Jesús sana a un ciego en Betsaida (Mar 8:22-26)

Análisis de discurso

Esta sanidad se parece mucho a la curación del sordo y tartamudo en Mar 7:31-37. En ambos casos, le traen el enfermo a Jesús y le ruegan que lo toque (Mar 7:32 y Mar 8:22). En ambos casos, Jesús lleva al enfermo a un lugar privado, ya sea apartándolo de la gente (Mar 7:33) o sacándolo fuera de la aldea (Mar 8:23). En ambos casos, Jesús utiliza saliva: en Mar 7:33, escupe en sus propios dedos y toca la lengua del enfermo, y en Mar 8:23, escupe directamente en los ojos del enfermo. Por último, en ambos relatos Jesús le ordena al enfermo que mantenga la sanidad en secreto (Mar 7:36 y Mar 8:26).

Este hombre ciego ha sido interpretado simbólicamente como quien prefigura la ceguera espiritual de los discípulos, anunciada en Mar 8:18 y ejemplificada claramente en los próximos capítulos. Hasta se ha sugerido que el hecho de recobrar la vista en forma parcial apunta al entendimiento inadecuado de los discípulos respecto a quién es Jesús y cuál es su misión. Lo que hace factible esta interpretación simbólica o espiritual de la ceguera es que, en Mar 10:46-52, encontramos la sanidad de otro ciego, llamado Bartimeo, que parece constituir el otro extremo de una estructura de quiasmo. Y, en efecto, dicha estructura agrupa una serie de incidentes que demuestran la incapacidad de los discípulos para entender la necesidad del sufrimiento y de la muerte de Jesús. Veremos esto cuando lleguemos a ese pasaje.

TÍTULO: Esta sección es breve y su título no presenta demasiados problemas. «Jesús sana a un ciego en Betsaida» (TLA) nos parece un título tan adecuado como el de RV95: Un ciego sanado en Betsaida. Todas las versiones consultadas sugieren el mismo título o uno similar.

Análisis textual y morfosintáctico

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

Vino luego a Betsaida: El GNT tiene “vinieron” o “llegaron”. El traductor puede especificar quiénes son “ellos”, es decir, Jesús y sus discípulos. Así lo hace CEV. En todo caso, “vinieron” es preferible a vino.

«Unas personas guiaron a un ciego hasta Jesús» (TLA): Esta traducción parece recoger mejor el sentido del original. El hombre era ciego, no paralítico, de manera que podía caminar por sí mismo. «Guiaron» es una mejor traducción.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

— Betsaida: Ver nota a Mat 11:21.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Mar 7:32-33, Jua 9:6.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

La sanidad de un hombre ciego. Este último ejemplo de los poderes del reino de Dios podría ser un cuadro de los discípulos espiritualmente ciegos, quienes pronto recibirían la vista. Los amigos de un ciego lo trajeron a Jesús; la fe de ellos sería recompensada al igual que la del invidente. Lo sacaron de la aldea colmada de vocerío y confusión para que el ciego pudiera escuchar a Jesús sin distracción. La saliva sobre los ojos del ciego y la imposición de manos eran cosas que el ciego podría sentir. La saliva no tiene nada de mágico, aunque sea la de Jesús; es solamente una ayuda externa a la fe y la comprensión.

¿Por qué se haría esta sanidad en dos etapas? ¿Sería por la fe imperfecta del hombre? Marcos no lo dice. Es suficiente que Jesús no dejó al hombre medio sanado, sino que persistió hasta que veía todo con claridad. ¿Sería éste el cuadro de la manera en que Pedro vería a medias la verdad acerca de Jesús al principio? Al hombre se le advirtió que se fuera directamente a su casa sin volver a la aldea, donde las personas que vieran podrían ser tentadas de seguir a Jesús sólo como un sanador, y no como el salvador. Donde ocurren milagros de sanidad, como parte de la predicación del evangelio, siempre está el peligro de que las personas se alleguen a Cristo por razones equivocadas.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

REFERENCIAS CRUZADAS

w 382 Mar 6:56

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Llegaron a Betsaida. Véase coment. en Mt 11:21.

y le trajeron un ciego. Este milagro (8:22– 26) y el de 7:31– 37 aparecen sólo en Marcos. Ambos milagros se realizan en privado y el Señor usa saliva para realizarlos (7:33 y 8:23). En ambos casos el Señor les ordena evitar la publicidad (7:36; 8:26; cp. 5:43).

Fuente: La Biblia de las Américas

22 (1) Esto tipifica a uno que ha perdido su visión interior, uno que ha sido cegado espiritualmente ( Hch_26:18 ; 2Pe_1:9).

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

No sabemos la razón que tuvo nuestro Señor Jesucristo para emplear los medios especiales que usó al hacer el milagro que se relata en estos versículos.
Vemos á un ciego curado milagrosamente; sabemos que una palabra de los labios de nuestro Señor, ó el contacto de su mano, hubiera sido suficiente á producir la cura; pero vemos que Jesús toma al ciego de la mano, lo lleva fuera de la aldea, le escupe en los ojos, le impone las manos, y entonces es que recobra la vista. El pasaje que comentamos no nos comunica el significado de todos esos actos.
Bueno es recordar, al leer pasajes de esta clase, que el Señor no se limita á usar siempre los mismos medios. En la conversión de las almas hay diversidad de operaciones, pero el mismo Espíritu es el que convierte; así al curar el cuerpo nuestro Señor emplea diversos instrumentos, pero el mismo poder divino es el que realiza la curación. En todas sus obras Dios es soberano; no da cuenta de sus actos.
Debemos observar especialmente en este pasaje que la cura que nuestro Señor hizo del ciego fue gradual: no se vio libre de su ceguera inmediatamente, sino por grados. Pudo haberla hecho instantáneamente, pero prefirió hacerla paso á paso. El ciego dijo primero que veía tan solo » á los hombres como árboles que caminaban. «Recobró después completamente la vista y «vio á todos claramente.» Bajo este respecto, este milagro no se parece á ningún otro.
Es imposible dudar que esta cura gradual tuvo por objeto presentarnos un emblema de las cosas espirituales. Estemos seguros que hay una profunda significación en todas las palabras y los actos de nuestro Señor durante su ministerio terrestre, y en este caso, como en otros, encontraremos útiles lecciones.
Debemos ver en esta restauración gradual de la vista una vivida ilustración de la manera con que el Espíritu trabaja frecuentemente en la conversión de las almas. Todos somos por naturaleza ciegos é ignorantes en todo lo que concierne á nuestras almas. La conversión es una iluminación, pasar de las tinieblas á la luz, de estar ciegos á contemplar el reino de Dios. Sin embargo pocos convertidos ven desde el principio distintamente. Ven confusamente, y comprenden de una manera imperfecta la naturaleza y extensión de las doctrinas, de las prácticas y de las ordenanzas del Evangelio. Están como el hombre á quien se refiere este pasaje, que vio al principio á los hombres como árboles que caminaban. Están deslumbrados al encontrarse en el mundo nuevo en que acaban de entrar.
No pueden ver claro y dar su propio lugar á todas las diversas partes de la religión, hasta que la obra del Espíritu no profundiza bien, y han adquirido alguna experiencia. Esta es la historia de muchos de los hijos de Dios. Principian por ver á los nombres como árboles que caminan, y acaban por verlo todo claro.
Dichoso aquel que ha aprendido esta lección bien, y en su humildad desconfía de su propio juicio. Veamos finalmente en la cura gradual de este ciego, una pintura animada de la condición actual en el mundo del pueblo creyente de Cristo, comparada con la que será en el porvenir. En la presente dispensación vemos y conocemos parcialmente; estamos como los que viajan de noche, pues no comprendemos mucho de lo que pasa en torno nuestro. En las relaciones providenciales de Dios con sus hijos, y en la conducta de muchos de los santos de Dios, vemos muchas cosas que no podemos comprender y que no podemos alterar. En una palabra, estamos como el que vio «á los hombres como árboles que caminaban..
Pero fijemos nuestra vista en el tiempo venidero y consolémonos; un momento llegará en que veamos todas las cosas «claramente.» La noche está muy avanzada y el día se aproxima; contentémonos con esperar, vigilar, trabajar y orar.
Cuando llegue el día del Señor, nuestra vista espiritual se perfeccionará. Veremos como hemos sido vistos y conoceremos como hemos sido conocidos.

Fuente: Los Evangelios Explicados

R807 La voz media del verbo ἅψηται tiene sentido directo y significa: sujetarse a, tocar.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego