Comentario de Marcos 8:31 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Luego comenzó a enseñarles que era necesario que el Hijo del Hombre padeciese mucho, que fuese desechado por los ancianos, los principales sacerdotes y los escribas, y que fuese muerto y resucitado después de tres días.
8:31 — Y comenzó a enseñarles que le era necesario al Hijo del Hombre padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días — Jesús no sencillamente anunció algo, sino comenzó a enseñarles acerca de la necesidad de su muerte en el plan de Dios (Hch 2:23) para rescatar al hombre de sus pecados. (Antes había aludido a su muerte — Mat 9:15; Mat 10:38; Mat 12:40; Jua 2:19; Jua 3:14; Jua 6:51 — pero ahora les enseña acerca de ella). Esta muerte ha de ser precedida por otras dos cosas necesarias: el sufrimiento y el rechazamiento. El sufrimiento será el resultado del rechazamiento, y la culpa la tendrán los líderes religiosos de Israel, que son los ancianos altamente respetados, los gobernadores políticos, y los maestros del pueblo (véase 14:43). Pero todo el asunto ha de terminar en la gloriosa resurrección del Señor de los muertos al tercer día de su muerte.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Y comenzó a enseñarles. Mar 9:31, Mar 9:32; Mar 10:33, Mar 10:34; Mat 16:21; Mat 17:22; Mat 20:17-19; Luc 9:22; Luc 18:31-34; Luc 24:6, Luc 24:7, Luc 24:26, Luc 24:44.
y ser reprobado, o desechado. Mar 12:10; 1Sa 8:7; 1Sa 10:19; Sal 118:22; Isa 53:3; Mat 21:42; Luc 17:25; Jua 12:48; Hch 3:13-15; Hch 7:35, Hch 7:51, Hch 7:52.
después de tres días. Ose 6:2; Jon 1:17; Mat 12:40; Jua 2:19; 1Co 15:4.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Esta es la primera de varias predicciones precisas que Jesús hace sobre su muerte y resurrección (Mar 9:31; Mar 10:33, Mar 10:34). Él comenzó a enseñarles señales de su muerte, entierro y resurrección a sus apóstoles.
Hijo del Hombre es un título que solamente Jesús usó para sí mismo. Con este, Él definía su ministerio en términos de un sufrimiento inicial, seguido de la Gloria, y evitó el uso de títulos tales como Mesías, el cual traía consigo otros significados para la mente judía.
los ancianos y principales sacerdotes, antiguos sumos sacerdotes, y escribas componían el consejo del Sanedrín. Esos hombres condenarían a Jesús a morir (véase en el Mar 14:53, Mar 14:64 el cumplimiento de la predicción de Jesús).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Hijo del Hombre. Vea la nota sobre Mar 2:10. era necesario … padecer mucho. La muerte y sufrimientos de Jesús eran inevitables porque fueron divinamente ordenados (Hch 2:22-23; Hch 4:13-15), sin embargo fueron, humanamente hablando, causados por el rechazo de los líderes judíos hacia Él. Vea las notas sobre Sal 118:22; Isa 53:3; cp. Mar 12:10; Mat 21:42. ancianos. Vea la nota sobre Mar 7:3. principales sacerdotes. Miembros del sanedrín y representantes de las veinticuatro órdenes sacerdotales (cp. Luc 1:8). escribas. Expertos en las leyes del AT (vea la nota sobre Mat 2:4). resucitar. Jesús mencionó siempre su resurrección en relación con su muerte (cp. Mar 9:31; Mar 10:34; Mat 16:21; Mat 17:23; Mat 20:19; Luc 9:22; Luc 18:33), haciéndolo más incomprensible para que los discípulos lo pudieran comprender. después de tres días. Manteniendo la similitud con la señal de Jonás (Mat 12:40).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
En esta sección, a medida que viajaban a Jerusalén, Jesús preparó a sus discípulos para su muerte.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
8:31 — Y comenzó a enseñarles que le era necesario al Hijo del Hombre padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días — Jesús no sencillamente anunció algo, sino comenzó a enseñarles acerca de la necesidad de su muerte en el plan de Dios (Hch 2:23) para rescatar al hombre de sus pecados. (Antes había aludido a su muerte – Mat 9:15; Mat 10:38; Mat 12:40; Jua 2:19; Jua 3:14; Jua 6:51 – pero ahora les enseña acerca de ella).
Esta muerte ha de ser precedida por otras dos cosas necesarias: el sufrimiento y el rechazamiento. El sufrimiento será el resultado del rechazamiento, y la culpa la tendrán los líderes religiosos de Israel, que son los ancianos altamente respetados, los gobernadores políticos, y los maestros del pueblo (véase 14:43). Pero todo el asunto ha de terminar en la gloriosa resurrección del Señor de los muertos al tercer día de su muerte.
Los discípulos estaban tan adversos a la muerte de su Maestro que no podían aceptar fácilmente la verdad acerca de su resurrección (Jua 20:9). La frase, “al tercer día”, que es traducción correcta en Mat 16:21, aquí debe ser traducida “después de tres días” (ASV, BLA, etc.). Las dos frases significan la misma cosa; es que los judíos contaban parte de un día como un día entero. Jesús fue crucificado el día viernes, y resucitó el día domingo.
Isaías (cap. 53) profetizó acerca del sufrimiento del Mesías, pero los judíos no lo relacionaron con él Por eso Jesús ahora enseña sobre la cuestión.
Jesús siguió inculcando estas verdades en sus apóstoles (9:31; 10:32-34).
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Los hermanos liberales, que promueven la fabricada distinción entre la doctrina y el evangelio (véase 1:21,22, comentarios), afirman que el llamado evangelio “núcleo” es de la muerte, la sepultura y la resurrección de Jesús, y que lo demás es doctrina. Además, afirman que el evangelio se predica, no se enseña, y que la doctrina se enseña, no se predica. Pero vemos aquí que Jesús no observó tal distinción arbitraria; ¡enseñó sobre su muerte y resurrección (el “evangelio”)! Véase también 9:31; 10:32-34 (donde el verbo no es ni enseñar ni predicar, sino sencillamente, “decir”). Las Escrituras no distinguen entre evangelio y doctrina, en cuanto al cuerpo de verdad hallada en el Nuevo Testamento. El evangelio es la doctrina de Cristo, y viceversa. No hemos de comulgar a quienes no se someten a la doctrina de Cristo (2Jn 1:9-11; Rom 16:17).
Fuente: Notas Reeves-Partain
EL TENTADOR HABLA
POR LA VOZ DE UN AMIGO
Marcos 8:31-33
Jesús empezó a enseñarles que era necesario que el Hijo del Hombre sufriera muchas cosas, y fuera rechazado por los ancianos y principales sacerdotes y escribas, y que Le mataran, y que resucitara después de tres días.
Estuvo diciéndoles estas cosas claramente. Y Pedro Le tomó aparte, y se puso a reprenderle. Entonces Jesús Se dio la vuelta, miró a Sus discípulos y reprendió a Pedro diciéndole:
-¡Quítate de delante de Mí, Satanás! ¡Esos no son pensamientos de Dios, sino de los hombres!
Tenemos que leer este pasaje en el trasfondo de lo que acabamos de ver que se creía corrientemente acerca del Mesías. Cuando Jesús conectó el mesiazgo con el sufrimiento y la muerte, estaba haciendo afirmaciones que les resultaban tanto increíbles como incomprensibles a Sus discípulos. A lo largo de toda su vida habían pensado en el Mesías en términos de conquista irresistible, y ahora se les presentaba una idea que los desarticulaba. Por eso fue por lo que Pedro protestó tan violentamente. Para él, todo eso era absurdo.
¿Por qué reprendió Jesús tan duramente a Pedro? Porque estaba expresando las mismas tentaciones que asediaban a Jesús. Él no quería morir. Sabía que tenía poderes que podía emplear para la conquista. En este momento estaba peleando de nuevo la batalla de las tentaciones en el desierto. Era el diablo el que Le estaba tentando otra vez a que Se postrara y le adorara para seguir su camino en lugar de seguir el camino de Dios.
Es extraño, y a veces terrible, que el tentador nos hable en la voz de un amigo bien intencionado. Puede que hayamos decidido seguir un curso de acción que es correcto, pero que conlleva inevitablemente problemas, pérdidas, impopularidad, sacrificio; y algún amigo bien intencionado intenta detenernos con las mejores razones del mundo. Yo conocí a un hombre que había decidido adoptar un método de acción que le conduciría casi inevitablemente a problemas. Un amigo se dirigió a él, y trató de disuadirle. «Acuérdate -le dijo- que tienes mujer y familia. No puedes hacer eso.» Es muy posible que alguien nos quiera tanto que quiera evitarnos problemas, y hacernos ir seguros por la vida.
En Gareth and Lynette, Tennyson nos cuenta la historia del hijo menor de Lot y Bellicent. Había captado la visión, y quería ser uno de los caballeros de la Mesa Redonda. Bellicent, su madre, no quería dejarle partir. «¿No te da lástima dejarme sola?» le preguntó. El padre de Gareth, Lot, anciano ya, le dijo ella, «está tumbado como un tronco que ya casi se ha consumido al fuego.» Sus hermanos ya estaban en la corte de Artús. «¡Quédate, mi mejor hijo! -le dice ella- Todavía eres más un muchacho que un hombre.» Si se quedaba, ella le prepararía la caza para mantenerle feliz, y le encontraría alguna princesa que fuera su novia. Él había captado la visión; y su madre se puso a ensartarle razones, una tras otra, a cuál más excelente, por las que debía quedarse en casa. Alguien que le amaba le hablaba con la voz del tentador sin darse cuenta; pero Gareth le contestó:
Oh Madre, ¿cómo podrás mantenerme atado a ti como un perrillo? ¡Qué vergüenza! Yo soy un hombre hecho y derecho, y debo cumplir la misión de un hombre. ¿Perseguir a los ciervos? ¡Seguir a Cristo el Rey, vivir puro, hablar verdad, enderezar tuertos, seguir al Rey… De otra manera, ¿para qué nací?
Así que Gareth fue cuando y adonde la visión le llamó.
El tentador no tiene armas más eficaces que cuando usa la voz de los que nos aman y amamos, que creen que no buscan sino nuestro bien. Eso fue lo que Le sucedió a Jesús aquel día; por eso Su respuesta fue tan dura. Ni siquiera la voz suplicante del amor debe silenciar en nosotros la imperiosa voz de Dios.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Jesús predice su pasión y muerte (Mar 8:31-38; Mar 9:1)
Análisis de discurso
Esta sección se encuentra en lo que consideramos ser el centro teológico y retórico del Evangelio de Marcos. En términos de la retórica del Evangelio, todo parecería apuntar hacia aquí. En términos de la teología, todo parecería emerger de aquí (Vena 2000, 341). Retóricamente, el lector ha arribado, tomado de la mano experta del evangelista, al centro de un quiasmo que abarca el Evangelio entero. Teológicamente, estamos en el punto en el que Jesús revela no sólo su propia vocación sino también la de sus seguidores, a saber, la de estar dispuesto a tomar la cruz y realizar el sacrificio supremo por el reino de Dios y el evangelio.
Proponemos la siguiente forma de analizar esta sección:
A. Se describen los sufrimientos del Hijo del hombre a manos de los ancianos, de los sacerdotes y de los escribas (Mar 8:31)
B. Pedro trata de salvarle la vida a Jesús y es reprendido (Mar 8:32-33)
C. Jesús llama a la gente y a sus discípulos a un discipulado sufriente (Mar 8:34)
B’. Jesús afirma que para salvar la vida es preciso perderla por causa de él y del evangelio (Mar 8:35-37)
A’. Se describe la venida del Hijo del hombre en gloria y con poder, y la vergüenza que sufrirán los que se hayan avergonzado de él (Mar 8:38; Mar 9:1)
El centro de la estructura apunta a aquello que Jesús quiere enfatizar: el discipulado y su costo. El Evangelio de Marcos nos pinta un Jesús que viene a llamar a la gente a asumir un seguimiento concreto, que puede llegar a ser sumamente costoso. Él mismo dará el ejemplo supremo, al llevar el mensaje hasta las entrañas mismas de la ciudad santa, pagando con su vida por su valiente proclamación del reino de Dios. Los extremos A y A’ del quiasmo nos muestran también dos extremos en el ministerio de Jesús. Por un lado, su sufrimiento, muerte y resurrección; y por otro lado, su venida en gloria al final de los tiempos, según era la creencia de los apocalípticos de ese entonces. Los lectores originales, al igual que los contemporáneos, se sitúan entre esos dos extremos, es decir, entre la resurrección y la parusía.
TÍTULO: ¿Está Jesús prediciendo su muerte o simplemente está hablando de ella? La respuesta que demos a esta pregunta decidirá el título que le pondremos a esta sección. Es obvio que Jesús, como personaje de la historia del Evangelio de Marcos, está prediciendo su pasión y muerte. En Mar 6:4 Jesús se había autodenominado profeta y aquí está actuando como uno, al predecir su destino como tal. De manera que nos inclinamos por un título que capte esta idea. Una posibilidad es “Jesús predice su pasión y muerte”. NVI sugiere «Jesús predice su muerte», y RV95, Jesús anuncia su muerte. Ambas nos parecen más adecuadas que TLA, «Jesús habla de su muerte».
Análisis textual y morfosintáctico
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
Comenzó a enseñarles: Con el anuncio de su pasión y muerte, Jesús va a comenzar una nueva etapa en su enseñanza de los discípulos. Era necesario traduce la expresión griega dei, que siempre implica una necesidad divina. Jesús va a sufrir no por causa de la fatalidad o el destino, sino porque Dios lo ha establecido así.
Hijo del hombre: Respecto al significado de esta expresión, ver Mar 2:10. Con su traducción, «yo, el Hijo del hombre», TLA clarifica que Jesús se está refiriendo a él mismo. Es preferible seguir a la gran mayoría de las versiones consultadas, que mantienen la frase en tercera persona singular, tal como aparece en el griego, aunque sea obvio que Marcos se está refiriendo a Jesús.
Ancianos: Eran líderes laicos, no clérigos, encargados de transmitir las tradiciones orales que tenían, en la práctica, valor legal (ver Mar 7:3). Entre las traducciones sugeridas mencionamos «notables» (BL) y «líderes del pueblo» (TLA).
Resucitar: En algunos idiomas es mejor decir “volver a la vida” o “volver a vivir”. TLA se hace eco de esta posibilidad.
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
— Hijo del hombre: Ver nota a Mat 8:20.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Mar 9:12; Mar 9:30-31; Mar 10:33-34; Mat 17:12; Mat 17:22-23; Mat 20:18-19; Luc 9:44; Luc 17:25; Luc 18:32-33; (ver Hch 17:3).
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
El costo del mesiazgo (ver Mat. 16:21-28; Luc. 9:22-27). Jesús enseñó a sus discípulos que era necesario que … padeciese mucho: el rechazo por los dirigentes religiosos (quienes, como hemos visto, eran sus enemigos), una muerte violenta y una resurrección al tercer día.
Pedro comenzó a reprenderle (a Jesús, 32). Nos pasma su imprudencia; pero ¿acaso no ha habido ocasiones cuando nosotros hemos puesto en duda la obra de Dios y le hemos sugerido otra solución que se asemeja más a nuestra manera de pensar? No tenemos derecho a criticar a Pedro. Jesús, quien por lo general era suave y paciente con sus discípulos, en esta ocasión fue severo. Las palabras que Simón Pedro usó tratando de cambiar a Jesús en su decisión de ir a la cruz, eran los pensamientos de Satanás y no los de Dios. Esta había sido la tentación que Jesús tuvo y conquistó en el desierto y que volvería a conquistar en Getsemaní. Jesús no cedería a ella ni tampoco nosotros como sus seguidores debemos ceder. Esta es la razón para la severa advertencia del v. 34: “Si no hay cruz, no hay corona” es tan cierto para los cristianos como lo fue para Cristo.
La objeción de Pedro hacia la senda de Jesús, ¿sería porque temía dicha senda para sí mismo? El tomar la cruz era una señal de aceptación de una vergonzosa muerte de esclavo ante los ojos del mundo no cristiano, y era ya una real posibilidad en el caso de los miembros de la iglesia de Roma al ser perseguida. La imagen es la de un condenado llevando el madero, caminando hacia el patíbulo en medio de la chusma burlona, tal y cual lo hizo Jesús al proceder hacia el Calvario. El negarse a sí mismo significa rehusar seguir alguna inclinación natural, por más inocente que sea, que es contraria a la senda que Cristo ha trazado para nosotros. (A veces es mucho más profunda que el no comer carne en la cuaresma, como lo hacen algunos cristianos.) Sin embargo, éste es el único camino hacia una verdadera vida espiritual; hacer cualquier otra cosa es perderse eternamente. En este sentido, la pérdida es ganancia y la ganancia es pérdida.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
REFERENCIAS CRUZADAS
f 391 Mat 26:2
g 392 Mat 16:21; Mat 17:23; Luc 9:22
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
el Hijo del Hombre. Véase coment. en Mt 8:20.
debía padecer muchas cosas. Véase coment. en Mt 16:21.
los ancianos, los principales sacerdotes y los escribas. Véanse coments. en Mt 2:4 y 21:23.
Fuente: La Biblia de las Américas
31 (1) Con respecto a 8:31 9:1, véanse las notas de Mat_16:21-28 .
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
le era necesario al Hijo del Hombre padecer. Cristo amplió, para los discípulos, el concepto de Hijo del Hombre que, en la visión de Daniel (Dan 7:13-14) y en el libro apócrifo de Enoc, no se describe como sufriendo y muriendo. La idea era impensable, como Pedro expresaba (Mar 8:32). Esta fue la primera predicción de Jesús acerca de Su muerte (cp. Mar 9:31; Mar 10:33-34).
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
desechado… Esto es, tenido como indigno; tres días… → §319.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
desechado. Esto es, tenido como indigno.