Comentario de Marcos 9:19 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Y respondiendo les dijo: —¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os soportaré? ¡Traédmelo!

9:19

— Y respondiendo él, les dijo: ¡Oh generación incrédula! — La censura de Jesús se dirige, no solamente a los nueve discípulos en particular, sino a todo Israel en general de ese tiempo. Fue una denuncia de su incredulidad (Mat 17:19-20). Con su falta de fe los discípulos se identificaban con la nación en general. Jesús, con estas palabras, implica que los discípulos pudieron haber echado fuera a ese demonio. (Mateo y Lucas agregan a esta denuncia la perversidad

Mat 17:17; Luc 9:41).

— ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo. Su Mesías estaba en su presencia, y no lo aceptaban. Estaban tardos para comprender y creer. Considérese 8:18 Pero Jesús les muestra paciencia y obra otro milagro para darles más evidencia de su deidad.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

¡Oh generación incrédula! Mar 16:14; Núm 14:11, Núm 14:22, Núm 14:27; Núm 32:13, Núm 32:14; Deu 32:20; Sal 78:6-8, Sal 78:22; Sal 106:21-25; Mat 17:17; Luc 9:41; Luc 24:25; Jua 12:27; Jua 20:27; Heb 3:10-12.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

GENERACIÓN INCRÉDULA. Dejar de librar la batalla eficaz contra los demonios se considera una debilidad espiritual en los discípulos de Cristo (véase Mat 17:17, nota).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

¡Oh generación incrédula! Cp. Sal 95:10. La palabra «generación» indica que Jesús no estaba solamente exasperado con el padre, o los nueve discípulos, sino también con los incrédulos escribas, quienes disfrutaban sin lugar a dudas el fracaso de los discípulos (v. Mar 9:14) y con el pueblo de Israel en general.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

9:19 — Y respondiendo él, les dijo: ¡Oh generación incrédula! — La censura de Jesús se dirige, no solamente a los nueve discípulos en particular, sino a todo Israel en general de ese tiempo. Fue una denuncia de su incredulidad (Mat 17:19-20). Con su falta de fe los discípulos se identificaban con la nación en general. Jesús, con estas palabras, implica que los discípulos pudieron haber echado fuera a ese demonio. (Mateo y Lucas agregan a esta denuncia la perversidad — Mat 17:17; Luc 9:41).
— ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo. Su Mesías estaba en su presencia, y no lo aceptaban. Estaban tardos para comprender y creer. Considérese 8:18 Pero Jesús les muestra paciencia y obra otro milagro para darles más evidencia de su deidad.

Fuente: Notas Reeves-Partain

EL CLAMOR DE LA FE

Marcos 9:19-24

-¡Oh generación incrédula! -les respondió Jesús-. ¿Cuánto más he de estar con vosotros? ¿Por cuánto tiempo os voy a tener que seguir soportando? ¡Traedme acá al muchacho!
Entonces Se le trajeron a Jesús; y en cuanto Le vio, el espíritu le provocó una convulsión al muchacho, que se cayó al suelo y empezó a revolcarse echando espumarajos por la boca. Jesús le preguntó al padre:

-¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto?

Desde niño -Le contestó el padre-. Muchas veces le arroja al fuego y al agua, empeñado en destruirle. Pero, si Tú puedes, ten piedad de nosotros y ayúdanos.
-Tú dices: «Si Tú puedes» -le dijo Jesús-. Todas las cosas le son posibles al que cree.

Inmediatamente el padre del muchacho clamó:
-¡Sí que creo! ¡Ayúdame en mi incredulidad!

Este pasaje empieza con un grito que se Le escapó del corazón a Jesús. Había estado en la cumbre de la montaña, y había encarado la tremenda tarea que Le esperaba. Había decidido jugarse la vida por la redención del mundo; y ahora había descendido, para encontrarse con Sus seguidores más íntimos, Sus propios elegidos, derrotados y perplejos e inútiles e ineficaces. La situación, por un momento, debe de haber desalentado aun a Jesús. Debe de haberse dado cuenta repentinamente de lo que cualquier otro habría llamado una labor imposible. Por un momento casi desesperaría de conseguir cambiar la naturaleza humana, y hacer de los hombres del mundo hombres de Dios.
¿Cómo arrostró aquel momento de desesperación? «¡Traedme acá al muchacho!», dijo. Cuando no podemos resolver una situación límite, lo mejor que podemos hacer es resolver la situación inmediata. Era como si Jesús dijera: » No sé cómo llegar a cambiar a estos discípulos Míos; pero puedo de momento ayudar a este chico. Voy a empezar con la tarea presente, y no desesperarme por el futuro.»

Una y otra vez, esa es la manera de evitar la desesperación. Si nos sentamos y nos ponemos a pensar en el estado del mundo, puede que caigamos en la depresión; así es que, pongámonos en acción en nuestro pequeño rincón del mundo. A veces puede que nos desesperemos de la iglesia; entonces, entremos en acción en nuestra pequeña parcela de la iglesia. Jesús no se sentó desanimado y paralizado por la lentitud mental de Sus hombres. Se encargó de la situación inmediata. La mejor manera de evitar el pesimismo y la desesperación es aplicarnos a lo que podemos hacer de momento -y siempre hay algo que se puede hacer.
Para el padre del muchacho, Jesús estableció las condiciones de un milagro. » Al que cree -le dijo Jesús- todas las cosas le son posibles.» Era como si Jesús dijera: «La curación de tu muchacho depende, no de Mí, sino de ti.» Esta no es especialmente una verdad teológica, sino una verdad universal. El enfrentarnos con algo en un espíritu de desesperanza es convertirlo en un caso desesperado; el enfrentarnos con algo en un espíritu de fe es hacerlo posible. Cavour dijo una vez que lo que necesita por encima de todo un hombre de estado es «un sentido de las posibilidades.» La mayor parte de nosotros estamos asediados por un sentimiento de las imposibilidades, y por eso precisamente no suceden los milagros.
La actitud general del padre del muchacho es muy reveladora. Originalmente había venido buscando al mismo Jesús. Como Jesús estaba en la cumbre de la montaña, había tenido que tratar con los discípulos, y su experiencia con ellos había sido descorazonadora. Se le tambaleó tanto la fe, se le debilitó tanto que, cuando vino a Jesús, todo lo que pudo decir fue: «Ayúdame, si puedes.» Y entonces, cara a cara con Jesús, de pronto se le inflamó la fe otra vez. «¡Sí que creo! -Clamó-. Si hay todavía en mí algo de desaliento, todavía algunas dudas, quítamelas, y lléname de una fe inquebrantable.» Algunas veces sucede que se obtiene menos de lo que se esperaba de alguna iglesia o de algunos siervos de la iglesia. Cuando nos sucede eso, debemos ir más allá de la iglesia al Señor de la Iglesia, más allá del siervo de Cristo a Cristo mismo. La iglesia puede que a veces nos dé un chasco, y que los siervos de Dios en la tierra nos fallen; pero, cuando conseguimos llegar al mismo Jesucristo, Él nunca nos desilusiona.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

¡Generación incrédula! Esta frase se presta a varias posibilidades de traducción, entre las cuales tenemos: “Gente que no quiere creer” y “gente que no tiene fe”. La pregunta de TLA: «¿Por qué no han aprendido a confiar en Dios?», captura el sentido general de la expresión.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

Mat 12:39.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

u 422 Deu 32:20

v 423 Mat 17:17; Luc 9:41

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

¡Oh generación incrédula. Véase coment. en Mt 17:17.

Fuente: La Biblia de las Américas

19 super (1) Esta es una exclamación pronunciada por el Salvador-Esclavo debido a la incredulidad del hombre.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

T33 Hay una gran emoción expresada aquí mediante el uso de ὦ (Jesús usó la exclamación ὦ como una clase de gemido: ¡Oh generación incrédula! -TGr40).

H467 Πρός con el acusativo aquí significa: con.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

Biblia Peshitta 2006 Notas:

[7] 9:19 Ver nota a Mat 11:6.

Fuente: Peshitta en Español