Comentario de Marcos 9:41 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Cualquiera que os dé un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo que jamás perderá su recompensa.
9:41 — Y cualquiera que os diere un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo que no perderá su recompensa — Jesús no está diciendo que con nada más hacer una buena obra la persona irá al cielo. Está hablando acerca de personas, sumisas a la autoridad de Cristo revelada en su palabra, que honrando y sirviendo a Jesús comparten de sus bienes para el sostenimiento de servidores de Cristo que se ocupan en predicar la palabra. Estos recibirán su recompensa que Dios ofrece a los tales porque son colaboradores en la obra divina. Véase 6:8, comentarios. El predicador es digno de su salario y el que contribuye a ese salario, o sostenimiento, no perderá su recompensa, dice Cristo.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
cualquiera os diere un vaso de agua. Mat 10:42; Mat 25:40.
porque sois de Cristo. Jua 19:25-27; Rom 8:9; Rom 14:15; 1Co 3:23; 1Co 15:23; 2Co 10:7; Gál 3:29; Gál 5:24.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
un vaso de agua: El servicio más común dado para animar a un cristiano recibe la bendición de Dios. Para Dios, no es el tamaño de la tarea lo que importa, sino la fidelidad en amor.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
porque sois de Cristo. Jesús considera que los actos de caridad hechos a sus seguidores son acciones hechas a él mismo (cp. Mat 25:37-40). de cierto os digo. Vea la nota sobre Mar 3:28. su recompensa. Es decir, su lugar y servicio únicos en el reino celestial.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
9:41 — Y cualquiera que os diere un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo que no perderá su recompensa — Jesús no está diciendo que con nada más hacer una buena obra la persona irá al cielo. Está hablando acerca de personas, sumisas a la autoridad de Cristo revelada en su palabra, que honrando y sirviendo a Jesús comparten de sus bienes para el sostenimiento de servidores de Cristo que se ocupan en predicar la palabra. Estos recibirán su recompensa que Dios ofrece a los tales porque son colaboradores en la obra divina.
Véase 6:8, comentarios. El predicador es digno de su salario y el que contribuye a ese salario, o sostenimiento, no perderá su recompensa, dice Cristo.
Jesús no está hablando de obras humanitarias en general de parte de quien quiera, incluyendo ateos. Habla acerca de quienes son de Cristo y al compartir de sus bienes con predicadores del evangelio no son contra Jesús sino por él.
Compárese 1Co 15:58.
Fuente: Notas Reeves-Partain
RECOMPENSAS Y CASTIGOS
Marcos 9:41-42
El que os dé un vaso de agua sobre la base de que pertenecéis a Cristo, os aseguro que no se quedará sin su recompensa. Y el que le ponga un tropiezo en el camino a uno de estos pequeñitos que creen en Mí, mejor le fuera que le colgaran al cuello una gran piedra de molino y le arrojaran al Marcos
La enseñanza de este pasaje es sencilla e indiscutible y saludable.
(i) Declara que cualquier amabilidad que se tenga, cualquier ayuda que se otorgue a los que son de Cristo no quedará sin su recompensa. La razón de ayudar es que la persona necesitada pertenece a Jesús. Cualquier persona en necesidad tiene un derecho a nuestra atención, porque Le es querida a Cristo. Si Jesús estuviera todavía aquí corporalmente, ayudaría a esa persona de la manera más práctica, y ahora nos ha transferido a nosotros el deber de ayudarla. Nótese lo simple que es la ayuda. Lo que se da es un vaso de agua fresca. No se nos pide que hagamos grandes cosas por los demás, cosas que estén más allá de nuestras posibilidades. Se nos dice que demos las cosas sencillas que puede dar cualquiera.
Una misionera cuenta una historia preciosa. Le había contado a una clase de alumnos de primaria en África esto del vaso de agua fría en nombre de Jesús. Estaba la misionera sentada en su terraza, y vio que llegaba a la aldea una compañía de cargueros nativos con unos bultos muy pesados. Estaban cansados y sedientos, y se sentaron a descansar un poco. Eran de otra tribu, y si le hubieran pedido a los nativos corrientes no cristianos que les dieran agua les habrían contestado que se fueran a buscarla por sí mismos, porque existe una barrera entre las tribus. Pero mientras los hombres estaban sentados allí, cansados, la misionera vio salir de la escuela una fila de chiquillas africanas diminutas, llevando en sus cabecitas cántaros de agua. Tímida y vergonzosamente se fueron acercando a los cansados cargueros, se arrodillaron y les ofrecieron sus cantarillos de agua. Sin poder casi reponerse de la sorpresa, los cargueros tomaron los cántaros, y bebieron, y se los devolvieron, y las chiquillas echaron a correr hacia la misionera. «¡Les hemos dado a los hombres sedientos agua fresca -dijeron en nombre de Jesús!» Habían tomado y cumplido la historia y la obligación literalmente.
¡Ojalá lo hiciéramos más! Es un gesto de simple amabilidad lo que se necesita. Como dijo Mahoma hace mucho: «El dirigir a un viandante perdido al buen camino, el dar al sediento un trago de agua, el sonreír al hermano -eso también es caridad.»
(ii) Pero lo opuesto también es cierto. Ayudar es ganar una recompensa eterna. El ser la causa de que tropiece un hermano débil es ganarse un castigo eterno. El pasaje es serio a propósito. La piedra de molino que se menciona es una piedra muy grande. Había dos clases de molinos en Palestina. Estaba el molino de mano, que usaban las mujeres en la casa; y estaba el molino cuya piedra era tan grande que requería un asno para hacerla dar vueltas.
La piedra de molino que se menciona aquí es literalmente una piedra de molino de asno. El que le tiraran a uno al mar con una piedra así al cuello era no tener la más mínima esperanza de salir con vida. Este era de hecho un castigo y una forma de ejecución tanto en Roma como en Palestina. Josefo nos cuenta que, cuando algunos galileos tuvieron éxito en una revuelta » apresaron a los que eran del partido de Herodes, y los ahogaron en el Marcos» El historiador romano Suetonio nos cuenta que Augusto, » porque el tutor y los que estaban al servicio de su hijo Gayo se aprovecharon de la enfermedad de su amo para cometer actos de arrogancia y codicia en la provincia, los mandó tirar al río con grandes pesos alrededor del cuello.»
Pecar es terrible; pero inducir a otro a pecar es infinitamente peor. O’Henry tiene una historia en la que nos cuenta que una chiquilla había perdido a su madre, y su padre solía llegar a casa del trabajo, y sentarse, y quitarse la chaqueta, y abrir el periódico, y encender la pipa, y poner los pies en la repisa de la chimenea. La chiquilla entraba, y le, pedía que jugara con ella un poquito, porque estaba solita. El le decía que estaba cansado, que le dejara en paz, que se fuera a jugar a la calle. Ella se iba a jugar a la calle, y así se acostumbró a estar en la calle. Pasaron los años, y murió. Su alma llegó al Cielo. Pedro la vio, y Le dijo a Jesús: «Maestro, aquí hay una chica que ha sido mala. Supongo que la mandaremos derechita al infierno.» «No -dijo Jesús tiernamente-, que entre, déjala entrar. -Y entonces se Le puso la mirada seria-: Pero buscad a un hombre que se negaba a jugar con su chiquilla y la mandaba a la calle, y mandadle a él al infierno.» Dios no es duro con el pecador, pero sí es severo con la persona que hace más fácil para otros el pecar, y cuya conducta, ya sea aposta o sin querer, pone un tropiezo en el camino de un hermano más débil.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
En mi nombre (en onomati mou) no aparece en las versiones más modernas del GNT y es obviado por todas las versiones consultadas, excepto CEV. Preferimos, entonces, no traducirlo. Lo que sí aparece en el texto griego es la expresión en onomati oti, que significa “porque”, “por la razón que”. La traducción sería, entonces, “y cualquiera que les dé un vaso de agua porque ustedes son de Cristo”. Recompensa tiene que ver con el pago que se recibe por un trabajo realizado, en este caso, el hecho de haberse compadecido de un discípulo en necesidad. Dios es el que premia las buenas acciones de las personas, y TLA incorpora esta idea en la traducción: «Dios no se olvidará de premiar a quien les dé un vaso de agua».
Reflexión bíblica y pastoral
Juan, al igual que muchos de nosotros, pensaba que tenía derecho exclusivo al ministerio liberador al que Jesús lo había llamado junto con los demás discípulos. Por eso, cuando se encontró con un hombre que no era de su grupo, pero que echaba fuera demonios invocando el poder de Jesús, decidió que su ministerio no era válido y le prohibió continuar. Jesús estuvo en total desacuerdo con esa decisión. No pensaba en términos tan exclusivistas. Más bien, aquí parece estar diciendo que Dios es libre para obrar a través de otros canales, distintos de su grupo de seguidores. Esto nos recuerda un relato del Antiguo Testamento, en Núm 11:21-30, cuando Josué le pide a Moisés que prohíba profetizar a dos ancianos que no habían recibido la unción del Espíritu de Dios en el tabernáculo, sino en el campamento. Moisés le responde a Josué que él desearía no sólo que el Espíritu de Dios viniera sobre estos dos ancianos, sino sobre todos, y así tener un pueblo de profetas, llenos del Espíritu de Dios.
Muchas personas que se creen imbuidas del poder de Dios tienen una tendencia natural a pensar que ellas tienen el derecho exclusivo a administrar dicho poder, cuando en realidad es Dios quien tiene el poder exclusivo de elegir cómo, cuándo y a través de quién va a hacer efectiva su presencia liberadora. Muchos de nosotros hemos perdido horas preciosas discutiendo sobre qué grupo tiene la unción de Dios y qué grupo no, o cuál denominación o iglesia tiene la doctrina que se ajusta más a la Biblia y cuál no, como si nuestra interpretación fuera correcta e infalible. Debemos aprender de Jesús y de Moisés a no limitar a Dios, a no erigirnos en guardianes absolutos de la ortodoxia, pretendiendo saber más que Dios mismo. Seamos humildes y realistas para aceptar el ministerio de liberación de otras personas.
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
Mat 12:42.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
— del Mesías: Ver nota a Mat 1:16.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
q 445 Mat 10:42; Mat 25:35
r 446 Mat 25:40; Rom 8:9; 2Co 10:7
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
41 (1) Juan se comportó como alguien que afectaba a otros. Aquí la palabra sabia del Salvador-Esclavo produjo un cambio en Juan y en los otros discípulos, convirtiéndolos en personas que eran afectadas por las acciones de otros. Esto implica que todos ya sean los discípulos u otros creyentes estaban bajo el cuidado del Señor porque todos le pertenecen a El. Ya fuera la manera de tratar ellos a otros creyentes o la manera en que otros creyentes los trataban a ellos, todo lo que se hiciera en el nombre del Señor, incluso el acto de dar un vaso de agua, recibiría recompensa de parte de El.
41 (2) Esto indica que el Salvador-Esclavo reconoció que la persona a la cual Juan había prohibido echar fuera demonios era un creyente verdadero que le pertenecía a El. Esto debe de haber sido una lección para Juan.
41 (3) Esta recompensa será dada en la era del reino ( Luc_14:14). Véanse las notas 35 (1) de He 10, y 10 (2) de 2 Co 5.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
un vaso de agua… TR añade en mi nombre → Mat 10:42.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
R795 En las palabras de Jesús, Χριστοῦ se usa como un nombre propio.
M33 Note aquí el doble acusativo: porque cualquiera que les dé un vaso de agua para tomar.
M79 Ἐν ὀνόματι ὅτι Χριστοῦ ἐστε casi equivale a διὰ τὸ χριστοῦ εἶναι: por cuanto ustedes son de Cristo (este uso de ὀνόματι no es desconocido en el griego clásico; ἐν ὀνόματι significa: con la pretensión de que, basado en que -BD397[3]).
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
Lit., en un
Fuente: La Biblia de las Américas
El TR registra en mi Nombre.
9.41 g Mat 10:42.