Biblia

Comentario de Mateo 10:24 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Mateo 10:24 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

“El discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su señor.

10:24 — El discípulo no es más que su maestro, (Luc 6:40) ni el siervo más que su señor. (Jua 13:16; Jua 15:20; 1Pe 4:1). Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor. — En otro texto (Luc 6:39) Jesús dice, “¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán ambos en el hoyo? 40 El discípulo no es superior a su maestro; mas todo el que fuere perfeccionado, será como su maestro”, pero aquí (Mat 10:24 y textos paralelos) El se refiere a la persecución. El discípulo de Jesús se identifica con su Maestro en todo. Si el Maestro sufre, entonces el discípulo también sufre. Como dice Heb 13:13, “Salgamos, pues, a él, fuera del campamento, llevando su vituperio”.

— Si al padre de familia (a Cristo) llamaron Beelzebú, (el príncipe de los demonios, Mat 9:34; Mat 12:24; Mar 3:22; Luc 11:15) ¿cuánto más a los de su casa? (sus discípulos).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

2Sa 11:11; Luc 6:40; Jua 13:16; Jua 15:20; Heb 12:2-4.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

no los temáis: No sean intimidados por la oposición.

 PARA VIVIRLO

Afirmar a otros líderes

Jesús invirtió en el desarrollo de otras personas, particularmente en los doce. Él les dio responsabilidades y autoridad, resistió a la tentación de recibir el trabajo «correctamente» listo por hacerlo Él mismo. Con esta propuesta, Él aceptó el riesgo que ellos podrían fracasar. Por supuesto, Él les dio preparación adecuada antes de enviarlos afuera, y a su retorno Él los afirmó en su exitosa realización de la misión y les corrigió sus errores. Si nosotros deseamos ser como Él, nosotros compartiremos el gozo y los riesgos de trabajar juntos con nuestros hermanos.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

no es más. Si el Maestro (Cristo) sufre, entonces también sus discípulos. Si ellos atacan al Maestro (Cristo) con blasfemias, entonces atacaran también a sus siervos. Esta fue la promesa de persecución. Cp. Jua 15:20.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

10:24 — El discípulo no es más que su maestro, (Luc 6:40) ni el siervo más que su señor. (Jua 13:16; Jua 15:20; 1Pe 4:1). Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor. – En otro texto (Luc 6:39) Jesús dice, “¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán ambos en el hoyo? 40 El discípulo no es superior a su maestro; mas todo el que fuere perfeccionado, será como su maestro”, pero aquí (Mat 10:24 y textos paralelos) El se refiere a la persecución. El discípulo de Jesús se identifica con su Maestro en todo. Si el Maestro sufre, entonces el discípulo también sufre. Como dice Heb 13:13, “Salgamos, pues, a él, fuera del campamento, llevando su vituperio”.
— Si al padre de familia (a Cristo) llamaron Beelzebú, (el príncipe de los demonios, Mat 9:34; Mat 12:24; Mar 3:22; Luc 11:15) ¿cuánto más a los de su casa? (sus discípulos).

Fuente: Notas Reeves-Partain

EL MENSAJERO DEL REY
Y LOS SUFRIMIENTOS DEL REY

Mateo 10:24-25

El alumno no está por encima de su maestro, ni el esclavo por encima de su amo. Ya es bastante para el alumno el ser como su maestro, y para el esclavo ser como su amo. Si al Amo de la casa Le han llamado Beelzebul, ¡cuánto más se lo llamarán a los de Su casa!

Jesús advirtió a Sus discípulos que debían esperar que les sucediera a ellos lo que Le sucedió a El. Los judíos conocían muy bien el dicho: » Bástele al esclavo ser como su amo.» En años sucesivos habrían de usarla con un sentido especial. En el año 70 d.C. Jerusalén fue destruida, y de tal manera que se pasó un arado por sus ruinas. El templo de Dios y la ciudad de Dios quedaron en ruinas. Los judíos se dispersaron por todo el mundo, y muchos de ellos lamentaron e hicieron duelo de la suerte terrible que les había correspondido a ellos personalmente. Fue entonces cuando los rabinos les dijeron: «Cuando el templo de Dios ha sido destruido, ¿cómo puede ningún judío lamentar sus propias desgracias personales?»

En este dicho de Jesús hay dos cosas.

(i) Hay una advertencia: la de que, como Jesús tuvo que llevar una cruz, también cada cristiano individual debe llevar una cruz. La palabra que se usa para los miembros de su casa es una sola en griego, oikiakoi. Esta palabra tiene un sentido técnico: se refiere a los miembros de la casa oficial de un gobierno: es decir, los miembros del gobierno. Es como si Jesús dijera: «Si Yo, el supremo dignatario y jefe del ejército, debo sufrir, vosotros que estáis a mis órdenes en mi gobierno no podéis salir mejor parados.» Jesús nos llama a participar, no sólo de Su gloria, sino también de Su sacrificio. Cuando el ser cristiano conlleva dificultades, nos podemos decir, no sólo: «Hermanos, estamos recorriendo el camino que anduvieron los santos,» sino también: «Hermanos, vamos por el camino que hollaron los mismos pies de Cristo.»

Siempre es emocionante pertenecer a una noble compañía. Eric Linklater cuenta en su autobiografía su experiencia en la desastrosa marcha de retirada de la Primera Guerra Mundial. Estaba en la compañía Black Watch, que después de la batalla había quedado reducida a un oficial, treinta soldados y un gaitero. «Al día siguiente, marchando pacíficamente a la luz de la mañana de Francia por un camino vecinal, nos encontramos con los fragmentos deshilachados de un batallón de los Foot Guards; y el gaitero, dándole aliento a su gaita, y tañéndola de tal manera que llenaba todo el aire como si fuera toda la banda de la División de las Highlands, saludó a los altos Coldstreamers, a los que les quedaban un tambor o dos y algunos instrumentos de bronce que también iban haciendo una música gallarda. Tiesos nos pasamos, hinchando el pecho, mirando a la derecha, con las faldas escocesas balanceándose en respuesta al contoneo de los Guards, y con el pompón rojo en las boinas en prueba de una fe machacada pero en recuperación. Estábamos sin afeitar y llenos de barro. Los Guards -los cincuenta que quedaban del batallón- estaban con los botones brillantes y bien afeitados -nosotros parecíamos mineros recién salidos de las minas de carbón de Fife o de las chabolas de Dundee, pero pisábamos a paso rápido al compás marcial de nuestra canción escocesa «Hielan’ Laddie», y de pronto me encontré gritando de pura juerga y alegría de encontrarme en tal compañía.» Una de las grandes emociones de la vida es estar en buena compañía y pertenecer a una gran comunidad.
Cuando nuestra fe nos cuesta algo estamos más cerca que nunca de la comunión con Jesucristo; y, si participamos de la comunión de Sus padecimientos, también experimentaremos el poder de Su resurrección.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

Luc 6:40; Jua 13:16; Jua 15:20.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

p 459 Luc 6:40; Jua 13:16; Jua 15:20

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

24 (1) Según el contexto, lo dicho aquí significa que al sufrir la persecución, Sus apóstoles no están sobre El, porque Él fue perseguido al máximo.

24 (a) Luc_6:40

24 (b) Jua_13:16 ; Jua_15:20

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

Hacer bien á las almas de los demás en este mundo es muy difícil. Se necesita mucho valor, fe, paciencia y perseverancia, pues Satanás pelea con empeño por defender su reino, y la naturaleza humana es mala en extremo. Perjudicar es fácil; reformar difícil.
Nuestro Señor Jesucristo no ignoraba esto cuando envió á sus discípulos á predicar el Evangelio. El sabia lo que se les esperaba, y tuvo cuidado de decirles palabras que los animasen cuando se sintiesen abatidos. Examinemos lo que les enseñó.
1. Que los que se esfuerzan en hacer bien á las almas no deben esperar que les vaya mejor que á su Maestro. «El discípulo no es más que su Maestro, ni el siervo más que su Señor.» Nuestro Señor Jesucristo fue vilipendiado y rechazado por aquellos á quienes vino á bendecir. No enseñó ningún error. Su método de instruir no tenía defecto alguno. Sin embargo, muchos lo aborrecían y lo llamaban Beelzebub, y pocos creían en El ó se cuidaban de lo que decía. En verdad, no tenemos por que sorprendernos si nosotros, que hacemos toda de una manera tan imperfecta, somos recibidos de la misma manera que Jesucristo.
2. Que los que quieren hacer bien deben con paciencia dirigir sus miradas hacia el día de juicio. «Nada hay encubierto, que no haya de ser manifestado; y nada oculto que no haya de saberse.» Preciso es que se resignen á que se les comprenda mal, se les injurie, vilipendie y calumnie; y que no abandonen por eso su noble tarea. En el último día todo se arreglará: los secretos de todos los corazones serán entonces revelados. «Y sacará, como la lumbre, tu justicia, y tus derechos como el medio día.» Psa 37:6. La pureza de sus intenciones, el acierto de sus procedimientos y la justicia de su causa, serán al fin manifestados ante todo el mundo. Trabajemos, pues, con ahínco y con calma.
3. Que los que procuran hacer bien han de temer á Dios más que á los hombres. Los hombres pueden dañar el cuerpo, mas ahí tiene que terminar su encono.
Dios puede destruir el cuerpo y el alma en el infierno. Acaso se nos amenace con la pérdida de nuestra reputación, nuestros bienes y todas las comodidades de la vida, si seguimos en el camino de la rectitud. Mas, una vez que percibamos con claridad cuál es nuestro deber, debemos mirar con desprecio tales amenazas. A semejanza de Daniel y los tres niños debemos someternos á cualquier cosa por no ofender á Dios. Difícil es sobrellevar la ira de los hombres, pero más difícil es arrostrar la de Dios. El temor a los hombres es un escollo, mas debemos hacer que desaparezca ante otro principio más poderoso : el temor de Dios. Bellas fueron aquellas palabras que pronunció el Coronel Gardiner: » emo á Dios, y por lo tanto no hay otro ser que me amedrente..
4. Que los que procuren hacer bien deben tener presente que la divina providencia los protege. Nada puede acontecer en el mundo sin el permiso de Dios.
Viéndolo bien, nada es obra del acaso ó de la casualidad. Hasta los cabellos de su cabeza están contados. El cumplimiento de su deber los expone muchas veces á grandes peligros; mas deben consolarse con la idea de que el brazo de Dios los sostiene en todo lugar. Nada puede dañarlos si El no lo permite.
5. Que los que quieran hacer bien deben fijar sus miradas en el día en que han de aparecer ante su Señor para recibir su eterna herencia. Si quieren que El los reconozca como discípulos y los confiese ante el trono de su Padre, es preciso que ellos no se avergüencen de reconocerlo y confesarlo ante el mundo. Eso les costará á veces muchos sacrificios: talvez tengan que ser víctimas de la irrisión, el escarnio, la burla y la persecución. Mas su deber es recordar el día en que se arreglen todas las cuentas y manifestar á los demás que aman á Cristo, y que quieren que ellos también lo conozcan y lo amen.

Fuente: Los Evangelios Explicados

discípulo…Luc 6:40; Jua 13:16; Jua 15:20.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

esclavo… Gr. doúlos → §273.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

R632 En este versículo, la preposición ὑπέρ tiene el sentido metafórico de por encima, o sobre.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

O, alumno

Fuente: La Biblia de las Américas

g Luc 6:40.

10.24 g Jua 13:16; Jua 15:20.

Fuente: La Biblia Textual III Edición