Comentario de Mateo 13:53 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Aconteció que cuando Jesús terminó estas parábolas, partió de allí.
13:53 — Aconteció que cuando terminó Jesús estas parábolas, se fue de allí 54 Y venido a su tierra, — (Nazaret, Mar 6:1-6; Luc 4:16-3; Mat 2:23, “vino y habitó en la ciudad que se llama Nazaret”, Luc 1:26-27; Luc 2:4; Luc 2:39; Luc 2:41; Luc 2:51; Jua 1:45). Jesús no era “nazareo” (Núm 6:1-27), sino “nazareno” (de Nazaret). — les enseñaba en la sinagoga (4:23) de ellos, — Luc 4:1-44, “16 Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer 17 Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: Isa 61:1-2. 18 El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; 19 A predicar el año agradable del Señor (Lev 25:1-55, el año del jubileo era tipo de las bendiciones de Cristo). 20 Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. 21 Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”. Jesús citó esta profecía mesiánica y afirmó que “Hoy se ha cumplido” porque El era el Mesías que había de venir. El ya había predicado a los pobres, sanado a los quebrantados de corazón, pregonado libertad a los cautivos, dado vista a los ciegos, puesto en libertad a los oprimidos y predicado el año agradable del Señor. El campo principal de su ministerio había sido allí mismo en Galilea. En Mat 11:2-6 (Luc 7:22) Jesús aplica Isa 61:1-11 a sí mismo; es decir, El había hecho las señales que el Mesías había de hacer y, por eso, El era el Mesías.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
se fue de allí. Mar 4:33-35.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
el hijo del carpintero: «Carpintero» básicamente quiere decir especializado en la mano de obra. José podría haber sido un albañil o algún otro tipo de artesano.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
13:53 — Aconteció que cuando terminó Jesús estas parábolas, se fue de allí 54 Y venido a su tierra, — (Nazaret, Mar 6:1-6; Luc 4:16-3; Mat 2:23, “vino y habitó en la ciudad que se llama Nazaret”, Luc 1:26-27; Luc 2:4; Luc 2:39; Luc 2:41; Luc 2:51; Jua 1:45). Jesús no era “nazareo” (Núm 6:1-27), sino “nazareno” (de Nazaret).
— les enseñaba en la sinagoga (4:23) de ellos, — Luc 4:1-44, “16 Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer 17 Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: Isa 61:1-2. 18 El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; 19 A predicar el año agradable del Señor (Lev 25:1-55, el año del jubileo era tipo de las bendiciones de Cristo). 20 Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. 21 Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”. Jesús citó esta profecía mesiánica y afirmó que “Hoy se ha cumplido” porque El era el Mesías que había de venir. El ya había predicado a los pobres, sanado a los quebrantados de corazón, pregonado libertad a los cautivos, dado vista a los ciegos, puesto en libertad a los oprimidos y predicado el año agradable del Señor. El campo principal de su ministerio había sido allí mismo en Galilea. En Mat 11:2-6 (Luc 7:22) Jesús aplica Isa 61:1-11 a sí mismo; es decir, El había hecho las señales que el Mesías había de hacer y, por eso, El era el Mesías.
— de tal manera que se maravillaban, y decían: ¿De dónde tiene éste esta sabiduría y estos milagros? — Luc 4:22, “Y todos daban buen testimonio de él, y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca”.. Algunos judíos decían que “de Beelzebú”. El, sin embargo, les decía repetidas veces que había descendido del Padre.
Fuente: Notas Reeves-Partain
LA BARRERA DE LA INCREDULIDAD
Mateo 13:53-58
Cuando Jesús acabó de relatarles estas parábolas, se marchó de allí. Se fue a Su tierra, y se puso a enseñarles en la sinagoga. Su enseñanza era tal que estaban alucinados y decían: -¿De dónde ha sacado Este esta sabiduría y estos poderes? ¿Es que no es el hijo del carpintero? ¿No le dicen a Su madre María, y a Sus hermanos Santiago y José y Simón y Judas? ¿No viven también aquí Sus hermanas? ¿De dónde se ha sacado Él todo esto? Y se escandalizaban de Él. Jesús les dijo: No hay profeta en su propia tierra y en su propia casa. Y no realizó allí muchas obras de poder por culpa de la incredulidad de ellos.
Era natural que Jesús hiciera alguna visita más tarde o más temprano a Nazaret, que era donde se había criado. Pero había que echarle valor. Donde le es más difícil predicar a un predicador es en la iglesia donde todos le conocen desde su infancia; el lugar más difícil para que un médico ejerza su profesión es donde se le conoce desde pequeño.
Y sin embargo Jesús fue a Nazaret.
En el culto de la sinagoga no había una persona encargada de hacer el sermón con carácter permanente. El encargado de la sinagoga podía pedirle que predicara a cualquier extranjero distinguido que estuviera presente, y cualquiera que creyera tener un mensaje se podía aventurar a darlo. No había peligro de que a Jesús se Le negara el derecho de hablar. Pero cuando habló, todo lo que encontró fue hostilidad e incredulidad: no Le prestaron ninguna atención porque conocían a Su padre y a Su Madre y a Sus hermanos y hermanas. No podían concebir que nadie que hubiera vivido entre ellos tuviera derecho a hablar como hablaba Jesús. El Profeta, como sucede a menudo, no recibía honores en Su propia tierra. Y la actitud de ellos para con Él levantaba una barrera que impedía que Jesús ejerciera ninguna influencia en ellos.
Aquí hay una gran lección. En cualquier culto, la congregación predica más de la mitad del sermón. La congregación trae y crea una atmósfera, y esa atmósfera puede ser una barrera que no pueden penetrar las palabras del predicador, o una expectativa que hace que hasta el sermón más flojo sea una llama viva.
De nuevo, no se debe juzgar a una persona por su entorno ni por su familia, sino por lo que es en sí misma. Muchos mensajes se han quedado tan muertos como las piedras, no porque no valiera nada su contenido, sino porque las mentes de los oyentes estaban tan cerradas con prejuicios contra el mensajero que no le dieron ninguna oportunidad.
Cuando nos reunimos para escuchar la Palabra de Dios debemos acercarnos con viva expectación, y pensar, no en la persona que va a hablar, sino en el Espíritu que habla por medio de ella.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Mat 7:28; Jua 7:15.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
— terminó de contar estas parábolas: Así finaliza Mt el llamado “discurso en parábolas”, de manera semejante a como lo hace con los otros cuatro (ver nota a Mat 7:28).
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Incredulidad en Nazaret (ver Mar. 6:1-6; cf. Luc. 4:16-30). Desde 4:13 Jesús había tenido su base en Capernaúm y en derredor del lago y había llegado a ser famoso. El regreso a su tierra, la remota aldea sobre la montaña de Nazaret, provocó una reacción previsible al “joven local que había tenido éxito”. A igual que su propia familia (12:46-50), sus conciudadanos no lo podían aceptar en serio. El v. 57 recoge un estribillo como si fuera un proverbio: “Lo familiar provoca menosprecio.”
Notas. 55, 56 El carpintero era un contratista local para construcciones, y su hijo mayor había compartido su negocio. Sus hermanos y hermanas (hijos de José y María después de nacer Jesús) son mayormente desconocidos a no ser por sus nombres, aunque Jacobo (Santiago) llegó a ser un líder de la iglesia. 58 Para la conexión entre los milagros y la fe cf. 8:10-13; 9:2, 22, 28, 29.