Comentario de Mateo 18:19 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Otra vez os digo que, si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidan, les será hecha por mi Padre que está en los cielos.
18:19 Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos 20 Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos. — Es interesante el verbo traducido “se pusieren de acuerdo”. “Del vocablo griego usado aquí viene sinfonía. Las oraciones ‘suenan bien’ a Dios si nuestros corazones están en armonía” (FL). Pero esta promesa no fue hecha a discípulos con ambición vana (v 1), ni a los que causaban tropiezos (v 6), ni a los que menospreciaban a sus hermanos (v 10), sino a los verdaderos niños o pequeños en su servicio.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo. Mat 5:24; Mat 21:22; Mar 11:24; Jua 15:7, Jua 15:16; Hch 1:14; Hch 2:1, Hch 2:2; Hch 4:24-31; Hch 6:4; Hch 12:5; Efe 6:18-20; Flp 1:19; Stg 5:14-16; 1Jn 3:22; 1Jn 5:14-16; Apo 11:4-6.
les será hecho por mi Padre. Jua 14:13, Jua 14:14; Jua 16:23.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Este pasaje es usado comúnmente como una promesa general para la oración, lo cual no es así. Obviamente, un hijo de Dios tiene completo acceso al trono de gracia. No es necesario que haya dos o tres para que Dios esté presente. Específicamente se refiere a la disciplina de la Iglesia. Esta es una promesa de dirección para los dos o tres que se confrontan y es una promesa para que la iglesia pida sabiduría y restauración por el hermano que pecó.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
SI DOS… SE PUSIEREN DE ACUERDO. Hay gran autoridad en la oración unida de los que están de acuerdo. La razón es que donde dos o tres se reúnen en fe y en consagración a Cristo, Él está con ellos (v. Mat 18:20). Su presencia impartirá fe, fortaleza, dirección, gracia y consolación (cf. Sal 46:5; Isa 12:6).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra. Esta promesa se aplica al tema discutido por los discípulos en los vv. Mat 18:15-17. Los «dos de vosotros» se refiere a poner atención los dos o tres testigos envueltos en el paso dos del proceso de disciplina (vea la nota sobre el v.Mat 18:15).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
18:19 Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos 20 Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos. – Es interesante el verbo traducido “se pusieren de acuerdo”. “Del vocablo griego usado aquí viene sinfonía. Las oraciones ‘suenan bien’ a Dios si nuestros corazones están en armonía” (FL). Pero esta promesa no fue hecha a discípulos con ambición vana (v 1), ni a los que causaban tropiezos (v 6), ni a los que menospreciaban a sus hermanos (v 10), sino a los verdaderos niños o pequeños en su servicio.
Fuente: Notas Reeves-Partain
EL PODER DE LA PRESENCIA
Mateo 18:19-20
De nuevo os digo que si dos de vosotros os ponéis de acuerdo en la Tierra sobre alguna cosa por la que vais a orar, la recibiréis de Mi Padre Que está en el Cielo. Donde dos o tres se reúnan en Mi nombre, allí estaré Yo entre ellos.
Aquí tenemos uno de esos dichos de Jesús cuyo sentido debemos investigar, porque si no nos quedaremos con el corazón deshecho y con una gran desilusión. Jesús dice que si dos se ponen de acuerdo en la Tierra sobre cualquier cosa por la que estén orando, la recibirán de Dios. Si hubiéramos de tomar eso literalmente, y sin ninguna limitación, resultaría claramente incierto. Innumerables veces, dos personas se han puesto de acuerdo para orar por el bienestar físico o espiritual de alguien que les era querido y su oración no ha sido contestada en el sentido literal. Innumerables veces, el pueblo de Dios se ha puesto de acuerdo para orar por la conversión de su propio país, o por la conversión de los incrédulos y la venida del Reino, y esa oración sigue todavía muy lejos de ser contestada plenamente. Hay personas que se ponen de acuerdo para orar y oran desesperadamente y no reciben lo que piden. No tiene sentido negarse a aceptar los Hechos del caso, y nada más que daño puede ser el resultado de enseñarles a las personas que esperen lo que no sucede. Pero cuando llegamos a comprender lo que quiere decir este dicho, descubrimos en él una preciosa oportunidad.
(i) Lo primero y principal es que esto quiere decir que la oración nunca puede ser egoísta, y que una oración egoísta no puede recibir una respuesta satisfactoria. No se supone que hemos de pedir solamente por nuestras propias necesidades, sin tenernos en cuenta nada más que a nosotros mismos; se supone que oramos como miembros de una comunidad, de común acuerdo, recordando que la vida y el mundo no están organizados conforme a nuestro capricho individual, sino para el bien de la comunidad en su totalidad. De otra manera sucedería a menudo que, si nuestras oraciones fueran contestadas, las de otras personas tendrían que ser denegadas. A menudo el éxito que pedimos para nosotros mismos supondría el fracaso de algunos otros. La oración eficaz debe ser la oración en la que se está de acuerdo, de la que se ha suprimido el elemento de concentración egoísta en nuestras propias necesidades y nuestros propios deseos.
(ii) La oración que está totalmente limpia de egoísmo es siempre contestada. Pero aquí, como en todos los otros casos, debemos recordar la ley fundamental de la oración: que en la oración recibimos, no la respuesta que deseamos, sino la que Dios en Su sabiduría y en Su amor sabe que es lo mejor para nosotros. Simplemente porque somos seres humanos, con corazones y temores y esperanzas y deseos humanos, la mayor parte de nuestras oraciones son oraciones de evasión. Pedimos ser librados de alguna prueba, de algún dolor, de alguna desilusión, de alguna situación dolorosa y difícil. Y la respuesta de Dios es siempre ofrecernos, no una evasión, sino una victoria. Dios no nos da el escape de una situación humana; nos permite aceptar lo que no podemos entender; nos permite soportar lo que sin Él nos seria insoportable; nos permite arrostrar lo que sin Él sería inaceptable. El perfecto ejemplo de todo esto lo encontramos en Jesús en Getsemaní. El pidió ser librado de la terrible situación que se Le presentaba; No Se libró de ella; pero recibió poder para salirle al encuentro, para sufrirla y para conquistarla. Cuando oramos sin mezcla de egoísmo, Dios envía Su respuesta pero Su respuesta: la respuesta es siempre Su respuesta, y no necesariamente la que nosotros esperábamos.
(iii) Jesús pasa a decir que donde se reúnen dos o tres en Su nombre, El está entre ellos. Los mismos judíos tenían un dicho: » Donde se sientan dos para ocuparse en el estudio de la Ley, la gloria de Dios está entre ellos.» Podemos tomar esta gran promesa de Jesús en dos esferas.
(a) Podemos aplicarla a la esfera de la iglesia. Jesús está tan presente en una pequeña congregación como en una gran reunión de masas. Está tan presente en una reunión o en un círculo de estudio bíblico de un puñado de personas como en una catedral abarrotada. Él no es esclavo de los Números. Está dondequiera se reúnan corazones fieles, aunque sean muy pocos, porque Él Se da totalmente a cada persona.
(b) Podemos aplicarla a la esfera del hogar. Una de las primeras interpretaciones de este dicho de Jesús era que los dos o tres eran padre, madre e hijo, y eso quiere decir que Jesús es el Huésped invisible de cada hogar.
Hay algunos que nunca se presentan lo mejor posible excepto en las que se consideran grandes ocasiones; pero para Jesucristo cada ocasión en la que, aunque solo sea dos o tres, se reúnen en Su nombre, es una gran ocasión.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Mat 7:7; Mat 21:22; Mar 11:24; Jua 15:7; Jua 16:23; Stg 1:5-6; 1Jn 3:22; 1Jn 5:14-15.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
z 835 Mar 11:24; Jua 14:13; Jua 16:24; 1Jn 3:22; 1Jn 5:14
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
19 (1) Como sonidos musicales en armonía.
19 (2) Técnicamente, la palabra pedir aquí se refiere a la oración acerca del hermano que rehúsa oír a la iglesia (v.17).
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
estuvieran acordes… Las palabras, acorde y acuerdo, brotan de la misma raíz (cor = corazón). Del vocablo gr. sumfonéo usado aquí proviene la palabra sinfonía. Las oraciones suenan bien a Dios si nuestros corazones están en armonía → Sal 133:1.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
Lit., de
Fuente: La Biblia de las Américas
acuerdo. Es decir, están acordes. Acorde y acuerdo brotan de la misma raíz (cor = corazón). Del vocablo gr. sunphonesosin, proviene la palabra sinfonía g Flp 2:25.