Comentario de Mateo 21:15 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Pero los principales sacerdotes y los escribas se indignaron cuando vieron las maravillas que él hizo, y a los muchachos que le aclamaban en el templo diciendo: —¡Hosanna al Hijo de David!
21:15 Pero los principales sacerdotes (en estos últimos capítulos los “principales sacerdotes” se mencionan repetidas veces, porque eran los que instigaron a los romanos a crucificar a Jesús) y los escribas, viendo las maravillas que hacía, y a los muchachos aclamando en el templo y diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! se indignaron, 16 y le dijeron: ¿Oyes lo que éstos dicen? Y Jesús les dijo: Sí; ¿nunca leísteis (12:3, 5; 19:4; 21:42) : De la boca de los niños y de los que maman Perfeccionaste la alabanza Sal 82:1-8. ? 17 Y dejándolos, salió fuera de la ciudad, a Betania, y posó allí. — Los oficiales se indignaron porque obviamente Jesús hacía el papel de un poderoso líder, encargándose de limpiar el templo, de sanar a los enfermos, y enseñar con toda autoridad no lo que los escribas y fariseos enseñaban, sino lo que El mismo enseñaba. Por eso, cuando los muchachos gritaban “¡Hosanna al Hijo de David!”, se molestaron mucho y protestaron. Con toda hipocresía condenaron lo que deberían aprobar y aprobaron lo que deberían haber condenado (la práctica de los mercaderes en el templo). Los muchachos repiten lo que la gente decía cuando Jesús entraba en Jerusalén (21:9). El templo era el lugar más apropiado para alabar a Jesucristo y proclamar que El era el Hijo de David, el Mesías.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
mas los principales sacerdotes y los escribas. Mat 21:23; Mat 26:3, Mat 26:59; Mat 27:1, Mat 27:20; Isa 26:11; Mar 11:18; Luc 19:39, Luc 19:40; Luc 20:1; Luc 22:2, Luc 22:66; Jua 11:47-49, Jua 11:57; Jua 12:19
¡Hosanna al Hijo de David! Mat 21:9; Mat 22:42; Jua 7:42.
se indignaron. Jua 4:1.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
muchachos. Lit. «niños». La multitud presente en Jerusalén para la Pascua habría incluido seguramente un gran número de niños de doce años de edad, quienes estaban allí para celebrar su primera Pascua, justo como Jesús lo había hecho antes.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
21:15 Pero los principales sacerdotes (en estos últimos capítulos los “principales sacerdotes” se mencionan repetidas veces, porque eran los que instigaron a los romanos a crucificar a Jesús) y los escribas, viendo las maravillas que hacía, y a los muchachos aclamando en el templo y diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! se indignaron, 16 y le dijeron: ¿Oyes lo que éstos dicen? Y Jesús les dijo: Sí; ¿nunca leísteis (12:3, 5; 19:4; 21:42) : De la boca de los niños y de los que maman Perfeccionaste la alabanza Sal 82:1-8. ? 17 Y dejándolos, salió fuera de la ciudad, a Betania, y posó allí. – Los oficiales se indignaron porque obviamente Jesús hacía el papel de un poderoso líder, encargándose de limpiar el templo, de sanar a los enfermos, y enseñar con toda autoridad no lo que los escribas y fariseos enseñaban, sino lo que El mismo enseñaba. Por eso, cuando los muchachos gritaban “¡Hosanna al Hijo de David!”, se molestaron mucho y protestaron. Con toda hipocresía condenaron lo que deberían aprobar y aprobaron lo que deberían haber condenado (la práctica de los mercaderes en el templo).
Los muchachos repiten lo que la gente decía cuando Jesús entraba en Jerusalén (21:9). El templo era el lugar más apropiado para alabar a Jesucristo y proclamar que El era el Hijo de David, el Mesías.
Fuente: Notas Reeves-Partain
EL CONOCIMIENTO
DE LOS SENCILLOS DE CORAZÓN
Mateo 21:15-17
Cuando los principales sacerdotes y los escribas vieron las obras maravillosas que realizaba Jesús, y a los niños gritando en el templo: «¡Hosanna al Hijo de David,» se pusieron furiosos, y Le dijeron:
-¿Es que no oyes lo que están diciendo estos?
-¡Sí! -les contestó Jesús. ¿Y es que vosotros no habéis leído: «De la boca de los bebés y de los lactantes Tú has hecho que proceda la alabanza perfecta?»
Y Jesús los dejó, y Se fue de la ciudad a Betania para alojarse allí.
Algunos estudiosos han tenido dificultad con este pasaje. Se dice que era improbable que hubiera multitudes de niños en el recinto del templo; y que, si hubiera niños allí, la policía del templo se habría encargado de ellos rápida y eficazmente si hubieran osado gritar como supone este pasaje. Ahora bien, en un momento anterior del relato Lucas tiene un incidente en el que los discípulos aparecen lanzando gritos entusiastas a Jesús, y donde las autoridades se describen, tratando de silenciarlos (Lc 19:39 s). Los discípulos de un rabino se llamaban a menudo sus hijos o niños. Vemos, por ejemplo, la frase hijitos míos que aparece en los escritos de Juan. Así que se sugiere que Lucas y Mateo están realmente contando la misma historia, y que los niños eran realmente los discípulos de Jesús.
Pero no hay que recurrir a esa explicación. El uso que hace Mateo de la cita de Sal 8:2 deja bien claro que tenía en mente niños en sentido literal; y en cualquier caso, estaban sucediendo cosas aquel día en el atrio del templo que no habían sucedido nunca antes. No pasaba todos los días eso de que los comerciantes y los cambistas fueran expulsados del templo; ni tampoco cada día eran sanados los ciegos y los cojos. Puede que normalmente habría sido imposible que hubiera niños gritando en el templo, pero aquel día no era un día ordinario.
Si tomamos esta historia como se nos presenta, y escuchamos de nuevo las frescas, cristalinas voces de los niños gritando sus alabanzas, nos encontramos cara a cara con un gran hecho. Hay verdades que solamente los sencillos de corazón pueden ver, y que están ocultas a los sabios y a los entendidos y a los sofisticados. Sucede muchas veces que el Cielo está más cerca de un niño que del más inteligente de los mayores.
Thorvaldsen, el gran escultor noruego, hizo una vez una escultura de Jesús. Querían ver si la escultura hacía la debida impresión en los que la vieran. Trajo a verla a un chiquillo, y le preguntó: «¿Quién crees que es?» El chico contestó: «Un gran hombre.» Thorvaldsen se dio cuenta de que no había acertado. Así que deshizo la escultura y empezó de nuevo. Cuando la terminó trajo otra vez al niño y le hizo la misma pregunta: » ¿Quién crees que es?» El niño sonrió y respondió: «Es el Jesús Que dijo: «Dejad a los niños venir a Mí.»» Thorvaldsen se dio cuenta de que esa vez sí había acertado. La escultura había pasado la prueba de los ojos de un niño.
Esa no era una mala prueba. George Macdonald dijo una vez que él no le daba mucho valor al supuesto cristianismo de una persona a cuya puerta, o a la puerta dé cuyo jardín, los niños tuvieran miedo de jugar. Si un niño cree que una persona es buena, lo más probable es que lo sea; si un niño se mantiene a distancia, la persona puede que sea grande, pero seguro que no se parece a Cristo. En alguno de sus escritos, Barrie traza el retrato de una madre metiendo a su niño en la cama por la noche cuando está medio dormido con una pregunta muda en sus ojos y en su corazón: «Hijo mío, ¿me he portado bien hoy?» La bondad que puede encontrarse con la clara mirada de un niño y pasar la prueba de la sencillez de un niño es la auténtica. Era sencillamente natural el que los niños reconocieran a Jesús cuando los eruditos estaban ciegos.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
REFERENCIAS CRUZADAS
q 948 Mar 11:18
r 949 Sal 118:25
s 950 Mat 21:9
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
principales sacerdotes y los escribas. Véase coment. en vers. 23 y 2:4.
Fuente: La Biblia de las Américas
15 (1) Los sacerdotes y los escribas obstinados se indignaron, aun después de haber visto las maravillas hechas por el Rey humilde. Su indignación se debió a su propio orgullo y envidia, lo cual les impidió recibir una visión con respecto al Rey celestial.
15 (a) Mat_21:9