Biblia

Comentario de Mateo 21:42 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Mateo 21:42 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Jesús les dijo: —¿Nunca habéis leído en las Escrituras? La piedra que desecharon los edificadores, ésta fue hecha cabeza del ángulo. De parte del Señor sucedió esto, y es maravilloso en nuestros ojos.

21:42 Jesús les dijo: ¿Nunca leísteis en las Escrituras: La piedra que desecharon los edificadores, Ha venido a ser cabeza del ángulo. El Señor ha hecho esto, Y es cosa maravillosa a nuestros ojos? Sal 118:22-23; este salmo está citado también en Hch 4:11; Rom 9:33; 1Pe 2:7) — Luc 20:17, “mirándolos» («fijamente» LBLA) a «los principales sacerdotes y los ancianos» (Mat 21:23) y «los fariseos» (Mat 21:45). Jesús «comenzó a decir al pueblo esta parábola» (Luc 20:9). La enseñanza de Mat 21:23-46 era para el Sanedrín, los líderes del pueblo, pero también para todo el pueblo. «¿Nunca leísteis en las Escrituras?» «¿Ni aun esta escritura habéis leído»? (Mar 12:10). Al hacerles esta pregunta era como si Jesús hubiera dicho, «Ustedes se jactan de su conocimiento, ¿no han leído el Sal 118:22?» «La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo». La piedra principal no solamente es parte integral del fundamento que apoya el edificio, sino también la piedra que unificaba las paredes y da forma a todo el edificio. Todas las demás piedras del edificio tienen que ajustarse y acomodarse a la piedra principal. Los judíos rechazaron a Cristo, el Personaje más importante del mundo.

Jesucristo siempre apelaba a las Escrituras: Mat 4:4; Mat 4:7; Mat 4:10; Mat 12:3; Mat 19:4; Mat 21:16; Mat 22:29; Mat 22:40; Luc 4:21; Luc 6:3; Luc 10:26; Luc 24:44; Jua 5:39; Jua 10:35; etc. Estas son las Escrituras del Antiguo Testamento, las Escrituras de los judíos (Rom 3:2). Las Escrituras de los judíos estaban compuestas de veintidós libros, el número que corresponde al alfabeto hebreo (juntaron varios libros en un libro; por ejemplo, los libros de Samuel y Reyes), pero los treinta y nueve libros del Antiguo Testamento nuestro y los veintidós libros del Antiguo Testamento de los judíos son los mismos. Jesús apeló, pues, a la misma autoridad que los judíos aceptaban y, por lo tanto, estaban obligados a aceptar lo que El les decía, basándose en las Escrituras, pero los principales sacerdotes y fariseos no solamente rechazaron a Juan el bautista y a Cristo, sino que también ignoraron (rechazaron) sus propias Escrituras. Los escribas y «doctores de la ley» estaban obligados a explicar esta profecía y su cumplimiento, pero ¿qué habían dicho sobre ella? La pregunta de Jesús indica que la ignoraban porque no le daban importancia. Ellos eran los edificadores del templo de Dios, pero ignoraban el plano del Arquitecto, y rechazaron la piedra principal del fundamento.

Sal 118:22-23. Esta profecía precede el texto que dice «Bendito el que viene en el nombre de Jehová» (ver 26; citado en Mat 21:9). Durante «la entrada triunfal» de Jesús (Mat 21:1-11), el pueblo citó el Sal 118:26, pero no entendieron el Sal 118:22. «El que viene en el nombre de Jehová» es «la piedra que desecharon los edificadores» que «ha venido a ser cabeza del ángulo». Pedro citó este mismo texto cuando predicó al sanedrín (Hch 4:11) y cuando escribió su primera carta (2:7). En el mismo texto (ver 6), citando Isa 28:16, Pedro dice, «He aquí pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; y el que creyere en él, no será avergonzado». La principal piedra del ángulo para un templo tiene que ser piedra enorme, muy especial (escogida), preparada (elaborada y probada) y, por lo tanto, muy preciosa (costosa, de gran precio). Esta piedra gobierna todos los ángulos y líneas del edificio. La profecía del Sal 118:22 habla del concepto que los líderes de los judíos tenían del reino, un concepto que no incluyó a Jesucristo. Los principales sacerdotes y fariseos se representan como edificadores que tratan de levantar las paredes del templo de Dios, pero en lugar de ser arquitectos peritos como Pablo (1Co 3:10), eran más bien edificadores ineptos porque no pudieron unir las piedras en la esquina por haber rechazado la piedra principal del ángulo que estaba preparada (cortada) especialmente para ese propósito. La piedra del ángulo es la piedra principal del fundamento, pero los judíos estaban resueltos a construir el templo de Dios sin la piedra del ángulo. Esta piedra tan importante estaba delante de sus ojos. Podían verla todos los días, pero optaron por rechazarla y seguir en su esfuerzo de construir el templo de Dios sin esa piedra principal del fundamento.

— El que creyere, no se apresure — («no será perturbado», LBLA). Dice Pedro, «no será avergonzado». No huirá avergonzado porque su fe está bien fundada. No estará decepcionado. El fin para los que tropiezan en esta piedra (los desobedientes) ha sido, es y siempre será la tristeza amarga.

A través del libro de Mateo se han visto claramente las razones por las que esta «piedra» fue rechazada. La rechazaron por lo humilde de Jesús (Mat 13:55-57), porque El condenó sus tradiciones (Mat 15:1-12), porque El condenó su hipocresía (Mat 23:1-39), porque le tenían envidia (Mat 27:18), etc.

Sin embargo, los líderes de los judíos no solamente rechazaron a Jesús, sino que también querían acabar con El; querían eliminarlo completamente para que la gente no le viera ni oyera más y para que El dejara de molestarles. Pero al rechazarlo ellos hicieron precisamente lo que no querían hacer; es decir, lo establecieron como la piedra principal del ángulo. Dios vindicó esa piedra rechazada (Cristo) haciéndole la cabeza del ángulo, porque cuando Cristo murió y resucitó al tercer día para ser nuestro Salvador, entonces ascendió a su trono a la diestra de Dios para ser «Señor y Cristo». Cuando los judíos crucificaron a Jesús por manos de los romanos, cumplieron el plan de Dios de que Jesús fuera el sacrificio por los pecados del mundo, y luego cuando ascendió al cielo llegó a ser nuestro Sumo Sacerdote o Mediador (Hch 13:27; Heb 4:14-15; Heb 7:15-28; Heb 9:11-28).

Cristo es la perfecta piedra del ángulo porque como todas las piedras son unidas por la piedra del ángulo, así también en Cristo están reconciliados (unidos) todos en un cuerpo (Efe 2:14-16).

— El Señor ha hecho esto. — Cuando los judíos crucificaron a Cristo, ellos solamente pensaron hacerle mal, pero la muerte de Jesús ocurrió para efectuar la salvación del mundo. La cruz de Cristo es el fundamento de Su reino o iglesia (Hch 2:22-24; Hch 3:17-18).

— Y es cosa maravillosa a nuestros ojos. — Todo aspecto del plan glorioso de Dios para nuestra redención es maravilloso.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

¿Nunca leísteis en las escrituras? Mat 21:16.

La piedra que desecharon los edificadores. Sal 118:22, Sal 118:23; Isa 28:16; Zac 3:8, Zac 3:9; Mar 12:10, Mar 12:11; Luc 20:17, Luc 20:18; Hch 4:11; Rom 9:33; Efe 2:20; 1Pe 2:4-8.

y es cosa maravillosa a nuestros ojos. Hab 1:5; Hch 13:40, Hch 13:41; Efe 3:3-9.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Este versículo explica el rechazo del hijo (vv. Mat 21:38, Mat 21:39) que fue profetizado en Sal 118:22, Sal 118:23. La piedra rechazada es el Mesías, quien llegó a ser cabeza del ángulo (Mar 12:10, Mar 12:11; Luc 20:17; Hch 4:11; Efe 2:20; 1Pe 2:7).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

La piedra que desecharon. Esto se refiere a su crucifixión y la restauración de la «cabeza del ángulo», su resurrección. cabeza del ángulo. Superficialmente, esta cita de Sal 118:22-23 es irrelevante a la parábola que la precede. Pero es tomada de un salmo mesiánico. Jesús lo cita para sugerir que el Hijo, quien fue asesinado y arrojado fuera de la viña, era también la «cabeza del ángulo» en el plan redentor de Dios.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

21:42 Jesús les dijo: ¿Nunca leísteis en las Escrituras: La piedra que desecharon los edificadores, Ha venido a ser cabeza del ángulo. El Señor ha hecho esto, Y es cosa maravillosa a nuestros ojos? Sal 118:22-23; este salmo está citado también en Hch 4:11; Rom 9:33; 1Pe 2:7) – Luc 20:17, “mirándolos» («fijamente» LBLA) a «los principales sacerdotes y los ancianos» (Mat 21:23) y «los fariseos» (Mat 21:45). Jesús «comenzó a decir al pueblo esta parábola» (Luc 20:9). La enseñanza de Mat 21:23-46 era para el Sanedrín, los líderes del pueblo, pero también para todo el pueblo. «¿Nunca leísteis en las Escrituras?» «¿Ni aun esta escritura habéis leído»? (Mar 12:10). Al hacerles esta pregunta era como si Jesús hubiera dicho, «Ustedes se jactan de su conocimiento, ¿no han leído el Sal 118:22?» «La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo». La piedra principal no solamente es parte integral del fundamento que apoya el edificio, sino también la piedra que unificaba las paredes y da forma a todo el edificio. Todas las demás piedras del edificio tienen que ajustarse y acomodarse a la piedra principal. Los judíos rechazaron a Cristo, el Personaje más importante del mundo.
Jesucristo siempre apelaba a las Escrituras: Mat 4:4; Mat 4:7; Mat 4:10; Mat 12:3; Mat 19:4; Mat 21:16; Mat 22:29; Mat 22:40; Luc 4:21; Luc 6:3; Luc 10:26; Luc 24:44; Jua 5:39; Jua 10:35; etc. Estas son las Escrituras del Antiguo Testamento, las Escrituras de los judíos (Rom 3:2). Las Escrituras de los judíos estaban compuestas de veintidós libros, el número que corresponde al alfabeto hebreo (juntaron varios libros en un libro; por ejemplo, los libros de Samuel y Reyes), pero los treinta y nueve libros del Antiguo Testamento nuestro y los veintidós libros del Antiguo Testamento de los judíos son los mismos. Jesús apeló, pues, a la misma autoridad que los judíos aceptaban y, por lo tanto, estaban obligados a aceptar lo que El les decía, basándose en las Escrituras, pero los principales sacerdotes y fariseos no solamente rechazaron a Juan el bautista y a Cristo, sino que también ignoraron (rechazaron) sus propias Escrituras. Los escribas y «doctores de la ley» estaban obligados a explicar esta profecía y su cumplimiento, pero ¿qué habían dicho sobre ella? La pregunta de Jesús indica que la ignoraban porque no le daban importancia. Ellos eran los edificadores del templo de Dios, pero ignoraban el plano del Arquitecto, y rechazaron la piedra principal del fundamento.
Sal 118:22-23. Esta profecía precede el texto que dice «Bendito el que viene en el nombre de Jehová» (ver 26; citado en Mat 21:9). Durante «la entrada triunfal» de Jesús (Mat 21:1-11), el pueblo citó el Sal 118:26, pero no entendieron el Sal 118:22. «El que viene en el nombre de Jehová» es «la piedra que desecharon los edificadores» que «ha venido a ser cabeza del ángulo». Pedro citó este mismo texto cuando predicó al sanedrín (Hch 4:11) y cuando escribió su primera carta (2:7). En el mismo texto (ver 6), citando Isa 28:16, Pedro dice, «He aquí pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; y el que creyere en él, no será avergonzado». La principal piedra del ángulo para un templo tiene que ser piedra enorme, muy especial (escogida), preparada (elaborada y probada) y, por lo tanto, muy preciosa (costosa, de gran precio). Esta piedra gobierna todos los ángulos y líneas del edificio. La profecía del Sal 118:22 habla del concepto que los líderes de los judíos tenían del reino, un concepto que no incluyó a Jesucristo. Los principales sacerdotes y fariseos se representan como edificadores que tratan de levantar las paredes del templo de Dios, pero en lugar de ser arquitectos peritos como Pablo (1Co 3:10), eran más bien edificadores ineptos porque no pudieron unir las piedras en la esquina por haber rechazado la piedra principal del ángulo que estaba preparada (cortada) especialmente para ese propósito. La piedra del ángulo es la piedra principal del fundamento, pero los judíos estaban resueltos a construir el templo de Dios sin la piedra del ángulo. Esta piedra tan importante estaba delante de sus ojos. Podían verla todos los días, pero optaron por rechazarla y seguir en su esfuerzo de construir el templo de Dios sin esa piedra principal del fundamento.
— El que creyere, no se apresure — («no será perturbado», LBLA). Dice Pedro, «no será avergonzado». No huirá avergonzado porque su fe está bien fundada. No estará decepcionado. El fin para los que tropiezan en esta piedra (los desobedientes) ha sido, es y siempre será la tristeza amarga.
A través del libro de Mateo se han visto claramente las razones por las que esta «piedra» fue rechazada. La rechazaron por lo humilde de Jesús (Mat 13:55-57), porque El condenó sus tradiciones (Mat 15:1-12), porque El condenó su hipocresía (Mat 23:1-39), porque le tenían envidia (Mat 27:18), etc.
Sin embargo, los líderes de los judíos no solamente rechazaron a Jesús, sino que también querían acabar con El; querían eliminarlo completamente para que la gente no le viera ni oyera más y para que El dejara de molestarles. Pero al rechazarlo ellos hicieron precisamente lo que no querían hacer; es decir, lo establecieron como la piedra principal del ángulo. Dios vindicó esa piedra rechazada (Cristo) haciéndole la cabeza del ángulo, porque cuando Cristo murió y resucitó al tercer día para ser nuestro Salvador, entonces ascendió a su trono a la diestra de Dios para ser «Señor y Cristo». Cuando los judíos crucificaron a Jesús por manos de los romanos, cumplieron el plan de Dios de que Jesús fuera el sacrificio por los pecados del mundo, y luego cuando ascendió al cielo llegó a ser nuestro Sumo Sacerdote o Mediador (Hch 13:27; Heb 4:14-15; Heb 7:15-28; Heb 9:11-28).
Cristo es la perfecta piedra del ángulo porque como todas las piedras son unidas por la piedra del ángulo, así también en Cristo están reconciliados (unidos) todos en un cuerpo (Efe 2:14-16).
— El Señor ha hecho esto. — Cuando los judíos crucificaron a Cristo, ellos solamente pensaron hacerle mal, pero la muerte de Jesús ocurrió para efectuar la salvación del mundo. La cruz de Cristo es el fundamento de Su reino o iglesia (Hch 2:22-24; Hch 3:17-18).
— Y es cosa maravillosa a nuestros ojos. — Todo aspecto del plan glorioso de Dios para nuestra redención es maravilloso.

Fuente: Notas Reeves-Partain

Sal 118:22-23 (según la versión griega de los LXX); Hch 4:11; 1Pe 2:7.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) Véase Ap. 1D.

REFERENCIAS CRUZADAS

b 986 Sal 118:22; 1Pe 2:7

c 987 Isa 28:16; Mar 12:10; Luc 20:17; Hch 4:11; Rom 9:33; Efe 2:20

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

piedra angular. Esta piedra es la piedra fundamental al comienzo de la construcción de un edificio. Aunque Cristo fue rechazado por Israel, fue reconocido como la piedra angular de la iglesia (Hch 4:11; Ef 2:20; 1 P 2:7).

Fuente: La Biblia de las Américas

42 (1) La piedra es Cristo, cuyo fin es el edificio de Dios ( Isa_28:16 ; Zac_3:9 ; 1Pe_2:4), y los edificadores son los líderes judíos, quienes debían construir el edificio de Dios.

42 (2) Cristo no sólo es la piedra del fundamento ( Isa_28:16) y la piedra cimera ( Zac_4:7), sino también la piedra del ángulo.

42 (a) Mat_12:3

42 (b) Sal_118:22-23 ; Hch_4:11 ; 1Pe_2:7

42 (c) Isa_28:16 ; Efe_2:20 ; 1Pe_2:6-7 ; 1Pe_2:23 ; 1Pe_3:15

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

Cp. Sal 118:22-23. La figura de la piedra angular era familiar para los escritores del NT (Hch 4:11; Efe 2:20; 1Pe 2:7).

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

Sal 118:22-23.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

M182 Puesto que el hebreo no tenía el género neutro, se usaba el femenino para referirse a ideas abstractas. En consecuencia, αὕτη se usa aquí como una traducción griega, con el significado resultante: Esto vino del Señor (comp. T21 y BD138[2]).

BD220(1) La frase prepositiva ἐν ὀθφαλμοῖς ἡμῶν significa: según nuestro juicio.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

Lit., cabeza del ángulo

Fuente: La Biblia de las Américas

Lit. cabeza de ángulo.

21.42 Sal 118:22-23.

Fuente: La Biblia Textual III Edición