Comentario de Mateo 23:37 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
“¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, así como la gallina junta sus pollitos debajo de sus alas, y no quisiste!
23:37 ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas (Deu 32:11; Rut 2:12; Sal 17:8; Sal 36:7; Sal 57:1; Sal 91:4) , y no quisiste! (Este es el obstáculo principal; Jesús ofrece la salvación a todos, pero la mayoría simplemente no la quiere. Hch 13:1-52, “46 A vosotros a la verdad era necesario que se os hablase primero la palabra de Dios; más puesto que la desecháis, y no os juzgáis dignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a los gentiles”. Jua 5:1-47, “40 y no queréis venir a mí para que tengáis vida”.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Jerusalén, Jerusalén. Jer 4:14; Jer 6:8; Luc 13:34; Apo 11:8.
que matas a los profetas. Mat 23:30; Mat 5:12; Mat 21:35, Mat 21:36; Mat 22:6; 2Cr 24:21, 2Cr 24:22; Neh 9:26; Jer 2:30; Jer 26:23; Mar 12:3-6; Luc 20:11-14; Hch 7:51, Hch 7:52; 1Ts 2:15; Apo 11:7; Apo 17:6.
Cuántas veces quise juntar. 2Cr 36:15, 2Cr 36:16; Sal 81:8-11; Jer 6:16, Jer 6:17; Jer 11:7, Jer 11:8; Jer 25:3-7; Jer 35:15; Jer 42:9-13; Jer 44:4; Zac 1:4.
como la gallina junta. Deu 32:11, Deu 32:12; Rut 2:12; Sal 17:8; Sal 36:7; Sal 57:1; Sal 63:7; Sal 91:4.
y no quisiste. Mat 22:3; Pro 1:24-31; Isa 50:2; Ose 11:2, Ose 11:7; Luc 14:17-20; Luc 15:28; Luc 19:14-44.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Pronunciar el nombre dos veces, como lo hace con Jerusalén, Jerusalén, indica una fuerte emoción (Mat 27:46; 2Sa 18:33; Hch 9:4). Las frases yo quise y no quisiste, ilustra la oposición de Israel a la voluntad de Cristo (otra imagen de una gallina madre en Sal 91:4).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
JERUSALÉN, JERUSALÉN. Véanse Luc 13:34, nota, y Luc 19:41, nota.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
¡Cuántas veces quise … y no quisiste! Dios es absolutamente soberano y por esto completamente capaz de hacer que suceda lo que Él desee (cp. Isa 46:10), incluyendo la salvación de quienquiera que Él elija (Efe 1:4-5). Sin embargo, algunas veces Él expresa un deseo por aquello por lo cual Él soberanamente no lo lleva a cabo (cp. Gén 6:6; Deu 5:29; Sal 81:13; Isa 48:18). Esta expresión en ninguna manera sugiere una limitación en la soberanía de Dios o implica algún tipo de cambio en Él (Núm 23:19). Sin embargo, sí revela aspectos esenciales del carácter divino. Dios está lleno de compasión, sinceramente bueno para con todos, deseoso del bien, no es malo y, por esto, no se deleita en la destrucción de los malvados (Eze 18:32; Eze 33:11). Mientras se afirma la soberanía de Dios, debemos entender sus súplicas hacia el arrepentimiento de los reprobados así como los llamados bienintencionados, y su bondad hacia los inicuos como una misericordia genuina diseñada para llevarlos al arrepentimiento (Rom 2:4). La emoción demostrada aquí por Jesús (y en pasajes similares como Luc 19:41) es obviamente una pasión sincera y profunda. Todos los sentimientos de Jesús deben estar en perfecta armonía con la voluntad divina (cp. Jua 8:29), y por esto sus lamentos no deben ser considerados como una simple exhibición de su humanidad.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
23:37 ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas (Deu 32:11; Rut 2:12; Sal 17:8; Sal 36:7; Sal 57:1; Sal 91:4) , y no quisiste! (Este es el obstáculo principal; Jesús ofrece la salvación a todos, pero la mayoría simplemente no la quiere. Hch 13:1-52, “46 A vosotros a la verdad era necesario que se os hablase primero la palabra de Dios; más puesto que la desecháis, y no os juzgáis dignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a los gentiles”. Jua 5:1-47, “40 y no queréis venir a mí para que tengáis vida”.
Fuente: Notas Reeves-Partain
RECHAZANDO LA INVITACIÓN DEL AMOR
Mateo 23:37-39
-¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían! ¡Cuántas veces he tratado de reunir a tus hijos como la gallina reúne a sus polluelos debajo de las alas, pero te negaste! Ríjate: Ahora tu casa se te deja desolada; porque te aseguro que ya no Me verás más desde ahora hasta el día que digas: «¡Bendito en el nombre del Señor en Que viene!»
Aquí está toda la tragedia entrañable del amor rechazadas. Aquí habla Jesús, no como el Juez severo de toda la Tierra, sino como el Enamorado de todos los seres humanos.
Este pasaje ilumina curiosamente la vida de Jesús de una manera que no podemos pasar por alto. Según los Evangelios Sinópticos, Jesús no estuvo nunca en Jerusalén desde que empezó Su ministerio público hasta que llegó para esta última fiesta de la Pascua. Podemos ver aquí cuánto no se incluye en la historia evangélica; porque Jesús no podría haber dicho esto si no hubiera visitado Jerusalén repetidas veces y dirigido a su pueblo insistentes llamadas. En los evangelios no tenemos más que un boceto esquemático de la vida de Jesús.
Este pasaje nos muestra cuatro grandes verdades.
(i) Nos muestra la paciencia de Dios. Jerusalén había matado a los profetas y apedreado a los mensajeros de Dios; sin embargo Dios no la había rechazado; y, por último, le envió a Su Hijo. Hay una paciencia ilimitada en el amor de Dios que soporta el pecado humano sin rechazar a la humanidad.
(ii) Nos presenta la invitación de Jesús. Jesús habla como un Enamorado. No entra nunca en ningún sitio por la fuerza; la única arma que puede usar es la invitación del amor. Permanece con los brazos extendidos en invitación, una invitación que los humanos tenemos la responsabilidad de aceptar o rechazar.
(iii) Nos muestra la culpabilidad del pecado humano. Los hombres contemplaron a Cristo en todo el esplendor de Su invitación -y Le rechazaron. No hay manija por fuera de la puerta del corazón humano. Tiene que abrirse desde dentro; y el pecado es el consciente rechazamiento a ojos abiertos de la llamada de Dios en Jesucristo.
(iv) Nos muestra las consecuencias de rechazar a Cristo. Sólo cuarenta años habían de pasar hasta que el año 70 d C. Jerusalén quedara convertida en un montón de ruinas. Ese desastre fue la consecuencia directa de haber rechazado a Jesucristo. Si los judíos hubieran aceptado Su amor y abandonado el camino del poder político, Roma nunca se habría abalanzado sobre ellos con todo su poder vengativo. Es un hecho de la Historia -aun en el tiempo- que la nación que rechaza a Dios queda condenada al desastre.
LA VISIÓN DE COSAS POR VENIR
Ya hemos visto que una de las grandes características de Mateo es que agrupa en grandes bloques la enseñanza de Jesús acerca de distintos temas. En el capítulo 24 reúne cosas que Jesús dijo acerca del futuro, y nos da la visión de cosas por venir. Al hacerlo, Mateo entreteje dichos de Jesús acerca de distintos aspectos del futuro; y hará este difícil capítulo mucho más fácil de entender el que desenredemos los varios hilos, y los consideremos uno a uno.
El entrelazado de los Hechos de Jesús que nos hace Mateo se prolonga por los primeros 31 versículos del capítulo. Lo mejor será que, en primer lugar, coloquemos estos versículos en conjunto; después estableceremos los diversos aspectos del futuro del que tratan; y por último trataremos de asignarle a cada sección el lugar que le corresponde en el conjunto. No podernos pretender absoluta certeza y finalidad en el esquema que obtengamos; pero, el cuadro general aparecerá claro.
Así que, en primer lugar, ponemos los versículos, y los numeramos para facilitar su localización en el esquema.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
La suerte de Jerusalén (ver Luc. 13:34, 35). El séptimo “ay” ensanchó el ámbito de la hipocresía de los escribas y fariseos para abarcar la culpabilidad total de Israel en su rechazo de los mensajeros de Dios. Aquí sigue la conclusión inevitable. Jerusalén había rechazado al último y mayor mensajero, y ahora el juicio tenía que caer. En forma particular, vuestra casa (el templo) quedaría desierta, no sólo destruida (véase 24:2), sino abandonada por Dios, como había sucedido hacía muchos años antes cuando el llamado de Jeremías había sido rehusado (v. 38 hace eco de Jer. 12:7).
Jesús pronuncia esta “sentencia” no con el gozo de la venganza, sino con pena doliente (37). El había esperado una respuesta mejor: ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! y, en realidad, así fue como había sido traído a la ciudad por sus seguidores galileos (21:9). Solamente cuando Jerusalén estuviera lista para hacerse eco de esa bienvenida podrían ellos volver a verlo. El no dijo cuándo sucedería esto, o si sucedería, y el gr. para hasta es deliberadamente indefinido (“si y cuándo”).
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
REFERENCIAS CRUZADAS
f 1099 Luc 13:34
g 1100 Heb 11:37
h 1101 2Cr 24:21; Jua 8:59; 1Ts 2:15
i 1102 Sal 91:4
j 1103 Luc 19:14
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Jerusalén, Jerusalén. La repetición del nombre enfatiza la ciudad del destino del Señor (vers. 33) y el lugar donde su oferta de amor y salvación sería rechazada.
como la gallina junta sus pollitos. Esta metáfora se encuentra también en el A.T. (Dt 32:11; Sal 17:8; 36:7; 57:1; 91:4) e implica la protección delicada y amorosa de Dios para con sus hijos.
Fuente: La Biblia de las Américas
37 (1) Dios se preocupaba siempre por Jerusalén, como un ave que revolotea sobre sus polluelos ( Isa_31:5 ; Deu_32:11-12). Así que, cuando el Señor dijo: «Quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas», daba a entender que El era Dios mismo.
37 (a) vs.37-39: Luc_13:34-35
37 (b) Mat_21:35 ; 2Cr_24:21
37 (c) Luc_23:28
37 (d) Rut_2:12 ; Sal_91:4
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
quise… → §078.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
R689 Note que aquí αὐτήν se usa en lugar de σέ (ocurre un cambio de la segunda persona a la tercera).
M34 Ὃν τρόπον es prácticamente un acusativo adverbial que significa: de la manera como.
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
g §078.