Pasando un poco más adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: —Padre mío, de ser posible, pase de mí esta copa. Pero, no sea como yo quiero, sino como tú.
26:39 Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, — Mar 14:36, «todas las cosas son posibles para ti»; Luc 22:42, «si quieres». Jesús conocía las perfecciones del poder y sabiduría del Padre, y por eso pidió que si fuera posible que «pase de mí esta copa». — pase de mí esta copa; — o como dice Mar 14:35, “pasase de él aquella hora” y (v 36) “aparta de mi esta copa”. La palabra copa significa sufrimiento. Jesús dijo a Juan y Jacobo, Mat 20:1-34, “23 de mi vaso beberéis”, porque ellos iban a sufrir por Cristo. Cristo pidió que “aquella hora” pasara, que el Padre apartara de El esa copa, y su oración fue oída. Heb 5:1-14, “7 Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente”.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
se postró sobre su rostro. Gén 17:3; Núm 14:5; Núm 16:22; 1Cr 21:16; Eze 1:28; Luc 17:16; Hch 10:25; Apo 19:10.
orando, y diciendo. Mar 14:35, Mar 14:36; Luc 22:41, Luc 22:42; Heb 5:7.
Padre mío. Mat 26:42; Jua 11:41; Jua 12:27.
si es posible. Mat 24:24; Mar 13:22.
pase de mi esta copa. Mat 20:22; Jua 18:11.
pero no como yo quiero. 2Sa 15:26; Jua 5:30; Jua 6:38; Jua 12:28; Jua 14:31; Rom 15:1-3; Flp 2:8.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
si es posible, pase de mí esta copa: El inminente sufrimiento físico sería tan terrible que hizo que Jesús orara de esta manera. Era la realidad del inocente Hijo de Dios que cargaba los pecados del mundo y enfrentaba la separación de su Padre (2Co 5:21; Gál 3:13; Hch 12:2; 1Pe 2:24). Copa es una metáfora para la ira de Dios en el AT. (Sal 75:8; Isa 51:17.) Jesús fue hecho maldición por nosotros y tomó sobre sí todo el ardor de la justa ira de Dios contra el pecado (Gál 3:13).
PARA VIVIRLO
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Líderes «escogidos»
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Poco después de la muerte de Jesús, los que Él había preparado tomarían las riendas de su nuevo movimiento, y la transición sería muy difícil. No ayudó que la transición fuera forzada sobre el grupo por la hostilidad externa, pero un aspecto aun más inquietante fue que el grupo comenzó a dispersarse durante los últimos días y horas de Jesús. Por ejemplo.
• La bravata los llevó a exagerar su compromiso (Mat 26:35). Llegado el momento de la verdad, dejaron al Señor (Mat 26:56).
• Aun cuando el Señor les pidió que velaran con él durante sus últimas horas de libertad, se quedaron dormidos dos veces (Mat 26:40, Mat 26:43).
• En el momento mismo cuando Jesús era enjuiciado y soportaba las burlas y los golpes, Pedro, que había liderado a los demás en la declaración de su lealtad (Mat 26:35), negó cualquier asociación con Jesús (Mat 26:69-75).
En breve, los discípulos difícilmente parecían tener las dotes para el liderazgo, para continuar la importante obra que Jesús comenzó. Sin embargo, Jesús volvió a ese mismo grupo después de su resurrección y declaró que ellos eran aun sus representantes escogidos, los señalados para continuar su obra. Y él afirmó su compromiso para permanecer con ellos hasta el fin (Mat 28:19, Mat 28:20).
El trato de Jesús a estos discípulos muestra que el fracaso no es imperdonable. Más bien, parece ser el crisol en el cual se forma el carácter. Este no es un proceso para eliminar debilidades o ineptitudes de las personas. Cristo no busca personas perfectas sino personas fieles que puedan experimentar su perdón y crecer.
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Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
PASE DE MÍ ESTA COPA. Lo que Cristo quiso decir con «esta copa» ha sido el tema de mucha discusión.
(1) Es dudoso que Cristo estuviera orando para que se le salvara de la muerte física, porque Él estaba resuelto a morir por el pecado de la humanidad (cf. Mar 10:33-34; Luc 9:51; Jua 12:24; Jua 12:27; Heb 10:5-9).
(2) Es más probable que Él estuviera pidiendo el ser liberado del castigo de separación de Dios, la pena máxima por el pecado. Cristo pidió que su muerte física fuera aceptada como el pago total por el pecado de los pecadores. Sin embargo, le dijo al Padre: «Pero no sea como yo quiero, sino como tú.» Entonces se entregó para sufrir tanto la muerte física como la separación espiritual de su Padre celestial a fin de alcanzar la salvación de toda la humanidad (cf. Mat 27:46). Su oración fue escuchada, porque su Padre lo fortaleció para beber la copa asignada (véase Heb 5:7).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
esta copa. Cp. el v. Mat 26:42. La copa es frecuentemente en el AT el símbolo de la ira divina en contra del pecado (Isa 51:17; Isa 51:22; Jer 25:15-17; Jer 25:27-29; Lam 4:21-22; Eze 23:31-34; Hab 2:16). Al siguiente día, Jesús habría de «llevar los pecados de muchos» (Heb 9:28), y totalidad de la ira divina habría de caer sobre Él (Isa 53:10-11; 2Co 5:21). Este fue el precio del pecado que Él llevó y lo pagó por completo. Su clamor de angustia en Mat 27:46 refleja la extrema amargura de la copa de ira que había recibido. no sea como yo quiero, sino como tú. Esto implica la ausencia de conflicto entre las personas de la Trinidad. Pero además, revela gráficamente cómo Jesús en su humanidad rindió voluntariamente su voluntad a la del Padre en todas las cosas, haciendo que no hubiera conflicto alguno entre la voluntad divina y sus deseos. Vea Jua 4:34; Jua 6:38; Jua 8:29; Flp 2:8. Vea la nota sobre Jua 5:30.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
26:39 Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, — Mar 14:36, «todas las cosas son posibles para ti»; Luc 22:42, «si quieres». Jesús conocía las perfecciones del poder y sabiduría del Padre, y por eso pidió que si fuera posible que «pase de mí esta copa».
— pase de mí esta copa; — o como dice Mar 14:35, “pasase de él aquella hora” y (v 36) “aparta de mi esta copa”. La palabra copa significa sufrimiento. Jesús dijo a Juan y Jacobo, Mat 20:1-34, “23 de mi vaso beberéis”, porque ellos iban a sufrir por Cristo. Cristo pidió que “aquella hora” pasara, que el Padre apartara de El esa copa, y su oración fue oída. Heb 5:1-14, “7 Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente”.
Jua 12:1-50, “27 Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora (para ser crucificado, v 32, 33). 28 Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez”. Todo comentario sobre Mat 26:39 (“pase de mi esta copa”) debe armonizar con lo que Jesús dice en Jua 12:27. El nació para morir como sacrificio por los pecados del mundo. Heb 10:1-39, “4 porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados. 5 Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo”; es decir, “me preparaste cuerpo” para poder morir como expiación por los pecados del hombre. Eso era su propósito, desde antes de venir al mundo.
La Biblia habla del plan eterno de Dios para la redención del hombre 1Pe 1:1-25, “18 sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, 19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, 20 ya destinado desde antes de la fundación del mundo”. Efe 3:11, “conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor”.
Cristo había anunciado su muerte varias veces durante su ministerio personal, no como una posibilidad, sino como una realidad. Nunca estaba en duda su muerte. Mat 16:21, “Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día 22 Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca. 23 Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres”. Mat 20:28, “el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.” Jua 3:14, “Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado”. Jua 8:28, “Les dijo, pues, Jesús: Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que yo soy”. Jua 10:11 , “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas”. Jua 10:17, “Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. 18 Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre”. Jua 12:32, “Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo. 33 Y decía esto dando a entender de qué muerte iba a morir”. Jua 1:29, también Juan el bautista dijo, “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”.
Todo comentario sobre Mat 26:39 debe armonizar con todo lo que Jesús mismo había dicho con respecto a su muerte y resurrección y los temas relacionados. Por ejemplo:
El discipulado. Mat 16:1-28, “24 Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame”.
La cena del Señor. Mat 26:26-28, Jesús instituyó la cena del Señor diciendo, “Haced esto en memoria de mí”. Con toda confianza El dijo (Mat 26:29 ), “Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre”. En Su muerte El venció a Satanás y estableció Su propio reino en el cual participamos con Jesús de la cena del Señor.
El bautismo. Mat 28:19, “bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”. Rom 6:1-23, “4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva”.
La iglesia. Mat 16:1-28, “18 … sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”. Hch 20:1-38, “28 Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre”.
Nadie puede comprender a fondo la agonía de Jesús en Getsemaní y en Calvario. Por eso, nadie la puede explicar. El problema es que nosotros no podemos comprender a fondo los misterios de la encarnación ni los de la expiación, pero Jesucristo sí los comprendía. El había llegado a un momento de angustia que era hasta la muerte; es decir, la agonía que El sentía en esos momentos era lo suficientemente pesada como para matarlo a no ser por la ayuda del Padre. Su alma fue azotada de una manera que, para nosotros, era completamente incomprensible e indecible. Con toda insistencia, pues, Jesús rogaba al Padre que si fuera posible “pasase de él aquella hora” (Mar 14:35), “aparta de mí esta copa” (Mar 14:36).
— pero no sea como yo quiero, sino como tú quieras — Jesucristo estaba completamente sumiso al Padre. El vino al mundo para hacer la voluntad del Padre, pero la Biblia no enseña que Cristo pedía que Dios cambiara el plan de salvación. Los comentarios de algunos implican que Jesús dudaba del plan divino y creía que tal vez hubiera otra manera de salvar al hombre, aunque El sabía que el plan que El vino a llevar a cabo fue hecho por Dios (Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo) desde antes de la fundación del mundo y que definitivamente era el único plan de salvación. No había y no hay plan alternativo u opcional. Además, era un plan infalible. Dios no iba a fallar. Cristo no iba a fallar. Cristo no vino al mundo “para ver si podía salvarnos”; más bien, El vino para salvarnos y lo hizo. La idea de que pudiera haber otro plan es precisamente la esperanza falsa de millones de personas en la actualidad. Esperan – y esta es su esperanza y confianza – que en el día final Dios tenga otro plan para salvar a los que no hayan obedecido al evangelio. Esta es una esperanza vana.
Fuente: Notas Reeves-Partain
REFERENCIAS CRUZADAS
d 1315 Heb 5:7
e 1316 Mat 20:22; Jua 18:11
f 1317 Jua 5:30; Jua 6:38
g 1318 Sal 40:8; Mar 14:36; Luc 22:42; Heb 10:9
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Padre mío. Jesús usa la palabra Padre en todas sus oraciones, excepto en su exclamación en la cruz (27:46).
sino como tú quieras. Jesús expresa su firme decisión de hacer la voluntad de Dios (vers. 42; cp. 4:1– 11; 16:23; Jn 6:38).
Fuente: La Biblia de las Américas
39 (1) Se refiere a Su muerte en la cruz.
39 (a) cfr. Heb_5:7
39 (b) Mat_20:22
39 (c) Jua_5:30 ; Jua_6:38
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
esta copa. La copa era la suma de los padecimientos que comportaba el hecho de que el Hijo de Dios, sin pecado, tomase sobre Sí el pecado de la humanidad, incluyendo la necesaria, aunque temporal, separación de Dios (Mat 27:46). Esto le repugnaba a Su naturaleza humana, pero se sometió voluntariamente a ello.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
esta copa… Esto es, la copa de la ira de Dios → Sal 75:8; Gál 3:13.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
T338 Πλήν se usa como una partícula adversativa en πλὴν οὐχ, en lugar de la expresión ἀλλʼ οὐχ de Marcos: sin embargo, no.
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
Aquí, es amarga, de ira g Sal 75:8, de maldición. g Gál_3:13.