Mientras andaba junto al mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Simón, que es llamado Pedro, y a su hermano Andrés. Estaban echando una red en el mar, porque eran pescadores.
4: 18 Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. — Esa profesión era buen entrenamiento para ellos. Era trabajo duro, esforzado y muchas veces con pocos “resultados visibles”.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
andando Jesús. Mat 1:16-18; Luc 5:2.
junto al mar mar. Mat 15:29; Jua 6:1.
vio a dos hermanos. Mat 10:2; Luc 6:14; Jua 1:40-42; Jua 6:8.
porque eran pescadores. Éxo 3:1, Éxo 3:10; Jue 6:11, Jue 6:12; 1Re 19:19-21; Sal 78:70-72; Amó 7:14, Amó 7:15; 1Co 1:27-29.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
y os haré pescadores de hombres: Esta alusión a Jer 16:16 se usó para llamar de Pedro y Andrés al discipulado y a una vida de ministerio. Este no es el primer contacto del Señor con Pedro y Andrés (para el primero, véase Jua 1:35-42). Se podrían aprender muchas lecciones de este encuentro:
(1) el deleite de Dios en usar gente común, incluso insignificante;
(2) la ocupación y las lecciones aprendidas en la vida serán valiosas al servir a Cristo. Los pescadores podrían utilizar su experiencia en pescar hombres para el Señor; y
(3) la obediencia genuina es evidenciada por una disposición inmediata (cf. «al instante» en Mat 4:20, Mat 4:22).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
dos hermanos. Jesús había encontrado a Pedro y a Andrés antes, cerca de Betábara, en la región del Jordán, donde Andrés (y quizá también Pedro) se había vuelto discípulo de Juan el Bautista (Jua 1:35-42). Ellos habían dejado a Juan para seguir a Jesús por un tiempo antes de regresar para pescar en Capernaum. Quizás ambos retornaron a Capernaum a principios del ministerio de Jesús allí (vea la nota sobre Luc 4:23). Aquí, Jesús les hizo el llamado a seguirlo en un discipulado a largo plazo.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
4: 18 Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. – Esa profesión era buen entrenamiento para ellos. Era trabajo duro, esforzado y muchas veces con pocos “resultados visibles”.
Fuente: Notas Reeves-Partain
CRISTO LLAMA A UNOS PESCADORES
Mateo 4:18-22
Cuando Jesús iba pasando por la orilla del Mar de Galilea vio a dos hermanos -Simón, al que llaman Pedro, y su hermano Andrés- que estaban echando la red al mar, porque eran pescadores. Y Jesús les dijo:
-¡Seguidme, y Yo os haré pescadores de hombres!
Ellos dejaron las redes inmediatamente y Le siguieron. Jesús pasó más adelante y vio a otros dos hermanos, SantiagoJas. hijo de Zebedeo y su hermano Juan. Estaban en una barca con su padre Zebedeo preparando las redes para la pesca. Jesús también los llamó, y ellos dejaron inmediatamente la barca y a su padre, y siguieron a Jesús.
Toda Galilea se centraba alrededor del Mar de Galilea. Éste tiene veinte kilómetros de largo de Norte a Sur y catorce de ancho de Este a Oeste. El Mar de Galilea es por tanto pequeño, y es interesante el hecho de que Lucas, el gentil, que había visto mucho mundo, nunca lo llama mar (thalassa), sino siempre lago (limné). Tiene una forma ovalada, más ancho por arriba que por abajo. Se encuentra en una gran falla de la superficie de la Tierra por la que corre el valle del Jordán, y la superficie del Mar de Galilea está a doscientos diez metros bajo el nivel del Marcos El hecho de encontrarse a esta profundidad en la superficie de la Tierra le da un clima muy cálido y hace la tierra de alrededor inmensamente fértil. Es uno de los lagos más encantadores del mundo. W. M. Thomson lo describe: » Visto desde cualquier punto de las alturas circundantes es una bella extensión de agua -un espejo bruñido engastado en un marco de colinas y de montañas abruptas que se erigen y ruedan hacia atrás y hacia arriba hasta donde cuelga el cuadro de Hermón sobre la bóveda azul de los cielos.»
En los días de Josefo había no menos de nueve ciudades populosas en sus orillas. En la década de los treinta, cuando H. V. Morton lo vio, sólo quedaba Tiberíades, que era poco más que una aldea. Hoy es la ciudad mayor de Galilea, y sigue creciendo.
En los días de Jesús, el Mar de Galilea estaba abarrotado de barcas de pesca. Josefo, en una cierta expedición, no tuvo dificultad para reunir doscientas cuarenta barcas de pesca para salir de Tariquea; pero ahora los pescadores son pocos y dispersos.
Había tres métodos de pesca. Estaba la pesca de anzuelo.
Estaba la pesca con red. Esta solía ser circular y de unos tres metros de ancho. Se lanzaba hábilmente al agua desde la tierra o desde los bajíos al borde de la orilla del lago. Llevaba unas pesas de plomo alrededor de la circunferencia. Se hundía en el mar y rodeaba a los peces; entonces se tiraba de ella a través del agua como si se tratara de una tienda de campaña con forma de campana, en la que se cogían los peces. Esa era la clase de red que estaban manipulando Pedro y Andrés, y SantiagoJas. y Juan, cuando Jesús los vio. Se llamaba amfibléstron.
La red barredera se usaba desde una barca, o mejor desde dos. Se echaba al agua con cuerdas en las cuatro esquinas. Llevaba pesas en un lado; así que, como si dijéramos, se quedaba derecha de pie en el agua. Cuando las barcas iban remando con la red por detrás, ésta tomaba la forma de un gran cono, en el que cogían los peces y se traían a las barcas. Esta clase de red es la que se menciona en la parábola de la red; y se llamaba saguéné.
Jesús pasaba por la orilla del lago; conforme iba andando, llamó a Pedro y Andrés, y a SantiagoJas. y Juan. No tenemos que creer que era la primera vez que los veía, o ellos a Él. Según Juan el Evangelista, por lo menos algunos de ellos ya eran discípulos de Juan el Bautista (Jn 1:35 ). Sin duda ya habían hablado con Jesús y Le habían escuchado; pero fue en este momento cuando les llegó el desafío de una vez para siempre de asociarse con Él.
Los griegos solían contar cómo habían encontrado Jenofonte a Sócrates por primera vez. Sócrates se le encontró en una callejuela, y le cerró el paso con el bastón. Primero le preguntó si sabía dónde podía comprar esto y aquello, y si sabía dónde se hacía esto y lo otro. Jenofonte le dio la información requerida. A continuación Sócrates le preguntó:
-¿Sabes dónde hacen a los hombres buenos y virtuosos? -No -le contestó Jenofonte. Y entonces Sócrates le dijo:
-¡Pues sígueme y aprende!
Jesús también llamó así a estos pescadores a seguirle. Es interesante ver la clase de personas que eran. No eran gente de gran preparación intelectual, o influyente, o rica, o de posición social. Tampoco eran pobres. Eran simplemente trabajadores, sin una posición social especial y, seguro que cualquiera habría dicho, sin un gran futuro. Eran hombres normales y corrientes los que Jesús escogió.
Una vez acudió a Sócrates un hombre que no tenía nada especial, que se llamaba Esquines.
Soy un pobre hombre -le dijo-; no tengo nada más, pero me doy a ti.
¿Te das cuenta -le dijo Sócrates- de que me das lo que tiene más valor?
Lo que Jesús necesita es gente corriente que se Le den a sí mismos. Jesús puede hacer cualquier cosa con personas así.
Además, estos hombres eran pescadores. Muchos investigadores han indicado que un buen pescador tiene que tener estas cualidades que le pueden hacer un buen pescador de hombres.
(i) Debe tener paciencia. Debe aprender a esperar pacientemente hasta que piquen los peces. Si es inquieto y no se puede estar quieto nunca hará un buen pescador. El buen pescador de hombres tendrá necesidad de paciencia. Rara vez obtenemos resultados rápidos en la predicación o en la enseñanza. Tenemos que aprender a esperar.
(ii) Debe tener perseverancia. Tiene que aprender a no desanimarse nunca, sino seguir intentando. El buen predicador y maestro no debe desanimarse cuando no parece que sucede nada. Siempre debe estar dispuesto a intentar otra vez.
(iii) Debe tener coraje. Como decía un viejo griego cuando rezaba por la protección de los dioses: » ¡Mi barca es tan pequeña y el mar tan grande!» Debe estar dispuesto a arriesgarse y a arrostrar la furia de la mar y de la tempestad. El buen predicador y maestro debe ser consciente de que hay siempre un peligro en decirle a la gente la verdad. La persona que dice la verdad, más a menudo que lo contrario, se juega la reputación y la vida.
(iv) Debe tener vista para el momento oportuno. El pescador sensato sabe muy bien que hay veces que es inútil intentar pescar. Sabe cuándo echar la red y cuándo no. El buen predicador y maestro elige el momento. Hay veces que la gente recibe la verdad, y veces cuando la resiente. Hay veces que la verdad los mueve, y veces que la verdad los endurece en su oposición a la verdad. El predicador y maestro sensato sabe que hay un tiempo de hablar, y un tiempo de callar.
(v) Debe escoger el cebo de acuerdo con el pez. Un pez acudirá a un cebo, y otro a otro. Pablo decía que se hacía todo a todos para estar en condiciones de ganar a algunos. El predicador y maestro sensato sabe que el mismo enfoque no sirve para todas las personas. Puede que tenga que descubrir y reconocer sus propias limitaciones. Puede que tenga que descubrir que hay ciertos ambientes en los que puede trabajar y otros en los que no.
(vi) El pescador sensato tiene que mantenerse fuera de la vista. Si hace notar su presencia, o aun su sombra, seguro que los peces no picarán. El predicador y maestro sensato siempre tratará de presentarle a su audiencia, no su propia persona, sino a Jesucristo. Su objetivo es que la gente fije la mirada, no en él, sino en la Figura que está detrás.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
— lago de Galilea: Lit. mar de Galilea: Los hebreos empleaban la misma palabra para designar a una vasta extensión de agua. Mateo, Marcos y Juan (no, en cambio, Lucas -ver Luc 5:1 -) se acomodan a este uso para referirse al lago de Genesaret o Tiberíades (ver nota a Jua 6:1) que está situado en el norte de Palestina, en la cuenca alta del río Jordán, y que tiene 21 km de largo por 12 km de ancho. En sus orillas estaban asentadas numerosas y florecientes ciudades.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
El llamamiento de los primeros discípulos (ver Mar. 1:16-20; cf. Luc 5:1-11). Los asociados de Jesús en esta misión no sólo apoyarían, sino que ellos mismos llegarían a ser pescadores de hombres, ganando a nuevos súbditos para el reinado de Dios. Estos versículos muestran la dedicación completa que su participación con Jesús demandaría.
Simón, Jacobo y Juan (y en un grado menor Andrés) formaron el núcleo central del grupo de discípulos. Su llamamiento y respuesta inmediata pueden considerarse como típicos de todo el grupo.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
REFERENCIAS CRUZADAS
c 143 Mar 1:16
d 144 Jua 1:42
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
mar de Galilea. En el A.T. este lago era conocido como el mar de Cineret (Nm 34:11). En el N.T. es llamado también el mar de Tiberias (Jn 6:1; 21:1) o el lago de Genesaret (Lc 5:1). Este lago tiene unos 23 km de largo y 12 de ancho. Está a unos 210 metros bajo el nivel del mar. Mucho del ministerio de Cristo tuvo lugar alrededor de este lago.
Simón…Pedro. Véase coment. en 10:2.
Fuente: La Biblia de las Américas
18 (1) El ministerio del nuevo Rey no fue llevado, a cabo en la capital, sino junto al mar. El ministerio de Su precursor comenzó a la orilla de un río y consistía en sepultar a los religiosos y terminar la religión de ellos. El ministerio del nuevo Rey comenzó junto al mar y consistía en pescar hombres que no eran muy religiosos, los cuales vivían cerca del mar y no en el lugar santo, y también en hacerlos pescadores de nombres para el establecimiento del reino de los cielos.
18 (2) Cuando el Señor llamó a Pedro ya Andrés, éstos estaban echando la red en el mar. El hizo de ellos pescadores de hombres (v. 19). Con el tiempo, en el día de Pentecostés, Pedro llegó a ser el primer gran pescador para el establecimiento del reino de los cielos ( Hch_2:37-42 ; Hch_4:4).
18 (3) Lit, red en forma de arco.
18 (a) vs.18-22: Mar_1:16-20 ; Luc_5:1-11
18 (b) Jua_1:40-42 ; Mat_10:2 ; Mat_16:16
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
jábega… Gr. amfíblestron. Red barredera de gran valor, de unas cien brazas de largo.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
R1190 En este versículo, γάρ introduce una explicación por medio de un apéndice al hilo del pensamiento.
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
Gr. amphiblestron. Red de considerable valor, de unas cien brazas de largo.