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Comentario de Mateo 4:4 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Mateo 4:4 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Pero él respondió y dijo: —Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

4:4 El respondió y dijo: Escrito está: — Nosotros también podemos resistir al diablo por medio de citar textos bíblicos. ¡Hay textos apropiados para toda tentación! Al ser tentados, ¿nos acordamos de ellos? Esto no sólo requiere mucho estudio bíblico, sino también la memorización de textos, porque en el momento de la tentación muchas veces no habrá oportunidad para buscar textos en la Biblia. Un propósito principal de este relato de las tentaciones de Jesús es para enseñarnos cómo debemos resistir al diablo. Parece que algunos creen que para resistirlo se necesita alguna manifestación del Espíritu o algún poder especial, pero Jesús efectivamente resistió al diablo simplemente citando textos apropiados. Jesucristo, el Hijo de Dios, hizo lo que cada uno de nosotros puede hacer: citar un texto apropiado de la Escritura, y el diablo nos dejará. «Y tomad… la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios» (Efe 6:17). «La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros» (Col 3:16). «En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti» (Sal 119:11). El Señor promete dar «con la tentación la salida, para que podáis soportar» (1Co 10:13). ¿Qué mejor salida de la tentación que una cita apropiada la Biblia?

— No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. — Jesús cita Deu 8:3, «te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre»; es decir, les dio de comer de una comida desconocida a ellos, para que entendieran que deberían depender de Dios. También les dijo, «Tu vestido nunca se envejeció sobre ti, ni el pie se te ha hinchado en estos cuarenta años» (Deu 8:4). Si el pueblo de Israel hubiera hecho una lista de lo indispensable para ellos, sin duda habrían escrito «pan y agua», pero en realidad lo indispensable era confiar en Dios. Les convenía recordar las plagas, el Mar Rojo, qué pasó con el ejército de Faraón, el agua que salió de la roca, los codornices y el maná, etc., para estar completamente agradecidos con Dios.

¿Por qué había maná cada mañana con la excepción del séptimo día? Porque la palabra de Dios así lo decretó. ¿Por qué no había maná el séptimo día? Porque la palabra de Dios así lo decretó. ¿Por qué se echó a perder el maná si se guardara para otro día (con la excepción del sexto día)? Porque así lo indicaba la palabra de Dios. Cada noche, con la excepción de la sexta, el pueblo se acostaba sin tener pan para el siguiente día. Fue necesario depender de Dios, y también fue necesario que el pueblo aprendiera esta lección durante su estancia en el desierto, porque al entrar en la tierra que fluía leche y miel, todavía dependería de Dios, pero sería aun más difícil recordarlo (Deu 6:10-12). Jesús nos enseña a orar, «El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy» (6:11).

Al citar este texto Jesús está diciendo que no era necesario que El comiera pan para vivir, porque Dios le podría sostener sin pan. No tuvo temor de morir de hambre, y no pensaba abusar de su poder divino para proveer de una manera milagrosa lo que su cuerpo pedía. Comería cuando fuera la voluntad del Padre que comiera. No compartió la actitud del profano Esaú quien dijo, «He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura?» (Gén 25:32); más bien, en otra ocasión cuando los discípulos le instaban a que comiera, les dijo, «Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra» (Jua 4:34).

Así también nosotros vivimos «de toda palabra que sale de la boca de Dios» (por la voluntad y los arreglos de Dios). Muchos se sienten muy confiados porque tienen recursos y pueden conseguir los alimentos, y no se dan cuenta de que en realidad la vida viene de Dios y que El nos sostiene. El hombre quiere seguridad económica; Dios quiere que el hombre dependa de El. «El es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas» (Hch 17:25). El hombre no es un mero animal que exista para comer, pelear y procrear. Siendo hecho a la imagen de Dios, hay un propósito noble para su existencia. ¿Cuál es la razón o el propósito de nuestra existencia? ¿Estamos en el mundo solamente para comer para que el cuerpo físico siga funcionando? El propósito de nuestra vida aquí en la tierra es que hagamos la voluntad de Dios. Si en cualquier momento tenemos que tomar una decisión entre el salvar la vida o el morir por la fe, sin demorar debemos morir por la fe.

Por lo tanto, debemos confiar en Dios y buscar primeramente el reino de Dios y su justicia, sabiendo que las cosas materiales nos serán suplidas de acuerdo con su voluntad (Mat 6:33). Dios quiere que el hombre se concentre en satisfacer los deseos del alma y no sólo los del cuerpo.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Escrito está. Mat 4:7, Mat 4:10; Luc 4:4, Luc 4:8, Luc 4:12; Rom 15:4; Efe 6:17.

no sólo de pan vivirá el hombre. Deu 8:3; Luc 4:4.

sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Es decir, como dice el Dr. Campbell, «por todo lo que Dios se complace en nombrar»; para ρημα [G4487], que generalmente significa una palabra, es, por un hebraísmo, tomado aquí para algo, como davar en hebreo. Mat 14:16-21; Éxo 16:8, Éxo 16:15, Éxo 16:35; Éxo 23:15; 1Re 17:12-16; 2Re 4:42-44; 2Re 7:1, 2Re 7:2; Hag 2:16-19; Mal 3:9-11; Mar 6:38-44; Mar 8:4-9; Jua 6:5; Jua 6:31; Jua 6:63.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Escrito está. Cada una de las tres respuestas de Jesús al diablo fueron tomadas de Deuteronomio. Esta en particular, proveniente de Deu 8:3, afirma que Dios permitió que Israel padeciera hambre para así poder alimentarlo con maná y enseñarle a confiar en Él como su Sustentador. De esta forma, el versículo es perfectamente aplicable a las circunstancias de Jesús y una buena respuesta a la tentación de Satanás. De toda palabra que sale de la boca de Dios. Una fuente de sustento más importante que el alimento, que puede satisfacer nuestras necesidades espirituales de manera que nos beneficie por la eternidad mucho más que el alivio temporal al hambre físico.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

4:4 El respondió y dijo: Escrito está: — Nosotros también podemos resistir al diablo por medio de citar textos bíblicos. ¡Hay textos apropiados para toda tentación! Al ser tentados, ¿nos acordamos de ellos? Esto no sólo requiere mucho estudio bíblico, sino también la memorización de textos, porque en el momento de la tentación muchas veces no habrá oportunidad para buscar textos en la Biblia. Un propósito principal de este relato de las tentaciones de Jesús es para enseñarnos cómo debemos resistir al diablo. Parece que algunos creen que para resistirlo se necesita alguna manifestación del Espíritu o algún poder especial, pero Jesús efectivamente resistió al diablo simplemente citando textos apropiados. Jesucristo, el Hijo de Dios, hizo lo que cada uno de nosotros puede hacer: citar un texto apropiado de la Escritura, y el diablo nos dejará. «Y tomad… la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios» (Efe 6:17). «La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros» (Col 3:16). «En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti» (Sal 119:11). El Señor promete dar «con la tentación la salida, para que podáis soportar» (1Co 10:13). ¿Qué mejor salida de la tentación que una cita apropiada la Biblia?
— No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. — Jesús cita Deu 8:3, «te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre»; es decir, les dio de comer de una comida desconocida a ellos, para que entendieran que deberían depender de Dios. También les dijo, «Tu vestido nunca se envejeció sobre ti, ni el pie se te ha hinchado en estos cuarenta años» (Deu 8:4). Si el pueblo de Israel hubiera hecho una lista de lo indispensable para ellos, sin duda habrían escrito «pan y agua», pero en realidad lo indispensable era confiar en Dios. Les convenía recordar las plagas, el Mar Rojo, qué pasó con el ejército de Faraón, el agua que salió de la roca, los codornices y el maná, etc., para estar completamente agradecidos con Dios.
¿Por qué había maná cada mañana con la excepción del séptimo día? Porque la palabra de Dios así lo decretó. ¿Por qué no había maná el séptimo día? Porque la palabra de Dios así lo decretó. ¿Por qué se echó a perder el maná si se guardara para otro día (con la excepción del sexto día)? Porque así lo indicaba la palabra de Dios. Cada noche, con la excepción de la sexta, el pueblo se acostaba sin tener pan para el siguiente día. Fue necesario depender de Dios, y también fue necesario que el pueblo aprendiera esta lección durante su estancia en el desierto, porque al entrar en la tierra que fluía leche y miel, todavía dependería de Dios, pero sería aun más difícil recordarlo (Deu 6:10-12). Jesús nos enseña a orar, «El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy» (6:11).
Al citar este texto Jesús está diciendo que no era necesario que El comiera pan para vivir, porque Dios le podría sostener sin pan. No tuvo temor de morir de hambre, y no pensaba abusar de su poder divino para proveer de una manera milagrosa lo que su cuerpo pedía. Comería cuando fuera la voluntad del Padre que comiera. No compartió la actitud del profano Esaú quien dijo, «He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura?» (Gén 25:32); más bien, en otra ocasión cuando los discípulos le instaban a que comiera, les dijo, «Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra» (Jua 4:34).
Así también nosotros vivimos «de toda palabra que sale de la boca de Dios» (por la voluntad y los arreglos de Dios). Muchos se sienten muy confiados porque tienen recursos y pueden conseguir los alimentos, y no se dan cuenta de que en realidad la vida viene de Dios y que El nos sostiene. El hombre quiere seguridad económica; Dios quiere que el hombre dependa de El. «El es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas» (Hch 17:25). El hombre no es un mero animal que exista para comer, pelear y procrear. Siendo hecho a la imagen de Dios, hay un propósito noble para su existencia. ¿Cuál es la razón o el propósito de nuestra existencia? ¿Estamos en el mundo solamente para comer para que el cuerpo físico siga funcionando? El propósito de nuestra vida aquí en la tierra es que hagamos la voluntad de Dios. Si en cualquier momento tenemos que tomar una decisión entre el salvar la vida o el morir por la fe, sin demorar debemos morir por la fe.
Por lo tanto, debemos confiar en Dios y buscar primeramente el reino de Dios y su justicia, sabiendo que las cosas materiales nos serán suplidas de acuerdo con su voluntad (Mat 6:33). Dios quiere que el hombre se concentre en satisfacer los deseos del alma y no sólo los del cuerpo.

Fuente: Notas Reeves-Partain

Deu 8:3 (según la versión griega de los LXX).

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) Véase Ap. 1D.

REFERENCIAS CRUZADAS

f 119 Deu 8:3; Luc 4:4; Jua 4:34

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

no sólo de pan. Esta cita viene de Dt 8:3, en el contexto de la maravillosa provisión de Dios para Israel en el desierto. Satanás no puede invalidar las Escrituras, aunque sí puede torcer su significado.

Fuente: La Biblia de las Américas

4 (1) El Rey recién ungido no hizo frente a la tentación del enemigo por medio de Sus propias palabras, sino por medio de las Escrituras.

4 (2) El diablo tentó al nuevo Rey induciéndole a ocupar Su posición de Hijo de Dios: Pero El respondió con las palabras de las Escrituras: «El hombre… «, indicando que mantenía Su posición como hombre para hacer frente al enemigo. Los demonios llaman a Jesús Hijo de Dios (8:29), sin embargo, los espíritus malignos no confiesan que Jesús vino en carne ( 1Jn_4:3), porque al confesar que Jesús es hombre, reconocerían que están derrotados. Aunque los demonios confiesan que Jesús, es el Hijo de Dios, el diablo no permitirá que la gente crea que El es el Hijo de Dios, porque así las personas serían salvas ( Jua_20:31).

4 (3) Esto indica que el Señor Jesús tomó la palabra de Dios, en las Escrituras, como Su pan y vivió de ella.

4 (4) Gr. réma, la palabra para el momento, la cual difiere de lógos, la palabra constante. En esta tentación, todas las palabras que el Señor citó de Deuteronomio, eran lógos, la palabra constante de las Escrituras. Pero cuando El las citó, se convirtieron en réma, la palabra aplicada a Su situación.

4 (5) Toda la Escritura es dada por el aliento de Dios ( 2Ti_3:16). Por tanto, las palabras de las Escrituras son las palabras que salen de la boca de Dios.

4 (a) Deu_8:3

4 (b) Jer_15:16 Jua_6:63 2Ti_3:16

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

Palabra…Deu 8:3.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

R604 La preposición ἐπί tiene aquí la idea de fundamento: vivir de pan.

B68 El verbo ζήσεται parece que se usa como un futuro de imperativo (volitivo, el hombre no vivirá).

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

g Deu 8:3.

Fuente: La Biblia Textual III Edición