“Habéis oído que fue dicho: No cometerás adulterio.
Mat 5:27-30, Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio 28 Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. 29 Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno 30 Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. COMETER ADULTERIO EN EL CORAZÓNFuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
No cometerás adulterio. Éxo 20:14; Lev 20:10; Deu 5:18; Deu 22:22-24; Pro 6:32.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
mira a una mujer para codiciarla: Un hombre que mira con intensidad a una mujer con el propósito de desearla en términos sexuales, comete adulterio mental.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Citado de Éxo 20:14; Deu 5:18.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Mat 5:27-30, Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio 28 Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. 29 Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno 30 Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.
COMETER ADULTERIO EN EL CORAZÓN
Introducción.
A. Los discípulos de Jesús habían oído mucha denuncia del adulterio (adulterio físico), Éxo 20:14, pero ¿qué tanto énfasis se daba al décimo mandamiento (Éxo 20:17, «No codiciarás la mujer de tu prójimo»)?
B. Jesús condena el adulterio en el corazón, que es la causa del adulterio físico; es decir, no basta con no cometer el adulterio físico. Cristo quiere corazones limpios (Mat 5:8) en los cuales no haya adulterio.
I. «Cualquiera que mira a una mujer para codiciarla…»
A. Jesús no habla de «mirar» a una mujer para conversar con ella, ni de mirarla para admirar y apreciar su belleza, sino que habla de la mirada prolongada y sensual para codiciarla.
B. La palabra clave es para, que indica intento, disposición, o propósito. La mira para, con el propósito de, codiciarla. Compárese Mat 6:1, «para ser vistos de ellos». (1). El mirar a una mujer para codiciarla significa estimular y excitar las pasionespara cometer en el pensamiento el acto de adulterio con ella, es decir, llevar a cabo el acto de adulterio en la imaginación. (2). Tal adulterio en el corazón precede y es la causa del adulterio físico. (3). El que mira a una mujer para codiciarla es capaz también de cometer el acto físico de adulterio en un momento de tentación fuerte cuando no hay temor de ser descubierto. (4). La enseñanza de Jesús se dirige en gran manera a los pensamientos y deseos del corazón, como la fuente del pecado (Mat 15:19-20; Mar 7:21-23).
C. Este mismo mal sucede con respecto a muchos pecados. (1). El matar. Véase el sermón sobre Mat 5:21-22. Dos causas principales del homicidio son el enojo y las palabras abusivas. Muchas personas nunca matan a nadie, pero ¿cuántas personas quisieran matar (o por lo menos, golpear) a otro si pudieran escapar de las consecuencias? Su fantasía es ahogar o matar a balazos a la persona que les atormenta. Esto es cometer homicidio en el corazón. (2). El robar. ¿Cuántas personas que no han robado codician en su corazón como Acán (Jos 7:21)? Si pudieran escapar del castigo ¿no robarían los tales? Esto es robo en el corazón. (3). El bailar. Los cristianos saben que no deben bailar, y que ni deben ir al baile para observar a los que bailan. Pero ¿cuántos se divierten fantaseando que participan en el baile? Esto es bailar en el corazón. (4). Volver a Egipto. Los israelitas comían el maná que Dios les dio, pero en su corazón comían «el pescado… los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos» que habían dejado en Egipto (Núm 11:4-5). Tenían «vivo deseo» de volver a Egipto. Sin duda comían diariamente aquella comida de Egipto en sus corazones; es decir, con su imaginación reproducían el acto de comer esas comidas predilectas. Sin duda tales pensamientos producían bastante saliva en sus bocas. La imaginación es un instrumento muy fuerte, tan fuerte que el cuerpo no distingue la diferencia entre lo imaginado y lo verdadero. ¿Cuántos hermanos vuelven diariamente al mundo para seguir participando de las cosas que supuestamente habían dejado? (5). Así es el adulterio en el corazón. Es reproducir o llevar a cabo en la imaginación el acto mismo. ¡Tal codicia es pecado! ¡Es adulterio!
D. Jesús condena el uso de los ojos para codiciar. (1). Mat 6:22-23, habla del ojo bueno y del ojo maligno. (2). 2Pe 2:14 los ojos llenos de adulterio. (3). Acán usó los ojos para codiciar, Jos 7:21. Obsérvese el proceso de su caída: «Vi… lo cual codicié y tomé… está escondido». (4). David usó los ojos para codiciar, 2Sa 11:2-4. Quebrantó tres mandamientos: no codiciar, no adulterar, no matar. El proceso siempre es lo mismo: Ver… codiciar (pecar en el corazón)… pecar físicamente. (5). Pablo no usó los ojos para codiciar, Hch 20:33.
II. ¿Cómo tienta Satanás a los hombres a codiciar mujeres?
A. Por la asociación con mujeres tentadoras. (1). Pro 6:25, hablando de la «mala mujer» (ver 24), dice, «No codicies su hermosura en tu corazón». Pero lo primero es evitar su compañía. (2). 1Co 15:33, «No os dejéis engañar. Las malas compañías corrompen las buenas costumbres» (LBLA). Esta amonestación no se limita a las mujeres cantineras y prostitutas. Muchos hermanos caen en fornicación, y casi nunca se oye decir que fue con alguna prostituta. Bien puede ser con alguna hermana en Cristo.
B. Por estar asociado todos los días con alguna mujer (o con varias) en el trabajo o en otras actividades. (1). Todos los días muchos hermanos pasan menos horas con sus esposas que con otras mujeres (asimismo muchas hermanas que trabajan fuera del hogar están asociadas más tiempo con otros hombres que con sus propios esposos). (2). Esto es por causa del trabajo y otras actividades legítimas, pero es una trampa peligrosísima, en la cual siguen cayendo gran número de hermanos (incluyendo a muchos predicadores). (Al propósito de esto: conviene que el predicador lleve consigo a su esposa para dar estudios bíblicos a mujeres).
C. Por la televisión, por libros, por revistas. Aun para la propaganda, sea para vender autos o pasta dental, se exhiben mujeres casi desnudas y con acciones seductoras. (1). Tal vez el peligro más grande en tiempos modernos es la televisión. Es un medio poderoso para comunicar pensamientos, la mayoría de los cuales son malos. (2). La mente es bombardeada constantemente con películas indecentes que nutren, estimulan y excitan los deseos, las pasiones, y los impulsos más bajos.
D. Por la ropa deshonesta y provocativa de muchas mujeres: «shorts», minifaldas, ropa muy ajustada al cuerpo (pantalones como «jeans», también faldas y vestidos), ropa transparente, faldas con costura muy abierta (tablones abiertos), vestidos y blusas que descubren los hombros y parte de los senos, etc.
E. Pero sea lo que fuere la tentación o provocación, es pecado mirar a la mujer para codiciarla. Es adulterio.
III. ¿Qué se puede hacer para no codiciar?
A. Cortar la mano, sacar el ojo. Mat 5:29-30, «Mejor te es» la cirugía espiritual. Evitar o vencer la tentación, cueste lo que cueste. No hay sacrificio demasiado severo, ni precio demasiado caro que pagar para salvar el alma.
B. Hacer pacto con los ojos. Job 31:1 «Hice pacto con mis ojos». Sal 119:37, «Aparta mis ojos que no vean vanidad». Es ineludible que veamos muchas cosas, pero podemos tener mucho control sobre lo que veamos, y podemos tener control sobre los pensamientos.
C. Hacer pacto con el corazón. Recuérdese siempre lo que dice Stg 1:14, que cada uno es tentado cuando de sus propios deseos malos es seducido. (1). La palabra diablo significa tentador. El tentador más peligroso es nuestro propio corazón. (2). Según esto, se puede decir que el peor diablo (tentador) de cada uno es su propio corazón, si hay malos pensamientos y deseos. (3). Somos acosados diariamente por el propio corazón. Esta condición es semejante al suicidio. Los que se destruyen por causa del corazón corrupto se destruyen solos.
D. Huir. 1Co 6:18; 1Co 10:14; 2Ti 2:22. Hay salida de las tentaciones, 1Co 10:13. Recuérdese el ejemplo de José, Gén 39:12. Literalmente huyó.
E. La salida principal de esta tentación es el matrimonio. Para «salir» de la tentación de mirar a una mujer para codiciarla «cásense». (1). 1Co 7:2, «pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido». (2). En algunas culturas se demoran mucho tiempo en casarse. Se cree que es indispensable educarse, tener buen empleo (o negocio), casa, muebles, etc. Si se puede esperar, bien, pero recuérdese que «mejor es casarse que estarse quemando» (1Co 7:9), aunque el matrimonio estorbe los planes económicos.
F. No separarse. Habiéndose casado hágase todo esfuerzo posible para que el matrimonio dure hasta la muerte, porque la separación (el divorcio) acaba con la protección contra la fornicación.
G . No basta con no cometer adulterio, porque es pecado mirar a una mujer para codiciarla (cometer adulterio con ella en el corazón).
Fuente: Notas Reeves-Partain
EL DESEO PROHIBIDO
Mateo 5:27-28
Habéis oído que se dijo: «No debes cometer adulterio.» Pero Yo os digo: El que mira a una mujer de tal forma que despierta en sí mismo deseos prohibidos hacia ella, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón.
Aquí tenemos el segundo ejemplo del nuevo nivel de Jesús. La Ley establecía: » No cometerás adulterio» (Ex 20:14 ). Los maestros judíos tenían una opinión tan seria del adulterio que las partes culpables no se podían castigar nada más que con la muerte (Lv 20:10 ); pero, una vez más Jesús establece que no constituye delito a los ojos de Dios solamente la acción prohibida, sino también el pensamiento prohibido.
Es necesario que entendamos lo que Jesús está diciendo aquí. No está hablando de un deseo natural, normal, que es parte del instinto y de la naturaleza humana. Según el sentido literal del original el hombre que se condena es el que mira a una mujer con la intención deliberada de desear aprovecharse de ella. El hombre que se condena es el que usa deliberadamente sus ojos para despertar su concupiscencia, el hombre que mira de tal manera que despierta la pasión y estimula deliberadamente el deseo.
Los rabinos judíos conocían muy bien la manera en que se pueden usar los ojos para estimular los malos deseos. Tenían sus dichos. «Los ojos y las manos son los agentes del pecado.» «El ojo y el corazón son las dos asistentas del pecado.» «Las pasiones se aposentan solamente en el que ve.» «¡Ay del que sigue a sus ojos, porque son adúlteros!» Y alguien ha dicho: «Hay un deseo interior del que el adulterio es solamente el fruto.»
En un mundo tentador hay muchas cosas diseñadas deliberadamente para excitar el deseo: libros, carteles, revistas, fotografías, películas y anuncios. El hombre que Jesús condena aquí es el que usa deliberadamente sus ojos para estimular sus deseos; el hombre que encuentra un extraño placer en cosas que despiertan su deseo de lo prohibido. Todas las cosas son limpias para los limpios. Pero el hombre cuyo corazón está contaminado encuentra algo para despertar y excitar el mal deseo en cualquier situación.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Éxo 20:14; Deu 5:18.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
t 205 Éxo 20:14; Deu 5:18; Luc 18:20; Rom 13:9
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
27 (a) Éxo_20:14 ; Deu_5:18
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
adulterarás… → Éxo 20:14; Deu 5:18.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
g Éxo_20:14; Deu 5:18.