Comentario de Mateo 5:3 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
“Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
bienaventurados. Mat 5:4-11; Mat 11:6; Mat 13:16; Mat 24:46; Sal 1:1; Sal 2:12; Sal 32:1, Sal 32:2; Sal 41:1; Sal 84:12; Sal 112:1; Sal 119:1, Sal 119:2; Sal 128:1; Sal 146:5; Pro 8:32; Isa 30:18; Luc 6:20, Luc 6:21; Luc 11:28; Jua 20:29; Rom 4:6-9; Stg 1:12; Apo 19:9; Apo 22:14.
los pobres en espíritu. Mat 11:25; Mat 18:1-3; Lev 26:41, Lev 26:42; Deu 8:2; 2Cr 7:14; 2Cr 33:12, 2Cr 33:19, 2Cr 33:23; 2Cr 34:27; Job 42:6; Sal 34:18; Sal 51:17; Pro 16:19; Pro 29:23; Isa 57:15; Isa 61:1; Isa 66:2; Jer 31:18-20; Dan 5:21, Dan 5:22; Miq 6:8; Luc 4:18; Luc 6:20; Luc 18:14; Stg 1:10; Stg 4:9, Stg 4:10.
porque de ellos es el reino de los cielos. Mat 3:2; Mat 8:11; Mar 10:14; Stg 2:5.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Las bienaventuranzas (del latín beatus que significa «bendecido») se componen de tres elementos: una declaración de bendición, una condición de vida y la razón por la que el receptor debe considerarse bendecido. La declaración de bendición se encuentra en la palabra bienaventurado que introduce cada bienaventuranza. En el griego, esta significa literalmente «la felicidad de» (Sal 1:1). En realidad era una forma de felicitación. El segundo elemento de bienaventuranza no describe tipos distintos de personas, sino que es un cuadro compuesto del tipo de persona que heredará el Reino de Cristo (1Co 6:10; Gál 5:21). La tercera parte de cada bienaventuranza apunta a algún aspecto del Reino venidero. Como el individuo con las cualidades descritas en estas bienaventuranzas entrará en el Reino, recibirá la felicitación.
EN FOCO
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«Bienaventurados»
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(Gr. makários) (Mat 5:3; Luc 6:20-22; Rom 4:7, Rom 4:8; Stg 1:12, Stg 1:25) # en Strong G3107: Esta palabra griega se deriva de la raíz mak que significa «grande» o «largo», y quiere decir: «afortunado» o «feliz». La palabra griega se usó en la literatura griega, en la Septuaginta (la traducción griega del AT. y en el NT. para describir el tipo de felicidad que viene de recibir el favor divino. La palabra podría traducirse por feliz. En el NT. usualmente está en voz pasiva, y es Dios quien está bendiciendo o favoreciendo a la persona.
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Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Bienaventurados los pobres en espíritu. La idea de que Dios bendice al humilde y resiste al soberbio también puede ser encontrada en Pro 3:34 y Stg 4:6.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
BIENAVENTURADOS LOS POBRES EN ESPÍRITU. La palabra «bienaventurados» se refiere al bienestar de los que, debido a su relación con Cristo y su Palabra, reciben el reino de Dios, que incluye su amor, su cuidado, su salvación y su presencia diaria (véanse Mat 14:19, nota; Luc 24:50, nota). Hay ciertos requisitos a cumplir si se desea recibir las bendiciones del reino de Dios; hay que guiarse por los procedimientos y los valores de Dios revelados en las Escrituras y no por los procedimientos y los valores del mundo. El primero de esos requisitos es ser «pobres en espíritu». Se debe reconocer que nadie es espiritualmente autosuficiente; todos necesitan la vida, el poder y la gracia sustentadora del Espíritu Santo a fin de heredar el reino de Dios.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
Bienaventurados. La palabra significa literalmente «feliz, afortunado, dichoso». Se refiere aquí a algo más que una emoción superficial. Jesús describe aquí el bienestar divinamente concedido que solo pertenece al creyente. Las Bienaventuranzas demuestran que el camino a las bendiciones celestiales es contrario al camino mundano normalmente seguido en búsqueda de la felicidad. La idea del mundo es que la felicidad se fundamenta en riquezas, alegría, abundancia, lujos y cosas semejantes. La verdad es totalmente opuesta. Las Bienaventuranzas ofrecen la descripción de Jesús del carácter de la verdadera fe. pobres en espíritu. Lo opuesto a la autosuficiencia. Se refiere a la profunda humildad de reconocer la absoluta bancarrota espiritual de sí mismo cuando estamos apartados de Dios. Esto describe a aquellos que están agudamente conscientes de su estado de perdición y carencia de esperanza fuera de la gracia divina (cp. Mat 9:12; Luc 18:13). Vea la nota sobre Mat 19:17. de ellos es el reino de los cielos. Vea la nota sobre Mat 3:2. Note que la verdad de la salvación por la gracia es claramente presupuesta en este primer versículo del Sermón del Monte. Jesús estaba enseñando que el reino es un regalo de gracia para aquellos que perciben su propia pobreza de espíritu.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
LA SUPREMA BIENAVENTURANZA
Mateo 5:3
Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Antes de estudiar en detalle cada una de las bienaventuranzas hay dos Hechos generales que debemos apuntar.
(i) En la primera parte de cada bienaventuranza no hay ningún verbo. Se podría esperar son después de la primera palabra, como aparece en las biblias inglesas, en cursiva para indicar que se ha añadido. ¿Por qué es así? Jesús no dijo las bienaventuranzas en griego; Él hablaba arameo, una lengua emparentada con el hebreo. Estas dos tienen una forma de expresión muy corriente, que es en realidad una exclamación y que quiere decir: «¡Oh la bienaventuranza de…!» Esa expresión (ashré en hebreo) es muy corriente en el Antiguo Testamento. Por ejemplo, el primer Salmo empieza en hebreo: » ¡Oh la bienaventuranza del hombre que no anda en el consejo de los impíos!» (Sal 1:1 ), que es la forma que uso Jesús en las bienaventuranzas. Es decir, que las bienaventuranzas no son simplemente afirmaciones, sino exclamaciones: » ¡Oh la bienaventuranza de los pobres en espíritu!»
Esto tiene mucha importancia, porque quiere decir que las bienaventuranzas no son piadosas esperanzas de algo que puede ser; no son luminosas pero irreales profecías de alguna futura bienaventuranza; son felicitaciones de algo que ya se es. La bienaventuranza que pertenece al cristiano no se pospone a algún futuro reino de gloria; es una bienaventuranza que existe aquí y ahora. No es algo en lo que el cristiano entrará; es algo donde ya ha entrado.
Es verdad que alcanzará su plenitud y su consumación en la presencia de Dios; pero a pesar de eso es una realidad presente que se disfruta aquí y ahora. Las bienaventuranzas dicen en efecto: » ¡Oh la bendición de ser cristiano! ¡Oh el gozo de seguir a Cristo! ¡Oh la diáfana felicidad de conocer a Jesucristo como Maestro, Salvador y Señor!» La misma forma gramatical de las bienaventuranzas es una afirmación de la emoción jubilosa y la radiante dicha de la vida cristiana. Ante la realidad de las bienaventuranzas, un cristianismo triste y tenebroso es inconcebible.
(ii) La palabra bienaventurado que se usa en cada una de las bienaventuranzas es una palabra muy especial. Es la palabra griega makarios. Makarios es un término que se aplica especialmente a los dioses. En el Cristianismo se participa de la alegría de Dios.
El sentido de makarios se puede comprender mejor por un uso particular de esta palabra. Los griegos siempre llamaban a la isla de Chipre hé makaria (la forma femenina del adjetivo), que quiere decir La Isla Feliz, porque creían que Chipre era tan preciosa, tan rica, y tan fértil que no habría necesidad de buscar más allá de sus costas para encontrar la vida perfectamente feliz. Tenía tal clima, tales flores y frutos y árboles, tales minerales, tales recursos naturales que contenía todos los materiales necesarios para la perfecta felicidad.
Makarios, pues, describe ese gozo que tiene su secreto en sí mismo, ese gozo que es sereno e inalterable y autosuficiente, ese gozo que es completamente independiente de todos los azares y avatares de la vida. La palabra española bienaventuranza delata su origen. Contiene la palabra ventura, que indica que es algo que depende de las circunstancias cambiantes de la vida, algo que la vida puede dar pero puede igualmente destruir. La bendición cristiana es totalmente inexpugnable e indestructible. «Nadie -dijo Jesús- os quitará vuestro gozo» (Jn 16:22 ). Las bienaventuranzas nos hablan de ese gozo que nos busca a través del dolor, ese gozo que la tristeza y la pérdida, el dolor y la angustia, no pueden afectar, ese gozo que brilla a través de las lágrimas, y que nada en la vida o en la muerte puede arrebatar.
El mundo puede ganar sus goces, y los puede igualmente perder. Los cambios de la fortuna, el colapso de la salud, el fracaso de un plan, la desilusión de una ambición, hasta un cambio atmosférico pueden llevarse el gozo frágil que el mundo puede dar. Pero el cristiano tiene el gozo sereno e inalterable que viene de caminar para siempre en la compañía y en la presencia de Jesucristo.
La grandeza de las bienaventuranzas es que no son vislumbres imaginadas de alguna futura belleza; no son promesas doradas de alguna gloria distante; son gritos triunfantes de bendición por un gozo permanente que nada en el mundo puede arrebatar.
LA BENDICIÓN DE LOS INDIGENTES
Mateo 5:3 (conclusión)
Parece una manera sorprendente de empezar a hablar acerca de la felicidad el decir: «¡Benditos los pobres en espíritu!» Hay dos enfoques para llegar al sentido de la palabra pobre.
Como aparece en las bienaventuranzas en griego, la palabra que se usa para pobre es la palabra ptójos. Está la palabra pénes. Pénes describe a la persona que tiene que trabajar para ganarse la vida; la definían los griegos como la palabra que describe a un hombre como autodiákonos, es decir, el hombre que subviene sus propias necesidades con sus propias manos. Pénes describe al trabajador, que no tiene nada superfluo, que no es rico pero tampoco es un indigente. Pero, como ya hemos visto, no es pénes la palabra que se usa en esta bienaventuranza sino ptójos, que describe la pobreza absoluta y abyecta. Está conectada con la raíz ptóssein, que quiere decir encogerse o acobardarse; y describe la pobreza que golpea hasta poner de rodillas. Como se ha dicho, pénes describe al hombre que no tiene nada superfluo; ptójos describe al hombre que no tiene absolutamente nada. Eso hace esta bienaventuranza aún más sorprendente. Bendito el hombre que está aquejado por una pobreza abyecta y absoluta. Bendito es el hombre que está absolutamente indigente.
Como ya hemos visto también, las bienaventuranzas no se dijeron originalmente en griego, sino en arameo. Ahora bien, los judíos tenían una manera especial de usar la palabra pobre. En hebreo la palabra es `aní o ebyón. estas palabras experimentaron en hebreo un desarrollo de cuatro etapas en su significado. (i) Empezaron significando simplemente pobre. (ii) Pasaron a significar, porque pobre, por tanto no teniendo influencia o poder o ayuda, o prestigio. (iii) Pasaron a significar, por no tener influencia, por tanto avasallados y oprimidos por los hombres. (iv) Por último pasaron a describir al hombre que, porque no tiene absolutamente ningunos recursos terrenales, pone toda su confianza en Dios.
Así es que en hebreo la palabra pobre se usaba para describir a la persona humilde e indigente que pone toda su con fianza en Dios. Es así como usa la palabra el salmista cuando escribe: » Este pobre clamó, y le oyó el Señor, y le libró de todos sus temores» (Sal 34:6 ). De hecho es cierto que en los Salmos el pobre, en este sentido del término, es el hombre bueno al que Dios ama. «La esperanza de los pobres no perecerá perpetuamente» (Sal 9:18 ). Dios libra a los pobres (Sal 35:10 ). «Por tu bondad, Dios, has provisto para el pobre» (Sal 68:10 ). » Defenderá la causa de los pobres del pueblo» (Sal 72:4 ). «Levanta de la miseria al pobre y hace multiplicar sus familias como a rebaños de ovejas» (Sal 107:41 ). » A sus pobres saciaré de pan» (Sal 132:1 132:15). En todos estos casos, el pobre es el humilde, la persona indefensa que ha puesto su confianza en Dios.
Ahora tomemos los dos lados, el griego y el arameo, y juntémoslos. Ptójos describe al hombre totalmente indigente, que no tiene absolutamente nada; `aní y ebyón describe al pobre, humilde e indefenso que ha puesto toda su confianza en Dios. Por tanto, » benditos los pobres en espíritu» quiere decir:
¡Bendita la persona que es consciente de su total indefensión, y que pone toda su confianza en Dios!
Si una persona es consciente de su total destitución y ha puesto toda su confianza en Dios, entrarán en su vida dos cosas que son como las dos caras de la misma realidad. Estará totalmente desligado de las cosas, porque sabrá que las cosas no tienen la capacidad de dar felicidad o seguridad; dependerá totalmente de Dios, porque sabrá que sólo Dios puede darle ayuda, y esperanza, y fuerza. La persona que es pobre en espíritu se ha dado cuenta de que las cosas no quieren decir nada, y Dios quiere decir todo.
Debemos tener cuidado con pensar que esta bienaventuranza considera una cosa buena la actual pobreza material. La pobreza no es nada bueno. Jesús no habría llamado nunca bendito a un estado en que las personas viven en chabolas y no tienen suficiente de comer, y en que la salud se deteriora porque todo está en su contra. Esa clase de pobreza es un mal que el Evangelio trata de eliminar. Tampoco se refiere a ser pobres de espíritu en el sentido corriente de ser faltos de carácter. La pobreza que es bendita es la pobreza en espíritu, cuando la persona se da cuenta de su absoluta falta de recursos para enfrentarse con la vida, y encuentra su ayuda y fuerza solamente en Dios.
Jesús dice que a tal pobreza pertenece el Reino del Cielo. ¿Por qué había de ser así? Si tomamos las dos peticiones de la Oración Dominical y las ponemos juntas:
Venga Tu Reino.
Hágase Tu voluntad en la Tierra como en el Cielo, obtenemos la definición: El Reino de Dios es una sociedad en la que la voluntad de Dios se realiza tan perfectamente en la Tierra como en el Cielo. Eso quiere decir que sólo el que hace la voluntad de Dios es ciudadano del Reino; y sólo podemos hacer la voluntad de Dios cuando somos conscientes de nuestra absoluta indefensión, ignorancia e incapacidad para enfrentarnos con la vida, y cuando ponemos toda nuestra confianza en Dios. La obediencia se funda siempre en la confianza. El Reino de Dios es la posesión de los pobres en espíritu, porque son ellos los que se han dado cuenta de su absoluta incapacidad aparte de Dios, y han aprendido a confiar y a obedecer.
Así pues, esta bienaventuranza quiere decir:
¡AH, LA BIENAVENTURANZA DEL QUE ES CONSCIENTE DE SU PROPIA Y TOTAL INDEFENSIÓN, Y QUE HA PUESTO TODA SU CONFIANZA EN DIOSA PORQUE SÓLO ASÍ PUEDE RENDIR A DIOS AQUELLA PERFECTA OBEDIENCIA QUE LE HARÁ CIUDADANO DEL REINO DEL CIELO
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Ver Mat 5:19-20.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Isa 61:1-3; Sal 1:1.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
La buena vida (cf. Luc. 6:20-22). El discurso se inicia con un cuadro completo del verdadero discípulo que son las ocho “bienaventuranzas”. Ni la palabra bienaventurados ni “felices” traducen adecuadamente makarios, que viene a ser, más bien, un término de felicitación o recomendación. Estas cualidades deben ser envidiadas e imitadas; son las que componen “la buena vida”. Cada una es seguida con una razón, señalando que nadie será perdedor siguiendo este camino de vida, por más que parezca poco prometedor a corto plazo. Las recompensas se hallan en la experiencia al nivel espiritual y en la relación con Dios en vez de las recompensas materiales. La frase clave, que abre y cierra las series, es porque de ellos es el reino de los cielos. Esto se refiere a aquellos que reconocen a Dios como Rey y quienes, por lo tanto, ven con anticipación el cumplimiento de su propósito en sus vidas.
Luc. 6:20-22 contiene sólo cuatro bienaventuranzas, balanceadas por cuatro “ayes”. Están expresadas en la segunda persona y tratan de las condiciones materiales y sociales de los discípulos, en vez de las cualidades espirituales presentadas aquí.
Nota. 3 Pobres en espíritu se parece a las expresiones del AT acerca de los “pobres” o los “mansos”, las gentes de Dios oprimidas quienes, a pesar de todo, confían en él para su liberación. Este versículo y el que sigue hacen eco de Isa. 61:1, 2, mientras que el v. 5 se basa en el Sal. 37:11, otro pasaje que contrasta a los “pobres” con los “malos”.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
NOTAS
(1) “Felices.” Gr.: Ma·ká·ri·oi; lat.: be·á·ti, traducido frecuentemente al español como “bienaventurados”.
(2) O: “los que son mendigos del espíritu”.
REFERENCIAS CRUZADAS
a 158 Luc 6:20; 1Co 2:14
b 159 Stg 2:5
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Bienaventurados. La palabra griega describe a uno que es afortunado, feliz, o digno de ser felicitado. Este pasaje conocido como el Sermón del Monte o las Bienaventuranzas, consiste de una serie de paradojas. En cada caso Jesús dice que los que el mundo considera infelices o desafortunados, en realidad son los bienaventurados, porque les espera una recompensa de Dios. Jesús describe las características de aquellos que heredarán el reino de los cielos porque responden al evangelio con fe. La fe genuina se hace evidente por las características que Jesús menciona en el Sermón del Monte. Jesús describe a los que responden al evangelio, y no a cualquier individuo que pudiera parecer buena persona.
los pobres en espíritu. La frase en espíritu modifica a pobres, que normalmente se refiere a los que no tienen posesiones materiales ni para las necesidades de la vida. Aquí los pobres, lo que no tienen es el egoísmo y la arrogancia de los fariseos que creían que sus esfuerzos y méritos les habían concedido una posición especial delante de Dios (cp. Lc 18:9– 14).
Fuente: La Biblia de las Américas
3 (1) La palabra griega implica dichosos. También se puede traducir benditos y dichosos. Asimismo en los versículos siguientes. Lo dicho por el nuevo Rey, lo cual es la constitución del reino de los cielos, es una revelación del vivir espiritual y de los principios celestiales del reino de los cielos. Se compone de siete secciones. La primera sección, los vs.3-12, describe la naturaleza del pueblo del reino de los cielos, pueblo que disfruta de nueve bendiciones. Ellos son pobres en espíritu, lloran por la situación reinante, son mansos al sufrir oposición, tienen hambre y sed de justicia, son misericordiosos para con los demás, tienen un corazón puro, hacen la paz, padecen persecución por causa de la justicia, y son vituperados y deshonrados por causa del Señor.
3 (2) Ser pobre en espíritu no sólo significa ser humilde, sino también desprendido en el espíritu, en lo profundo del ser, sin aferrarse a las cosas viejas de la vieja dispensación, sino descargándose de todo eso para recibir las cosas nuevas, las cosas del reino de los cielos.
3 (3) La palabra espíritu aquí no se refiere al Espíritu de Dios, sino a nuestro espíritu humano, la parte más profunda de nuestro ser, el órgano con el cual tenemos contacto con Dios y conocemos las cosas espirituales. Para comprender y poseer el reino de los cielos necesitamos ser pobres, desprendidos, descargados, en esta parte de nuestro ser. Esto implica que el reinó de los cielos no es material, sino espiritual.
3 (4) Reino de los cielos es una expresión usada exclusivamente por Mateo, lo cual indica que el reino de los cielos es diferente del reino de Dios (véase el diagrama de las págs.30-31), el cual es la expresión que se menciona en los otros tres evangelios. El reino de Dios es el reinado general de Dios, desde la eternidad pasada hasta la eternidad futura. Abarca la eternidad sin principio, anterior a la fundación del mundo, los patriarcas elegidos (incluyendo el paraíso de Adán), la nación de Israel en el Antiguo Testamento, la iglesia en el Nuevo Testamento, el reino milenario venidero (incluyendo su parte celestial, es decir, la manifestación del reino de los cielos, y su parte terrenal, es decir; el reino mesiánico), y el cielo nuevo y la tierra nueva con la Nueva Jerusalén en la eternidad. El reino de los cielos es una sección específica dentro del reino de Dios, compuesta sólo de la iglesia hoy y de la parte celestial del reino milenario venidero. Así que, en el Nuevo Testamento, especialmente en los otros tres evangelios, el reino de los cielos, una sección del reinó de Dios, también es llamado «el reino de Dios». En el Antiguo Testamento el reino de Dios, de modo general, ya estaba con la nación de Israel (21:43); el reino de los cielos, de modo específico, todavía no había llegado; sólo se acercó cuando vino Juan el Bautista (3:1-2; 11:11-12).
Según el Evangelio de Mateo, el reino de los cielos tiene tres aspectos: la realidad, la apariencia y la manifestación. La realidad del reino de los cielos es su contenido interior con respecto a su naturaleza celestial y espiritual, como fue revelado por el nuevo Rey, en el monte, en los caps.5-7. La apariencia del reino de los cielos es el estado exterior y nominal del reino de los cielos, como lo reveló el Rey junto al mar en el cap.13. La manifestación del reino de los cielos es la venida práctica del reino de los cielos en poder, como lo reveló el Rey en el monte de los Olivos en los caps. 24-25. Tanto la realidad como la apariencia del reino de los cielos están hoy en la iglesia. La realidad del reino de los cielos es la vida apropiada de iglesia ( Rom_14:17) que existe dentro de la apariencia del reino de los cielos conocida como la cristiandad: La manifestación del reino de los cielos es la parte celestial del reino milenario venidero, la cual en 13:43 es llamada el reino del Padre; la parte terrenal del reino milenario es el reino mesiánico, el cual en 13:41 es llamado el reino del Hijo del Hombre, y que es el tabernáculo de David restaurado, el reino de David ( Hch_15:16). En la parte celestial del reino milenario, la cual es el reino de los cielos manifestado en poder, los creyentes vencedores reinarán con Cristo por mil años ( Rev_20:4 , Rev_20:6); en la parte terrenal del reino milenario, la cual es el reino mesiánico en la tierra, el remanente de Israel que habrá sido salvo serán los sacerdotes y dicho remanente enseñará a las naciones a adorar a Dios ( Zac_8:20-23).
Si somos pobres en espíritu, el reino de los cielos es nuestro; hoy en la edad de la iglesia estamos en su realidad, y tendremos parte en su manifestación en la edad del reino.
3 (a) Sal_51:17 Pro_16:19 Pro_29:23 Isa_57:15 Isa_66:2 Luc_6:20
3 (b) Mat_3:2 ; Mat_4:17 Mat_5:10
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
Las Bienaventuranzas (bienaventurado significa «dichoso, feliz») describen la condición interna de un seguidor de Cristo y le prometen bendiciones en el futuro.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
R443 Las bienaventuranzas (en los vv. 3-12) no tienen conectivos en absoluto, y se expresan de la manera más efectiva por causa del asíndeton (es decir, la falta de conjunciones).
M46 ¿Qué significa οἱ πτωχοὶ τῷ πνεύματι? ¿Se refiere a un sentido espiritual; comp. Stg 2:5 (τῳ πνεύματι se usa como un dativo de referencia -T221; un locativo -R523)? [Editor. En este versículo, πνεῦμα parece que se refiere a la vida interior del hombre (comp. Mar 2:8 y Luc 1:47 ). Parece que toda la frase significa: los que son pobres en lo que se refiere a su vida interior; esta actitud está en contraste directo con el orgullo farisaico basado en sus riquezas espirituales.]
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
O, Felices