Comentario de Mateo 5:32 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Pero yo os digo que todo aquel que se divorcia de su mujer, a no ser por causa de adulterio, hace que ella cometa adulterio. Y el que se casa con la mujer divorciada comete adulterio.

Mat 5:32, Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio.

EL DIVORCIO NO POR FORNICACIÓN ES PECADO

Introducción.

A. Es muy importante observar que el tema principal de este versículo es el divorcio; es lo que Jesús condena.

B. El habla de alguien que hace algo condenable, es decir, repudia a su esposa no por causa de fornicación.

C. «Fue dicho» que podían repudiar a sus esposas con tal que les dieran una «carta de divorcio», pero la enseñanza de Jesús difiere de lo que «fue dicho».

I. «Pero yo os digo».

A. Hay contraste aquí entre la enseñanza de Cristo y la enseñanza de la ley de Moisés que permitió que la mujer se repudiara y que se le diera una carta de divorcio (ver 31).

B. Es el único ejemplo en el Sermón del Monte en que chocan la enseñanza de Jesús con la ley de Moisés, y solamente choca con un permiso concedido por Moisés, un permiso que no se puede comparar con los diez mandamientos y el resto de la ley.

C. Además, es importante recordar que en este caso, la enseñanza de Jesús requiere que todos vuelvan «al principio» (Mat 19:8), al plan original de Dios con respecto al matrimonio; es decir, el permiso concedido por Moisés era una digresión del plan de Dios (Gén 2:24; Mat 19:4-6), y Jesús obliga a todos a regresar a ese plan original.

II. «El que repudia a su mujer».

A. «Repudiar» significa despedir, rechazar, divorciarse.

B. Obsérvese la palabra «separar». (1). Desde luego no se trata de la separación legítima y necesaria causada por el empleo o el negocio, por estar en el servicio militar, por viajes necesarios, etc. Los predicadores tienen que estar separados de sus esposas muchas veces (Mar 10:29). (Aunque se debe agregar, que hay gran peligro de abusar de estas causas legítimas. La sencilla verdad es que la separación de esposos aun por causas legítimas puede causar problemas, 1Co 7:5). Pero este estudio tiene que ver con la separación causada por disgustos. (2). Mat 19:6, «lo que Dios juntó, no lo separe el hombre». Los fariseos preguntaron, «¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa?» Jesús habla del «repudio» cuando dice «no lo separe el hombre». La palabra «repudiar» o «divorciarse» significa la separación del hombre de la mujer. Dios dice, «se unirá a su mujer» (ver 5), pero al divorciarse de ella, se separa de ella. Es muy importante este punto. La separación es divorcio. (3). 1Co 7:10-11, «Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido». Dice Pablo que el Señor mandó que la mujer no se separe del marido. ¿Cuándo mandó Jesús que la mujer no se separe del marido? En Mat 5:32 y Mat 19:3-9 al hablar del repudio (el divorcio). Sin embargo, tanto en Mat 19:6 como en 1Co 7:10 vemos claramente que el repudiar a la mujer es la separación de lo que Dios juntó, o sea la separación de los esposos. Esta verdad merece mucho énfasis, porque en la actualidad se dan significados muy distintos a las dos palabras «divorcio» y «separación». A la palabra «divorcio» se le da un significado legal y final, mientras que a la palabra «separación» se le da un significado menos serio. De hecho, muchos ni siquiera creen que es pecado la separación (sólo que no se casen otra vez).

C. Otra palabra que se usa es la palabra » abandonar». 1Co 7:11-13, después de decir que la hermana no debe separarse del marido, Pablo agrega que «el marido no abandone a su mujer». Es obvio que la palabra «abandonar» es otra forma de «separarse». Jesús dice (Mat 19:6) «no lo separe el hombre». La palabra «separar» es la idea básica. Los términos «repudiar» (o divorciarse), separarse, y abandonar (o dejar) indican la misma cosa.

D. No disolver la unión hecha por Dios. La mujer que se separa del marido hace lo mismo que el marido que repudia a su esposa (o la abandona). En todo caso se separa lo que Dios junto.

III. «A no ser por causa de fornicación».

A. La palabra «fornicación» incluye todo acto sexual ilícito, y es la única causa aceptada por Dios para justificar la separación de los esposos. (1). Por ejemplo, 1Co 5:1, «De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación… alguno tiene la mujer de su padre». (2). También la «homosexualidad» se incluye en la palabra fornicación (Jud 1:7).

B. Mat 19:3, «¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa?»

1. La respuesta casi universal es que «sí, por cualquier causa». (2). Muchos se casan para divorciarse, y se divorcian para casarse otra vez, haciendo burla del arreglo divino. (3). «Cualquier causa», según los judíos, podía ser el carácter malo, el ser pendenciera, que saliera a la calle sin llevar velo, que hablara con otro hombre en la calle, que quemara el pan, que echara mucha sal en la comida, que el hombre encontrara otra mujer más atractiva, que los suegros fueran entremetidos, etc. (literalmente, «por cualquier causa»).(4). Hoy en día la situación no ha mejorado. «Cualquier causa» puede ser en la actualidad la incompatibilidad, la crueldad física y mental, la borrachera, los conflictos religiosos, los pleitos y disgustos sobre las finanzas, los conflictos con familiares (suegros, cuñados), el no poder entenderse, (no llevarse bien), por ser el hombre desobligado o criminal (aun encarcelado), por ser la mujer regañona o gorda, por no bañarse, y por una infinidad de cosas. (5). Pero Jesús dice que hay una sola causa para repudiar, y esa causa es la fornicación.

IV. «Hace que ella adultere».

A. Es decir, la expone a gran tentación, y si se casa con otro hombre, su marido comparte la culpa: «el que repudia… hace que ella adultere». Este es el punto principal del texto.

B. Desde luego, la mujer no es una adúltera en el momento de ser repudiada, pero Jesús habla de la realidad, de la práctica común, de que la mujer repudiada casi siempre se casa otra vez. Hablando en forma general, así sucede (por razón económica, por querer padre para sus hijos, por motivos sexuales, por temor, o simplemente por no querer vivir sola). (1). Pero si se casa (se junta) con otro varón, será llamada adúltera, Rom 7:2-3. Serán ella y el segundo hombre adúlteros casados, porque ella queda sujeta (ligada) a su primer marido, aunque esté casada (unida) con otro hombre. (2). Pero el que la repudió comparte la culpa. Mat 18:6-7.

V. «El que se casa con la repudiada, comete adulterio».

A. Obsérvese que Jesús dice «se casa». (1). La segunda pareja «se casa». Es casamiento. Son casados. (2). Sin embargo, el uso de la palabra «casarse» no indica que la unión es aceptable; no lo es, porque aunque esta unión se llame «matrimonio» en realidad es adulterio.

B. ¿Por qué? Porque la mujer repudiada (separada, divorciada, abandonada, dejada) todavía es la esposa de otro hombre.

C. Compárense otros textos: (1). Mat 19:9, «el que se casa con la repudiada, adultera».

(2). Luc 16:18, «el que se casa con la repudiada del marido, adultera». (3). Rom 7:3, «si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera». Será llamada adúltera, porque aunque tenga marido vivo, está «unida» con otro hombre. Está «casada» con un hombre, pero está «sujeta a la ley de» otro hombre (su marido verdadero).

D. Aunque vayan al registro civil para casarse y la segunda unión sea legal ante los ojos del gobierno, aun así ante los ojos de Dios es adulterio.

E. El tiempo del verbo MOICHATAI, traducido adultera, es el presente. Este tiempo indica acción continua (iterativa), es decir, sigue cometiendo adulterio, porque cuando alguno repudia a su esposa, ¿por qué se casa con otra? Obviamente la razón principal es para cohabitar con ella (Gén 2:18; 1Co 7:1-5). Desde luego, esto no es un solo acto, sino una continuación de una acción pecaminosa. Los que insisten en que Jesús se refiere a un solo acto, usan ilustraciones de otras acciones, p. ej., como la de dar testimonio falso, concluyendo que el que lo hace simplemente “comete perjurio”, pero que no es acción iterativa. Si lo hace una sola vez, no es acción iterativa, ¿pero si sigue dando falso testimonio? El que se casa con la repudiada no comete adulterio una sola vez, sino continuamente porque vive con ella.

EL DIVORCIO NO POR FORNICACIÓN ES PECADO (2)

Introducción.

A. Es importante que se aclare bien este asunto. El divorcio debe ser denunciado como pecado. Algunos creen que no es tan malo el divorcio (o la separación) con tal que el hermano o la hermana no vuelva a casarse, pero no hay ningún texto que enseñe esto.

B. En esta lección se presentan varias razones por las cuales el divorcio (o la separación), no por causa de fornicación, debe ser clasificado como pecado. Es muy importante que esta lección se enseñe en clases de jóvenes.

I. Destruye la defensa contra la fornicación.

A 1Co 7:2, «Pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido». El matrimonio es, pues, la defensa contra la fornicación. Pero el divorcio destruye esta defensa, esta protección.

B. Al separarse de su cónyuge cada uno está expuesto a la tentación fuerte de unirse con otra persona (volver a casarse) y, al hacerlo, comete adulterio.

D. Muchísimas personas abandonan la santidad sexual cuando su matrimonio está destruido. Piensan que no pueden vivir solos y se casan otra vez aunque la unión sea adulterio, y les cueste su alma. El hermano o la hermana que dice «ya no aguanto más» (en un matrimonio no agradable) debe reflexionar seriamente sobre este punto. Se supone que la separación es la solución ideal, porque así se aleja de algunos problemas, pero la separación causa otros problemas más serios, y el más serio de todos es el peligro de caer en fornicación. Heb 13:4, «Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros juzgará Dios». La mayoría de los cónyuges que son víctimas del divorcio (o separación) llegan a ser adúlteros(aunque casados), con muy poca esperanza de salvar su alma. Si se recuerda esto, muchas situaciones «intolerables» serán más tolerables. Tanto la mujer que se disgusta y quiere separarse de su marido, como el hombre desobligado que no toma en serio su matrimonio deben recapacitar.

II. Destruye la «salida» principal de la tentación de cometer adulterio.

A. El matrimonio es la salida principal de la tentación de la fornicación 1Co 10:13, Dios «dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar».

B. Pero el divorcio «cierra» o «tapa» esta salida principal. Si una pareja no se separa por causa de fornicación, los dos quedan sin esta salida.

III. Va en contra del plan que Dios tuvo desde la creación.

A. Mat 19:4, «¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo».

B. En el principio del mundo cuando Dios creó el cielo y la tierra y todas las cosas, el clímax de su creación fue la creación del hombre y la mujer, para ser una pareja . Dios dijo, «No es bueno que el hombre esté solo, le haré ayuda idónea para él» (Gén 2:18).

C. El divorcio destruye este hermoso plan y propósito de Dios.

IV. El divorcio divide lo que Dios une.

A. El plan de Dios era y es que «dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer» (Gén 2:24; Mat 19:5).

B. Pero el divorcio no une, sino divide lo que Dios une.

V. El divorcio no hace «una carne» sino dos.

A. El plan divino dice, «los dos serán una sola carne».

B. Pero el divorcio dice, «No, ya no serán una sola carne, sino dos».

VI. El divorcio separa lo que Dios junta.

A. «Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre».

B. Pero el divorcio dice, «No tienen que seguir juntos; pueden separarse».

VII. El divorcio destruye el hogar.

A. El divorcio es un verdadero trauma para los hijos, porque ellos son víctimas inocentes.

B. Son las víctimas de la carnalidad de sus padres inmaturos e irresponsables. En esto se ve claramente el egoísmo de la pareja que se divorcia. Por no querer humillarse, no se llevan bien y destruyen el hogar aunque sufran sus hijos inocentes.

Conclusión:

No conviene, pues, enseñar que está bien que los esposos se separen o se divorcien con tal que no se casen otra vez. (Así interpretan 1Co 7:10-11 algunos hermanos). Considérense, por favor, con toda seriedad los pensamientos presentados en este sermón acerca del divorcio, porque hay gran necesidad de evitarlo.

(Algunas enseñanzas erróneas acerca del divorcio y segundas nupcias — véase Mat 19:9).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

pero yo os digo. Mat 5:28; Luc 9:30, Luc 9:35.

el que repudia a su mujer. Mat 19:8, Mat 19:9; Mal 2:14-16; Mar 10:5-12; Luc 16:18; Rom 7:3; 1Co 7:4, 1Co 7:10, 1Co 7:11.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

POR CAUSA DE FORNICACIÓN. Véase Mat 19:9, nota.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

a no ser por causa de fornicación. Vea la nota sobre Mat 19:9. El divorcio estaba permitido en los casos de adulterio. Luc 16:18 debe ser entendido a la luz de este versículo. hace que ella adultere. La suposición es que las personas divorciadas se casarán de nuevo después. Si el divorcio no fue por inmoralidad sexual, cualquier nuevo casamiento es en realidad adulterio, porque Dios no reconoce el divorcio. Para otros comentarios sobre el divorcio, vea nota sobre 1Co 7:15.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Mat 5:32, Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio.

EL DIVORCIO NO POR FORNICACIÓN ES PECADO
Introducción.
A. Es muy importante observar que el tema principal de este versículo es el divorcio; es lo que Jesús condena.
B. El habla de alguien que hace algo condenable, es decir, repudia a su esposa no por causa de fornicación.
C. «Fue dicho» que podían repudiar a sus esposas con tal que les dieran una «carta de divorcio», pero la enseñanza de Jesús difiere de lo que «fue dicho».
I. «Pero yo os digo».
A. Hay contraste aquí entre la enseñanza de Cristo y la enseñanza de la ley de Moisés que permitió que la mujer se repudiara y que se le diera una carta de divorcio (ver 31).
B. Es el único ejemplo en el Sermón del Monte en que chocan la enseñanza de Jesús con la ley de Moisés, y solamente choca con un permiso concedido por Moisés, un permiso que no se puede comparar con los diez mandamientos y el resto de la ley.
C. Además, es importante recordar que en este caso, la enseñanza de Jesús requiere que todos vuelvan «al principio» (Mat 19:8), al plan original de Dios con respecto al matrimonio; es decir, el permiso concedido por Moisés era una digresión del plan de Dios (Gén 2:24; Mat 19:4-6), y Jesús obliga a todos a regresar a ese plan original.
II. «El que repudia a su mujer».
A. «Repudiar» significa despedir, rechazar, divorciarse.
B. Obsérvese la palabra «separar». (1). Desde luego no se trata de la separación legítima y necesaria causada por el empleo o el negocio, por estar en el servicio militar, por viajes necesarios, etc. Los predicadores tienen que estar separados de sus esposas muchas veces (Mar 10:29). (Aunque se debe agregar, que hay gran peligro de abusar de estas causas legítimas. La sencilla verdad es que la separación de esposos aun por causas legítimas puede causar problemas, 1Co 7:5). Pero este estudio tiene que ver con la separación causada por disgustos. (2). Mat 19:6, «lo que Dios juntó, no lo separe el hombre». Los fariseos preguntaron, «¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa?» Jesús habla del «repudio» cuando dice «no lo separe el hombre». La palabra «repudiar» o «divorciarse» significa la separación del hombre de la mujer. Dios dice, «se unirá a su mujer» (ver 5), pero al divorciarse de ella, se separa de ella. Es muy importante este punto. La separación es divorcio. (3). 1Co 7:10-11, «Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido». Dice Pablo que el Señor mandó que la mujer no se separe del marido. ¿Cuándo mandó Jesús que la mujer no se separe del marido? En Mat 5:32 y Mat 19:3-9 al hablar del repudio (el divorcio). Sin embargo, tanto en Mat 19:6 como en 1Co 7:10 vemos claramente que el repudiar a la mujer es la separación de lo que Dios juntó, o sea la separación de los esposos. Esta verdad merece mucho énfasis, porque en la actualidad se dan significados muy distintos a las dos palabras «divorcio» y «separación». A la palabra «divorcio» se le da un significado legal y final, mientras que a la palabra «separación» se le da un significado menos serio. De hecho, muchos ni siquiera creen que es pecado la separación (sólo que no se casen otra vez).
C. Otra palabra que se usa es la palabra » abandonar». 1Co 7:11-13, después de decir que la hermana no debe separarse del marido, Pablo agrega que «el marido no abandone a su mujer». Es obvio que la palabra «abandonar» es otra forma de «separarse». Jesús dice (Mat 19:6) «no lo separe el hombre». La palabra «separar» es la idea básica. Los términos «repudiar» (o divorciarse), separarse, y abandonar (o dejar) indican la misma cosa.
D. No disolver la unión hecha por Dios. La mujer que se separa del marido hace lo mismo que el marido que repudia a su esposa (o la abandona). En todo caso se separa lo que Dios junto.
III. «A no ser por causa de fornicación».
A. La palabra «fornicación» incluye todo acto sexual ilícito, y es la única causa aceptada por Dios para justificar la separación de los esposos. (1). Por ejemplo, 1Co 5:1, «De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación… alguno tiene la mujer de su padre». (2). También la «homosexualidad» se incluye en la palabra fornicación (Jud 1:7).
B. Mat 19:3, «¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa?»
1. La respuesta casi universal es que «sí, por cualquier causa». (2). Muchos se casan para divorciarse, y se divorcian para casarse otra vez, haciendo burla del arreglo divino. (3). «Cualquier causa», según los judíos, podía ser el carácter malo, el ser pendenciera, que saliera a la calle sin llevar velo, que hablara con otro hombre en la calle, que quemara el pan, que echara mucha sal en la comida, que el hombre encontrara otra mujer más atractiva, que los suegros fueran entremetidos, etc. (literalmente, «por cualquier causa»).(4). Hoy en día la situación no ha mejorado. «Cualquier causa» puede ser en la actualidad la incompatibilidad, la crueldad física y mental, la borrachera, los conflictos religiosos, los pleitos y disgustos sobre las finanzas, los conflictos con familiares (suegros, cuñados), el no poder entenderse, (no llevarse bien), por ser el hombre desobligado o criminal (aun encarcelado), por ser la mujer regañona o gorda, por no bañarse, y por una infinidad de cosas. (5). Pero Jesús dice que hay una sola causa para repudiar, y esa causa es la fornicación.
IV. «Hace que ella adultere».
A. Es decir, la expone a gran tentación, y si se casa con otro hombre, su marido comparte la culpa: «el que repudia… hace que ella adultere». Este es el punto principal del texto.
B. Desde luego, la mujer no es una adúltera en el momento de ser repudiada, pero Jesús habla de la realidad, de la práctica común, de que la mujer repudiada casi siempre se casa otra vez. Hablando en forma general, así sucede (por razón económica, por querer padre para sus hijos, por motivos sexuales, por temor, o simplemente por no querer vivir sola). (1). Pero si se casa (se junta) con otro varón, será llamada adúltera, Rom 7:2-3. Serán ella y el segundo hombre adúlteros casados, porque ella queda sujeta (ligada) a su primer marido, aunque esté casada (unida) con otro hombre. (2). Pero el que la repudió comparte la culpa. Mat 18:6-7.
V. «El que se casa con la repudiada, comete adulterio».
A. Obsérvese que Jesús dice «se casa». (1). La segunda pareja «se casa». Es casamiento. Son casados. (2). Sin embargo, el uso de la palabra «casarse» no indica que la unión es aceptable; no lo es, porque aunque esta unión se llame «matrimonio» en realidad es adulterio.
B. ¿Por qué? Porque la mujer repudiada (separada, divorciada, abandonada, dejada) todavía es la esposa de otro hombre.
C. Compárense otros textos: (1). Mat 19:9, «el que se casa con la repudiada, adultera».
(2). Luc 16:18, «el que se casa con la repudiada del marido, adultera». (3). Rom 7:3, «si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera». Será llamada adúltera, porque aunque tenga marido vivo, está «unida» con otro hombre. Está «casada» con un hombre, pero está «sujeta a la ley de» otro hombre (su marido verdadero).
D. Aunque vayan al registro civil para casarse y la segunda unión sea legal ante los ojos del gobierno, aun así ante los ojos de Dios es adulterio.
E. El tiempo del verbo MOICHATAI, traducido adultera, es el presente. Este tiempo indica acción continua (iterativa), es decir, sigue cometiendo adulterio, porque cuando alguno repudia a su esposa, ¿por qué se casa con otra? Obviamente la razón principal es para cohabitar con ella (Gén 2:18; 1Co 7:1-5). Desde luego, esto no es un solo acto, sino una continuación de una acción pecaminosa. Los que insisten en que Jesús se refiere a un solo acto, usan ilustraciones de otras acciones, p. ej., como la de dar testimonio falso, concluyendo que el que lo hace simplemente “comete perjurio”, pero que no es acción iterativa. Si lo hace una sola vez, no es acción iterativa, ¿pero si sigue dando falso testimonio? El que se casa con la repudiada no comete adulterio una sola vez, sino continuamente porque vive con ella.

EL DIVORCIO NO POR FORNICACIÓN ES PECADO (2)
Introducción.
A. Es importante que se aclare bien este asunto. El divorcio debe ser denunciado como pecado. Algunos creen que no es tan malo el divorcio (o la separación) con tal que el hermano o la hermana no vuelva a casarse, pero no hay ningún texto que enseñe esto.
B. En esta lección se presentan varias razones por las cuales el divorcio (o la separación), no por causa de fornicación, debe ser clasificado como pecado. Es muy importante que esta lección se enseñe en clases de jóvenes.
I. Destruye la defensa contra la fornicación.
A 1Co 7:2, «Pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido». El matrimonio es, pues, la defensa contra la fornicación. Pero el divorcio destruye esta defensa, esta protección.
B. Al separarse de su cónyuge cada uno está expuesto a la tentación fuerte de unirse con otra persona (volver a casarse) y, al hacerlo, comete adulterio.
D. Muchísimas personas abandonan la santidad sexual cuando su matrimonio está destruido. Piensan que no pueden vivir solos y se casan otra vez aunque la unión sea adulterio, y les cueste su alma. El hermano o la hermana que dice «ya no aguanto más» (en un matrimonio no agradable) debe reflexionar seriamente sobre este punto. Se supone que la separación es la solución ideal, porque así se aleja de algunos problemas, pero la separación causa otros problemas más serios, y el más serio de todos es el peligro de caer en fornicación. Heb 13:4, «Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros juzgará Dios». La mayoría de los cónyuges que son víctimas del divorcio (o separación) llegan a ser adúlteros(aunque casados), con muy poca esperanza de salvar su alma. Si se recuerda esto, muchas situaciones «intolerables» serán más tolerables. Tanto la mujer que se disgusta y quiere separarse de su marido, como el hombre desobligado que no toma en serio su matrimonio deben recapacitar.
II. Destruye la «salida» principal de la tentación de cometer adulterio.
A. El matrimonio es la salida principal de la tentación de la fornicación 1Co 10:13, Dios «dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar».
B. Pero el divorcio «cierra» o «tapa» esta salida principal. Si una pareja no se separa por causa de fornicación, los dos quedan sin esta salida.
III. Va en contra del plan que Dios tuvo desde la creación.
A. Mat 19:4, «¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo».
B. En el principio del mundo cuando Dios creó el cielo y la tierra y todas las cosas, el clímax de su creación fue la creación del hombre y la mujer, para ser una pareja . Dios dijo, «No es bueno que el hombre esté solo, le haré ayuda idónea para él» (Gén 2:18).
C. El divorcio destruye este hermoso plan y propósito de Dios.
IV. El divorcio divide lo que Dios une.
A. El plan de Dios era y es que «dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer» (Gén 2:24; Mat 19:5).
B. Pero el divorcio no une, sino divide lo que Dios une.
V. El divorcio no hace «una carne» sino dos.
A. El plan divino dice, «los dos serán una sola carne».
B. Pero el divorcio dice, «No, ya no serán una sola carne, sino dos».
VI. El divorcio separa lo que Dios junta.
A. «Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre».
B. Pero el divorcio dice, «No tienen que seguir juntos; pueden separarse».
VII. El divorcio destruye el hogar.
A. El divorcio es un verdadero trauma para los hijos, porque ellos son víctimas inocentes.
B. Son las víctimas de la carnalidad de sus padres inmaturos e irresponsables. En esto se ve claramente el egoísmo de la pareja que se divorcia. Por no querer humillarse, no se llevan bien y destruyen el hogar aunque sufran sus hijos inocentes.
Conclusión:
No conviene, pues, enseñar que está bien que los esposos se separen o se divorcien con tal que no se casen otra vez. (Así interpretan 1Co 7:10-11 algunos hermanos). Considérense, por favor, con toda seriedad los pensamientos presentados en este sermón acerca del divorcio, porque hay gran necesidad de evitarlo.
(Algunas enseñanzas erróneas acerca del divorcio y segundas nupcias – véase Mat 19:9).

Fuente: Notas Reeves-Partain

— salvo en caso de inmoralidad sexual: El término griego aquí utilizado porneías ofrece diversas posibilidades de traducción, de donde derivan las distintas interpretaciones de este pasaje se hacen (y también Deu 19:9). Otra traducción muy posible sería unión ilegítima , pues el contexto también parece sugerir que se trata de matrimonios prohibidos por la ley (Lev 20:9-21; Deu 22:22 y Mat 24:1-4), por tanto no eran realmente matrimonios válidos y exigían la separación de la pareja.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) “Fornicación.” Gr.: por·néi·as; lat.: for·ni·ca·ti·ó·nis; J17,18,22(heb.): zenúth. Véase Ap. 5A.

(2) O: “soltada”.

(3) O: “comete infidelidad sexual marital”. Gr.: moi·kjá·tai; lat.: a·dúl·te·rat; J22(heb.): noh·’éf. Véase Eze 16:32, n.

REFERENCIAS CRUZADAS

c 214 Núm 14:33; Jue 19:2; Eze 23:11; Ose 2:5; Mar 7:21; Hch 5:29

d 215 Mar 10:11; Luc 16:18; Rom 7:3

e 216 Mat 19:9

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

a no ser por…infidelidad. Véase coment. en 19:9.

Fuente: La Biblia de las Américas

32 (1) Lo que el Rey promulgó en los vs.21-30 como nueva ley del reino complementó la ley de la vieja dispensación, mientras que lo proclamado por el Rey en los vs.31-48 como nueva ley del reino cambió la ley de la vieja dispensación. Durante la vieja dispensación la ley acerca del divorcio fue promulgada a causa de la dureza del corazón del pueblo; esa ley no concordaba con el designio original de Dios (19:7-8). El nuevo decreto del Rey restauró el matrimonio a lo que era en el principio, a lo que Dios había planeado (19:4-6).

32 (2) El vínculo matrimonial sólo puede ser roto por la muerte ( Rom_7:3) o la fornicación. Por lo tanto, divorciarse por cualquier otra razón es cometer adulterio.

32 (a) Mat_19:9 ; Mar_10:11-12 ; Luc_16:18 ; Rom_7:3

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

a no ser por causa de fornicación. Cp. Mat 19:3-9; Mar 10:2-12; Luc 16:18, para la enseñanza de Jesús sobre el divorcio (cp. 1Co 7:10-11). No se permite, excepto por fornicación, que puede significar:

(1) adulterio,

(2) infidelidad durante el período de desposorio (cp. Mat 1:19), o

(3) matrimonio entre parientes cercanos (Lev 18:1-30).

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

inmoralidad sexual… → §316; adultera…Mat 19:9; Mar 10:11; Luc 16:18; 1Co 7:10-11.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

M103 Πᾶς ὁ … αὐτοῦ significa: cualquiera que se divorcia de su esposa (comp. la cláusula relativa).

T107 Parte de este versículo debe traducirse: el que se divorcia de su esposa la hace una adúltera (es decir, el que se ha divorciado); el participio de presente ἀπολύων se refiere a una acción anterior a la del verbo principal.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

g 19.9; Mar 10:11-12; Luc 16:18; 1Co 7:10-11.

Fuente: La Biblia Textual III Edición

Esto es, al unirse con otro, la conduce al pecado.

5.32 g 19.9; Mar 10:11-12; Luc 16:18; 1Co 7:10-11.

Fuente: La Biblia Textual III Edición