Comentario de Mateo 5:7 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

“Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos recibirán misericordia.

Mat 5:7, Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

LOS MISERICORDIOSOS

I. Nuestro Dios es misericordioso.

A. Éxo 34:6, Éxo 34:7, «¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado».

B. Efe 2:4-5, «Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo». Tit 3:4-5, «Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación del Espíritu Santo».

C. Habiendo recibido tanta misericordia de Dios debemos mostrarla a otros. Sal 18:25, «Con el misericordioso te mostrarás misericordioso». Esta virtud mira hacia atrás a la misericordia recibida de Dios, y hacia adelante para mostrarla a otros.

D. Los judíos no eran nada misericordiosos para con los samaritanos, publicanos, y gentiles (romanos). Creían que el «bienaventurado» sería el guerrero que pudiera derrotar a los romanos. Mat 23:23, «dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe».

II. Debemos mostrar la misericordia hacia los necesitados.

A. Pro 14:21, «el que tiene misericordia de los pobres es bienaventurado». Pro 19:17, «A Jehová presta el que da al pobre, y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar».

B. Luc 10:25-37, el samaritano (tan despreciado por los judíos) «usó de misericordia». Era verdadero «prójimo» al necesitado (ver 36). 1Jn 3:16-18; Efe 4:28, es misericordioso compartir bienes materiales. Mat 25:35-40, «en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis». Los misericordiosos se preocupan por estos.

III. El misericordioso quiere ayudar a otros. (La misericordia no es solamente una emoción o sentimiento.)

A. El misericordioso es una persona de acción. Hace algo por otros . La misericordia es la compasión demostrada. Jesús usó de misericordia, sanando y ayudando en varias formas a los siguientes: (obsérvese la palabra «misericordia») Mat 9:13 (pecadores); Mat 9:27 (ciegos); Mat 15:22 (la hija de la cananea gravemente atormentada); Mat 17:15 (el lunático o epiléptico que padecía muchísimo); Mar 5:19 (el endemoniado); Luc 1:58 (Elisabet que tanto quería un hijo); Luc 17:13 (un leproso); Flp 2:27, (Epafrodito, enfermo a punto de morir).

B. El misericordioso se preocupa por otros, Rom 12:15 (con gozo, ver 8); 1Co 12:26-27. Ora por otros, 1Ti 2:1-2. Se identifica con otros, mira con sus ojos, oye con sus oídos, anda en sus zapatos. Procura entender sus pensamientos. Quieren entender por qué viven como viven. Es precisamente lo que Jesús hizo. Vino al mundo y se hizo hombre, para estar en nuestros zapatos, nos entiende. Tiene verdadera compasión, Mat 9:36; Mat 14:14; Mat 15:32; Heb 4:15-16. 1Pe 3:8, «sed… compasivos, misericordiosos».

IV. La misericordia se demuestra en varias maneras.

A. Es misericordioso enseñar a los que no saben la voluntad de Dios.

B 1Ts 2:7; 1Ts 2:11, el exhortar es acto de misericordia 1Ts 5:14, es misericordioso amonestar, alentar, y sostener al débil. Véase Heb 12:12-13. 2Ti 4:2, es misericordioso predicar, instar, y aun reprender. ¿Por qué? Porque al hacer estas cosas salvamos almas. Jud 1:23, «A otros salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne». Stg 2:1-13, el discriminar contra el pobre es actuar sin misericordia. La disciplina en el hogar (Efe 6:4) y en la iglesia (Rom 16:17; 1Co 5:1-13) es acto de amor y de misericordia.

C. La misericordia es lo opuesto de la crueldad. Col 3:19; Col 3:21, «Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas… padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten». El marido y padre cruel no es misericordioso. Es cruel usar lenguaje insultante y abusivo (Mat 5:22; Stg 3:8-10). El misericordioso evita toda forma de crueldad.

V. La misericordia (el perdón) para los culpables.

A. La misericordia más importante es la misericordia de Dios que perdona los pecados nuestros. Cristo mostró mucha misericordia hacia los pecadores, Luc 5:31-32; Luc 7:36-50; Luc 15:1-2; Luc 23:34. Luc 23:34, «perdónalos… no saben lo que hacen». Heb 2:17, «misericordioso… para expiar pecados».

B. José perdonó a sus hermanos, aunque le habían vendido como esclavo, Gén 50:17-19. Hch 7:60, Las palabras finales de Esteban eran, «Señor, no les tomes en cuenta este pecado», aunque le apedreaban por predicar la verdad 2Ti 4:16, «En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon; no les sea tomado en cuenta».

C. Mat 6:12; Mat 6:14-15, Jesús nos enseña a orar, «perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores». ¿Qué significa esta oración si no queremos perdonar a otros? Esta es una oración muy seria, aun peligrosa (si no estamos dispuestos a perdonar). Luc 6:37, «No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados». Efe 4:32, «Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo». Mat 18:21-35, el resultado de no perdonar es la condenación.

D. Luc 18:13, dijo el publicano, «Dios, sé propicio a mí, pecador». ¿Cree usted que este publicano estaba dispuesto a perdonar a otros?

VI. La recompensa del misericordioso: Obtendrá Misericordia.

A. El misericordioso imita a Dios, porque Dios quiere perdonar. Quiere que todos sean salvos 1Ti 4:2; 2Pe 3:9. Será llamado, pues, «hijo» de Dios, porque imita a Dios. Dice Cristo que los misericordiosos alcanzarán misericordia. Luc 6:36, «Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso».

B 2Ti 1:18, la petición de Pablo por Onesíforo fue «Concédale el Señor que halle misericordia cerca del Señor en aquel día». Es lo que todos necesitaremos urgentemente «en aquel día». La recibirán los misericordiosos.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

los misericordiosos. Mat 6:14, Mat 6:15; Mat 18:33-35; 2Sa 22:26; Job 31:16-22; Sal 18:25; Sal 37:26; Sal 41:1-4; Sal 112:4, Sal 112:9; Pro 11:17; Pro 14:21; Pro 19:17; Isa 57:1; Isa 58:6-12; Dan 4:27; Miq 6:8; Mar 11:25; Luc 6:35; Efe 4:32; Efe 5:1; Col 3:12; Stg 3:17.

porque ellos alcanzarán misericordia. Ose 1:6; Ose 2:1, Ose 2:23; Rom 11:30; 1Co 7:25; 2Co 4:1; 1Ti 1:13, 1Ti 1:16; 2Ti 1:16-18; Heb 4:16; Heb 6:10; Stg 2:13; 1Pe 2:10.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Aquellos que son misericordiosos…alcanzarán misericordia hace referencia a los que han nacido de nuevo por la misericordia de Dios. Dado que el amor divino les ha alcanzado, el Espíritu Santo sigue trabajando en ellos, produciendo una piedad que no tiene explicación para quienes no han sido regenerados. Jesús mismo vino a ser el ejemplo máximo de esto cuando clamó en la cruz: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» (Luc 23:34). La forma de enseñanza proverbial no debe confundir el orden de estas aseveraciones; por ejemplo, el nacimiento, la fe salvadora y la santidad. El proceso de santificación está siempre conformándolos a la imagen de Cristo (Rom 8:29), cuya imagen consiste en «justicia y santidad» (Efe 4:24). La pureza de corazón es tanto el propósito de nuestra elección, como también la meta de nuestra redención. En Efe 1:4, leemos: «nos escogió…para que fuésemos santos», y en Tit 2:14 : «quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos…y purificar para sí un pueblo propio». A lo cual agregamos Hch 12:14 : «Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor».

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

LOS MISERICORDIOSOS. «Los misericordiosos» tienen misericordia y piedad de los que sufren, ya sea por el pecado o el pesar. Los misericordiosos desean sinceramente aliviar tal sufrimiento llevando a esas personas a la gracia y ayuda de Dios por medio de Jesucristo (cf. Mat 18:23-35; Luc 10:30-37; Heb 2:17). Al ser misericordiosos, es decir, al mostrar compasión por los demás, «alcanzarán misericordia».

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

alcanzarán misericordia. La retribución también es un hecho. Cp. Stg 2:13.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Mat 5:7, Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
LOS MISERICORDIOSOS
I. Nuestro Dios es misericordioso.
A. Éxo 34:6,Éxo 34:7, «¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado».
B. Efe 2:4-5, «Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo». Tit 3:4-5, «Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación del Espíritu Santo».
C. Habiendo recibido tanta misericordia de Dios debemos mostrarla a otros. Sal 18:25, «Con el misericordioso te mostrarás misericordioso». Esta virtud mira hacia atrás a la misericordia recibida de Dios, y hacia adelante para mostrarla a otros.
D. Los judíos no eran nada misericordiosos para con los samaritanos, publicanos, y gentiles (romanos). Creían que el «bienaventurado» sería el guerrero que pudiera derrotar a los romanos. Mat 23:23, «dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe».
II. Debemos mostrar la misericordia hacia los necesitados.
A. Pro 14:21, «el que tiene misericordia de los pobres es bienaventurado». Pro 19:17, «A Jehová presta el que da al pobre, y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar».
B. Luc 10:25-37, el samaritano (tan despreciado por los judíos) «usó de misericordia». Era verdadero «prójimo» al necesitado (ver 36). 1Jn 3:16-18; Efe 4:28, es misericordioso compartir bienes materiales. Mat 25:35-40, «en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis». Los misericordiosos se preocupan por estos.
III. El misericordioso quiere ayudar a otros. (La misericordia no es solamente una emoción o sentimiento.)
A. El misericordioso es una persona de acción. Hace algo por otros . La misericordia es la compasión demostrada. Jesús usó de misericordia, sanando y ayudando en varias formas a los siguientes: (obsérvese la palabra «misericordia») Mat 9:13 (pecadores); Mat 9:27 (ciegos); Mat 15:22 (la hija de la cananea gravemente atormentada); Mat 17:15 (el lunático o epiléptico que padecía muchísimo); Mar 5:19 (el endemoniado); Luc 1:58 (Elisabet que tanto quería un hijo); Luc 17:13 (un leproso); Flp 2:27, (Epafrodito, enfermo a punto de morir).
B. El misericordioso se preocupa por otros, Rom 12:15 (con gozo, ver 8); 1Co 12:26-27. Ora por otros, 1Ti 2:1-2. Se identifica con otros, mira con sus ojos, oye con sus oídos, anda en sus zapatos. Procura entender sus pensamientos. Quieren entender por qué viven como viven. Es precisamente lo que Jesús hizo. Vino al mundo y se hizo hombre, para estar en nuestros zapatos, nos entiende. Tiene verdadera compasión, Mat 9:36; Mat 14:14; Mat 15:32; Heb 4:15-16. 1Pe 3:8, «sed… compasivos, misericordiosos».
IV. La misericordia se demuestra en varias maneras.
A. Es misericordioso enseñar a los que no saben la voluntad de Dios.
B 1Ts 2:7; 1Ts 2:11, el exhortar es acto de misericordia 1Ts 5:14, es misericordioso amonestar, alentar, y sostener al débil. Véase Heb 12:12-13. 2Ti 4:2, es misericordioso predicar, instar, y aun reprender. ¿Por qué? Porque al hacer estas cosas salvamos almas. Jud 1:23, «A otros salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne». Stg 2:1-13, el discriminar contra el pobre es actuar sin misericordia. La disciplina en el hogar (Efe 6:4) y en la iglesia (Rom 16:17; 1Co 5:1-13) es acto de amor y de misericordia.
C. La misericordia es lo opuesto de la crueldad. Col 3:19; Col 3:21, «Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas… padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten». El marido y padre cruel no es misericordioso. Es cruel usar lenguaje insultante y abusivo (Mat 5:22; Stg 3:8-10). El misericordioso evita toda forma de crueldad.
V. La misericordia (el perdón) para los culpables.
A. La misericordia más importante es la misericordia de Dios que perdona los pecados nuestros. Cristo mostró mucha misericordia hacia los pecadores, Luc 5:31-32; Luc 7:36-50; Luc 15:1-2; Luc 23:34. Luc 23:34, «perdónalos… no saben lo que hacen». Heb 2:17, «misericordioso… para expiar pecados».
B. José perdonó a sus hermanos, aunque le habían vendido como esclavo, Gén 50:17-19. Hch 7:60, Las palabras finales de Esteban eran, «Señor, no les tomes en cuenta este pecado», aunque le apedreaban por predicar la verdad 2Ti 4:16, «En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon; no les sea tomado en cuenta».
C. Mat 6:12; Mat 6:14-15, Jesús nos enseña a orar, «perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores». ¿Qué significa esta oración si no queremos perdonar a otros? Esta es una oración muy seria, aun peligrosa (si no estamos dispuestos a perdonar). Luc 6:37, «No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados». Efe 4:32, «Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo». Mat 18:21-35, el resultado de no perdonar es la condenación.
D. Luc 18:13, dijo el publicano, «Dios, sé propicio a mí, pecador». ¿Cree usted que este publicano estaba dispuesto a perdonar a otros?
VI. La recompensa del misericordioso: Obtendrá Misericordia.
A. El misericordioso imita a Dios, porque Dios quiere perdonar. Quiere que todos sean salvos 1Ti 4:2; 2Pe 3:9. Será llamado, pues, «hijo» de Dios, porque imita a Dios. Dice Cristo que los misericordiosos alcanzarán misericordia. Luc 6:36, «Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso».
B 2Ti 1:18, la petición de Pablo por Onesíforo fue «Concédale el Señor que halle misericordia cerca del Señor en aquel día». Es lo que todos necesitaremos urgentemente «en aquel día». La recibirán los misericordiosos.

Fuente: Notas Reeves-Partain

LA BIENAVENTURANZA DE LA PERFECTA SIMPATÍA

Mateo 5:7

Bienaventurados los misericordiosos, porque alcanzarán misericordia.

Hasta así expresado, este es sin duda un gran dicho; y es la afirmación de un pensamiento que recorre todo el Nuevo Testamento, que insiste en que para ser perdonados tenemos que ser perdonadores. Como decía SantiagoJas.: «Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no muestre misericordia» (Stg 2:13 ). Jesús termina la parábola del deudor que se negó a perdonar con la advertencia: «Eso es lo que hará Mi Padre celestial con cualquiera de vosotros si no perdonáis de corazón a vuestros hermanos» (Mt 18:35 ). La Oración Dominical va seguida de dos versículos que explican y subrayan la petición: «Perdónanos nuestras deudas como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores.» «Porque si perdonáis a vuestros semejantes sus ofensas, también os perdonará a vosotros vuestro Padre celestial; pero si no perdonáis a los demás sus ofensas, tampoco os perdonará vuestro Padre vuestras ofensas» (Mt 6:12; Mt 6:14 s). La enseñanza inconfundible del Nuevo Testamento es que sólo se tendrá misericordia de los misericordiosos.

Pero hay más que eso en esta bienaventuranza. La palabra griega para misericordioso es eleémón. Pero, como ya hemos visto repetidas veces, el griego del Nuevo Testamento tal como lo tenemos se remonta a un original hebreo o arameo. La palabra hebrea para misericordia es jésed; y es una palabra intraducible. No quiere decir simplemente simpatizar con una persona en el sentido popular de esta palabra; no quiere decir sólo darle a uno lástima de otro que lo pasa mal. Jésed, misericordia, quiere decir la capacidad de ponerse uno totalmente en el lugar de otro de manera que ve con sus ojos, piensa con su mente y siente con sus sentimientos.

Está claro que esto es mucho más que una oleada emocional de lástima; exige un esfuerzo deliberado de la mente y de la voluntad. Denota una simpatía que no se da, por así decirlo, desde fuera, sino que viene de una deliberada identificación con la otra persona hasta el punto de ver y sentir como ella. Esto es lo que quiere decir literalmente la palabra simpatía. Simpatía de deriva de dos palabras griegas syn, que quiere decir juntamente con, y pasjein, que quiere decir experimentar o sufrir-. Simpatía quiere decir etimológicamente experimentar las cosas juntamente con otra persona, pasar literalmente lo que está pasando.

Esto es precisamente lo que muchas personas ni siquiera intentan jamás, y hasta lo evitan conscientemente. La mayor parte de la gente está tan preocupada con sus propios sentimientos que no tiene gran interés en los de los demás. Cuando les da pena de alguien es, como si dijéramos, desde fuera; no hacen el esfuerzo consciente de meterse dentro del corazón y de la mente de la otra persona hasta el punto de ver y sentir las cosas como las ve y siente ella.
Si hiciéramos de veras este esfuerzo deliberado, y si llegáramos a identificarnos -hacernos idénticas- con la otra persona, las cosas nos parecería muy diferentes.
(i) Nos salvaría de ser amables equivocadamente. Hay en el Nuevo Testamento un ejemplo sobresaliente de amabilidad instintiva y equivocada. Se encuentra en el relato de la visita que hizo Jesús a Sus amigos de Betania (Lc 10:38-42 ). Cuando Jesús los fue a ver, la Cruz estaba ya esperándole a pocos pasos. Lo que más quema Jesús sería una oportunidad para descansar y relajarse de aquella terrible tensión un poquito de tiempo.

Marta amaba a Jesús; Él era su huésped más bienvenido; y como Le amaba tanto, quería ofrecerle la mejor comida que pudiera preparar. Estaba yendo y viniendo entre el tintineo de platos y cacharros y cubiertos… que serían una tortura para los nervios tensos de Jesús, Que lo que más necesitaba era tranquilidad.
Marta quería ser amable… y no podría haber sido más cruel. Pero María comprendió que lo único que quería Jesús era paz. A menudo, cuando queremos ser amables, ofrecemos la amabilidad a nuestra manera, y la otra persona la tiene que aceptar así, quiéralo o no. Nuestra amabilidad sería doblemente amable, y evitaría mucha crueldad involuntaria, si nos tomáramos la molestia de introducirnos en el interior de la otra persona.
(ii) Nos haría el perdonar y la tolerancia mucho más fáciles. Hay un principio en la vida que olvidamos muchas veces: que siempre hay una razón para que una persona piense y actúe de cierta manera; y, si conociéramos esa razón, nos sería mucho más fácil comprender y simpatizar y perdonar. Si una persona actúa, según nuestra manera de pensar, equivocadamente, puede que sea porque ha pasado por experiencias que hacen actuar así. Una persona inquieta o descortés puede que se manifieste así porque está preocupada o sufriendo algún dolor. Si una persona nos trata mal, puede que sea por algo que tiene en la mente, equivocado… o no.
El proverbio francés puede que tenga razón: «Conocerlo todo es perdonarlo todo;» pero nunca llegaremos a conocerlo todo si no hacemos el esfuerzo determinado de meternos dentro del corazón y la mente de la otra persona.
(iii) En último análisis, ¿no fue eso lo que hizo Dios en Jesucristo? En Jesucristo, en el sentido más literal, Dios se introdujo en el interior de la persona humana. Vino como un hombre: viendo las cosas con ojos humanos, sintiéndolas con sentimientos humanos, pensándolas con una mente humana. Dios sabe cómo es la vida, porque Se introdujo hasta su interior más íntimo.
La reina Victoria de Inglaterra era muy amiga del rector Tulloch, de la universidad de Saint Andrews, y su esposa. El príncipe Albert murió, y la reina Victoria se quedó sola. Precisamente por el mismo tiempo murió el rector Tulloch, y la señora Tulloch se quedó sola. Sin previo aviso, la Reina vino a visitar a la señora Tulloch, que estaba descansando en su habitación. Cuando le anunciaron a la Reina, la señora Tulloch se dio toda la prisa que pudo para levantarse y hacer una reverencia. La Reina dio un paso al frente y le dijo: » Querida mía, no te levantes. Hoy no vengo como la Reina a una de sus súbditas, sino como una mujer que ha perdido a su marido a otra en la misma situación.»
Eso es precisamente lo que hizo Dios; vino a la humanidad, no como el Dios soberano, distante, remoto, aislado, mayestático; sino como un hombre. El ejemplo supremo de misericordia, jésed, es la venida de Dios al mundo en Jesucristo.

Sólo los que muestren esta misericordia recibirán misericordia. Esto es verdad a nivel humano, porque es la gran verdad de la vida que veremos en otras personas el reflejo de nuestras actitudes. Si no tenemos interés por nadie, así serán ellos con nosotros. Si ven que nos preocupamos, su corazón responderá preocupándose. Y es absolutamente cierto en el lado divino, porque el que muestra esta misericordia ha llegado nada menos que a parecerse a Dios.

Así que la traducción de la quinta bienaventuranza podría ser:

jAH, LA BIENAVENTURANZA DE LA PERSONA QUE SE PONE HASTA TAL PUNTO EN EL LUGAR DE LOS DEMÁS QUE PUEDE VER CON SUS OJOSA PENSAR CON SU MENTE Y SENTIR CON SU CORAZÓN PORQUE EL QUE ES ASÍ CON LOS DEMÁS DESCUBRIRÁ QUE LOS DEMÁS HACEN LO MISMO CON ÉL Y SABRÁ QUE ESO ES LO QUE DIOS HA HECHO EN JESUCRISTO

LA BIENAVENTURANZA DEL CORAZÓN LIMPIO

Mateo 5:8

Bienaventurados los de limpio corazón, porque verán a Dios.

Aquí tenemos una bienaventuranza que exige que toda persona que la lea se detenga, piense y haga un examen de conciencia.

La palabra griega para limpio es katharós, que tiene una variedad de usos, cada uno de ellos con algo nuevo que añadir al sentido de esta bienaventuranza para la vida cristiana.

(i) En su origen quería decir simplemente limpio, y podía usarse, por ejemplo, de la ropa sucia que se había lavado para que volviera a estar limpia.
(ii) Se usa frecuentemente del trigo que se había aventado y cribado para dejarlo limpio de polvo y paja. En sentido figurado se usa de un ejército que se ha limpiado de soldados descontentos, cobardes o flojos, y que está formado exclusivamente de luchadores de primera categoría.
(iii) Suele aparecer corrientemente en compañía de otro adjetivo griego, akératos. Akératos se usa de la leche o el vino sin adulterar, y del metal que no tiene ni la más ligera aleación.

Así pues, el sentido básico de katharós es sin mezcla ni adulterio ni aleación. Es por esto por lo que esta bienaventuranza es tan exigente. Podría traducirse:

¡Bendita la persona cuyos motivos son siempre totalmente sin mezcla, porque verá a Dios!

Rara vez se da el caso, hasta en nuestras acciones mejores, de que no haya la menor mezcla de motivos. Si nos entregamos total y generosamente a alguna buena causa, puede que nos quede en el corazón algún resto de propia satisfacción y aprobación, alguna complacencia en la gratitud y alabanza y crédito que cosechamos. Si hacemos algo bueno que requiere algún sacrificio por nuestra parte, puede que no estemos totalmente libres del sentimiento de que otros verán en nosotros algo heroico, y nos considerarán mártires.
Hasta un predicador que sea sincero no está totalmente libre del peligro de la propia satisfacción de haber predicado un buen sermón. ¿No fue Juan Bunyan el que le contestó tristemente a uno que le dijo que su sermón había sido muy bueno: «Sí, ya lo sé; ya me lo ha dicho el diablo cuando me bajaba del púlpito»?
Esta bienaventuranza nos exige el más severo examen de conciencia. ¿Hacemos nuestro trabajo para aportar un servicio o para que nos lo paguen? ¿Cumplimos con nuestro trabajo por motivos de servicio o de paga? ¿Prestamos nuestro servicio por generosidad o por egoísmo? ¿Hacemos lo que hacemos en la iglesia para el Señor o para nuestro propio prestigio? ¿Vamos a la iglesia para encontrarnos con Dios o para cumplir con una costumbre o para que se nos considere respetables? ¿Es nuestra vida de oración y meditación inspirada por un deseo sincero de comunión con Dios o porque nos da un sentimiento agradable de superioridad? ¿Cultivamos la vida espiritual porque somos supremamente conscientes de nuestra necesidad de Dios en lo más íntimo de nuestro ser, o porque nos producen un sentimiento de comodidad y bienestar los pensamientos piadosos? El examinar nuestros propios motivos produce inquietud y vergüenza, porque hay pocas cosas en este mundo que aun los mejores de nosotros pueden hacer sin tener motivos diversos y discutibles.

Jesús pasó a decir que sólo los puros de corazón verán a Dios. Es uno de los simples Hechos de la vida que vemos sólo lo que estamos dispuestos a ver. Y eso es verdad no solamente en el sentido físico, sino en todos.

Si una persona comente mira los cielos en una noche clara, no ve nada más que una inmensidad de puntits de luz; ve sólo lo que está capacitado para ver. Pero en los mismos cielos un astrónomo podrá llamar a las estrellas y los planetas por sus nombres, y moverse entre ellos como entre amigos; y un marino podrá encontrar en los mismos cielos el medio para llevar su navío al puerto deseado por un mar sin caminos trazados. Francisco García Navarro nos cuenta su llegada a Jaca el 1/1/32, donde le estaba esperando el pastor y maestro don Salvador Ramírez con sus hijos varones. » En el camino de la estación de Jaca -nos cuenta-, ya anochecido, la conversación emprendida por D. Salvador, más dirigida a sus hijos que a mí, consistió en una grata y eficaz lección planetaria, mientras nos hacía contemplar el firmamento tan pletórico de belleza como de estrellas rutilantes. Pura lección que corroboraba, decía, las palabras del Salmista: » Los cielos cuentan la gloria de Dios, y la expansión denuncia la obra de Sus manos» (Sal 19:1 ). Fue para mí un placer escucharle en silencio, porque planteó la localización de estrellas y sus nombres, el movimiento y función de cada una, las constelaciones y su distinción, las galaxias y su formación, los años luz de distancia que nos separan de ellas y la perfección del Universo regido por leyes inalcanzables dictadas por el único Dios y Creador.» Buen comienzo, pensó Francisco García Navarro, de los descubrimientos que había de hacer con tan sabio » ayo» en los caminos de la teología, la moral y la educación.

Una persona comente que vaya dándose un paseo por los caminos del campo no verá en los setos nada más que un amasijo de arbustos y espinos. Un botánico experimentado se fijará en cada cosa, llamándola por su nombre y conociendo su uso; y puede que hasta descubra algo de rareza y valor extraordinarios, porque tiene ojos para ver.
Si ponemos a dos personas en una habitación llena de cuadros antiguos, la que no tenga conocimiento ni habilidad no verá la diferencia que hay entre una pieza maestra y una copia sin valor, mientras que un experto crítico de arte descubrirá un valor incalculable en una pintura que otros pasarían de largo sin fijarse siquiera.
Hay personas de mente sucia que ven en cualquier situación un material para una observación soez o un chiste sucio. En cualquier esfera de la vida, cada uno ve lo que está capacitado para ver.
Así, dice Jesús, son solamente los puros de corazón los que verán a Dios. Es una seria advertencia para que recordemos que cuando mantenemos la limpieza de corazón por la gracia de Dios, o cuando lo ensuciamos por malicia humana, estamos capacitándonos o incapacitándonos para ver algún día a Dios.
Así pues, esta sexta bienaventuranza podría leerse de la forma siguiente

¡AH, LA BIENAVENTURANZA DE LA PERSONA CUYOS

MOTIVOS SON ABSOLUTAMENTE PUROS PORQUE AL
GÚN DÍA ESTARÁ CAPACITADA PARA CONTEMPLAR A DIOS!

LA BIENAVENTURANZA

DE RECONCILIAR A LOS DESAVENIDOS

Mateo 5:9

Bienaventurados los pacificadores, porque serán llamados hijos de Dios.

Debemos empezar el estudio de esta bienaventuranza investigando algunas cuestiones de significado de palabras.
(i) Primero, tenemos la palabra paz. En griego la palabra es eiréné, y en hebreo shalóm. En hebreo, paz no es nunca un estado negativo; nunca quiere decir exclusivamente la ausencia de guerra; siempre quiere decir todo lo que contribuye al bienestar supremo del hombre. En el Oriente cuando un hombre le dice a otro: ¡Salám! -que es la misma palabra- no quiere decir que le desea al otro solamente la ausencia de males; le desea la presencia de todos los bienes. En la Biblia, paz quiere decir no solamente liberación de todos los problemas, sino disfrutar de todas las cosas buenas.

(ii) Segundo, debemos fijarnos con cuidado en lo que nos dice esta bienaventuranza. La bendición es para los que hacen la paz fue es lo que quiere decir etimológicamente pacificadores o apaciguadores- no necesariamente para los que aman la paz. Sucede a menudo que, si una persona ama la paz de una manera equivocada, conseguirá crear problemas y no paz. Puede que permitamos, por ejemplo, que se desarrolle una situación amenazadora y peligrosa, y que nuestra defensa sea no intervenir para mantener la paz. Hay mucha gente que piensa que eso es amar la paz, cuando lo que se está haciendo en realidad es amontonar problemas para el futuro, porque se rehuye arrostrar la situación y tomar las medidas que demanda. La paz que la Biblia llama bendita no viene de evadir las situaciones conflictivas, sino de arrostrarlas, tratarlas y conquistarlas. Lo que esta bienaventuranza demanda no es una aceptación pasiva de las cosas por miedo a los contratiempos que pueda traer el intervenir en ellas, sino el enfrentarnos activamente con las cosas y hacer la paz, aunque el camino de la paz pase por el conflicto.

(iii) La versión Reina-Valera dice que los pacificadores serán llamados hijos de Dios. Esto es lo que quiere decir literalmente la palabra griega hyioí. Esta es una expresión típicamente hebrea. El hebreo no es rico en adjetivos, y cuando quiere describir algo, a menudo usa, no un adjetivo, sino la frase hijo de… seguido de un nombre abstracto. De aquí que se llame a un hombre un hijo de paz en vez de una persona pacífica. A Bernabé se le llama hijo de consolación en vez de consolador y confortador. Esta bienaventuranza dice: Benditos los pacificadores, porque serán llamados hijos de Dios; lo que quiere decir: Benditos los pacificadores porque realizarán una obra característica de Dios. El que hace la paz está involucrado en la misma obra que hace el Dios de paz (Romanos 1 S: 33; 2Co 13:11 ; 1Ts 5:23 ; He 13:20 ).

Se ha buscado el sentido de esta bienaventuranza por tres líneas diferentes.
(i) Se ha sugerido que, puesto que Shalóm quiere decir todo lo que contribuye al bien supremo del hombre, esta bienaventuranza quiere decir: Benditos los que hacen este mundo un lugar más idóneo para que viva en él toda la humanidad. Abraham Lincoln dijo una vez: «Me moriré cuando sea, pero me gustaría que se dijera de mí que arranqué una ortiga y planté una flor donde pensé que podía crecer.» Según esto, ésta sería la bienaventuranza de los que han elevado un poco el mundo.

(ii) La mayor parte de los primeros estudiosos de la Iglesia tomo esta bienaventuranza en un sentido puramente espiritual, y sostuvo que quería decir: Bendita la persona que hace la paz en su propio corazón y alma. En cada uno de nosotros hay un conflicto interior entre el bien y el mal, que tiran de nosotros en sentidos opuestos; todos somos hasta cierto punto una guerra civil en marcha. Feliz, por tanto, es el que ha ganado la paz interior en la que ha quedado superado su conflicto íntimo, y puede darle todo su corazón a Dios.

(iii) Pero queda todavía otro significado para esta palabra paz. Es un sentido sobre el cual les encantaba discurrir a los rabinos judíos, y es casi seguro el sentido que Jesús tenía en mente. Los rabinos judíos sostenían que la tarea suprema que una persona puede llevar a cabo es establecer relaciones correctas entre persona y persona. Eso era lo que Jesús quería decir.

Hay personas que son siempre centros tempestuosos de problemas y amargura y lucha. Dondequiera que están, están siempre metidos en peleas entre ellos o provocándolas entre los demás. Son personas que causan problemas. Hay muchas así en casi todas las sociedades e iglesias, que están realmente haciéndole al diablo su trabajo. Por otra parte -gracias a Dios- hay personas en cuya presencia no puede sobrevivir la amargura, personas que hacen de puentes, que cierran las grietas, que endulzan las amarguras. Tales personas hacen un trabajo semejante al de Dios, porque el gran propósito de Dios es hacer que haya paz para cada persona consigo misma y entre unas y otras personas. El que divide a las personas está haciendo la obra del diablo; el que une a las personas está haciendo la obra de Dios.

Así pues, esta bienaventuranza podría leerse:

jAH, LA BIENAVENTURANZA DE LOS QUE PRODUCEN RELACIONES COMO ES DEBIDO ENTRE LAS PERSONAS PORQUE ESTÁN HACIENDO ALGO QUE RECUERDA A Dios!

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

Mat 18:33; Stg 2:13.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

h 165 Mat 6:14; Mat 18:33; Stg 2:13

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

7 (1) Ser justo es dar a alguien lo que merece, mientras que ser misericordioso es dar a alguien más de lo que merece. Por causa del reino de los cielos, no sólo debemos ser justos sino también misericordiosos.

7 (2) Recibir misericordia es recibir más de lo que merecemos. Si tenemos misericordia de otros, el Señor tendrá misericordia de nosotros ( 2Ti_1:16 , 2Ti_1:18), especialmente en Su tribunal ( Stg_2:12-13).

7 (a) Mat_18:33 ; Stg_2:13

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

R872 El verbo en futuro ἐλεηθήσονται tiene un sentido de ingreso: obtener misericordia.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego