Biblia

Comentario de Mateo 8:24 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Mateo 8:24 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Y de repente se levantó una tempestad tan grande en el mar que las olas cubrían la barca, pero él dormía.

8:24 Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; — Mar 4:37, “Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba.” Luc 8:23 dice, “Y se desencadenó una tempestad de viento en el lago; y se anegaban y peligraban”. Peligraban porque la barca se llenaba de agua, y el viento la sacudía y azotaba violentamente.

— pero él dormía.— Mar 4:38, “estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal (cojín)”; Luc 8:23, “pero mientras navegaban, él se durmió”. Aquí se ve la humanidad de Jesús. “Por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo” (Heb 2:14). No dejó de ser Dios, pero llegó a ser verdadero hombre también. Tuvo hambre (Mat 4:2) y sed (Jua 19:28), se cansó (Jua 4:9), lloró (Jua 11:35), y aquí vemos que El durmió.

¿Cómo pudo Jesús dormir durante la tempestad? Hubiera sido muy difícil dormir con tanto ruido (el viento, las olas, los gritos de los discípulos) y por estar mojándose tanto. En primer lugar, estaba cansado. Es muy razonable creer que El durmió profundamente por estar tan cansado, debido a sus intensas actividades. Pero otra explicación: durmió en medio de la tormenta porque tenía perfecta paz en su corazón. ¡Qué cuadro tan sublime! ¡Qué contraste entre la violencia de la tormenta y la serenidad del sueño de Jesús! Además, ¡qué buen ejemplo para nosotros! Debemos grabar esta imagen en la mente y nunca borrarla. Esta es la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento (Flp 4:7). Es la paz que Cristo mismo nos ha dejado (Jua 14:27). “Tu guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos” (Isa 26:3-4). Jesús nos dio en esa ocasión un ejemplo perfecto de esa paz.

Esta experiencia sirvió para fortalecer la fe de ellos. Compárese Jua 11:4; Jua 11:14-15, “me alegro por vosotros, de no haber estado allí, para que creáis”. La muerte de Lázaro fue una prueba severa para María y Marta, pero sirvió para aumentar su fe.

Entonces, la única esperanza de la salvación de este peligro era Jesús. Y así es siempre. Cuando las tormentas de la vida nos sacuden y azotan, no hay otra ayuda. Sin Cristo las tempestades de la vida nos dejarían desesperados.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

se levantó en el mar una tempestad. Sal 107:23-27; Isa 54:11; Jon 1:4, Jon 1:5; Mar 4:37, Mar 4:38; Hch 27:14; 2Co 11:25, 2Co 11:26.

pero él dormía. Luc 8:23; Jua 6:17, Jua 6:18; Jua 11:5, Jua 11:6, Jua 11:15.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

se levantó en el mar una tempestad. El Mar de Galilea está, aproximadamente, a 210 metros por debajo del nivel del mar. Al N, el Monte Hermón se alza a 2.804 metros, y desde mayo a octubre fuertes vientos golpean a través de los estrechos desfiladeros circundantes de este valle, causando tormentas extremadamente súbitas y violentas. él dormía. Justo antes de que los discípulos vieran una de las demostraciones más asombrosas de la deidad de Cristo, les fue dada una imagen de su humanidad. Jesús estaba tan cansado que ni siquiera el violento movimiento del barco logró despertarlo, aun cuando los discípulos pensaron que se ahogarían (v. Mat 8:25).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

8:24 Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; — Mar 4:37, “Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba.” Luc 8:23 dice, “Y se desencadenó una tempestad de viento en el lago; y se anegaban y peligraban”. Peligraban porque la barca se llenaba de agua, y el viento la sacudía y azotaba violentamente.
— pero él dormía.- Mar 4:38, “estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal (cojín)”; Luc 8:23, “pero mientras navegaban, él se durmió”. Aquí se ve la humanidad de Jesús. “Por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo” (Heb 2:14). No dejó de ser Dios, pero llegó a ser verdadero hombre también. Tuvo hambre (Mat 4:2) y sed (Jua 19:28), se cansó (Jua 4:9), lloró (Jua 11:35), y aquí vemos que El durmió.
¿Cómo pudo Jesús dormir durante la tempestad? Hubiera sido muy difícil dormir con tanto ruido (el viento, las olas, los gritos de los discípulos) y por estar mojándose tanto. En primer lugar, estaba cansado. Es muy razonable creer que El durmió profundamente por estar tan cansado, debido a sus intensas actividades. Pero otra explicación: durmió en medio de la tormenta porque tenía perfecta paz en su corazón. ¡Qué cuadro tan sublime! ¡Qué contraste entre la violencia de la tormenta y la serenidad del sueño de Jesús! Además, ¡qué buen ejemplo para nosotros! Debemos grabar esta imagen en la mente y nunca borrarla. Esta es la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento (Flp 4:7). Es la paz que Cristo mismo nos ha dejado (Jua 14:27). “Tu guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos” (Isa 26:3-4). Jesús nos dio en esa ocasión un ejemplo perfecto de esa paz.
Esta experiencia sirvió para fortalecer la fe de ellos. Compárese Jua 11:4; Jua 11:14-15, “me alegro por vosotros, de no haber estado allí, para que creáis”. La muerte de Lázaro fue una prueba severa para María y Marta, pero sirvió para aumentar su fe.
Entonces, la única esperanza de la salvación de este peligro era Jesús. Y así es siempre. Cuando las tormentas de la vida nos sacuden y azotan, no hay otra ayuda. Sin Cristo las tempestades de la vida nos dejarían desesperados.

Fuente: Notas Reeves-Partain

Ver Mat 8:26-27.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

y 349 Sal 4:8; Luc 8:23

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

se desató una gran tormenta. El mar de Galilea es conocido por sus súbitas y severas tormentas producidas por los vientos que penetran por los cañones y pasos de las montañas que lo rodean, chocando con aires más cálidos, húmedos y tranquilos sobre el mar y provocan fuertes tormentas.

Fuente: La Biblia de las Américas

24 (1) Lit, un temblor o sacudimiento.

24 (a) Jua_6:18

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

R679 Hay aquí un evidente énfasis fuerte en el pronombre αὐτός.

R883 Note el imperfecto narrativo ἐκάθευδεν (El se mantuvo durmiendo hasta que finalmente ἤγειραν αὐτόν -T66).

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

Lit., Y he aquí

Lit., un sacudimiento

Lit., El

Fuente: La Biblia de las Américas