Comentario de Mateo 8:33 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Los que apacentaban los cerdos huyeron, se fueron a la ciudad y lo contaron todo, aun lo que había pasado a los endemoniados.
8:33 Y los que los apacentaban huyeron, y viniendo a la ciudad, contaron todas las cosas, y lo que había pasado con los endemoniados 8:34 Y toda la ciudad salió al encuentro de Jesús; y cuando le vieron, le rogaron que se fuera de sus contornos. — Luc 8:37, “tenían gran temor”. Tenían miedo de lo que no entendían. No querían perder más propiedad. Para ellos la pérdida de los cerdos era más importante que la sanidad de los endemoniados. No se regocijaban por los dos hombres rescatados de una existencia horrible y miserable, sino que sólo pensaban en su propiedad. No alabaron a Jesús, no le dieron gracias. Más bien, le rogaron que se fuera de sus contornos. Los gadarenos no solamente no recibieron a Jesús; más bien, ¡lo despidieron! Mar 5:18, “Al entrar él en la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que le dejase estar con él. 19 Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti. 20 Y se fue, y comenzó a publicar en Decápolis cuán grandes cosas había hecho Jesús con él; y todos se maravillaban”.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Mar 5:14-16; Luc 8:34-36; Hch 19:15-17.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
8:33 Y los que los apacentaban huyeron, y viniendo a la ciudad, contaron todas las cosas, y lo que había pasado con los endemoniados 8:34 Y toda la ciudad salió al encuentro de Jesús; y cuando le vieron, le rogaron que se fuera de sus contornos. – Luc 8:37, “tenían gran temor”. Tenían miedo de lo que no entendían. No querían perder más propiedad. Para ellos la pérdida de los cerdos era más importante que la sanidad de los endemoniados. No se regocijaban por los dos hombres rescatados de una existencia horrible y miserable, sino que sólo pensaban en su propiedad. No alabaron a Jesús, no le dieron gracias. Más bien, le rogaron que se fuera de sus contornos. Los gadarenos no solamente no recibieron a Jesús; más bien, ¡lo despidieron!
Mar 5:18, “Al entrar él en la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que le dejase estar con él. 19 Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti. 20 Y se fue, y comenzó a publicar en Decápolis cuán grandes cosas había hecho Jesús con él; y todos se maravillaban”.
Fuente: Notas Reeves-Partain
Lit., y