Biblia

Comentario de Mateo 9:10 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Mateo 9:10 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Sucedió que, estando Jesús sentado a la mesa en casa, he aquí muchos publicanos y pecadores que habían venido estaban sentados a la mesa con Jesús y sus discípulos.

9:10 Y aconteció que estando él sentado a la mesa en la casa ( de Mateo, Luc 5:29, “Y Leví le hizo gran banquete en su casa; y había mucha compañía de publicanos y de otros que estaban a la mesa con ellos” , he aquí que muchos publicanos y pecadores, que habían venido, se sentaron juntamente a la mesa con Jesús y sus discípulos. — Mateo no rechazó a sus compañeros, sino que quería que ellos también conocieran a Jesús, el Amigo de los pecadores. Cristo tenía mucho interés en el alma de estos publicanos, como también en el alma de la mujer samaritana que había tenido cinco maridos y que vivía con otro hombre que no era su marido. Cristo nos ha dejado el ejemplo de ver el valor del alma de los perdidos, pues todos “están hechos a la semejanza de Dios” (Stg 3:9).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

estando el sentado a la mesa. Mar 2:15, Mar 2:16; Luc 5:29.

muchos publicanos y pecadores. Mat 5:46, Mat 5:47; Jua 9:31; 1Ti 1:13-16.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

9:10 Y aconteció que estando él sentado a la mesa en la casa ( de Mateo, Luc 5:29, “Y Leví le hizo gran banquete en su casa; y había mucha compañía de publicanos y de otros que estaban a la mesa con ellos” , he aquí que muchos publicanos y pecadores, que habían venido, se sentaron juntamente a la mesa con Jesús y sus discípulos. — Mateo no rechazó a sus compañeros, sino que quería que ellos también conocieran a Jesús, el Amigo de los pecadores. Cristo tenía mucho interés en el alma de estos publicanos, como también en el alma de la mujer samaritana que había tenido cinco maridos y que vivía con otro hombre que no era su marido. Cristo nos ha dejado el ejemplo de ver el valor del alma de los perdidos, pues todos “están hechos a la semejanza de Dios” (Stg 3:9).

Fuente: Notas Reeves-Partain

DONDE HAY MÁS NECESIDAD

Mateo 9:10-13

Después, Mateo estaba sentado a la mesa en su casa, y fijaos: vinieron muchos cobradores de impuestos y pecadores a sentarse a comer con Jesús y Sus discípulos.
Cuando vieron aquello los fariseos, les dijeron a los discípulos de Jesús:
-¿Cómo es que vuestro Maestro come con cobradores de impuestos y pecadores?

Jesús lo oyó, y dijo:

No son los que están bien los que necesitan un médico, sino los que están enfermos. Id a aprender lo que quiere decir el dicho: «Lo que Yo quiero es misericordia, y no sacrificios.» Yo no he venido a invitar a los «justos», sino a los pecadores.

Jesús no se limitó a llamar a Mateo para que fuera uno de Sus hombres y seguidores, sino que se sentó a la mesa con hombres y mujeres como Mateo, con cobradores de impuestos y «pecadores».

Aquí surge una pregunta muy interesante: ¿Dónde tuvo lugar esta comida en la que fueron comensales Jesús y los cobradores de impuestos y los pecadores? Lucas es el único que especifica que fue en la casa de Mateo o Leví (cp. Mr 2:14-17 , y Lc 5:27-32 ). Si nos atenemos al relato de Mateo y Marcos, podría muy bien haber sido en casa de Jesús, o en la casa en que estaba parando. Si fue en la casa de Jesús, Su dicho resulta aún más impactante: » Yo no he venido a llamar -a invitar- a justos, sino a pecadores.»

La palabra que se usa en el original es kalein, que es la que se usa corrientemente en griego para invitar a un huésped a una casa o para una comida. En la parábola de la Gran Cena (Mt 22:1-10 ; Lc 14:15-24 ) se nos dice que los invitados rechazaron la invitación, y fueron los pobres, cojos, mancos y ciegos los que vinieron de los caminos y de los vallados a sentarse a la mesa del Rey. Puede que Jesús estuviera diciendo: » Cuando hacéis una fiesta, invitáis a los religiosos y a los beatos; pero cuando la hago Yo, invito a los que son conscientes de su pecado y tienen más necesidad de Dios.»

Fuera en casa de Mateo o en la que estaba parando Jesús, fue un escándalo para los escribas y fariseos ortodoxos. Hablando en general, los habitantes de Palestina se dividían en dos clases: los ortodoxos que cumplían rígidamente la ley tradicional en sus más mínimos detalles, y los que no, todos los demás. La segunda clase la llamaban los de la primera la gente de la tierra; y al ortodoxo le estaba prohibido hacer un viaje con ninguno de los otros, o hacer ningún trato comercial, o darle o recibir de él nada, o hacerles o aceptar de ellos ninguna invitación. Al estar en compañía de gente así, Jesús estaba haciendo algo que los » piadosos» de su tiempo no hartan nunca.

La defensa de Jesús fue perfectamente sencilla; simplemente dijo que Él estaba donde más se Le necesitaba. Sería un médico miserable si no fuera nada más que a las casas de los que gozaran de buena salud; el lugar de un médico está donde la gente está enferma; su gloria y su misión es ir adonde se le necesite.
Diógenes fue uno de los grandes maestros de la antigua Grecia. Amaba la virtud, y tenía una lengua mordaz. No se cansaba de comparar la decadencia de Atenas, donde pasó la mayor parte de su vida, con la vigorosa sencillez de Esparta. Un día, alguien le dijo: «Si te gusta tanto Esparta y tan poco Atenas, ¿por qué no te marchas de Atenas y te vas a Esparta: Y él respondió: «Aparte de lo que yo quiera, debo estar donde se me necesita más.» Eran los «pecadores» los que necesitaban a Jesús, y por eso estaba entre ellos.
Cuando Jesús dijo «Yo no he venido a invitar a los «justos», sino a los pecadores,» debemos entender lo que quería decir. No decía que hubiera gente tan buena que no necesitara nada de Él; y todavía menos que Él no tuviera interés en los buenos. Este es un dicho muy comprimido. Jesús decía: «Yo no he venido a invitar a los que están tan satisfechos consigo mismos -que están convencidos de que no necesitan la ayuda de nadie; sino a los que son conscientes de su pecado y se dan cuenta de que necesitan desesperadamente un Salvador.» Estaba diciendo: «Los únicos que aceptan mi invitación son los que reconocen lo mucho que Me necesitan.»
Aquellos escribas y fariseos tenían una idea de la religión que no está muerta ni mucho menos.
(i) Estaban más interesados en mantener su propia «santidad» que en ayudar a otro con sus pecados. Eran como médicos que se negaran a visitar a los enfermos por miedo a que les contagiaran la enfermedad. Se mantenían a .distancia del pecador con fastidioso puritanismo; no querían tener nada que ver con los tales. Su religión era egoísta en esencia. Les preocupaba mucho más salvar sus almas que contribuir a que se salvaran las de otros. Y habían olvidado que esa era la manera más segura de perder sus propias almas.
(ii) Estaban más interesados en criticar que en aniMarcos Estaban más interesados en señalar las faltas de otras personas que en ayudarlas a conquistarlas. Cuando un médico descubre una enfermedad especialmente repugnante, que le revolvería el estómago a cualquiera que la mirara, no se llena de repugnancia, sino de deseo de ayudar. Nuestra primera reacción no debería ser nunca el condenar al pecador, sino el ayudarle.

(iii) Profesaban una bondad que desembocaba en la condenación más bien que en el perdón y en la simpatía. Estaban más dispuestos a dejarle a uno en la cuneta que en tenderle una mano para que saliera de ella. Eran como médicos que estuvieran interesados en diagnosticar la enfermedad, pero que no tuvieran el menor interés en curarla.

(iv) Profesaban una religión que consistía en una ortodoxia externa más bien que en una ayuda práctica. A Jesús Le encantaba el dicho de Os 6:6 que decía que Dios desea la misericordia más que el sacrificio, porque lo citó más de una vez (cp. Mt 12:7 ). Uno puede que cumpla diligentemente con todos los pasos de la piedad ortodoxa; pero, si nunca hace lo más mínimo para ayudar a otro ser humano en su necesidad, no es una persona cristiana.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

— en casa de Mateo: El texto griego dice simplemente: en la casa. Podría tratarse también de “la casa de Jesús”, pero es poco probable.

— recaudadores de impuestos: Ver nota a Mat 5:46.

— gente de mala reputación: Lit. pecadores. Así consideraban los fariseos a quienes interpretaban la ley de forma diferente a ellos o a quienes ejercían profesiones deshonrosas.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

n 375 Luc 5:29

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

10 (1) Esta era la casa de Mateo ( Luc_5:29 ; Mar_2:15). Por ser el escritor de este libro, Mateo prefirió, no decir que era su propia casa ni que él había preparado el gran banquete para el Señor. Esto muestra; su humildad.

10 (2) Véase la nota 46 (2) del cap.5.

10 (a) Mat_5:46 ; Mat_11:19

10 (b) Luc_15:2

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

publícanos y pecadores. Los cobradores de impuestos para los romanos, tenían mala reputación de extorsión y procedimientos ilegales. «Pecadores» eran aquellos cuyas ocupaciones diarias les hacían ceremonialmente impuros y, así, a los ojos de los fariseos, gente a la que no debían asociarse.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

en la casa… Esto es, de Mateo; se reclinaron… Costumbre típica oriental para sentarse a comer.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

Luc 15:1-2.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

Lit., reclinado

O, publicanos; i.e., los que explotaban la recaudación de los impuestos romanos

Lit., reclinaron

Fuente: La Biblia de las Américas

Esto es, la casa de Mateo.

9.10 Costumbre típica oriental para comer.

Fuente: La Biblia Textual III Edición

g Luc 15:1-2.

Fuente: La Biblia Textual III Edición