Biblia

Comentario de Mateo 9:14 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Mateo 9:14 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Entonces los discípulos de Juan fueron a Jesús y dijeron: —¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos frecuentemente, pero tus discípulos no ayunan?

9:14 Entonces vinieron a él los discípulos de Juan, diciendo: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos muchas veces, y tus discípulos no ayunan? Esta pregunta fue hecha con sinceridad; no fue como las preguntas de los fariseos, saduceos y escribas que sólo querían atrapar a Jesús.

La ley de Moisés requería que el pueblo ayunara en el día de expiación (Lev 23:27), pero los judíos habían agregado otros ayunos para conmemorar ciertos eventos. La dieta de Juan indicaba que él vivía ayunando. El fariseo de la parábola de Luc 18:12 dijo que ayunaba dos veces a la semana, creyendo que el ayunar era marca de piedad superior. Algunos en la iglesia continuaban esta y otras costumbres judaicas (Hch 13:2; Hch 14:23). Jesús, sin embargo, ni mandó ni prohibió que sus discípulos ayunaran. Es muy obvio que ni Jesús ni los apóstoles establecieron ningún ayuno formal para la iglesia. Jesús insistió en que los que ayunaran no lo hicieran con hipocresía. El habló del ayuno como la consecuencia normal de algún suceso (véase el ver 15). Debe mostrar la aflicción del alma.

Los ayunos de Pablo se incluyen entre sus sufrimientos (2Co 6:5, “en azotes, en cárceles, en tumultos, en trabajos, en desvelos, en ayunos”; 11:27).

Los apóstoles enseñaban mucho sobre las obras de la carne, pero al hablar de cómo combatirlas no hablan de ayunar.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

los discípulos. Mat 11:2; Jua 3:25; Jua 4:1.

Por qué nosotros … ayunamos muchas veces. Mat 6:16; Mat 11:18, Mat 11:19; Pro 20:6; Mar 2:18-22; Luc 5:33-39; Luc 18:9-12.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Jesús usa la figura del matrimonio para ilustrar la relación de Dios con Israel (Isa 54:1-8; Jer 3:1-20; Ose 2:1-23; Ose 3:1-5). Al referirse a sí mismo como un esposo, Jesús estaba describiéndose como el Mesías.

les será quitado anuncia la muerte violenta del Señor.

 PARA VIVIRLO

El poder del perdón

La multitud que vio a Jesús sanar al paralítico respondió entusiastamente a su dramática demostración de poder (Mat 9:8). Pero pasaron por alto su habilidad más importante, la de perdonar pecados —un poder que complicó profundamente a los escribas (Mat 9:2, Mat 9:3).

El poder del perdón es inmensurable. Jesús nos desafía, como seguidores de Él, a perdonar a aquellos que nos han hecho daño u ofendido (Mat 6:14, Mat 6:15; Mat 18:21-35). Esto puede parecer un acto simple, pero cualquiera que haya luchado con el dolor y la angustia sabe que se requiere una fuerza enorme para perdonar en forma auténtica: dejar de lado el daño que nos han hecho y alcanzar a quien nos ha ofendido, con un abrazo de perdón. Por otra parte, el perdón puede liberar al malhechor de la culpa paralizadora e incluso dar un giro al curso de la vida de esa persona (Stg 5:19, Stg 5:20).

El perdón es tan poderoso y liberador como la sanidad del paralítico. Y es un poder que Jesús ha delegado en sus seguidores (Jua 20:23). Nosotros somos llamados a perdonar a los demás así como Cristo nos perdonó a nosotros (Col 3:13).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

discípulos de Juan. Lucas da a entender que los fariseos hicieron esta pregunta (vea la nota sobre Luc 5:33; cp.Mar 2:18-20). Evidentemente, algunos fariseos continuaban presentes cuando los discípulos de Juan llegaron. Ambos grupos juntos pudieron hacer esta pregunta. los fariseos … ayunamos muchas veces. Cp. Luc 18:12.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

9:14 Entonces vinieron a él los discípulos de Juan, diciendo: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos muchas veces, y tus discípulos no ayunan? Esta pregunta fue hecha con sinceridad; no fue como las preguntas de los fariseos, saduceos y escribas que sólo querían atrapar a Jesús.
La ley de Moisés requería que el pueblo ayunara en el día de expiación (Lev 23:27), pero los judíos habían agregado otros ayunos para conmemorar ciertos eventos. La dieta de Juan indicaba que él vivía ayunando. El fariseo de la parábola de Luc 18:12 dijo que ayunaba dos veces a la semana, creyendo que el ayunar era marca de piedad superior. Algunos en la iglesia continuaban esta y otras costumbres judaicas (Hch 13:2; Hch 14:23). Jesús, sin embargo, ni mandó ni prohibió que sus discípulos ayunaran. Es muy obvio que ni Jesús ni los apóstoles establecieron ningún ayuno formal para la iglesia. Jesús insistió en que los que ayunaran no lo hicieran con hipocresía. El habló del ayuno como la consecuencia normal de algún suceso (véase el ver 15). Debe mostrar la aflicción del alma.
Los ayunos de Pablo se incluyen entre sus sufrimientos (2Co 6:5, “en azotes, en cárceles, en tumultos, en trabajos, en desvelos, en ayunos”; 11:27).
Los apóstoles enseñaban mucho sobre las obras de la carne, pero al hablar de cómo combatirlas no hablan de ayunar.

Fuente: Notas Reeves-Partain

PLACER PRESENTE Y DOLOR FUTURO

Mateo 9:14-15

A eso se Le acercaron los discípulos de Juan, y Le preguntaron:
-¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos con frecuencia, mientras que Tus discípulos no ayunan?
-Seguro que los amigos más íntimos del novio no se ponen a hacer duelo cuando están con él en las bodas. Ya llegará el día en que les arrebaten al Novio, y entonces sí que ayunarán.

Para los judíos de tiempos de Jesucristo, la limosna, la oración y el ayuno eran los tres grandes pilares de la vida religiosa. Ya hemos descrito suficientemente el ayuno judío cuando tratamos del pasaje de Mt 6:16-18 . A. H. McNeile sugiere que este incidente puede que tuviera lugar porque las lluvias de otoño no habían llegado y se había ordenado un ayuno público.

Cuando le preguntaron a Jesús por qué no -practicaban el ayuno ni Él ni Sus discípulos, respondió con una- ilustración gráfica. Por lo menos desde la Biblia del Oso se hacía constar en, una nota que los: que están de bodas se decía en el origine los hijos del tálamo nupcial, expresión de claro sabor semítico.

Una boda judía era una ocasión de fiesta extraordinaria. Una de sus características era que la areja de recién casados no se iba de su casa para pasar la luna de miel. Durante una semana después de la boda tenían la puerta abierta a. sus visitantes; al -esposo y a la esposa se los trataba;. y hasta se les dirigía la palabra; como a un rey y a una reina: Y durante esa semana sus amigos íntimos participaban con ellos de la alegría y de la fiesta; sus amigos íntimos se llamaban los hijos del tálamo nupcial. En tales ocasiones tenía la gente pobre y .sencilla una alegría; un regocijo, una fiesta, una abundancia, que a lo mejor no se les presentaban otra vez en la vida.

Así que Jesús se compara a Sí mismo con el esposo y a sus discípulos como los amigos íntimos del esposo. ¿Cómo podría una compañía así estar triste y lúgubre? Esta no era una ocasión propicia para el ayuno sino para la mayor fiesta de la vida. Hay tres grandes ideas en este pasaje.
(i) Nos dice que estar con Jesús es estar de fiesta; nos dice que en la presencia de Jesús hay una preciosa efervescencia emocionante de vida; nos dice que un cristianismo sumido en la melancolía es un absurdo. El que camina con Cristo camina con un gozo radiante.
(ii) También nos dice que ninguna alegría dura para siempre. Para los discípulos de Juan había llegado un tiempo de aflicción, porque Juan ya estaba en la cárcel. Ese tiempo de dolor les llegaría inevitablemente a los discípulos de Jesús. Es una de las muchas cosas inevitables de la vida el que las alegrías más queridas lleguen a su fin.

Epicteto decía lúgubremente: «Cuando estás besando a tu niño, dite: «Tienes que morir un día.»» Por eso tenemos que conocer a Dios y a Jesucristo. Sólo Jesús es el mismo ayer, hoy y para siempre; sólo Dios permanece inmutable entre todos los azares y avatares de la vida. Las más preciosas relaciones humanas tienen que acabarse algún día; sólo el gozo del Cielo dura para siempre; y si lo tenemos en nuestros corazones, nada nos lo podrá quitar.

(iii) Aquí hay también un desafío. Puede que en aquel momento los discípulos no lo vieran, pero Jesús les estaba diciendo: «Estáis experimentando el gozo que produce el seguirme; ¿podréis también superar la prueba, la lucha, el sufrimiento de la cruz de un cristiano?» La vida cristiana produce gozo; pero también conlleva sangre, sudor y lágrimas, que no pueden disipar. el gozo, pero que hay que arrostrar de todas maneras. Así que Jesús dice: «¿Estáis preparados para las dos cosas -el gozo cristiano y la cruz cristiana?»
(iv) Engastado en este dicho está el valor de Jesús. Jesús no se hacía nunca ilusiones; veía claramente al final del camino la Cruz que le estaba esperando. Aquí se descorre la cortina, y la mente de Jesús vislumbra algo. Sabía que para Él el camino de la vida era el camino de la Cruz, y sin embargo no se desvió ni un paso. Aquí tenemos el valor de Uno que sabe lo que cuesta el camino de Dios, y que sigue adelante.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

Mat 11:2; Mat 14:12; Luc 11:1; Jua 1:35; Jua 3:25; Hch 19:1-4.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

q 379 Mar 2:18; Luc 5:33; Luc 18:12

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

ayunan. Véase coment. en 6:16.

Fuente: La Biblia de las Américas

14 (1) Los vs. 10-13 relatan cómo el Señor respondió a la pregunta de los fariseos, quienes pertenecían a la religión antigua. Aquí en los vs.14-17, el Señor toca el problema de los discípulos de Juan, los cuales pertenecían a la nueva religión. Juan el Bautista había abandonado la religión antigua y comenzado su ministerio en el desierto, fuera de la religión. (Véanse las notas 1 (2) y 4 (1) del cap.3.) Sin embargo, al poco tiempo, los discípulos de Juan formaron una religión nueva que impedía que los hombres disfrutaran a Cristo, tal como lo habían hecho los fariseos con la religión antigua. El ministerio de Juan el Bautista hacía que los hombres conocieran a Cristo a fin de que Cristo llegara a ser el Redentor, la vida y el todo de ellos. No obstante, algunos de los discípulos de Juan se desviaron de la meta, Cristo, y se aferraron a algunas de sus prácticas, haciendo de éstas una religión. Ser religioso significa hacer algo para Dios, pero sin Cristo. Todo lo que hagamos sin la presencia de Cristo es meramente religioso, aun cuando se trate de algo bíblico y ortodoxo. Tanto los discípulos de Juan, quienes pertenecían a la nueva religión, como los fariseos, quienes pertenecían a la religión antigua, ayunaban mucho, pero lo hacían sin Cristo. Mientras tanto, ellos censuraban a los discípulos de Cristo, quienes no ayunaban pero tenían a Cristo consigo y vivían en Su presencia.

14 (2) Véase la nota 16 (1) del cap.6.

14 (3) Algunos mss. antiguos omiten: mucho.

14 (4) A los fariseos, que se creían justos y pertenecían a la religión antigua, les molestó que Cristo se hiciera compañero de los recaudadores de impuestos y los pecadores, personas que ellos condenaban (v. 11). A los discípulos de Juan, los cuales ayunaban y pertenecían a la religión nueva, les molestó que Cristo y Sus discípulos cenaran (v. 10).

14 (a) vs.14-17: Mar_2:18-22 ; Luc_5:33-39

14 (b) Mat_11:2 ; Mat_14:12 ; Luc_11:1 ; Jua_1:35 ; Jua_3:25

14 (c) Luc_18:12

14 (d) Mat_15:2

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

Los fariseos ayunaban dos veces por semana: piedad notoria. Los seguidores de Juan probablemente ayunaban de luto por él. Los días de ayuno público obligatorio eran sólo 3: el día de la Expiación, el día antes de los Purim, y el noveno de Ab, en conmemoración de la caída de Jerusalén.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

Notemos en este pasaje el dictado que nuestro Señor se aplicó á sí mismo. Se dio el título de esposo.
Lo que el esposo es hacia la esposa, nuestro Señor es hacia las almas de los que creen en él. El amor que para con ellas siente es eterno: únelas á sí mismo; hace expiación por sus culpas; provee á sus necesidades diarias; las compadece en todas sus angustias; sobrelleva sus debilidades, y no las rechaza por unas pocas flaquezas; considera como perseguidores suyos á los que las persiguen; y algún día las permitirá participar de la gloria que él ha recibido de su Padre, de manera que donde él esté ellas también estarán. Tales son los privilegios de los cristianos, y tal la herencia que por su fe recibirán. ¡Bienaventurados son á la verdad los que creen! Notemos en seguida qué regla tan prudente fue la que nuestro Señor estableció relativamente á la conducta que debe observarse con los neófitos.
Algunos individuos murmuraban contra los discípulos de nuestro Señor porque no ayunaban como los discípulos de Juan. Nuestro Señor los defendió con un argumento profundamente sabio: dijo que no era propio que ayunaran en tanto que el esposo estaba con ellos. Ni se detuvo ahí en sus observaciones, mas prosiguió á manifestar que es preciso tratar con suavidad á los neófitos, enseñándoles solo aquellas doctrinas que se hallan en aptitud de comprender y evitando el forzarlos á que acepten todo desde el principio; y dijo que proceder de otra manera sería cometer una insensatez semejante á la del que pusiera vino fresco en cueros viejos, ó echara un remiendo de paño nuevo en un vestido viejo.
En materias religiosas debe cuidarse, pues, de no dar demasiada importancia á lo que es de un orden secundario, y ni exigir con afán y con escrúpulo la conformidad á una regla que versa sobre cuestiones indiferentes, hasta tanto que no se hayan inculcado los dos principios cardinales de la fe y el arrepentimiento. Para proceder con tino en esta materia es preciso que hagamos uso del sentido común y que imploremos el auxilio divino.
Notemos, además, que nuestro Señor estime la fe, aun la más débil.
Cuéntasenos que una mujer que sufría mucho de una grave enfermedad, pasando por en medio de la multitud y siguiendo detrás de nuestro Señor, le tocó la orla de su vestido, con la esperanza que de ese modo sería curada. No dijo una sola palabra para pedir socorro, ni hizo profesión pública de su fe; mas tenia confianza de que con tocar apenas el manto de Jesús obtendría la salud. Y así sucedió: en lo que ella hizo se manifestó un germen de fe que nuestro Señor aprobó. Inmediatamente fue sanada y regresó á su casa llena de sosiego. Como muy bien dijo un escritor antiguo, «vino temblando y volvió victoriosa..
Por último, notemos cuan grande es el poder del Señor. Le devolvió la vida á una muerta.
¡Cuan maravillosa no debe de haber sido esa escena! ¿Que persona que haya visto un cadáver podrá olvidar cuan rígidos y yertos se ponen los miembros cuando la respiración ha terminado? ¿Quién podrá dejar de percibir que se efectúa un cambio extraordinario, y que entre los que expiren y los vivos se abre un abismo insondable? Más ved como el Señor entra al aposento donde está el cadáver y hace penetrar de nuevo al espíritu en su morada terrenal. Vuelve á palpitar el corazón; se abren los ojos; la respiración se restablece: es que la hija del príncipe ha sido resucitada y puede una vez más recibir las caricias de sus padres. ¡Aquel fue, á la verdad, un acto de omnipotencia! Solo el Ser que creó al hombre pudo haberlo ejecutado.

Fuente: Los Evangelios Explicados

ayunamos… M↓ añaden muchas veces.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

M i añaden muchas veces.

Fuente: La Biblia Textual III Edición