Comentario de Mateo 9:16 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Nadie pone parche de tela nueva en vestido viejo, porque el parche tira del vestido y la rotura se hace peor.
9:16 Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; porque tal remiendo tira del vestido, y se hace peor la rotura. Esto sucede porque al mojarse la nueva tela encoge. Si Cristo hubiera obligado a sus discípulos a conformarse a las tradiciones de los judíos, habría puesto remiendo de paño nuevo en vestido viejo. De esta manera el evangelio no habría ayudado en nada a los judíos. Había mucha rotura en su religión y no tenía sentido hacer mayor la rotura.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
porque tal remiendo tira del vestido. Gén 33:14; Sal 125:3; Isa 40:11; Jua 16:12; 1Co 3:1, 1Co 3:2; 1Co 13:13.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
El principio expresado aquí es que Jesucristo ha venido para implantar un plan divino que no puede encajar en las formas de la antigua economía judía. El principio enseñado aquí, por la ilustración, es que el gobierno de la Ley debe ser reemplazado por el de la gracia, la cual tendrá ahora un gobierno libre en el corazón de los creyentes.
vestido viejo se refiere a un vestido que está desgastado por el uso. Los odres eran usados frecuentemente en el antiguo oriente como contenedores para líquidos. La fuerza de la fermentación del vino nuevo sería demasiada para los odres rígidos, viejos y parcialmente deteriorados, provocando su ruptura.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
remiendo de paño nuevo en vestido viejo. Que la tela nueva no funciona bien con tela vieja es análogo con tratar de «completar» la verdad del nuevo pacto con las antiguas formas mosaicas ceremoniales.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
9:16 Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; porque tal remiendo tira del vestido, y se hace peor la rotura. Esto sucede porque al mojarse la nueva tela encoge. Si Cristo hubiera obligado a sus discípulos a conformarse a las tradiciones de los judíos, habría puesto remiendo de paño nuevo en vestido viejo. De esta manera el evangelio no habría ayudado en nada a los judíos. Había mucha rotura en su religión y no tenía sentido hacer mayor la rotura.
Fuente: Notas Reeves-Partain
EL PROBLEMA DE LA NUEVA IDEA
Mateo 9:16-17
Nadie le pone un remiendo de paño que no se haya lavado nunca a una ropa usada; porque el remiendo que se pone para tapar el agujero rasgaría el paño, y el desgarrón sería peor que el de antes. Ni se pone el vino nuevo es odres viejos; porque se reventarían, y se derramaría el vino y se echarían a perder completamente los odres. El vino nuevo se pone en odres nuevos para que se conserven las dos cosas.
Jesús era plenamente consciente de que había venido a la humanidad con nuevas ideas y con una nueva concepción de la verdad y se daba perfecta cuenta de lo difícil que es introducir una idea realmente nueva en las mentes humanas. Así es que usó dos ilustraciones que cualquier judío podría entender.
(i) » Nadie -dijo- pone un remiendo de paño nuevo en una ropa vieja. Porque si lo hace, a la primera que se moje la ropa, el remiendo nuevo encoge y rasga todo lo demás y se produce un desgarro peor que el del principio.»
A los judíos les encantaba apasionadamente ver las cosas tal como son. La Ley era para ellos la última y definitiva Palabra de Dios. El añadirle o el sustraerle una sola palabra era pecado mortal. El propósito del trabajo de los escribas y fariseos era » construir una valla alrededor de la Ley.» Para ellos una nueva idea no era tanto un error como un pecado.
Ese espíritu no ha muerto ni muchísimo menos. Muy a menudo en una iglesia, si se sugiere una nueva idea o un nuevo método o cualquier cambio, enseguida surge la objeción: » Eso no lo hemos .hecho nunca.»
Una vez oí hablar entre sí a dos teólogos. Uno era joven y estaba intensamente interesado en todo lo que los nuevos pensadores tuvieran que decir; el otro era un hombre mayor, de ortodoxia rígida y convencional. El mayor escuchaba al más joven con una especie de tolerancia medio despectiva, y por último acabó la conversación diciendo: » Lo viejo es mejor.»
A lo largo de toda su historia la Iglesia se ha aferrado a lo viejo. Lo que Jesús está diciendo aquí es que llega un momento en que poner parches es una estupidez, y cuando lo único que se puede hacer es desechar definitivamente algo y empezar de nuevo. Hay formas de gobierno eclesiástico, de culto, de expresar nuestras creencias, que a menudo tratamos de ajustar y lijar para ponerlas al día; tratamos de remendarlas. Nadie está dispuesto a abandonar despiadada e insensiblemente lo que las generaciones anteriores encontraron útil y provechoso; pero sigue siendo verdad que éste es un universo en constante crecimiento y expansión; y llega un momento cuando los parches son inútiles, y cuando una persona y una iglesia tienen que aceptar la aventura de lo nuevo, o quedarse empantanadas dando culto, no a Dios, sino al pasado.
(ii) Nadie, decía Jesús, trata de meter vino nuevo en odres viejos. Hace tiempo se solía almacenar el vino en pellejos, y no en botellas. Cuando se echaba el vino nuevo en un pellejo el vino estaba todavía fermentando. Los gases que producía ejercían presión en el pellejo. En un pellejo nuevo había una cierta elasticidad, y no sufría ningún daño porque cedía a la presión. Pero un pellejo viejo ya se había quedado rígido y había perdido la elasticidad y, si se llenaba de vino nuevo en plena fermentación, no podía ceder y se reventaba.
Para traducirlo a términos contemporáneos: Debemos tener mentes suficientemente elásticas para recibir y contener nuevas ideas. La historia del progreso es la historia de la victoria sobre los prejuicios de una mente hermética. Todas las nuevas ideas han tenido que luchar por su existencia contra la oposición instintiva de la mente humana. El automóvil, el ferrocarril, el avión, se recibieron con suspicacia al principio. Simpson tuvo que luchar para introducir el cloroformo, y Lister para que se aceptaran los antisépticos. A Copémico se le obligó a que se retractara de su afirmación de que la Tierra giraba alrededor del Sol y no viceversa. Hasta Jonas Hanway, que introdujo el paraguas en este país, tuvo que sufrir montones de misiles y de insultos que le arrojaban cuando iba paseando por la calle bajo su paraguas.
Este rechazamiento de lo nuevo se da en todas las esferas de la vida. Un experto en ferrocarriles, Norman Marlow, hizo muchos viajes en locomotoras. En su libro Fomplate and Signal Cabin La plataforma del maquinista y la cabina de señales- cuenta un viaje que hizo no mucho después que se amalgamaran los ferrocarriles. Las locomotoras que se había estado usando en cada rama de ferrocarriles se probaron en las otras. Él estaba en la tarima de un expreso de ManchEster a Penzance, un «Jubilee» clase 4-6-0. El conductor estaba acostumbrado a llevar locomotoras de la clase » Casfe,» y no hacía más que disertar con nostálgica elocuencia sobre la inutilidad de la máquina que iba conduciendo comparada con las » Castle.» Se negaba a usar la técnica necesaria para la nueva máquina, aunque le habían reciclado y la conocía perfectamente bien. Se empeñaba en conducir su «Jubilee» como si hubiera sido una «Castle,» y se iba quejando todo el camino de que no podía superar los 80 kilómetros por hora. Estaba acostumbrado a las «Castle,» y no le daba opción a ninguna otra. En Crewe cambiaron de maquinista; y el nuevo, que estaba dispuesto a adoptar la nueva técnica necesaria, pronto puso la «Jubilee» a 120 kilómetros por hora. Hasta para conducir locoriiotoras algunos rechazaban las nuevas ideas.
En la Iglesia, el resentimiento por todo lo nuevo es crónico, y el intento de poner las cosas nuevas en los moldes antiguos es casi universal. Tratamos de introducir las actividades de una congregación moderna en el edificio de una iglesia antigua que nunca se hizo para ellas. Tratamos de introducir la verdad de los nuevos descubrimientos en los credos basados en la metafísica grieGálatasGa. Tratamos de introducir la instrucción moderna en un lenguaje desgastado que no la puede expresar. Leemos la Palabra de Dios a hombres y mujeres ya casi del siglo XXI en el lenguaje de Cervantes, y tratamos de presentarle a Dios en oración las necesidades de hombres y mujeres de la era posneontemporánea en un lenguaje que tiene medio milenio de antigüedad.
Puede que nos hiciera bien recordar que cuando cualquier cosa viviente deja de crecer, empieza a morir. Puede que tuviéramos que empezar a pedirle a Dios que nos libre de la mente cerrada.
Porque sucede que estamos viviendo en una época de cambios rápidos y tremendos. El vizconde Samuel nació en 1870, y empieza su autobiografía con la descripción del Londres de su niñez. «No teníamos coches, ni autobuses, ni taxis, ni metro; no había bicicletas -excepto sus precursores los extraños biciclos-; no había luz eléctrica ni teléfonos, ni cines ni radio.» Eso era poco más. de hace un siglo. Vivimos en un mundo en constante cambio y expansión. Jesús nos advierte que la Iglesia no se atreva a ser una institución que vive en el pasado.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
REFERENCIAS CRUZADAS
u 383 Mar 2:21; Luc 5:36
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
tela nueva. Lit., sin encoger. El significado de esta metáfora es que las enseñanzas de Jesús acerca del reino (tela nueva) no son compatibles con las tradiciones (vestido viejo) de los fariseos.
Fuente: La Biblia de las Américas
16 (1) O, nuevo, tosco, no procesado. La palabra griega se refiere a cardar o peinar la lana. Así que, significa no cardado, no tratado al vapor ni lavado, burdo, no abatanado, no procesado. El paño no abatanado representa a Cristo, desde Su encarnación hasta Su crucifixión, como un remiendo de paño nuevo, no tratado, no acabado; mientras que el vestido nuevo en Luc_5:36 representa a Cristo como manto nuevo después de que El fue «tratado» en Su crucifixión. (La palabra griega que se traduce nuevo en Luc_5:36 es la misma que aparece en la frase odres nuevos en Mat_9:17.) Cristo fue primero el paño no abatanado que servía para hacer un vestido nuevo, y luego, por medio de Su muerte y resurrección, fue hecho un vestido nuevo que nos cubre como nuestra justicia delante de Dios a fin de que seamos justificados por Dios y aceptables a El ( Luc_15:22 Gál_3:27 1Co_1:30). Un remiendo de paño no abatanado, cosido en un vestido viejo, tira del vestido debido a que se encoge y hace peor la rotura. Coser un remiendo así en un vestido viejo significa imitar lo que hizo Cristo en Su vida humana en la tierra. Esto es lo que tratan de hacer los modernistas de hoy. Sólo imitan las acciones humanas de Jesús para mejorar su conducta; no creen que el Jesús crucificado sea su Redentor ni que el Cristo resucitado sea su justicia para ser justificados por Dios y aceptos delante de El. Su imitación del vivir humano de Cristo «tira» del «vestido viejo» de ellos, o sea la conducta producida con su vieja vida natural. El pueblo del reino no hace esto; ellos toman al Cristo crucificado y resucitado como el vestido nuevo que los cubre como justicia delante de Dios.
16 (2) El vestido viejo representa la buena conducta, las buenas acciones y las prácticas religiosas producidas por la vieja vida natural del hombre.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
Lo viejo y lo nuevo no pueden combinarse. Véase nota en Luc 5:37.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
Lit., lo que se pone encima
Lit., sin encoger
Lit., lo que llena