Biblia

Comentario de Miqueas 2:6 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Miqueas 2:6 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

“¡No prediquéis!,” predican ellos. “¡No prediquéis sobre tales cosas, pues la afrenta no nos alcanzará!”

No profeticéis. Isa 30:10; Jer 26:8, Jer 26:9, Jer 26:20-23; Eze 20:46; Eze 21:2; Amó 2:12; Amó 7:13; Hch 4:17; Hch 5:28, Hch 5:40; Hch 7:51; 1Ts 2:15, 1Ts 2:16.

No les profeticen. Sal 74:9; Eze 3:26; Amó 8:11-13.

no les alcanzará vergüenza. Jer 6:14, Jer 6:15; Jer 8:11, Jer 8:12.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

NO PROFETICÉIS. Los falsos profetas de Judá estaban condenando a Miqueas por dar un mensaje de juicio (cf. Isa 30:10).

(1) Ellos rechazaron su profecía de abatimiento y juicio, insistiendo en que la vergüenza y la deshonra no alcanzarían al pueblo, porque Dios era un Dios de amor y perdón, no de ira.

(2) Su mensaje optimista permitía que el pueblo continuara en sus costumbres pecaminosas de hacer caso omiso de las justas demandas de Dios.

(3) A veces la iglesia manifiesta esa misma insistencia en el mensaje positivo del amor, la misericordia y el perdón de Dios, mientras hace caso omiso de sus justas normas y de su llamado a la vida de santidad. Una iglesia que tolera cualquier clase de pecado en su congregación debiera atender de nuevo el claro mensaje tanto de los profetas del AT como de los apóstoles del NT (cf. 1Co 5:1-13; 1Co 6:1-20).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

No profeticéis. El profeta verdadero era acusado de hablar cosas sin sentido como un niño que quiere aprender a hablar, pero los que balbuceaban en realidad eran los profetas falsos (cp. v. Miq 2:11).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Los profetas falsos mandaron a Miqueas que dejara de profetizar y como es de esperarse, no profetizaron en contra de las maldades cometidas por el pueblo ni los confrontaron con el parámetro divino de santidad. En lugar de esto, su mensaje falso (v. Miq 2:7) había cerrado la boca de cada uno de los profetas verdaderos y permitió que los gobernantes incurrieran en atrocidades sociales (vv. Miq 2:8-9) que llevaron el pueblo a la destrucción (v. Miq 2:10). No querían profecías verdaderas y por eso recibieron justo lo que querían (cp. Isa 30:10). Es más preciso interpretar que Miqueas es quien habla en el v. Miq 2:6 y Dios en los vv. Miq 2:7-11.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Profetas falsos apoyan a los terratenientes codiciosos. 6 ¡No prediquéis! es plural. Los profetas falsos, los teólogos liberales del tiempo de Miqueas, se dirigen a él y a otros profetas verdaderos, diciéndoles que no prediquen sobre tales cosas, eso es, del juicio predicho en los vv. 3-5.

7 Jehovah reprende a la casa de Jacob citando su doble y falsa teología de que “Jehovah nunca se impacienta” y nunca hace estas obras (eso es, traer juicio). Por el contrario, las palabras de Dios sí hacen bien solamente a los que caminan rectamente.

8, 9 Dios detalla la acusación de Miqueas del v. 2. Los agricultores libres de Israel debieran haberse sentido tan seguros como volviendo de la guerra. En lugar de eso, esos agricultores indefensos, dice el Señor, encuentran a mi pueblo (una referencia irónica a los poderosos, como el resto del versículo lo muestra) levantado … como enemigo contra ellos. Vosotros, presumiblemente refiriéndo se a los terratenientes que, apoyados por los profetas falsos, destruyen las anteriormente prósperas familias de Israel, hombres, mujeres y niños. Despojáis del manto a los hombres inadvertidos (8), a las mujeres de mi pueblo echáis fuera de las casas de sus delicias, y a sus niños despojáis de mi gloria (9). La riqueza del Señor, en un tiempo distribuida a través de toda la nación, ahora está concentrada en las manos de ricos rapaces.

10 Ahora Dios entrega la sentencia contra los terratenientes, usando probablemente las mismas palabras que ellos usaron para despojar a los inocentes de sus tierras: ¡Levantaos e idos … ! Debían dejar su lugar de reposo, el lugar de su bienestar físico y espiritual. Y da la razón. Por su idolatría e inmoralidad la tierra será destruida y así ella los vomita (cf. Lev. 18:25), pues se ha vuelto una ruina destruida con dolorosa destrucción. 11 En respuesta a la sentencia del Señor, Miqueas se mofa amarga y sarcásticamente de los terratenientes. Ellos están dispuestos a aceptar como profeta a cual quiera que se una a ellos en su codicia. Tal profeta no es solamente engañado, también es falso y mentiroso. Vino y licor eran temas favoritos de esos gobernantes carnales, que complacían sus hinchados apetitos con una codicia condenada por los profetas verdaderos (Isa. 5:11, 12; 28:7, 8; cf. Amós 4:1) y advertida por los sabios (Prov. 20:1; 23:20, 21; 31:4-7). Un profeta falso que predica un evangelio de “riqueza y prosperidad”, y no de santidad, ¡este sí sería profeta para este pueblo! ¡El mismo profeta que ellos merecen!

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

REFERENCIAS CRUZADAS

p 58 Eze 21:2; Hch 4:17

q 59 Jer 6:15; Jer 8:12

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Estos vers. se refieren a los profetas corrompidos que se mantenían en silencio con respecto a los pecados de los avariciosos gobernantes. Y no sólo no hablaban, sino que querían silenciar a los profetas que querían hablar. Así ellos seguían siendo populares entre el pueblo (cp. vers. 11).

Fuente: La Biblia de las Américas

El v. Miq 2:6 probablemente presenta la respuesta que un oyente airado da a Miqueas y el v. Miq 2:7 es la respuesta de Miqueas. Para quien vive rectamente las palabras de Dios le hacen bien.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

Lit., No destiléis

Lit., destilan

I.e., los profetas de Dios

Fuente: La Biblia de las Américas