Biblia

Comentario de Miqueas 3:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Miqueas 3:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Dije: ¡Escuchad, por favor, oh jefes de Jacob y magistrados de la casa de Israel! ¿Acaso no os corresponde a vosotros conocer el derecho?

Año 710 a.C.

Oid ahora. Miq 3:9, Miq 3:10; Isa 1:10; Jer 13:15-18; Jer 22:2, Jer 22:3; Ose 5:1; Amó 4:1.

No concierne, o corresponde a vosotros. Deu 1:13-17; Deu 16:18; 2Cr 19:5-10; Sal 14:4; Sal 82:1-5; Jer 5:4, Jer 5:5; 1Co 6:5.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

La crueldad de los príncipes, Miq 3:1-4.

La falsedad de los profetas, Miq 3:5-7.

La seguridad mal fundada de ambos, Miq 3:8-12.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Miq 4:1-13; Miq 5:1-15

En este ciclo de oráculos, hay declaraciones de juicio (Miq 3:1-12), y promesas de bendición (Miq 4:1-13; Miq 5:1-15); las promesas son más extensas que el primer grupo (Miq 2:12Miq 2:13).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Estos oráculos de juicio tienen tres partes:

(1) los gobernantes del pueblo de Dios deben conocer justicia (vv. Miq 3:1-4);

(2) los falsos profetas hablan erróneamente sobre la paz (vv. Miq 3:4-7); y

(3) Sion será arada como un campo (vv. Miq 3:8-12).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

¿No concierne a vosotros saber lo que es justo? La idea aquí es que uno no puede esperar justicia por parte de líderes paganos de lugares lejanos. Pero se esperaba que los jefes del pueblo de Dios realzaran la justicia. La justicia es uno de los conceptos claves de la Ley (Deu 10:18; Deu 32:4; Deu 33:21) Corromper la justicia estaba fuertemente prohibido por Dios (Deu 16:19; Deu 24:17). Sin embargo, esto era precisamente lo que los líderes de Judá estaban haciendo. Ellos habían usado su autoridad para destruir la justicia en vez de establecerla entre el pueblo.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

PRÍNCIPES DE JACOB. Este pasaje profetiza contra la crueldad de las clases gobernantes (vv. Miq 3:1-4), el engaño de los falsos profetas (vv. Miq 3:5-7) y la perversión de los dirigentes, sacerdotes y profetas apóstatas de Judá (vv. Miq 3:9-12). Dios los juzgaría a todos ellos en la debida forma.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

3. Los Falsos Profetas.

Acusaciones contra los abusos de la clase dirigente (1-4).
1 Yo digo: Oíd, caudillos de Jacob y jueces de la casa de Israel: ¿No os toca a vosotros conocer el derecho? 2 Aborrecedores del bien y amadores del mal, arrancan la piel de sobre ellos y la carne de sobre sus huesos, 3 y luego de haberse comido la carne de mi pueblo y de haberle arrancado la piel, y haberle roto los huesos, y haberle descuartizado como carne para la olla o carne para el caldero, 4 entonces clamarán a Yahvé, pero no les oirá, pues les ocultará su rostro en aquel tiempo porque obraron perversamente.

El profeta se levanta enérgicamente contra las injusticias sociales, como lo había hecho su predecesor Amos en Samaría, cuyo estilo aparece reflejado en estas vigorosas frases. Las imágenes son muy crudas, pero expresivas. Los jefes de Israel tratan al pueblo sencillo como a una oveja a la que arrancan su piel y aprovechan después su carne para la olla. Nada se libra a sus arbitrarias exacciones; pero, cuando llegue la hora de la angustia y el castigo, de nada les servirá el clamar a Yahvé, que los dejará a su suerte, ocultando su rostro para que no sientan su protección esperada. Yahvé no puede aprobar su conducta perversa y su falsa religión, puramente externa.

Contra los falsos profetas (5-8).
5 Así habla Yahvé contra los profetas que descarrían a mi pueblo, que muerden con sus dientes mientras claman: “Paz,”y al que no les pone algo en la boca, le declaran la guerra santa. 6 Por eso la visión se os hará noche, y la adivinación tinieblas, y se pondrá para los profetas el sol, y el día se les oscurecerá. 7 Los videntes serán avergonzados, y confundidos los adivinos, y se cubrirán todos la barba, pues Dios no dará ya respuesta. 8 Yo, empero, estoy lleno de la fuerza del espíritu de Yahvé y de juicio y fortaleza para denunciar a Jacob sus prevaricaciones y a Israel sus pecados.

Miqueas arremete ahora contra los que se presentaban como profetas, sin serlo realmente, ante su pueblo. En sus discursos no buscaban sino halagar, para después lucrarse de la simpatía ganada. Así, de un lado esquilman al pueblo (muerden con sus dientes, ν.6), mientras que de otro anuncian una paz que no llegará. Se prestan a toda clase de comunicaciones mientras les hagan dones (al que les pone algo en la boca); pero al que no les da nada, le declaran la guerra santa, considerándole como enemigo de Dios. Se consideran los monopolistas de la religión, y, como tales, se atreven a condenar a los que no se doblegan a sus ambiciones.
Pero Dios castigará sus abusos, y así les negará toda comunicación profética: la visión se os hará noche. (v.6); quedarán avergonzados ante el pueblo, ya que no acertarán en sus supuestos vaticinios por no proceder del mismo Dios, que es el único que conoce el futuro. Así, en signo de postración moral y de duelo, se cubrirán la barba (v.7), como tenía que hacerlo el leproso 1 cuando se encontraba con alguno. En contraposición a esta actitud humillante, Miqueas podrá ir con la cabeza erguida, porque sus predicciones resultarán veraces, pues se siente poseído del espíritu de Yahvé (v.8), y su misión es desenmascarar las prevaricaciones y pecados de Israel. Lejos de adular al pueblo anunciándole una paz ficticia, Yahvé le empuja a anunciar castigos por los pecados de Israel.

Anuncio de la destrucción de Jerusalén (9-12).
9 Oíd, pues, cabezas de la casa de Jacob y jueces de la casa de Israel, que aborrecéis el derecho y torcéis todo lo recto; 10 que edificáis a Sión con sangre y a Jerusalén con iniquidad, 11 Sus cabezas sentencian por cohecho, sus sacerdotes enseñan por salario, sus profetas adivinan por dinero y se apoyan sobre Yahvé, diciendo: “¿No está entre nosotros Yahvé? ¡No nos sobrevendrá la desventura!” 12 Por eso, por vosotros será Sión arada como un campo, y Jerusalén se convertirá en ruinas, y el monte del templo será un breñal.

Conforme a la actitud antes enunciada, Miqueas proclama la inminencia del castigo sobre las clases dirigentes, responsables de todas las injusticias sociales. Los jueces, los profetas y los sacerdotes ejercen su ministerio por puro lucro, y con ello no hacen sino dar pie para los mayores crímenes, edificando a Sión con sangre y a Jerusalén en iniquidad (v.10). La ira divina vendrá devastadora y Jerusalén sufrirá la suerte de Samaría 2, siendo totalmente arrasada. Aquí nos encontramos con un caso típico de profecía conminatoria condicionada, ya que Jerusalén no fue destruida por los asirios, como lo fue Samaría.
En tiempos de Jeremías, los ancianos de la ciudad tratan de salvar la vida del profeta alegando que también Miqueas anunció la destrucción de Jerusalén y que, gracias a la penitencia del rey Ezequías y del pueblo, no se cumplió el terrible castigo 3. De hecho, Jerusalén será destruida en el 586 a.C. por las tropas de Nabucodonosor, pero parece que el anuncio de Miqueas se refería a una invasión asiría, aunque el vaticinio era condicionado, es decir, en el supuesto de que Jerusalén no se arrepintiera de sus pecados.

1 Cf. Lev 13:45; Eze 24:17.22. – 2 Cf. Miq 1:6. – 3 Cf. Jer 26:185.

Fuente: Biblia Comentada

Al dar inicio a su segundo oráculo, Miqueas se dirige primero a los gobernantes corruptos de Israel, como en Miq 2:1-2, quienes deberían estar al tanto de la injusticia pero cuya conducta hacia los pobres era como al sacrificio indiscriminado de animales (vv. Miq 3:2-3). Por lo tanto, al llegar el juicio no recibieron respuesta alguna de Dios a su solicitud de ayuda (v. Miq 3:4).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Los pastores convertidos en caníbales. 1 Con un enfático ¡Escuchad … !, Miqueas trae primero al banquillo de los acusados a los jefes … y magistrados (ambos términos significan jueces) de Jacob y … de Israel (con el significado de la nación). Esos jueces tenían la responsabilidad de conocer el derecho tanto en su cabeza como en sus corazones. Este estaba basado en las leyes recopiladas en la ley mosaica (Exo. 21:1-23:19; cf. Deut. 17:8-11) y, a su luz, los jueces debían formular nuevas leyes y decidir justamente los casos (cf. 1 Rey. 3:28; 7:7). 2 Sin embargo, sin corazones regenerados los jueces depravados de hecho aborrecían lo bueno y amaban lo malo (cf. Isa. 1:17, 21-23, 26; 5:7; y ver Sal. 1:2; 19:7-11). Miqueas, en un cuadro grotesco y sostenido, describe a los magistrados como caníbales. Al reducir a sus súbditos (mi [de Miqueas] pueblo) a la pobreza y al quitarles sus campos y labores (ver 2:1, 2, 8, 9) los estaban enviando como esqueletos a una tumba prematura. 3 Al repetir el horrible cuadro, Dios subraya su verdad.

4 Así como los insensibles gobernantes rehusaban ablandarse cuando sus súbditos clamaban a ellos por misericordia, así también en el tiempo del juicio (ver 2:3-5) ellos clamarían a Jehovah, pero él no … responderá; más bien, esconderá su rostro de ellos, señal de que no hay misericordia. La forma peor de juicio no es la aflicción, sino la ausencia de Dios en él (cf. Heb. 12:15-17).

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

3.1ss Miqueas denunció los pecados de los líderes, sacerdotes y profetas. Estos tenían el deber de enseñar al pueblo lo bueno y lo malo. Los ancianos, quienes se suponían que vivían entre el pueblo, se habían trasladado a Jerusalén y se convirtieron en una clase especial de gobierno. Los líderes, quienes debían haber conocido la ley y debían enseñarla al pueblo; la habían echado a un lado y llegaron a ser los peores pecadores. Se aprovecharon del mismo pueblo al que debían servir. Todo pecado es malo, pero el pecado que descarría a los demás es el peor de todos.3.1, 2 La línea divisoria entre el bien y el mal a menudo parece confusa, pero los líderes espirituales tienen el deber de ayudar a que los demás la vean. La Biblia es el manual de Dios para mostrarnos la forma en que podemos distinguir entre bien y mal. Los líderes deben entender los principios bíblicos y enseñarlos a los demás. Los líderes no pueden forzar a la gente a hacer el bien, pero deben dirigirlos hacia esa dirección por medio de su enseñanza y ejemplo.3.3, 4 Los líderes no tuvieron compasión ni respeto por aquellos a los que debían servir. Trataron al pueblo de una manera terrible para poder satisfacer sus propios deseos, y luego cuando se vieron en problemas tuvieron el descaro de pedir la ayuda de Dios. Nosotros, al igual que los líderes, no debemos tratar a Dios como un interruptor de luz para encenderlo solo cuando lo necesitemos. Por el contrario, siempre debemos depender de El.3.5-7 Miqueas permaneció fiel a su llamamiento y proclamó la Palabra de Dios. En contraste, los mensajes de los falsos profetas se adaptaban a los favores que recibían. No todos aquellos que declaran tener mensajes que proceden de Dios realmente los tienen. Miqueas profetizó que un día los falsos profetas serían avergonzados por sus acciones.3.8 Miqueas atribuyó el poder de su ministerio al Espíritu de Dios. Nuestro poder proviene de la misma fuente. Jesús dijo a sus seguidores que recibirían poder para testificar acerca de El cuando llegará a ellos el Espíritu Santo (Act 1:8). Usted no puede testificar de una manera eficaz si confía en su propia fuerza, porque el miedo le impedirá hablar en el nombre de Dios. Solo al confiar en el poder del Espíritu Santo podrá vivir y testificar para El.3.11 Miqueas condenó severamente a los líderes religiosos que ministraban solo si les pagaban. Jesús vino para servir, no para promover un gran negocio con el evangelio. Cuando la gente «ministra» para obtener un beneficio personal, se pierde la bendición. La predicación y la enseñanza nunca debe ser motivada por la promesa de un beneficio personal. Cuando Dios lo llame a realizar algo, obedézcalo, incluso cuando no haya recompensa monetaria. Miqueas advirtió a los ministros de sus días que evitaran el soborno. Los pastores aceptan sobornos cuando permiten que aquellos que contribuyen en grandes cantidades controlen la iglesia. Si el temor de perder dinero influye en un pastor para permanecer en silencio cuando debe hablar lo que es correcto, la iglesia está en peligro. Recordemos que Judá fue finalmente destruida debido al comportamiento de sus líderes religiosos. Una advertencia similar debe dirigirse a aquellos que tienen dinero: nunca utilicen sus recursos para influenciar o manipular a los ministros de Dios. Eso es soborno.3.12 Jerusalén sería destruida del mismo modo en que lo fue Samaria (1.6). Esto ocurrió en el año 586 a.C., cuando Nabucodonosor y el ejército babilónico atacó la ciudad (2 Reyes 25). A pesar de que Miqueas culpó a los líderes corruptos, el pueblo no era inocente. Ellos permitieron que la corrupción continuara, sin volverse a Dios ni clamar por justicia.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

REFERENCIAS CRUZADAS

a 80 Miq 3:9

b 81 Deu 1:13; 1Co 6:5

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

conocer la justicia. La justicia encierra no sólo la ley (Ex 24:3; Dt 5:27, 29) y el proceso del juicio (Nm 27:5; 35:12), sino también el orden de toda la sociedad bajo esa ley.

Fuente: La Biblia de las Américas

El capítulo 3 repite algunos de los temas del capítulo 2: El juicio sobre los gobernantes (3:1– 4, 9, 10; cp. 2:1– 5) y los profetas (3:5– 8, 11; comp. 2:6– 11), y la ruina de Sion (3:12).

Fuente: La Biblia de las Américas

Los líderes injustos manifestaban la misma consideración hacia el pueblo que un carnicero muestra hacia un esqueleto.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

O, el derecho

Fuente: La Biblia de las Américas

[1] Jer 5, 4.[6] Jer 15, 9; Am 8, 9.[11] Sacerdotes o profetas por dinero. Ez 22, 27; Sof 3, 3.[12] Jer 26, 6-18.

Fuente: Notas Torres Amat